Resumen: La joven ilusionista de los Varia comienza a padecer extraños síntomas y todo indica que puede estar embarazada. ¿Cómo llevará el escuadrón de asesinatos esta situación? ¿Qué hará al respecto el posible padre del bebé? Fem!FranxBel.
Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! es propiedad de Akira Amano.
Tempesta di Nebbia
Capítulo I: ¿Qué está pasando?
Tick, tock.
Besó desesperadamente sus labios, ese momento era exclusivamente de ellos y podría hacer cuanto se le antojase. Introdujo la lengua en la cavidad contraria, explorándola, saboreándola. La manera tímida y torpe en que le correspondía los besos lo estaba volviendo loco; eran como una droga para él, no podía evitar que su sangre hirviera; quería más, mucho más. Y un príncipe siempre obtenía lo que quería.
Tick, tock.
Tomó sus caderas atrayéndole contra él, así como ella rodeó su cuello con los brazos intentando que no hubiera ni un centímetro de distancia entre ellos. Se deshizo de la molesta tela que separaba sus cuerpos, sintiendo la calidez y textura de su pálida piel, los latidos de su corazón contra su pecho, el pegajoso sudor que empezaba a hacerse presente, como la carne se le ponía de gallina dejando un rastro de fuego ahí donde le acariciaba, todo. Poco a poco sus cuerpos se fueron fundiendo, todo carecía de sentido, nada importaba, solo el momento que estaban viviendo. Era como si cada hueco de su cuerpo estuviera perfectamente diseñado para que encajara con el suyo; así como las piezas de un rompecabezas.
Tick, tock.
Desde que entró en ella, el vacio que siempre sintió de repente se cobró un nuevo significado… se sentía completo. Algo realmente difícil de explicar, era como si lo que siempre faltó en su cuerpo estuviera ahí, la pieza restante del juego. Desde el primer beso hasta el momento en el que se derramó su semilla e incluso el tiempo en el que esta quedó recostada sobre su pecho, había resultado mágico, se complementaban mutuamente. Eran dos corazones que latían como uno solo.
Tick, tock.
Así fue como un cuchillo se clavó en el reloj que decoraba la pared, logrando al fin silenciarlo. Resopló mientras se tocaba la frente debajo del flequillo que cubría sus ojos, sintió un sudor frío y volvió a resoplar. ¿Cómo era que el príncipe destripador se sentía tan nervioso?
El rechinar de una puerta abriéndose llamó su atención nublando cualquier pensamiento que cruzara por su mente.
De ahí salía una joven de tez pálida, cabellera y orbes de un intenso verde aquamarina… y un rostro completamente carente de expresión. La sucesora de Mammon iba acompañada de un doctor de avanzada edad; el cual según les habían informado era el mejor en su especialidad; quien le indico que regresara la próxima semana por los resultados del análisis. Asintió casi mecánicamente y se apresuró a salir del lugar sin siquiera dirigirle una mirada a la recepcionista que se despidió energéticamente de ella. Belphegor le siguió de igual manera, ignorando olímpicamente a ese par de personas.
—Ushishishi~ ¿Froggy está nerviosa? —Inquirió el rubio, tras caminar varias cuadras hundidos en un silencio incómodo
—¿Y usted, sempai? —Replicó la joven ilusionista con una fría indiferencia, a decir verdad no tenía ganas de pelear con su superior, estaba cansada y un tanto adolorida. ¿En verdad las mujeres tenían que hacerse ese tipo de chequeos frecuentemente? Admirable, pero era otra de las razones por la que Frannie no tenía el menor interés en preocuparse por su salud íntima. Continuó con su andar hasta la residencia Varia, pasando por alto cualquier comentario de su acompañante.
En primer lugar, ¿por qué tuvo que ir a ver un doctor? Y es que todo había comenzado más o menos así:
Era una mañana común en Varia. Squalo gritando su típico ''Voi'' a diestra y siniestra, Levi tratando desesperadamente de obtener la atención de su bossu sin mucho éxito, Lussuria conversando animadamente con una de las doncellas a su servicio, Bel lanzando cuchillos a los curiosos subordinados que pasaban por ahí y Xanxus que solo se dedicaba a comer en cantidades ridículas; pero la ausencia de una persona era notoria.
—Mou~ ¿Dónde está la adorable Frannie-chan? —Preguntó la mamá de los Varia, Lussuria, con exagerada preocupación. –El desayuno es la comida más importante del día.
—Ushishishi~ Deja a la rana en paz, Luss —habló Belphegor con fingido desinterés, justo cuando aparecía la susodicha.
Frannie nunca había sido la felicidad andante, siempre manteniendo un rostro y hablar monótonos ocultando cualquier tipo de sentimiento, pero ahora se veía completamente demacrada. Su blanca piel ahora parecía traslúcida al grado de que en ciertos puntos se podían apreciar sus azules venas. Debajo de sus apagados ojos se mostraban unas enormes ojeras, las ropas le colgaban sobre el cuerpo e inclusive el ridículo gorro animal que le era obligado a usar se deslizaba hacia abajo, recalcando su exagerada pérdida de peso reciente.
Frunció el ceño para sus adentros, no le gustaba ser el centro de atención.
—Ohayou~ —saludó con tono aburrido, tomando un lugar en la mesa. Se limitó a tomar un café del amplio buffet frente a ella, el olor de la comida le producía arcadas.
—Frannie-chaaaaaaaaaaaaaan~ —canturreó Lussuria acercándose a la ilusionista y darle un masaje en los hombros—. ¡Pero mira que mal aspecto tienes! Deberías comer algo, querida —dijo mientras depositaba diferentes platos frente a la menor, la cual se sentía cada vez más mareada.
—Estoy bien, Luss-san —susurró apenas audible, en realidad no tenía nada en el estómago que pudiera vomitar en ese momentos, pero prefería no correr el riesgo.
—Nou, nou Frannie-chan, como tu madre es mi deber supervisar que lleves una buena alimentación —y he ahí de nuevo los aburridos rollos de maternidad que se cargaba el guardián del sol.
Dos cuchillos pararon en la mesa, frente a Frannie. —Sempai… —Dijo después de tomar una pequeña bocada de aire—. ¿Le importaría cuidar un poco mejor el mobiliario de la casa? Al estúpido jefe no creo que le guste su actitud —por su parte, Xanxus gruñó.
—¡VOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO OOOOOOOOOI! ¡COME DE UNA PUTA VEZ, FRAN! —Rugió el tiburón, señalando acusadoramente con su espada.
Y como quien no quiere la cosa, Levi empujó un plato de humeantes huevos revueltos a la rana, la cual al percibir el olor de aquel suculento platillo, se levantó de la mesa empujando a Lussuria y otro par de personas mientras cubría su boca, corriendo en dirección al baño.
Bilis y otros líquidos salieron violentamente de su estómago justo cuando se inclinó en la taza del baño. Joder, ¿qué le estaba pasando?
En el comedor todo fue completo silencio por un par de minutos, ante las miradas atónitas de los miembros del escuadrón de asesinatos. Ya que por primera vez —en casi diez años de servicio—, su guardiana de la niebla había mostrado algo más que una cara de poker. El líder Varia le dirigió una significativa mirada al sol, quien solo asintió y se dirigió a su despacho, como mamá tenía que hacerse cargo de la situación.
—¿De verdad has comido bien? —Le espetó Lussuria, cruzándose de brazos mientras miraba fijamente a la ahora aseada y alimentada ilusionista.
—Claro que como, lo de siempre —replicó después de darle un sorbo a su té—. Pero llegan esos extraños mareos… y casi todas las mañanas vomito… —Se removió incomoda en el asiento, pero siempre manteniendo indiferencia al hablar.
Lussuria se llevó el dedo a la barbilla pensativo, ya había descartado varias enfermedades estomacales —después de una larga serie de preguntas y respuestas—, ya que no presentaba ningún otro síntoma de las mismas. Una idea cruzó por su cabeza, podría considerarse una idea de lo más ridícula teniendo en cuanta con quién estaba hablando, pero era una idea a final de cuentas y preguntar no le costaba nada.
—Frannie-chan~ ¿Cómo vas con tu período?
Se atragantó con el té y le miró perpleja —¿Mi… período?
—Precisamente —asintió, mirando insistente a la menor.
¡Mierda! ¿Qué se supone que debía contestar a eso?
—Pues… no lo sé, Luss-san. No suelo prestar atención a eso —lo cual era cierto, desde su primera menstruación no se preocupó por llevar ningún tipo de conteo ni nada por el estilo, cuando le tocaba, tocaba y ya.
Otro momento de silencio. Millones de cosas pasaban por la mente de ambos guardianes.
—Y… uh... Frannie-chan… ¿has tenido relaciones con alguien últimamente?
Frannie se quedó sin habla, por primera vez en mucho tiempo no tenía una ingeniosa réplica para dar. Abrió y cerró la boca intentando articular palabra, pero simplemente no salía nada de sus labios.
Lentamente, un intenso rojo carmesí cubrió su cuello y mejillas, ya no había necesidad de responder.
Lussuria asintió y soltó un largo suspiro. —Mou~ Creo que ya se lo que tienes.
Notas de la sensual autora(?): Oh si bueno... disculpen cualquier fail que pueda tener, aun soy primeriza en esto de escribir y así ;/; Se aceptan quejas, sugerencias, etc... ¡Y gracias por desperdiciar su valioso tiempo leyendo mis tonterías! En verdad se aprecia u ú
