La vida después del comienzo

Capítulo 1
Al entrar a la sala común, notaron que un grupo de chicos se amontonaba alrededor de una gran pergamino pegado en la pared.
-¿Qué sucede? -preguntó Hermione tratando de abrirse paso entre una bola de niños de primero.
-¡Hogsmeade! -exclamó Ron entusiasmado.
Vieron a Dean Thomas salir a empujones de la multitud.
-¿Qué es, Dean? -le preguntó Harry.
-La primera salida del año. Hogsmeade. Este sábado.
Parecía mareado. Alguien lo había golpeado en el brazo.
-¿Ven? Se los dije.
Ron arqueó las cejas con aire de suficiencia.
-Vaya, yo imaginaba que las salidas de Hogwarts se eliminarían. Es decir, dada la situación...
-Hermione, dada la situación, lo peor que podrían hacernos sería anular las pocas diversiones que tenemos -protestó Ron.
Hacía medio mes, más o menos, que habían comenzado el quinto curso.
El verano había terminado con un ambiente tenso en el mundo mágico. Todos, por lo menos en Hogwarts, sabían que Voldemort había vuelto. A finales del curso pasado, Harry lo había visto. De cualquier forma, la gente trataba de ignorar el asunto. Habían disfrutado de catorce maravillosos años de tranquilidad y ahora, de pronto, algunas personas habían muerto, y todo indicaba que la paz terminaría de un momento a otro.
-No entiendo como podría alguien divertirse, justo durante estos días. Son tiempos difíciles, ¿te enteras?
-Yo lo sé, Hermione, pero no creo que lo mejor sea andar por la vida preocupados. Lo mejor es tratar de aprovechar lo más que podamos mientras nos sea posible. No tiene caso vivir en la angustia.
-De acuerdo, aún así, no está de más ser precavidos.
Harry escuchaba la discusión de sus amigos. Lo cierto era que si alguien estaba preocupado, ése era él. Pero recordaba las palabras de Hagrid: lo que tuviera que llegar, llegaría, y ya habría tiempo de ponerle la cara.
-Chicos, no peleen, por favor. Hermione, vamos, no querrás quedarte el sábado aquí, ¿o sí?
-¡Claro que no! Yo debo estar junto a tí, lo sabes. En caso...bueno, por supuesto que no.
Hermione se había detenido antes de decir en caso de que quien-tú-sabes te atacara.
Harry sonrió. Agradecía profundamente la preocupación de Hermione, aunque no le agradaba tanto que lo creyera en peligro de muerte a cada paso que daba.
-Entonces, queda arreglado. El sábado iremos a Hogsmeade. Me alegra, porque muero por unas meigas fritas y una cerveza de mantequilla -dijo Ron con alegría.
Hermione sonrió insegura.

Mientras eso ocurría en la confortable sala común de Gryffindor, en Hogwarts, a kilómetros de distancia, en una vieja y desmantelada casa, dos hombres sostenían una conversación.
-A-amo...la situación se complica cada día más. Ellos se están preparando, usted lo sabe. Se están reuniendo y buscan al elegido.
Hablaba un hombre pequeño e insignificante, con una voz caja y temblorosa. Se retorcía las manos (una de ellas era plateada) al tiempo que las palabras salían de su boca.
-Estoy enterado, Colagusano, no necesitas venir a repetírmelo, lo he escuchado ya un centenar de veces. Debemos hacer algo pronto, no podemos fallar. El fracaso de hace unos meses...es imperativo tener éxito en esta ocasión. He comenzado a recuperar mis poderes, nadie podrá detenerme. En lo que respecta a ese mocoso, me las pagará. Esto entre él y yo no ha terminado, apenas comienza.
-Se...¿se refiere a Harry Potter? -la mano plateada temblaba.
-No, yo estoy hablando del niño que vive enfrente - contestó una voz fría-. ¡Imbécil!, por supuesto que me refiero a Harry Potter.
Después de unos minutos de silencio, volvió a hablar.
-En cuanto al elegido, también nos encargaremos de él. Resultará difícil encontrarlo, pero no es imposible, especialmente ahora, que mis mortífagos ha vuelto a mi lado. He encomendado la misión a uno de los más ambiciosos y sedientos de poder, por lo tanto, dispuesto a todo por cumplirla.
-¿Quién, amo?
-Malfoy. Lucius Malfoy. Él tiene suficiente influencia entre los idiotas del Ministerio para hallar esa arma secreta de Dumbledore.
Junto al hombre de voz temblorosa se encontraba un ser delgado, alto, encapuchado y que sostenía una varita mágica con una mano larga y huesuda. Era horrible, con la cara pálida, la nariz aplastada, como de serpiente, y unos ojos rojos que despedían odio y maldad.
Era lord Voldemort.
Harry Potter. Tú vas a pagar con sangre una vez más.

-Hermione, ¿cuál es la prisa?
-¿Cómo que cuál? ¡Se hace tarde! No sé tú, Ron, pero a mí me agrada llegar a tiempo a mis clases.
Ron suspiró. Se detuvo y recogió un pedazo de pergamino del suelo.
-Ah! Hermione, tiraste esto. Mmm, ¿qué es?
Hermione se lanzó sobre él. Su cara estaba roja.
-¡Devuélvemelo!
-Hey! ¿qué te pasa? ¡Tranquila, sólo voy a ver que dice!
Ron apartaba a Hermione, intentándo leer.
-Ron. ¡Ron! Es en serio, ¡dámelo!
-Veamos, eh!, es tu letra.
-¡He dicho que me lo des! -chilló Hermione a su lado, al tiempo que se lo arrebataba y echaba a correr.
Ron no se movió, boquiabierto por lo sucedido. Entonces sonrió maliciosamente. El pergamino se había rasgado y él conservaba en el puño cerrado un trozo pequeño. Tonta Hermione, ¿qué le ocurre? Lo alisó lo más que pudo. Parecía el último fragmento de lo que Hermione había escrito.
Es tan absurdo que todo esto deba ser mi secreto, cuando lo que más deseo es decírtelo de frente. Puedes decirme cobarde. Lo soy.
Rayos, no tienes idea de cómo me gustaría decirte lo que siento...
Ron sintió que sus orejas ardían.
-Eh, ¡Ron! ¿Qué haces? Deberías estar en clase desde hace un siglo. ¿Ron?
Harry pasaba su mano frente a los ojos de Ron, pero éste parecía perdido.
-Harry - dijo con la voz entrecortada-, Hermione, Hermione.
-¿Qué? ¿Le ha pasado algo? ¡Ron! Dime, ¿es que le ha pasao algo a Hermione?
Harry tomó a Ron por los hombros y lo sacudió ligeramente. Él pareció reaccionar.
-No, no, nada de eso.
Forzó una sonrisa. Lo más discretamente que pudo, se guardó el pergamino en la túnica.
Harry lo miraba desconcertado.
-Olvídalo, Harry, no fue nada. Mejor vámonos. Me tienes que cubrir ¿eh? Le diremos a Trelawney que McGonagall nos llamó o algo así.
-No creo que resulte, Ron. Probablemente ya nos ha visto en su bola de cristal.
Ambos soltaron una carcajada y se alejaron por el pasillo.
Pero Ron mantenía su mano sobre el bolsillo en el que había guardado el pergamino de Hermione.

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¡Hola! ^^ Pues bien, este es mi segundo fanfic de HP, y completamente diferente al primero que escribí. Esta vez intento algo largo y con más contenido. Es una especie de continuación de El cáliz de fuego, mi propia versión del quinto libro. Desafortunadamente yo no escribo tan bien como J.K., pero me gusta como va quedando (mi modestia ^^U). Ahora sólo les dejo el primer capítulo, porque todavía no termino el fanfic y prefiero llevar algunos capítulos de ventaja por si me decido a cambiar algo. Este es corto y más que nada, introductorio. Lo más interesante está por venir.
Ah! y no pude evitar meter algo de Ron-Hermione ^^U. Lo siento, ¡pero me encanta!
De una vez aviso, no habrá nada Ginny-Harry XD. Harry es mío (¬¬U).
Por cierto, 10000000000x100000000 gracias a todos los que dejaron review para La mejor forma de pasar el verano, T_T de verdad. Sin embargo, no pienso escribir continuación para ese, es decir, si no acaba ahí, lo voy a arruinar. Aún así, ^^ los comentarios tan amables que han hecho me han levantado muchísimo el ánimo. ¡Gracias!
Si tienen algún comentario, idea, queja, lo que sea, pueden dejar review, o enviarme su lechuza. De preferencia, que no sean cosas que puedan explotarme en la cara =P.