Harry potter & todos sus personajes son propiedad de J.K Rowling.
[N/A]: Al final de la historia.
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Habían pasado ya cinco años después de la guerra mágica. Aún después de todas las pérdidas que esta dejo a su paso, algunas de las cosas no tardaron en volver a la normalidad, tal como las clases en Hogwarts, el trabajo en el ministerio y del diario el profeta.
Hasta dentro de lo que cabe, las cosas en el mundo mágico de momento estaban bien.
Y mientras tanto en el Londres muggle. Caminando por las calles abarrotadas llenas del clásico tráfico matutino. Estaba Hermione mezclándose entre todas aquellas personas, intentando pasar en cualquier pequeño hueco que viese, pero era casi imposible. Ella soltó un suspiro con pesadumbre y llevo uno de sus mechones por detrás de su oreja. Cuando vio un pequeño hueco más grande que los anteriores, Hermione sintió como si una clase de aire milagroso le golpeara el rostro. Y cuando pudo salir de aquel montón de personas, apresuro su paso hasta llegar a la estación del metro —la cual igual estaba infestada de personas—, pero menos debido a la movilización de dicho transporte. De su mochila saco su carnet de estudiante —porque sí, después de terminar su curso por completo en Hogwarts, Hermione siguió estudiando—, solo que en la universidad para muggles. Después de haber terminado el embrollo de la guerra mágica, había vuelto al Londres muggle, Hermione se las estuvo arreglando para terminar tanto sus estudios en Hogwarts como sus estudios muggles. Cuando termino de cursar el bachillerato, ella se había debatido mentalmente si seguir el paso de sus padres y meterse a estudiar para Dentista o inclinarse por la Licenciatura en leyes —guiándose por sus propios instintos opto por tomar la segunda opción—, dado a que estaba un poco más relacionada a algo similar con lo de P.E.D.D.O. Una vez que había pasado su carnet —la cual le permitía tener una tarifa de estudiante en el metro—, paso por la barra y se quedo en aquella plataforma esperando dicho transporte. Había veces en las que le gustaba parecer llevar una vida normal como estudiante universitaria, como una simple muggle, al menos eso le ayudaba a distraerse de los pequeños lapsos fragmentados que tenía de aquella guerra.
Sintió como una leve brisa de aire se manifestaba y al mismo tiempo se cortaba gracias a la presencia del dichoso metro. Sujeto el mango de su mochila cruzada con fuerza mientras esperaba que los pasajeros que venían bajaran y así ella poder subir a tiempo antes de que las demás personas que se amontonaban atrás comenzaran a empujar de forma salvaje como en los conciertos. Cuando bajo la última persona puso sus piernas en marcha lo más rápido que podía y se adentro finalmente en el transporte, y con la misma velocidad que entro se sentó en el asiento que estaba cerca de la puerta. El recorrido no fue tan rápido, pero tampoco tan lento como había pensado, miro la hora en el reloj de su muñeca y corroboro que aún tenía tiempo suficiente —por no decir de sobra—, para llegar a la universidad. Al cabo de unos diez o veinte minutos, el metro había hecho su siguiente parada, donde Hermione bajaría.
Al bajar la joven había tenido la ligera —muy ligera— sensación de haber sido observada, era como una clase de deja-vu, pero la ignoro al seguir su paso firme y subir los escalones que la conducirían a la entrada de la universidad. Al salir de aquel subterráneo Hermione soltó un suspiro de alivio contemplando por milisegundos el vapor que salía de su boca. Contemplo la fachada del campus —la cual le daba un muy ligero aire a la fachada de hogwarts—, de alguna manera se sentía más tranquila que de costumbre, se sentía en su hogar. Sonrió levemente y emprendió camino al interior del campus, observando nuevamente su reloj, noto que aún tenía tiempo libre, así que decidió darse un leve respiro y tomo camino hacia la cafetería. Al llegar fue directo a uno de los locales de Starbucks que había y pidió un café espresso y una rebanada de pay de calabaza. Cuando recibió su pedido se giro sobre sus talones y visualizo una mesa sola, fue y tomo asiento acomodando en un lado su pedido y observo su mochila, no quería ser tan matada como en Hogwarts —le resultaba demasiado difícil intentar no serlo—, sin contener sus impulsos saco algunas carpetas y su estuche de plumas.
"Tranquila Hermione, solo será una hojeada y revisión de que todo esté en orden..."
Se había regañado mentalmente.
Tampoco era que no tuviera que hacer, bueno sí, era eso debido a que gran parte de lo que ella se encontraba estudiando era lo que llego a tratar en el ministerio —donde trabajaba solo medio tiempo debido a sus clases—, también de que en menos de la mitad del semestre ya se había leído todos los libros de derecho que había en la biblioteca del campus. Cuando termino de poner en orden sus cosas —y su desayuno—, abrió su mochila y contemplo su varita, no era que no la usara, tampoco que haya dejado de ser precavida, pero sí estaba en el Londres y una Universidad muggles, entonces no tenía por que preocuparse tanto. Termino de guardar sus cosas y se colocó el tirante de su mochila en el hombro. Paseo por los enormes pasillos, de vez en cuando se detenía a platicar muy levemente cuando alguien se acercaba a saludarla —en su mayoría chicos con los cuales compartía clases diferentes—, dando unos pasos más llego hasta el plantel donde se impartían sus clases, tomo aire y entro al edificio.
¿Qué clase de compañeros le tocarían este nuevo semestre?, se había a costumbrado a pensar en ello desde que sabía que no sería igual que en Hogwarts. Camino por uno de los pasillos sacando su horario para verificar en que aula tendría clase, una vez que lo hizo volvió a tomar aire y lo soltó al a travesar dicho umbral. El aula aún no estaba tan llena aún, había ya algunos alumnos dentro como el clásico grupito que se forma al final en la esquina del aula, el otro que está en la puerta, los que toman asiento en el escritorio en ausencia del profesor y algunos que otros en los pupitres de en medio. Algunas caras fueron conocidas y Hermione recibió los buenos días de algunos de sus anteriores compañeros. Viendo que lugar tomar, al final se decidió por uno que estaba justo en la ventana, no estaba hasta e fondo pero tampoco hasta el frente, colocó su mochila sobre el pupitre y se comenzó a sacar el abrigo y deshizo el pequeño nudo que llevaba en su bufanda para al final sentarse cómodamente y no sentirse tan empalmada. Sabiendo que el profesor aún no llegaba, decidió sacar de su mochila su ipod para escuchar algo de música —lo suficientemente bajo para escuchar cuando le hablaran—, y se quedo observando sin rumbo fijo por la ventana.
—¿Perdón, decías algo? —cuestiono al apenas darse cuenta de que alguien le estaba hablando. Cuando Hermione pudo fijar por completo su vista en aquella persona, notando que era un chico atractivo de esos algo fornidos pero que parecían algo superficial, de esos como si fuesen sido sacado de películas americanas.
—Que sí serías tan amable de cederme ese lugar. —repitió con algo de irritación.
—¿Perdón? —fue lo que Hermione apenas alcanzó articular ante dicha petición.
—Que me des ese lugar. —dijo ahora de una forma más demandante.
Hermione por su parte, en su mente intentaba procesar todo aquello. Viéndolo bien, él sujeto no era para nada feo, pero la forma de ser que estaba mostrando en ese momento dejaba mucho que desear. La joven miró a su alrededor, notando que no estaban llamando para nada la atención y frunció su entrecejo ante la mirada desdeñosa del sujeto. ¿Quién carajos se creía aquel tipo para quererla sacar del lugar ese?, tampoco era que se quisiera poner a montar una escena de discusión con aquel joven, así que haciendo caso a la parte razonable de su cerebro, guardo su ipod, cerro su mochila y tomo su abrigo para ponerse de pie, lo que menos quería al volver de nuevo al curso era montar una discusión. El muchacho al ver que Hermione había cedido ante su petición no pudo evitar sonreír con sorna, al notar eso la castaña volvió a sentir una clase de deja-vu, cosa que volvió a ignorar, iba decidida a marcharse a otro pupitre, aunque no sin antes decirle algo.
—Espero que lo aproveches. —soltó sin tratar de sonar irritada o molesta.
—Al contrario, gracias por ceder, guapa.
Un leve color rojizo se apodero de la cara de Hermione ante tales palabras de aquel joven. A pesar de tener la mayoría de edad, se había contenido a no lanzarle algún hechizo inofensivo aquel muchacho, solo para no armar un enorme alboroto. Tampoco es que no estuviera acostumbrada a recibir esa clase de elogios, pero con las pocas palabras que ya habían intercambiado, se habían ganado algunas miradas curiosas, y eso había puesto un poco nerviosa a Hermione. En su mente tenía una y mil forma de hechizos que lanzarle, pero ninguna forma coherente de responderle a eso o simplemente no responderle y mirarlo con algo de indignación, justo como lo hacía ahora.
—No sabía que los pupitres eran propiedad de otra cosa que no fuese la escuela.
Y ante la tercera voz, tanto Hermione como el muchacho se giraron para toparse con una joven, de tal vez solo unos centímetros —o media cabeza— más alta que Hermione, ojos claros, cabello liso y castaño que le llegaba por debajo de los hombros. Él chico la miro de arriba abajo como si fuese alguien inferior a él, y por otro lado Hermione intentaba caber en su asombro, aunque su expresión dijese lo contrario.
—¿Pansy? —cuestiono sin ocultar su asombro. Pues esperaba todo menos toparse con Pansy Parkinson en la misma aula, y por lo que daba a entender ¿defendiéndola?.
—Granger. —dijo a modo de saludo. Luego posó su mirada en aquel muchacho—. ¿Desde cuando los hombres se encargan de quitar de sus puestos a las señoritas?, Bueno, eso no me sorprende viniendo de ti, Emeth.
A pesar de que Pansy se miraba cambiada y había algo diferente en su ser, ella aún conservaba esa forma de ser tan característica y auténticamente de un Slytherin, tal y como la recordaba. Solo que esa forma de ser que poseía antes con ella o cualquier alumno que viera como inferior en Horgwarts, se centraba solo en aquel muchacho, que al parecer conocía. Emeth ante el comentario de Pansy pareció endurecer su expresión, estaba decidido a responderle, pero Hermione no alcanzo a entender algo que había murmurado Pansy dejando a Emeth sin ganas de querer reprochar algo, este simplemente tomo su mochila y se puso de pie mirando con desdén y enojo al par de muchachas para al final solo irse a sentar a uno de los pupitres de al fondo. Pansy solo soltó un suspiro lleno de desgano, Hermione solo la miró con algo de curiosidad.
—Gracias. —fue lo único que pudo decir la castaña.
—No me lo agradezcas Granger, alguien debía poner a ese sujeto en su lugar.
Hermione al ver que Pansy estaba en su misma aula, solo pudo atinar a pensar en que entonces compartiría clases con ella. Mil cosas pasaron por su mente, se puso algo nerviosa y comenzó a morder su labio inferior, tenía muchas cosas que preguntarle, pero no sabía si hacerlo o no, después de todo, la relación que ambas habían llevado anteriormente no había sido para nada en buenos términos que digamos. Pansy al notar el leve nerviosismo de la castaña, la observo y sonrió con arrogancia. Al no decir nada más ninguna de las dos, y al darse cuenta que obviamente el profesor no llegaría, Pansy rompió el hielo y decidió que ambas fuesen a la cafetería. Aunque no quisiera, tendría que responder a algunas de las preguntas que sabía bien, Hermione había formulado ya en su enorme cerebro. Una vez que encontraron un buen lugar, dejaron sus cosas en la silla restante y se quedaron sin hablar como alrededor de cinco minutos mientras Pansy solo se limaba una de sus uñas.
—¿No piensas preguntar nada, Granger?
—Pues...—la nombrada se removió algo incomoda en su lugar—. ¿Qué haces aquí?, digo, no es para nada normal verte en...
—¿Un lugar lleno de muggles? —soltó con algo de ironía mientras Hermione asentía—. Llevo el mismo tiempo que tú aquí. —Hermione no pudo volver a ocultar su sorpresa—. No eres la única ex alumna de Hogwarts aquí, Granger.—volvió hacer una leve pausa observando como iban quedando sus uñas mientras Hermione la miraba con más intriga—. Después de la guerra, el ministerio logró contactar con la mayoría de los hijos de los seguidores del señor tenebroso, según el ministro en vista de que éramos muy jóvenes aún, en vez de enviarnos a Azkaban, nos ofrecieron otra clase de castigo, que pudiera mostrar que de verdad nosotros estábamos intentando volver a tomar un buen camino dejando de lado las diferencias sociales con los magos mestizos y los magos nacidos de muggles, algunas cosas eran hacer servicio comunitario en el mismo ministerio, o en donde ellos que lo proponían, así que al final algunos como yo decidimos al final tratar algo más sencillo.
—Estudiando nuevamente.—murmuro Hermione, Pansy solo asintió—. ¿Mezclándote con todos estos muggles? —cuestiono no tan convencida.
—Al principio fue algo incomodo, me costo trabajo adaptarme al tipo de vida de los muggles, pero nada que no pudiera lograr.
—¿Cómo es que nunca nos vimos?
Hermione seguía mirándola un tanto curiosa, le era difícil de creer que Pansy llevara lo mismo que ella en la universidad, viviendo en el Londres muggle, pero de cierto modo lo creía por la parte del ministerio que Pansy había mencionado. Aun le costaba asimilar todo aquello, luego de ver como la joven de ojos claros sacaba su celular —algo muy muggle, pero muy útil para el gusto de Pansy— y tecleaba algo en este para al final volverlo a bloquear y dejarlo sobre la mesa.
—La pregunta aquí sería, ¿Cómo es que tú no nos has notado hasta hoy, Granger?
—¿Ya me habías visto? —Pansy solo asintió—. ¿Por qué nunca me dijiste nada?
Pansy la observo como si la respuesta fuese lo más obvio del mundo, aunque sí lo era. Hermione se quiso dar de golpes contra la mesa y luego se calmo nuevamente esperando a que Pansy dijera algo.
—Porque, al principio no sabía si eras o no tú, sin el nidero de cabello tan alborotado es difícil reconocerte, Granger. —añadió con algo de burla, pero Hermione noto que no era esa clase de burla odiosa—. Después, algunas veces intente hablarte, pero siempre estabas de un lado a otro y era imposible alcanzarte teniendo en cuenta que al principio no sabía ni siquiera en donde me encontraba parada.
—Hace un momento que me contabas el porque terminaste aquí, mencionaste un "¿Cómo es que tú no nos has notado hasta hoy?", ¿hay alguien más? —Pansy soltó una ligera carcajada ante las preguntas y expresiones que hacía Hermione.
—Pues digamos que...
—¡Pansy! —se escucho una voz masculina.
La nombrada alzo más su rostro y su mano haciendo una seña de donde se encontraba al joven que la había llamado. Hermione al sentir a alguien detrás suyo volteo muy levemente topándose con otro de sus ex compañeros de curso.
—Llegas temprano, Nott. —dijo Pansy a modo de saludo.
—Muy graciosa. —el muchacho apenas se percato de la muchacha que estaba frente a Pansy—. Granger, ¿Ya se dio cuenta al fin?
—Pues...
—¿También tú, Nott? —cuestiono Hermione sin sorpresa alguna ya.
Nott solamente asintió y tomo asiento en la silla que estaba sola.
—Zabini también esta aquí. —añadió el joven de cabellos oscuros, haciendo que Hermione mirara asombrada a Pansy, la cual solo asentía—. Pero creo que él si llegará más tarde.
—Tratándose de Zabini es probable que llegue a mitad de todo su horario.
Hermione se comenzaba a sentir un poco incomoda estando en medio de la conversación que los antiguos Slytherin estaban llevando a cabo, más incomodo porque en ningún momento se habían detenido a llamarle sangre sucia, algún insulto o cualquier comentario nada agradable hacia su persona.
—Y que lo digas, aunque Malfoy tampoco se queda atrás, el semestre pasado aún llegaba tarde a todas sus clases porque decía que es fácil perderse entre los pasillos llenos de muggles.
—Draco y sus típicas excusas. —acoto Pansy, para luego soltar una pequeña carcajada al ver la expresión de Hermione.
—¿Qué le pasa a Granger? —pregunto Nott intentando no burlarse de la expresión que estaba plasmada en la cara de la nombrada.
—¿Malfoy también está aquí? —cuestiono ahora sí completamente sorprendida.
Pansy y Nott solo intercambiaron miradas haciendo una mueca que parecía más bien una sonrisa ladina.
—¿Te incomoda estar entre serpientes, Granger?
Al escuchar aquella voz un tanto odiosa que arrastraba cada palabra que salía de su boca, Hermione no se contuvo y se giro completamente para toparse con él. Con su típico cabello rubio-platinado, más alto y podría jurar que también más pálido que la última vez que se vieron y esos ojos grises llenos con aires de grandezas pintados en su rostro.
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¡Hola!, se preguntarán que clase de loca soy (?), sí, adoro el romione y respeto las parejas que J.K dejo, pero el Dramione es mi perdición, mi otp todoh (?), so...no tengo mucho que decir, espero que les haya agradado esté primer capítulo...no pensaba -ni pienso- hacerlo tan largo, pero tardaré lo que tenga que tardar en actualizar (?), tal vez se vea medio cliché en algunas partes, pero, habrá unas cosas que conforme avance la historia irán tomando otro giro, la verdad no creo que ni siquiera pase de diez o siete capítulos este fanfic xD, también cabe de añadir que después de mucho tiempo -otra cuenta nueva y sin dejar de ser lectora fantasma- me he animado al fin públicar algo del fandom de Harry Potter, solo no me maten plz :'v
so, espero que haya sido de su agrado, sin más ya me voe yendo que es tarde (?)
~Chachos~
