Cúbica Odisea
Capítulo 1
La creación de un mundo
Es verdad, sí, el espacio es oscuro, vacío y sin nada. Un lugar en el que reina el silencio, la oscuridad y la soledad. Pero a veces, en ese sitio al que llamamos Universo ocurren cosas espectaculares. Por ejemplo a veces se crea vida, como en este caso.
Todo comienza con la destrucción, y después la destrucción llega la belleza.
Ríos de lava, volcanes, gases tóxicos… Así empezó este pequeño gran planeta. Tras milenios de caos, llegó la oportunidad de este mundo: la vida.
Siempre se empieza con un pequeño ser, en este caso, el Crymelios, la primera célula viva. Éste se empezó a multiplicar, creando El Núcleo de la Vida, formado por millones de estos seres unicelulares, y del cual surgió todo lo que conocemos ahora.
Nadie sabe lo que ocurre dentro del Núcleo de la Vida, pero se dice que si llega a desaparecer, toda la vida existente moriría, como si éste se tratara del primer eslabón de una gran cadena.
Capítulo 2
El gran regalo de la vida
El núcleo empezó a formar seres vivos en su interior, dándoles formas y habilidades que los distinguirían de los demás. Creó animales, distintos a las otras criaturas, seres comunes. Y, al final, creó al ser humano.
El humano era diferente a los otros, podía razonar y pensar, pero tenía una meta que siempre intentaría conseguir: la felicidad.
Al principio de esta época, conocida como "Edad de la vida", todos los seres convivían y se ayudaban, como un gran pueblo. Todo era paz y armonía. Seres se casaban con humanos y humanos con seres, porque seres y humanos no tenían diferencias.
Pero un día, un humano, llamado Alias, tozudo y cruel, fue mas allá de lo imaginable para conseguir su felicidad.
Capítulo 3
El error que marcó la historia
Alias estaba empeñado en tener un imperio, y ser él el Emperador supremo de aquel. Su codicia crecía más cada día, y su deseo de poder le llevaría a hacer cosas espantosas. Llegó el día que se hizo una pregunta que marcaría la historia para siempre:
-¿Si yo quiero un imperio, por qué debo compartirlo? Sólo los humanos serían fieles a mí, no me puedo arriesgar a que las criaturas no estén de mi lado. No deben existir.
Desde entonces, estuvo persiguiendo esa meta, intentando convencer a la gente de sus creencias, pero nadie le apoyaba. Alias, enfurecido, se liberó de su ira matando a una criatura inocente.
Todas las criaturas huyeron de allí, pero se presentó el jefe de las criaturas. Era alto y de color negro.
-Tú, Alias, no mereces estar entre nosotros, por acabar con la vida de un inocente. Por eso, el Consejo de Especies ha decidido desterrarte.
Alias se negó a irse de sus tierras, así que, enfurecido, atacó sin piedad al jefe, que huyó gracias a su misterioso poder.
Capítulo 4
La Edad de la Guerra
Después de aquel intento de acabar con el jefe, los pocos que apoyaban a Alias decidieron seguir sus pasos y condenar a todas las criaturas por desterrar a uno de los suyos. Algunas criaturas respondieron a aquella violencia con más violencia, atacando a aquel pequeño ejército que apoyaba a Alias.
A la huida de los humanos por miedo a perder su vida, las criaturas declararon que ellos eran seres peligrosos, así que a las personas no les quedó mas remedio que acompañar a Alias, les gustara o no.
Con los años de guerra, los humanos crearon una sociedad, mientras que las criaturas vivían por su cuenta, salvo los Enderman. Éstos crearon su propio mundo, y se limitaban a huir de las personas, en vez de perder tiempo atacándolas.
Los humanos crearon poblados y cultivaban comida. Tenían granjas y herrerías; eran una sociedad muy avanzada.
