Ni recuerdo como estuvo que retomé mi amor por esta serie, supongo que fue la repentina noticia de HABRÁ 6TA TEMPORADAAAA! *Confirmado por la mismísima Tara Strong en La Mole*. O quizá fue el AMV que por fin hice de Raven y Chico Bestia (Sweet Sweet Cendrillion Drug). Sea como sea, tras mucho tiempo, vuelvo a mi primer amor fanfiquero, con un one-shot
Los jóvenes titanes no me pertenecen porque si no habría algo de yaoi, Robin andaría sin camisa y Terra habría muerto muy dolorosamente.
Hacía un calor del demonio. Nadie mejor que ella para describir semejante tipo de calor, la hija del demonio Trigon. Tampoco podía dormir. Para colmo de sus males, tenía hambre y mucha sed.
Con malhumor, se levantó levitando, agradeciendo que, tras el regreso de Japón, Robin les concedió la libertad de usar ropa normal en la torre. Raven llevaba un blusón de dormir color negro, a medio muslo, de tirantes delgados. Más al llegar a la sala, escuchó el ruido del televisor. Atravesó la puerta, en silencio. Era Chico Bestia quien miraba los infomerciales de las 3 de la madrugada.
-¡Ya te oí Cyborg, ni pienses en...!- gritó el metamorfo, hasta que volteó y vio a Raven, sonrojada de ser encontrada en paños menores- ¡Lo siento!- rápidamente se tapó los ojos y giró la cabeza. Pero nada le quitó de la imaginación lo que vio.
-Solo vine por algo de comer o de tomar- dijo la hechicera, abriendo el refrigerador y revisando su basto contenido y sus opiniones al respecto: glor -No, gracias-, algo verde que parecía que cobraría vida -definitivamente, no- y las cervezas de Cyborg -De acuerdo, se toma una al día, para la digestión y me dijo que me haría bien una, por prevenir cáncer o no se-. La chica frunció el ceño. Sería mas fácil calmar la sed, de no ser que el dueño del alcohol no había reparado el purificador de agua.
Miró a Chico Bestia, enfrascado en un comercial de una banca giratoria que se convertía en parrilla y además alejaba a los mosquitos. Supuso que no vería lo que estaba por hacer: tomar una lata de cerveza y bebérsela lentamente.
Todo iba bien con el primer sorbo. Y con el segundo, quizá tambien con el tercero, el cuarto casi fue descubierta, pero logró ocultar la lata y hacer como que seguía buscando algo, pero para cuando Bestia volteó y todo por un ruido extraño, Raven seguía levitando, riendose por lo bajo.
-¿Que clase de idiota va a comprar eso?- soltó la carcajada y dejó de levitar, evitando el golpe porque logró abrazarse del refrigerador. El chico verde se levantó y corrió a ayudarla a estabilizarse.- ¡Deja, que dejes, pervertido!- siguió riéndose, tratando de safarse de él.
-Sé que el agua del drenaje puede estar algo contaminada, pero no tanto como para que te pongas así, Raven- intentó hacer un chiste. Aprovechando su "nueva estatura" o sea, los 5 centímetros que había crecido desde lo de Tokyo, la cargó a caballito- Será mas fácil si voy y te dejo en tu cuarto.
-¡Esto es tan divertido!- nomás sentirse encima de su espalda, se dejó caer, casi provocándole un sangrado nasal a su intento de héroe, quizá a culpa de que Chico Bestia insistía en dormir en ropa interior.- ¡Y sabes que es lo mas divertido! ¡Le falta una cerveza a Cy!- continuó riendose- ¡Yo me la tomé!
-¡Deja de resbalarte, Raven, es dificil! ¿Que... te tomaste una cerveza?
-¡Shiiii!
-¿Y nunca antes habías tomado alcohol?
-Noup. En la Orden estaba prohibido.
-Con razón se te subió tan rápido- suspiró, entrando al cuarto de la chica- Bien, este es tu cuarto, así que te dejo aquí, buenas nooo...
La chica lo había jalado del brazo a su cama, aún mas divertida y muerta de la risa, en tanto que el otro se preguntaba si no estaba teniendo uno de esos sueños típicos que empiezan en la pubertad y terminan entrada la vejez.
-¡Estoy bien borracha! ¿Te confieso algo y no se lo dices a Chico Bestia?
-Rav... yo soy...
-¡Me gusta!- se rió, poniéndose boca arriba- Sonará tonto, lo sé, porque el es un tonto y yo muy lista, él divertido y yo seria. Pero creo que en el- el hipo apareció- hic... fondo somos bastante similares. Y eso importa ¿No, hip?
Chico Bestia se quedó callado, mirándola reir e hipar. No sabía si era producto de la borrachera o si era verdad.
-Supongamos que mañana él te lo pregunta... ¿le dirás lo mismo?
-¡Seguro que... hip... sí! ¡Aaah... que sueño!- se giró y miró a Chico Bestia a los ojos, sonriendo- ¡Que descanses!
-¡Espera, suelta mi... ah ya se durmió!
¿Así que le gusto? sonrió Chico Bestia, no muy dispuesto a irse, por el momento.
