Capítulo 1.
No sabía qué hacer, ella sólo manejaba su Mercedes rumbo a ningún lugar, después de todo, ¿a dónde podría ir a las 11 p.m. de un miércoles? Estacionó su auto a casi una cuadra de un boliche llamado por algún motivo The "A" Rosewood Club, el único que abría sus puertas a mitad de semana. Jamás había estado ahí pero ésta era una de aquellas noches en las que su tortuosa vida le pedía a gritos descontracturar la rutina.
Una vez adentro, se dirigió a la barra del lugar y se pidió un trago cuyo nombre apenas pudo pronunciar, pero como era costumbre, Alison finjía que conocía del tema. Miró a su alrededor, muchos rostros familiares se distinguían entre las tenues luces, el humo de cigarrillo, y la multitud, todos ellos pertenecientes al entorno de Rosewood High, escuela de la cual Alison Dilaurentis se creía dueña.
Se sintió mareada de un momento a otro, pero a pesar de las vueltas en su cabeza, logró distinguir los números de su reloj. La 1 a.m.¿Cuándo había pasado tanto tiempo? No le importaba, la imagen de su padre aparecía en su mente, clara, intermitente, repugnante. Odiaba a ese hombre. Siguió tomando, haciendo uso de su envidiable autocontrol, puesto que había salido sola, después de todo.
Alison se estaba retocando en el baño, odiaba el aspecto que le dejaba el alcohol, la hacía sentirse sucia y desalineada. Estaba extrañamente sola, hasta que un portazo dejó paso al sonido altísimo de la música que aturdía en la pista de baile.
-Wooooo esta... Tiene que ser... La mejor nocheeee! -Una chica alta, morena había ingresado haciendo ademanes eufóricos con las manos, o intentando mantener el equilibrio, de cualquier forma, se veía adorable. ¿Adorable?
-Holaaaaa -Dijo
Alison apartó la vista del gran espejo en el cual se estaba retocando y vio a la muchacha sonriendo, una sonrisa que a Alison le pareció tan inocente que casi tuvo ganas de besarla. Casi.
-Hola -Dijo Ali mirandola mientras volvía su atención a su pelo.
-Soyyyy... Soyy...Emily! Si, Emily Fields.
Alison era la chica más popular en Rosewood High, pero resultaba al mismo tiempo tan intimidante que nadie se le acercaba si no era para adularla, y aún así temían la reacción que cualquier comentario pudiese causar. No acosrumbraba a personas tratándola de esa forma, la situación le resultaba incluso graciosa, esa chica estaba claramente borracha.
-Emily, un gusto, yo soy...-Empezó Ali
-Alison Dilaurentis. Sé quien sos! Jajajaja Estamos juntas en un par de clases jajajaja
La situación era bizzara, pero Ali no pudo evitar preguntarse cómo nunca había notado que una chica tan linda como Emily compartía clases con ella.
-Entoncesssss ¿La estas pasando bien? Porque yo siii! ¿Querés un trago? Te invito algo bombón. -Dijo Emily
¿Bombón? Alison entendía que esa chica estuviese borracha, pero llamarla bombón era excederse.
-Sos muy amable, pero no gracias.
-Baila conmigo entoncessss siiiii va a ser divertido -Dijo acercandose peligrosamente a Alison. - A propoooosito- emepezó gritando- Tenés lindos ojos, bombón.-Dijo finalmente en un susuro, a milimetros de Alison.
En ese momento la mente de Alison tuvo una mejor idea. No entendía de dónde provenía ese impulso, pero la necesidad de descontracturar la rutina la encontró con la guardia baja, y alto nivle de alcohol.
La besó.
No habia nada más perfecto, sus labios encajaban perfectamente, sus manos se situaron en el lugar exacto, el encuentro de la yema de sus dedos con la piel de Emily la estremeció, la acobardó, y le provoco la necesidad de pegarse más a ella. En el momento en que se separaron para respirar, ambas sonrieron, Emily por borracha, por diversión, por felicidad, y Alison por novedad, por impulso, por deseo.
Los pensamientos de Ali dejaron de ser al fin un tormento, su padre no existía ya en su espacio.
Emily, Emily, Emily.
Y la besó otra vez, como si fuse la última vez que fuese a verla.
