Cap. 1 = Decisiones.
¿En qué momento dejo de ser una batalla por que JunPyo no me amara y paso a ser una donde el objetivo principal era verme destruida no importando si en todo ese caos eran lastimadas las personas que yo amaba?, GaEul, JiHoo, el abuelo, y todos los que me ayudaban y pensaran hacerlo estaban en la misma lista negra, sin salvarse ni por ser los amigos de su hijo, o si era su hija, no, a ella no le importaba eso, ni siquiera tenía consideración de que fuera su propia sangre la que cayera en la batalla, no tenía vergüenza, no tenía limites, peor aún, ella no tenía sentimientos…. por más que me devanaba los pensamientos en intentar encontrarle una razón lógica por la que hiciera todo esto no la encontraba, y eso no solo me dejaba angustiada, si no también me lastimaba, el pensar no volverlos a ver por protegerlos hacia que aunque fuera lejos y en este lugar me sintiera útil, como si con eso fuera a devolverles lo mucho que habían hecho por mí, el simple gusto de hacerme sufrir lo había conseguido sin esfuerzo, supo por dónde atacarme y al final había ganado, yo me había dado por vencida, me había rendido sin luchar, o tal vez era que había peleado ya demasiado y me había cansado de obtener el mismo resultado siempre, de alguna u otra manera era la de nunca acabar, JunPyo y yo estábamos juntos, y luego nos peleábamos, nos separábamos, yo corría a refugiarme a los brazos de mi bombero y cuando él se encargaba de arreglar mis problemas regresaba de nuevo a comenzar una nueva etapa con el heredero Shinhwa, por esa razón me sentía mucho peor cada vez que miraba a JiHoo, porque no solo era mi mejor amigo, el que siempre me sostenía en las adversidades si no que también el que sufría conmigo en cada situación que me lastimaba y a veces paraba abusando de su amabilidad y de su cariño incondicional, no… a veces no, siempre.
-Fui una insensible- me dije en voz alta al recordar que había dejado al abuelo no solo en evidencia por protegerme si no también lo había puesto en vergüenza, él me había defendido en la tienda de avena, diciéndole a la señora esa que no me tratara duramente en el futuro, porque yo sería esposa de su nieto, que me había escogido como la mujer de JiHoo, y que me veía como parte de la familia, y yo…. Yo me había atrevido a salir con JunPyo sabiendo que estaba furiosa por que JaeKyung había arruinado la fusión de Shinhwa y JK Group, y sabiendo que ante ella, según las palabras del abuelo yo era la prometida de JiHoo, ¿entonces por qué debía de buscar y salir con JunPyo? y ahora, ahora había huido, había huido dándole la razón de que yo era una cualquiera, una mujer aprovechada y que solo buscaba dinero y oportunidades de salir de mi pobre condición…. Y dejando tras de mi a todos preocupados, dejándolos atrás por su bien…. ¿o acaso por mi bien? ¿Sería posible que en realidad me había ido pensando en hacerles bien cuando en realidad estaba pensando en mí y en lo que estaba soportando? solo de pensarlo me molestaba, porque yo no era ninguna temerosa, ni una cobarde, yo enfrentaba mis problemas con la frente en alto, aun si eso significara caer en el intento, y era lo que menos estaba haciendo.
-JanDi…. Eres una cobarde- mi interior me gritaba que no me había ido por protegerlos, que no había ido a enfrentar a la presidenta Kang por ayudar a las personas que amaba, sino que lo había hecho por protegerme a mí misma, y por resguardar mí ya maltratado corazón de todo lo que había pasado, ¿pero, acaso los F4 o GaEul, o el abuelo se habían ido de mi lado pensando que sería lo mejor para mí en algún momento, solo por protegerme, solo por hacerme bien, solo por no ser un obstáculo? ¿Acaso JiHoo me había dejado a mi suerte aun cuando había peleado una y otra vez con JunPyo por mi culpa? ¿lo abandonaría de igual manera como lo había hecho el abuelo hacia tanto tiempo? ¿era capaz de hacer algo así? ¿Acaso en realidad no me daba cuenta de que cuando yo sufría lo hacían los demás, y ahora que ellos sufrían lo haría yo? Ya lo estaba haciendo, y si les dolía como a mí, entonces no valía la pena alejarme por más que pensara que fuera lo correcto.
Mi vida era como una telaraña, una estructura hecha a base de mis sueños, deseos, sucesos, logros, y recuerdos, y en cada uno de esos hilos, a cada uno de los lados de mi interior se situaba una persona, alguien que me hacía funcionar, alguien que unía mi alma, alguien que se encargaba de ser ese pegamento y esa seda que mantenía mi esencia en su lugar aunque por momentos pareciera que iba a hacerme pedazos sabía que no sucedería porque estaban ellos puestos en su lugar, pero en el centro, jalándome hacia el suelo se encontraba la persona más importante de mi vida, Goo JunPyo, aún seguía siendo esa persona para mí, la persona a la que amaba, por la que daría mi vida, pero a la que lastimaba empecinándome en tenerla a mi lado, cuando sabiendo que al desafiar las cosas solo le ocasionaba problemas, eso no era justo, de ninguna manera porque habían más personas que esperaban cosas de mí, y si me dejaba arrastrar por él hacia abajo, venciendo mis fuerzas, abría un momento en el que ni los demás hilos podrían contenerme y caería en el precipicio y me destruiría como una figura de cerámica que no ha sido tratada adecuadamente para resistir, no solo yo, si no a él también, a la familia Shinhwa, y a mis amigos, corriendo el peligro de arruinar no solo mi existencia si no la de ellos de paso.
Si a la telaraña de mi vida, le hacía un agujero en el centro, estaba segura que podía volver a repararla, no solo con mis propias fuerzas, si no con la ayuda de los hilos que estaban a la orilla, pero sí en cambio, mi telaraña era lastimada desde los extremos, se averiaría tanto que se destruiría y la tendría que volver a hacer, el caso era que en mí ya no quedaba la suficiente seda para crear una nueva, pero si, para reparar el centro, así que me daba cuenta de que no podría comenzar de cero porque simplemente habían personas que no podría solo quitarlas de mi vida y seguir, definitivamente volver a nacer no era una opción, pero sí lo era crecer y reparar todo, a modo de que fuera más fuerte que antes.
-JanDi….. Ayúdame- me dijo mi madre cuando ya regresábamos de vender lo que mi padre había pescado
-Voy Mamá..- y corrí hacia ella, quitándole uno de los recipientes plásticos donde aún se podían ver algunos cangrejos y pescados, nos había ido muy bien, y eso me daba alegría y la tranquilidad de que tal vez después de todo, las cosas marcharían bien, así que convencida de eso, sonreí y mi madre lo hizo también.
-Podría haber sido genial si hubiéramos vendido el resto de esto- comento ella mientras llegábamos a casa
-¡Mamá, estoy hambriento!- comento mi hermano al salir a nuestro encuentro
-¡Oh! Lo siento, San. Lo tendré listo pronto.-
Acaricie el cabello de mi hermanito y me dispuse a ayudar a mi madre a cocinar, ya que no estaba estudiando y me había regresado con ellos, significaba que no podía simplemente esperar a que me atendieran y quedarme de brazos cruzados, debía de trabajar y aliviar las penas de mi familia.
Nos dimos la vuelta al ver que el grupo de señoras que vendían con nosotros en el puerto, se acercaban molestas hacia donde estábamos.
-¿Que está pasando?- dijo mi madre
-¿Qué pasa? Eso es lo que venimos a preguntarte a ti- dijo una de ellas
Tanto KangSan mi madre y yo nos sorprendimos por que no entendíamos nada de lo que nos querían decir.
-¡Hay un límite para que dejes de pensar cuan estúpidos somos las personas de aquí!, ¿Qué clase de estafa estas intentando de armar?- volvió a decir bastante alterada, y yo seguía sin entender.
-¿Una estafa?- pregunte sacándome la paleta que cargaba en la boca y asustándome realmente sobre las ideas de la mujer
-¡Dijiste que tu serias la futura nuera del grupo Shinhwa! Mi hija me dijo que otra chica es la prometida del hijo del grupo Shinhwa.- dijo y la sola mención me hizo sentir un dolor agudo en el pecho, allí estaba de nuevo ese estúpido amor que aun sentía por JunPyo y que se negaba a desaparecer aun cuando ya sabía que la solución era olvidarlo y enfocarme en las demás personas que hacían que mi vida no fuera un infierno.
-¿Lo ven? Esta mujer es la heredera de un grupo más grande que Shinhwa- comento otra mujer enseñándonos una revista que no había visto que cargaba hasta ese momento y en la cual se podía ver a JunPyo y a JaeKyung en las fotos de la promoción de celulares del grupo Shinhwa
-El hecho que iban a casarse fue incluso anunciado en las noticias-
-Son noticias pasadas- dijo KangSan mientras que yo sentía como se me comprimía el corazón recordando todo lo que había sucedido.
-¿Ah?... ¿Cómo?.. Entonces quieres decir que eres realmente la futura nuera de Shinhwa? Comento la primera señora que nos había gritado calmándose un poco, y al parecer dispuesta a darnos una oportunidad si se lo afirmaba.
Mi madre y mi hermano me voltearon a ver y pudieron notar que la noticia me incomodaba y me hacía sentir triste
-Bueno, tampoco es así.- dijo KangSan
-¡No nos importa! Solo devuélvenos el dinero que te prestamos ahora mismo-
-¿Ahora mismo?- pregunto mi madre nerviosa y asustada, de pronto caí en la cuenta que no teníamos dinero, solo justo lo necesario para no morirnos los 4, así que ¿cómo podríamos juntar lo que las acreedoras nos estaban cobrando? Sentí como si el aire me faltara y mi corazón fuera a explotar, estábamos en apuros, uno muy grande y si mi papá se enteraba se iba a poner enfermo, como le había sucedido antes, no sabía cómo saldríamos de esto, no tenía quien me ayudara.
-¡Sí! Uno nunca sabe… Te puedes escapar a media noche sin devolver nada- comentaron de nuevo furiosas y haciendo que la poca felicidad que había mostrado mi madre hacia unos minutos ahora no existiera.
-Eso es verdad…. Mira todo lo que ya te sentaste y recibiste sin hacer nada, no hay diferencia entre eso y estafarnos- volvieron a decir casi escupiendo las palabras porque mi mamá se tapó la cara y se hizo para atrás.
-¡Paganos con interés… ahora mismo!- dijeron a los gritos y se abalanzaron a sacar y a quitarnos todo cuanto estuviera a su alcance,
-¿Porque todo tan de repente?- escuche que dijo mi mamá, mientras que tanto KangSan y yo tratábamos de cerrar la puerta para que no se metieran a la casa a sacar lo poco que teníamos, en un rato todo eran gritos y bullicio, y nos empujaron apartándonos de lo que protegíamos sin que pudiéramos hacer mayor cosa, eso me dejo sintiéndome impotente al ver como se llevaban las cosas que teníamos con tanto esfuerzo, no solo era lo que nos había sobrado de la venta, si no también estaban cargando con el reloj de pared, las sillas, algunas cortinas y hasta con el jabón para lavar la ropa, no sabía ni para dónde ir, mientras ya algunas estaban en la casa tratando de sacar también las cubrecamas y la ropa que teníamos.
Me quede casi petrificada tomándome de las manos con KangSan mientras miraba a mi madre a punto de llorar al saberse incapaz de hacer algo con la situación, sentí una aflicción muy grande y comencé a hiperventilar, por unos cuantos segundos pensé en JiHoo, el que siempre me ayudaba y estaba conmigo cuando lo necesitaba, realmente lo extrañe y aunque no para que me ayudara pagando lo que debíamos, sino más bien para que me abrazara como tantas veces y me dijera que todo saldría bien.
-Les pagare- dijo una voz que reconocí en el mismo instante y todas se quedaron calladas dejaron de moverse.
No, no podía ser cierto, lo necesitaba tanto que hasta lo estaba escuchando, estaba por enloquecer, y aun sabiendo que no podía ser cierto, levante la vista y allí en la puerta de mi casa estaba él, con el rostro serio pero lleno de comprensión y de alivio, su semblante era imperturbable y tan hermoso como siempre, pero yo sabía que debajo de esa tranquilidad se escondía el ser más dulce y atento que pudiera existir en el planeta, y también el más preocupado y necesitado que hubiera conocido.
-Su..sumbae- fue lo único que pude decir
-Uh… Uh… joven señor- dijo mi madre extrañada
-Ese dinero… Yo se los devolveré- dijo de nuevo JiHoo
Todas las mujeres que estaban en mi casa dejaron en su lugar todas las pertenencias de mi familia y se acercaron a hacer cola enfrente de JiHoo, mientras cuchicheaban cosas que no logre escuchar.
Más que sentirme aliviada me sentí triste y avergonzada, allí estaba de nuevo mi bombero apareciendo cuando más lo necesitaba, encontrándome en un lugar tan lejos de donde él vivía, y aun así había llegado solo por mí, me sentí asqueada de mi misma, por haberme ido sin despedirme o por haberlos abandonado sabiendo que ellos jamás me dejarían sola, él no me olvidaría, y aquí estaba la muestra más fehaciente de que yo era una cobarde y no merecía que el siguiera cuidándome y ayudándome, no se merecía lo que yo le hacía.
Todos sonrieron incluyendo mi mamá y mi hermanito, y las vecinas tenían cara de embobadas viendo a JiHoo de pies a cabeza.
-¿Que deberíamos hacer?- pregunto mi madre - -Les dije… les dije- se atrevió a enfrentar a algunas mujeres y JiHoo me observo sin expresión.
Mientras que él les pagaba en efectivo o con vales a cada una de las vecinas que estaban en el lugar, yo me limite a sentarme en una esquina, sintiéndome la peor persona del universo, era vergonzoso ser yo, darme cuenta que mientras más quería ayudar a las personas, más las afectaba, y ellos más me ayudaban, porque, mis padres se habían endeudado más cuando yo había llegado a vivir con ellos, y de no ser porque me precipite con mis decisiones, no tuviera que estar mi mejor amigo pagando todas las deudas de mi familia, podía ver la molestia en su rostro, no me lo diría, pero podía sentir cuanto lo había lastimado al irme de esa manera, aun cuando el decidiera ir a la guerra por defenderme yo lo había excluido de mis planes y aquí estaba dándome cuenta que no podía vivir sin él.
Mientras que cada señora se iba del lugar elogiando lo guapo, o lo caballeroso, o lo refinado que era, yo me sentía cada vez peor, me sentía más culpable y más sucia, quería enmendar mis errores, quería reivindicar mi vida, quería pagarle todo lo que hacía por mí, aun así tuviera que hacer lo imposible con tal de que fuera feliz.
JiHoo me observo cuando se fue la última persona y antes de que mi madre parara de alabarlo, me hizo un gesto con la cabeza pidiendo que lo siguiera y sabía que si no comenzaba en ese momento a pagar mi enorme deuda, no podría vivir tranquila.
Lo seguí en silencio por un rato, y caminamos así sin hablarnos ni mirarnos, solo escuchando el mar arrullar nuestros pasos y nuestras respiraciones, se detuvo mirando hacia el agua azul que se apreciaba frente a nosotros y respire nerviosa, debía de hablar primero, lo sabía, debía disculparme, agradecerle y culparme de todo lo sucedido, de sus preocupaciones y de las de su abuelo, pero de pronto volvía a ser la cobarde JanDi que me había convertido desde que el me cuidaba, observe las gaviotas y respire profundamente armándome de valor.
-¿Cómo sabias que estaba aquí?- pregunte aun triste
-Escuche eso…- dijo y lo voltee a ver extrañada, tratando de comprender a que se refería
-La campana de emergencia- dijo sin dejar de ver al mar y su respuesta me asombro, me pregunte como era que él me conocía tan bien como para saber cuándo lo necesitaba y cuando estaba en problemas, como era que pareciera que no se daba cuenta de las cosas pero que aun así, podía recitarme lo que estaba sintiendo yo tal cual fuera una lección de un libro o como si fuera un poema, y más que asombrarme por su respuesta me asombre de ese lazo tan fuerte y misterioso que nos unía, siempre que me encontraba mal, el parecía que de alguna u otra manera estaba allí, y mi corazón me lo decía también, yo podía sentirlo, por eso era que siempre que estaba mal, él podía sentirme y llegaba corriendo, trate de imaginarme si ese vínculo funcionaria con GaEul, o con alguna persona más, pero sentí un latido fuerte en el corazón que me confirmo lo que yo ya sabía, NO, eso era algo exclusivo entre JiHoo y yo.
-Daba vueltas a la cama cada noche preocupado por lo que no pude escuchar..- comento y volví a sentir ese latido fuerte y extraño en mi corazón que solo me dejaba más perturbada que antes, suspire.
-¿Cómo puede esto pasar?- pregunto desviando la mirada al mar
-¿Cómo puede hacer una persona cosas así?- volví a suspirar
-He recibido mucho de ti, sumbae..- dije y me sentí mal, muy mal al darme cuenta que no sabía ni como pagar todo lo que recibía de él.
Sentí como él se dio la vuelta y me observo por unos segundos, mientras mi corazón y mi mente trataban de ponerse de acuerdo en algún punto, no tenía el derecho de decirle no en nada a mi mejor amigo, aun si eso significaba permanecer lejos de él por protegerlo lo haría, si no me quería en su vida, lo dejaría, pero solo si él lo pedía, pero mientras él me quisiera cerca, allí estaría, fiel a su lado como él al mío.
Se puso frente a mí y me dio la vuelta para quedar cara a cara, se agacho un poco y me observo intensamente tomando mis manos.
-Pero tú me has dado más…- dijo y luego de observarlo por mas segundos en los que sentí que me perdía en sus bondadosos y hermosos ojos, me dedico una sonrisa algo incomoda y me soltó, se volteo hacia el mar y lo supe, supe lo que debía hacer y por qué razón, aun cuando el mundo se viniera abajo, el estaría parado junto a mi sosteniendo el cielo para no aplastarme.
Nos quedamos así por largos minutos sin decir nada, solo sintiendo su cálida y abrigadora cercanía que me hacían sentir segura y tranquila, no me daba cuenta cada cuanto suspiraba, el volver a recordar sus ojos y su sonrisa me hacían pensar que nada podría ir mal de ahora en adelante.
Caminamos un poco más y mientras una sonrisa algo tímida e insegura se instalaba en mi rostro recordé que necesitaba saber sobre alguien más.
-¿Cómo le va al abuelo?-
-Lo usual, atendiendo el trabajo, probablemente continuara hasta que colapse de nuevo..- y reí de solo imaginarlo en la clínica atendiendo a todos los pacientes y tratando de encontrar sus lentes que algún niño había escondido,
-Ya sabes cómo es el…- dije sin dejar de verlo en mis recuerdos.
JiHoo me observo y se detuvo, saco una cadena de entre su ropa de la cual colgaba un anillo, una que no había visto y que cargaba en el cuello, la desabrocho, acto seguido la deposito en mi mano y la tome sin decir nada. Lo observe extrañada y por alguna razón me sentí ansiosa, mi corazón me decía que lo que tenía en mi mano era algo sumamente importante.
-El abuelo me dio esto… fue lo que mi abuela le dio a mi madre- dijo y empecé a sentir mi pulso un poco más rápido de lo normal
-Sumbae- dije sin poder salir de mi asombro, él me estaba dando un anillo, y no uno cualquiera, uno que tenía una historia familiar, uno que había pertenecido a su madre y a su abuela, uno que sin duda alguna no era cualquier cosa, y que por alguna razón me estaba dando a mi….. como si no fuera suficiente ya todo lo que el había hecho en mi vida.
-Yo no sé cuando comencé a sentir esto….pero… no puedo vivir sin ti- me dijo y mis ojos se abrieron de la sorpresa, no podía procesar muy bien las palabras que estaba escuchando salir de los labios de JiHoo, o por lo menos no estaba creyendo lo que me estaba diciendo, "no puedo vivir sin ti" esas 5 palabras revoloteaban y topaban en cada sección de mi cabeza haciendo eco en mi mente y en mi corazón, ¿sería posible lo que había escuchado? ¿Sería acaso real todo esto? ¿y si lo era, que quería decirle JiHoo con esto?, ¿era una declaración? cerré los ojos y apreté fuertemente la cadena que me había entregado y suspire, mi corazón comenzó a doler horriblemente, y sentí como el aire dejo mis pulmones tan abruptamente como si hubiera recibido un golpe en el estómago, trague con dificultad y busque aire para aclarar mis ideas, de pronto un solo nombre asaltaba mis pensamientos y mi alma, Goo JunPyo, recordé su sonrisa y eso hizo que me mordiera el labio tratando así de que las lágrimas no salieran desbocadas, lo amaba, lo amaba con todo mi corazón y con toda mi alma, aunque ese sentimiento comenzara a sentirse extraño, tan extraño que sentí como si de pronto me exprimieran por dentro, como si cayera en un profundo agujero negro, y aun cuando sabía que estaba parada en un lugar seguro, no podía dejar de sentirme como en una pesadilla….. me lleve la otra mano al cuello y palpe la cadena de estrella que tenía una J&J grabadas, la envolví en mi puño y suspire lo más hondo posible para no derrumbarme en ese momento, simplemente no era justo.
Abrí los ojos dándome cuenta de donde estaba en realidad, tome la mano de JiHoo y deposite su cadena lentamente en su palma sin decir nada.
-JanDi Ah..- dijo y yo le sonreí tragándome todos eso sentimientos tristes y devastadores que se levantaban en mi interior, desabroche la cadena de estrella y me puse de espaldas a él ofreciéndole mi cuello con el gesto, él lo entendió, lo escuche sonreír y paso la cadena por frente mío y fui completamente consciente del clic que hizo el broche al cerrarse, suspire nuevamente tratando de ignorar todo lo que pesaba llevar ese anillo en mi pecho, y trate de esbozar mi mejor sonrisa, antes de verlo a los ojos.
-Me dije a mi misma que podía olvidarlo… Yo puedo dejarlo ir- conteste apretando de pronto el anillo, mientras las fuerzas me fallaban y los sollozos se atragantaban en mi garganta haciendo que mi voz temblara.
Me atrajo hacia el cuándo se dio cuenta que las lágrimas comenzaron a salir y me acaricio el cabello, pase mis manos por su cintura rodeándolo, cerré mis ojos y empapando su abrigo sentí como mi corazón era aplastado por el enorme dolor que sentía de tan solo pensar en JunPyo, había renunciado a él al aceptar a JiHoo con esa petición silenciosa que me había hecho al darme el anillo, había tomado la decisión de abrir un agujero en el centro de mi telaraña para quitar a la persona más importante, y a quien mi corazón reconocía como el amor de mi vida, como mi todo, ese todo que no solo me hacía vivir, si no que también me destruía y me consumía, queriéndolo o no, no podía seguirme lastimando, ni a mí, ni a él, estaba segura que aunque doliera reconocerlo, JunPyo no me pertenecía, jamás lo había hecho, ni lo seria nunca, él era de su madre, y se debía a su compañía, y yo claramente no pertenecía a ese lugar, él sanaría, y yo podría reconstruir mi telaraña, hacerlo con las personas que me querían y estaban a mi alrededor y así madurar y convertirme de nuevo en la JanDi fuerte que siempre había sido.
-Sumbae…- dije separándome de él y limpiándome las lágrimas con el dorso de la mano
El solo me observo y las lágrimas volvieron a nublar mi vista, aun así, tome su mano y deposite en ella el collar de estrella, que hasta hacia minutos había sido mi custodio.
Me miro algo alarmado pero no dijo nada solo se limitó a quedarse en silencio.
-Dale esto a JunPyo… le pertenece-
-¿Estas segura?... deberías de darte tiempo…-
-Ya me di el tiempo suficiente y solo he conseguido lastimarme, no solo a mí, sino a todos a mi alrededor…..- suspire de nuevo y trate de calmarme
-ya es tiempo de hacer las cosas bien- dije y sonreí, dudo un poco con lo que le había dicho pero suspiro mientras una sonrisa comprensiva se extendía por sus labios y sus dedos secaban mis mejillas.
Me volvió a abrazar y aunque el dolor aun hacia estragos en mi interior, estaba tranquila porque si JiHoo no estuviera conmigo en esto, definitivamente no iba a poder soportarlo, después de todo mis peores momentos los había pasado a su lado y aún estaba en pie, así que tenía esa seguridad, esa que solo él podía darme.
