Searching for you

Capítulo 1: Decisión a ciegas

Tu nunca podrás saber qué es lo que te ocurrirá el día de mañana, podrá ser nada más que un día normal, quizás encuentres algo importante en tu habitación, tal vez tropieces con alguien conocido, quizás ganes un concurso, tal vez te atrape la lluvia mientras caminas por la calle sin un paraguas o simplemente tras un simple hecho u acción termines recordando una vida pasada que nunca creíste tener.

Y no puedes decidir si quieres conservar esas memorias u olvidarlas completamente una vez más.

La decisión termina siendo poco importante cuando no importa lo que decidas, las cosas no van a cambiar.


"¿No es algo apresurado?" Preguntó una mujer de largos cabellos color azabache, liso como la seda misma de la bata que envuelve su cuerpo, cruzaba casi sus 50 años pero no los aparentaba en lo absoluto.

Un hombre junto a ella, un par de años mayor nada más, con un color similar de cabello más pequeñas tonalidades grises que demostraban su propia edad. Miraba de manera pensativa un punto invisible de la mesa, no parecía molesto pero si envuelto en sus pensamientos "Lo es, sin duda"

"Hay un pero, ¿no?" volvió a hablar la misma mujer. A lo que el hombre mayor asintió sin responder nada más.

Aquel no era un ambiente tenso, simplemente se trataba de un desayuno de una familia compuesta por tres personas, madre, padre e hijo. Aquel hijo que estaba en aquel momento con un semblante serio pero decidido, sus ojos grises brillaban con una determinación que desconocía de sí mismo.

"¿Estás seguro, Levi?" añadió el hombre de mayor edad, teniendo el mismo tipo de mirada que su hijo, algo que corría en los genes, la gente podría confundir esa mirada con frialdad muy a menudo cuando en realidad se trataba de una mirada directa que solo buscaba la confianza en su receptor.

El hombre correspondiente al nombre de Levi asintió con la cabeza y mantuvo una posición erguida en su silla, un pequeño silencio de unos segundos abundó en el salón hasta que su voz se hizo presente nuevamente. "Sé que es imprevisto, además estaría abusando del dinero de la familia para un capricho egoísta que no tiene tiempo de duración, no puedo prometer una fecha para mi regreso…solo puedo prometer que cuando regrese, aceptaré todas mis responsabilidades y comenzaré a trabajar en lo que debo, he estado preparándome años para ello" hizo una pausa, observando el rostro de sus padres, ambos tenían sus ojos en él, no podía descifrar que tipo de emoción cruzaba en ellos pues es algo que muy bien sabían controlar, pero de algo estaba seguro, no lo estaban juzgando. "No necesito una respuesta inmediata, sé que deben pensarlo y aceptaré la decisión que tomen porque sé que aquella decisión estará justificada de buenas razones."

Levi en ese momento cerró sus ojos por unos segundos, bebió un poco de su té sin esperar respuesta alguna, pues pudo observar como sus padres asintieron a sus palabras sin objeciones. El único sonido que se escuchó en ese momento fue el de su taza acomodarse contra el plato de la mesa… además de su voz.

"Pero es algo que realmente me gustaría hacer."

Fue lo último que añadió en aquel desayuno, a lo que sus padres se miraron entre si y un intercambio silencioso ocurrió entre ellos.

Aquella noche durante la cena, Levi obtuvo el permiso que deseaba y en ese momento sus padres una sorpresa se llevaron cuando su hijo los abrazó, demostrando su gratitud y un cariño que era difícil de ver en él.

Esa noche sus padres fueron felices incluso si eso significaba tener a su hijo lejos por un largo tiempo.

Tú me enseñaste que no solo con palabras se puede agradecer…


En la inmensidad del aeropuerto Heathrow, donde familias se reunían y separaban, donde amantes se encontraban y amigos se reunían, donde algunos se recibían y otros se despedían. Él estaba allí, frente a su madre y un mayordomo que cuidaba de ella, su padre por razones de trabajo no pudo asistir a su vuelo pero entendía aquello completamente.

En el momento en su madre, más baja que él, lo rodeó con sus brazos; el mundo se volvió silencioso.

"No estoy segura de que harás ni porqué lo harás, pero con tu padre entendemos que es algo que realmente quieres, que es importante…" ella hablaba en un tono tan bajo que solamente los oídos de Levi podían escuchar. "Pero nunca has sido un hijo que ha demostrado lo que quiere con el anhelo que demostraste ese día, nos sorprendió en verdad, siempre has sido reservado y eso es parte de ti. Nos preocupamos de ti como padres pero entendemos tu decisión como seres humanos, solo no olvides comunicarte con nosotros, ¿de acuerdo?" el tono de preocupación era evidente en su voz, no solo por ser su primer y único hijo, sino por tenerlo lejos tanto tiempo y por primera vez, era un temor que cualquier madre tendría, que sus hijos finalmente abrieran sus alas.

Levi trataba de entenderlo aunque nunca lo hubiera vivido, comprendía la preocupación de su madre sin importar cuantas veces le asegurara que estaría bien, que no había problemas. En lugar de repetir las mismas palabras una y otra vez, solamente dijo: Te traeré algo hermoso.

Era una manera de sellar una promesa indirecta de que su regreso no era una mentira.

Con una despedida que no envolvían lagrimas ni sentimientos excesivamente demostrados, solo un abrazo entre ambos y un movimiento de sus manos, se despidieron mientras intercambiaron una mirada que dijo más de mil palabras.

Las horas pasaban y el escenario comenzaba a cambiar, veía su país alejarse mientras ascendía al cielo, veía las nubes pasar hasta finalmente estar sobre ellas. No era la primera vez que viajaba en avión ni sería la última pero por primera vez en su vida se sintió como un ave sobre el cielo, se sentía en la verdadera libertad.

"Supongo que esta era la sensación que anhelaba antes de conocerte, esta libertad… pero me enseñaste que hay más de una, ¿no mocoso?" sin siquiera darse cuenta que estaba hablando en voz alta, dejó salir un pequeña casi inaudible suspiro "La libertad tras las murallas o la libertad que se lograba con tu compañía".

"Eso se escucha bastante bien, no había pensado jamás que había más de una libertad que aquella referente a salir de un territorio" dijo una voz masculina, perteneciente al hombre del asiento izquierdo, cada asiento era particular ya que se trataba de primera clase.

En ese momento Levi volteo su rostro y sus ojos se expandieron en la mayor de sus sorpresas, no era alguien realmente cercano pero podía recordar el rostro de las personas que –

"¿Nos conocemos?" preguntó el hombre de mediana edad, de cabello rubio ceniza que alcanzaba casi la altura de sus hombros, ladeo el rostro en confusión tras la mirada sorprendida del más bajo.

Por un momento sus palabras se estancaron en su boca, lo conocía perfectamente bien aunque en esos tiempos solamente pudo compartir muy poco de su vida con aquel hombre, sin embargo había prometido llevarlo consigo para obtener fuerzas de su espíritu. "No, simplemente no me había dado cuenta de que hablaba en voz alta" su semblante en ese momento se tranquilizó, aunque en el fondo seguía sorprendido.

"No, no, es mi culpa por entrometerme" finalmente el hombre sonrió y asintió "simplemente no había pensado en algo como lo que has dicho, pero creo entenderlo… hay personas que te otorgan una libertad dentro de las murallas, ¿no?" en ese momento aquel hombre bajó un poco su mirada, a su lado yacía un niño pequeño que dormía plácidamente, el color de cabello era el mismo al del adulto.

Fue algo que Levi no pasó por alto.

"Creo poder entenderlo…" dijo aquel hombre sin esperar respuesta del otro del mas bajo.

Pero finalmente el Levi decidió responder. "Es algo complejo, pero cada quien encuentra sus libertades… al parecer tú has encontrado una, ¿no?" alzó sus cejas haciendo notoria la mirada al pequeño niño que dormía.

El sujeto se sorprendió y una sonrisa cariñosa atravesó sus labios "Si, ¿es tan notorio?" ante la pregunta el otro simplemente asintió con su rostro.

Un silencio no incomodo atravesó a ambos en ese momento, realmente no habían muchas palabras que decir hasta que finalmente el hombre de largos cabellos habló nuevamente.

"Sé que esto suena extraño" dijo mientras miraba al otro, por un momento creyó que las eras chocaban entre sí, el hombre tenía un semblante algo preocupado, buscando confianza en el hombre a su otro extremo. "Y realmente no entiendo por qué quiero preguntarte esto, pero… ¿tú crees que cada ser humano sea de algún uso a la humanidad, crees que lo seré yo también?"

Cualquier otra persona se hubiera sorprendido y hasta quizás reído, era difícil responder una pregunta así de alguien que apenas conoces y aun así, ninguno de esos pensamientos pasó por la mente de Levi. Su rostro asintió sin pensarlo dos veces y añadió "Estoy seguro que si"

Una sonrisa cruzó por los labios del otro hombre y asintió, con esas palabras un alivio cruzó por su cuerpo, un alivio imposible de entender.

"Porque tienes una gran y larga vida por delante" aseguró Levi mientras sus ojos grises se posaban con determinación sobre el semblante ajeno, asintió una vez más antes de que la conversación terminara de una manera que dejó a ambos con un peso menos en sus almas.


Tras finalmente unas largas horas de viaje entre avión y transporte privado, el hombre se encontraba en la habitación de su hotel observando la gran ciudad desde el balcón, Berlín resplandecía frente a sus ojos, la arquitectura, las calles que podía apreciar, la cantidad de tráfico que se acumulaba en algunas calles y las casas que adornaban cada pedazo de tierra.

"Supongo que en algunas de esas casas estás tú, ¿verdad?" llevándose una mano a su bolsillo, sacó un cigarrillo de su caja, posicionándolo luego en su boca mientras buscaba el encendedor en su otro bolsillo, en el momento que el fuego se hizo presente y sus pulmones se llenaron de aquel vicio, recordó a su madre y lo en contra que estaba de aquel habito, por ello su adicción al tabaco era leve y solo acudía a él cuando su cuerpo estaba tenso y su mente alborotada.

Sus ojos se abrieron en sorpresa al recordar que debía dar un aviso a su madre, se acercó a su cama y sacó su celular en el cual comenzó a escribir un mensaje que llegaría al teléfono de su madre, nada largo ni explicativo, solo una señal de que estaba a salvo en su primera parada. Tras realizar su tarea obligatoria, apagó el cigarrillo en un cenicero de la mesa de noche y dejó caer su cuerpo en la cama, con la vista perdida hacia el techo comenzó a recordar los eventos de estas apenas dos semanas.

Levi pertenecía a su una familia de altos ingresos en el cual ocupaba el rol de hijo único y por ende, futuro heredero de la compañía que su padre adquirió a lo largo de sus años, como un proyecto de novato que le otorgó mayores frutos de los que alguna vez esperó, ocupando un lugar importante en el mercado de la tecnología, junto a distintos nombres reconocidos por la sociedad.

Desde que tiene memoria que ha entendido el rol de su vida frente a su futuro y jamás se opuso a ello, pues su padre le inspiraba grandeza y un ejemplo a seguir, sin embargo entre actitudes diferían, habían gestos que eran semejantes como la mirada seria que ambos podían usar frente a las personas pero a diferencia de él, su padre gozaba de un léxico agradable de escuchar, llevaba el mando a donde sea que fuera sin dejar de lado las opiniones ajenas, era un hombre al cual no temían acercarse e inspiraba una confianza ciega en los demás, en sus años aquellos le costó perdidas pero al momento de conocer a su madre, quien extrañamente ella era más dura que su padre, las cosas cambiaron y su padre aprendió el carácter que hoy en día lo llevó a ser presidente de la compañía.

Su madre era dulce con los suyos y una muralla refinada con los demás, no era una imagen falsa en lo absoluto, era su modo de ser, abría su corazón a sus cercanos y mantenía una barrera con los demás, algo que Levi aprendió de ella y en parte por si solo en la época escolar, cuando fue realmente necesario al estar rodeado de niños mimados que solamente babeaban de las piernas de sus ricos padres.

Sin embargo pese a la diferencia de sus padres, Levi era mal hablado al estar fuera de casa e incluso dentro de ella sus palabras no dejaban de fluir, pensaba en ellas claro, no era impulsivo en lo absoluto pero su frialdad era palpable ante la mayoría de sus conocidos, era difícil de acercarse a él pero imponía un respeto silencioso a donde sea que fuera, pensaba constantemente en sus acciones y no se arrepentía de sus decisiones, pero la gente que se atrevía a acercarse a él era pequeña e incluso seleccionada por el mismo, sin embargo era capaz de reír o sonreír cuando era necesario o sentía la necesidad de hacerlo, su corazón no era de hielo y más de alguna vez demostraba su propios deseos, más aun cuando niño, al estar rodeado de unos padres cariñosos que no negarían sus pequeños caprichos.

A medida que fue descubriendo el mundo, fue que su carácter comenzó a armarse.

Más nunca pensó que aquel carácter complicado era algo que llevaba consigo desde hace más de mil años, donde fue que pudo entender más de sí mismo el día en que su memoria volvió a su cuerpo.

En aquel momento sus mundos chocaron entre si y no sabía dónde estaba parado, ni que hacia ni donde se encontraban aquellos feroces monstruos, aquellos titanes… donde dentro de toda la confusión y el caos de su mente solo un nombre salió de sus labios, fuerte y claro; Eren.

Aquella noche no pudo dormir y en esas horas de insomnio, donde recuerdos lo invadían a cada segundo del reloj, donde voces resonaban en su cabeza sin cesar y caricias que creía sentir pero solamente eran sus recuerdos jugando con él, fue que tomó una rápida decisión, una que por primera vez no pensó antes de decidir.

Esa decisión que hoy en día lo ha llevado hasta Berlín, en un lugar por el cual no sabe dónde empezar ni como encontrar lo que busca, pero sabe que tiene que hacerlo y no se va a rendir. Si mil años atrás debía luchar para salvar a la humanidad, ahora luchará finalmente para el beneficio de sí mismo, con la misma fuerza de aquel entonces.

Finalmente tras unas largas horas de sueño reparador, al día siguiente estaba decidido a iniciar su ciega búsqueda, no tenía precisamente un punto de partida y ante ello el semblante de su rostro era peor que él de un asesino en serie, un semblante que incluso asustó a la pobre mucama que vino a dejar su desayuno y se retiró con titubeos, deseando buen día al hombre.

"Tch, la gente se ha vuelto estúpidamente cobarde estos tiempos" pero tenía claro que incluso en los viejos tiempos lograba generar la misma reacción en personas que no lo conocían, en especial cuando tenía malos días.

Incluso un chico de brillantes ojos verdes esmeraldas se estremeció ante esa mirada por lo menos unas 5 veces hasta que se acostumbró a ellas, más que acostumbrarse, lograba mofarse de esas miradas sin terminar muerto en el proceso.

"¿Que estupidez dirías ahora, Eren?"

Preguntó al aire sin esperar respuesta, en ese momento su corazón se llenó de un inmenso vacío que nadie podía sanar, sus ojos que llevaban una sombría expresión ahora estaban alejados de la realidad, mientras su cabeza jugaba con recuerdos nuevamente, generalmente de aquel chico riéndose…de su voz, sonaba tan cerca y lejana a la vez.

En ese momento Levi parpadeó con fuerza y su semblante volvió a mostrar la fiereza de antes "basta de estupideces" se dijo a si mismo mientras iniciaba su abundante desayuno. "¿Dónde está el maldito huevo?" preguntó con mayor irritabilidad que antes al notar que no había huevo en su comida matutina, Dios salve al que se encargó de su desayuno.

Una hora más tarde, tras dejar absolutamente claro que el huevo no debía hacer más falta en su menú, salió de aquel hotel seguido de las miradas de los recepcionistas que habían sido testigos de la ola de odio de aquel hombre. Luego de notar como el susodicho se perdía entre la multitud, observaron con miedo la hoja que yacía a su lado; una hoja de reclamo frente a una humedad mal tratada en el baño de su habitación que había llenado de hongos y organismos vivientes una pequeña esquina de la habitación, una minúscula esquina… esos recepcionistas recordaran por el largo de su día o vida como un hombre tan bajo podía repetir la palabra "sucio" de tantas maneras posibles sin dejar de ser terrorífico.


Finalmente logró con su destino; una biblioteca.

Gentilmente, al menos su fachada mostraba gentileza en su rostro, pidió una guía telefónica de aquella ciudad y de otras más de Alemania, en el hotel solamente habían podido proporcionarle la guía telefónica de aquella ciudad y necesitaba más de ello. Odiaba sentarse a leer cuando podía buscar con sus propios ojos por las cercanías pero sabía que eso sería tan difícil como encontrar la bendita aguja en un pajar.

Así que con la mentalidad focalizada, empezó su búsqueda, con insistencia pasaba las hojas rápidamente hasta llegar a la letra J, sus ojos se expandieron ante la sorpresa de dar tan rápidamente con la palabra que buscaba.

"Jaeger" susurró sin sonar victorioso al notar la cantidad exacta de 100 apellidos con la misma palabra.

Y esa palabra era su única y maldita pista para encontrarlo. Levi en ese momento miró hacia el techo de la gran biblioteca donde mil y un maldiciones salieron de su boca. Pese a que de sus labios salieron maldiciones en inglés, fue despachado de la biblioteca por ruido y malas palabras, mala fue su suerte de que él encargado supiera ingles tan a la perfección.

No mostró indignación alguna en su rostro y aceptó el trato del encargado aunque a cambio este mismo se llevó una de las peores miradas posibles, que lo dejó estremeciéndose hasta llegar a su asiento tras el escritorio. Por suerte Levi logró fotografiar con su móvil cada página de aquellas guías telefónicas que indicaban el apellido que buscaba.

¿Y ahora qué? ¿Acaso iba a llamar a cada teléfono de la fotografía preguntando por un chico que siquiera sabía si existía en este mundo?

Esa idea había pasado por su mente antes de dejar Londres pero prefirió descartarla, si se encontraba él en ese mundo y poseía memorias que dudaba mucho que fueran irreales, prefería dejarse llevar por las creencias tontas en esta vida actual y pensar en algo tan sensible y estúpido como el destino, cosa en la que en el fondo nunca creyó pero si en este mundo no hay titanes ni su vida corre peligro…

¿Por qué no dejarse llevar por tonterías de vez en cuando?

Pero las tonterías no lo estaban llevando a ningún lado.

En ese momento si pudo descubrir algo que hizo abrir sus ojos en una gran sorpresa; su creencia en el destino descendió a niveles negativos por ser absolutamente inútil.

Al diablo el destino, las creencias y las estupideces que lo tenían estancado, por lo que, con una mirada penetrante hacia el vacío, comenzó a caminar sin rumbo.

Tras un hora de camino y sin saber exactamente de donde se encontraba comenzó a pensar nuevamente en el destino, ¿acaso existe?, jamás se había preocupado de algo tan vago como aquello pues no necesitaba hacerlo y ahora que buscaba a alguien de quien no sabía si existía o no, si era mayor o menor, si lo recordaba o no, el destino chocaba en su cerebro con mayor insistencia.

Y susurraba con una voz chillona e imaginaria "Lo encontrarás"

A lo que Levi solamente podía responder mentalmente "Y caerá del cielo con un maldito coro de ángeles incluido, no gracias".

Rodó sus ojos bajo la presión y exasperación, antiguamente sus pensamientos eran más ordenados y funcionales, sin embargo eso se debía al gran orden que tenia de sus planes, seguimientos y razonamientos, no como hoy que estaba precisamente en el limbo de planes y pensamientos.

Para muchos aventurarse a lo desconocido era agradable, para él era una tortura.

Sin plan de por medio, sin una idea clara de que hacer y el destino insistiendo en sus estupideces, cerró sus ojos y respiró de manera lenta para buscar tranquilidad a su alrededor, fue entonces que abrió sus ojos y el destino pareció susurrar algo… algo triunfal, que importa qué mierda susurró, lo que importa es lo que estaba frente a sus ojos, más bien…quien se encontraba frente a sus ojos.

"Arlert"

De todas las personas que caminaban en cierta dirección solamente uno se giró ante tal apellido y observó con sorpresa a la fuente proveniente de aquella voz, su boca se abrió en sorpresa pero eso no fue todo, una voz femenina a su lado preguntó qué es lo que ocurría y al voltearse, una larga cabellera negra se meció contra el viento mientras Levi definía exactamente de quien se trataba.

"Ackerman"

Su sorpresa fue mayor en su voz ante la mención, ya que por su cabellera larga no la había reconocido en lo absoluto, la perplejidad del asunto se mantuvo, la tensión creció entre ellos.

"Armin, ¿quién es?" usualmente la chica hubiera reaccionado de una manera tosca donde de inmediato dejaría fluir su aire de protección o eso era lo que Levi esperaba cuando en realidad solo se encontró con una chica confundida y sorprendida por la reacción de su amigo además de la mención de su apellido.

Mientras que el chico a nombre de Armin no decía absolutamente nada, apenas y podía parpadear, tras segundos que parecieron una eternidad, solo una palabra salió de sus labios; Capitán.


Notas de la autora:

Si llegaste hasta acá, muchas gracias por leer.

Han sido años, largos años desde que he vuelto a escribir algo que finalmente me digno a publicar (si quieres ver mis trabajos anteriores, no lo hagas, fueron escritos hace años y no estan terminados. Por un apego emocional no los he borrado)

Pero este fanfic planeo terminarlo, tengo la idea en la mente y el desarrollo, prometo no defraudarlos.
Las cosas se iran explicando a medida que transcurre la historia, como se podrá ver, solo he dado una pincelada de la vida de Levi pero planeo indagar mas en ese tema mas adelante.

Espero que disfruten y haya causado este primer capitulo la suficiente intriga para el proximo, sin mucho mas que decir, hasta luego!