Renuncia: Ranma 1/2 es de Rumiko Takahashi.

Editado: 17/12/2018, así de la misma manera con todas mis historias.


Momentos Inolvidables


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A Akane le acaricia el viento frio en las mejillas sonrojadas, que le causan un cosquilleo aparte de la razón que descansa sobre su regazo:

Ranma entregado a los brazos de Morfeo.

No sabe cómo reaccionar ante sus emociones, mucho menos al joven que tiene encima y este que no parece inmutarse de lo que ocurre en ese momento con la azabache. Sin embargo, Akane no planea fastidiarle el sueño —si lo aparta o algo, quizás lo despierte— y el joven se veía realmente cansado.

Por lo tanto, se resigna a tenerlo ahí.

Akane va a esperar a que despierte (y esperaba que fuera pronto), hasta que se percata de su rostro. El rostro de Ranma se ve tan plácido. En ese momento, la imagen de Ranma era enternecedora, tanto que quizás Akane hubiera pensando que es muy guapo. Ella automáticamente se golpea mentalmente por ello y se sonroja un poco.

No, no y no. No puede pensar en eso. Aunque si fuera verdad.

Si, el joven Saotome era guapo y por eso es que tenía chicas detrás de él, sin mencionar a aquellas tres molestias y cada una más loca que la otra por conquistar al chico. Shampoo, Ukyo y Kodachi le causan grima con sus apariciones. Se daban a golpes por la atención del muchacho de trenza.

Akane no se les unía, a pesar de ser ella su prometida, pero siempre repetía que lo odiaba por lo que quizás no tenía derecho a decir algo.

Pero, siempre había esas pequeñas situaciones inesperadas entre ellos dos, los dos solos.

Ranma parecía...

Como si un niño que está cansando luego de jugar con sus amigos y su madre lo recibe entre sus brazos.

Algo así, se podría decir. Solo que Akane no es la madre, ni Ranma es un niño. Ambos son adolescentes con las hormonas alborotadas y Akane siente las mejillas más rojas que en un principio. Por un segundo pensó que lo mejor para su salud mental, seria apartarlo de una vez y que se las arreglará él solo y la deja a ella en paz… solo que, quizá no quería malograr el ambiente. En que la tranquilidad y ellos dos era presente. Que Ranma se veía tan tierno, tan diferente y tal vez…

A Akane le gusta ver a Ranma dormir, tal vez…

Como se mencionó antes, la imagen de Ranma es enternecedora, tanto que cualquier mujer cae a sus pies y Akane no es la excepción. Sí, es una mujer, aunque el idiota de ahí piense lo contrario.

Ella acaricia sus hebras con dulzura sin importar nada. Estaban solos, no había nadie que les molestara y eso le gustaba. Así, Akane podía permitirse ver ese lado que tiene Ranma Saotome, tan fuera del grosero habitual. Quizás Ranma si es ese alguien con el quisiera pasar el resto de sus días.

Son esos pensamientos que la enrojecen aún más. Es demasiado joven para pensar en eso, pero quien sabe, si es su prometida después de todo. Pero es solo cuestión de esperar a como suceden las cosas. Tanto a ella como a él no les importa que un día (el día en que se conocieron) sus padres los hayan comprometido y ya. A regañadientes de cada uno porque simplemente no querían eso. Pero, él tiempo ha pasado desde entonces y esos dos chicos se conocen cada vez más. El amor puede fluir, ¿sí? no necesariamente. Solo Akane puede admitir que su vida hasta entonces no sería la misma sin ese chico y que por ello le aprecia demasiado.

Eso piensa mientras sonríe, acariciando su frente y sus hebras. Ranma también sonríe entre sueños. Así por un poquito más, porque son momentos inolvidables.