Basada en una historia real. Universo alterno.
Los personajes le pertenecen a masashi kishimoto.


El hombre estaba muerto. Miro como la sangre se derramaba por todo el suelo. Estaba asustado, pero no se arrepentía. El viejo se lo merecía.
Regreso a su casa todo lleno de sangre y con la pistola en la mano.
Caminaba de un lado a otro como león enjaulado.

-Vaya vaya. Lo hiciste después de todo. -le dijo una voz que salía de la oscuridad.

-Te dije que lo haría. -Sasuke se volteo a verlo con ojos de odio. - Tu eres el culpable. ¡Tú la casaste con ese hombre! ¡Era una niña!

-No me culpes por su muerte, yo no sabía que se suicidaría. Aparte tú pudiste impedir. -Sasuke lo apuntó con la pistola muy enojado. Madara se burló. - anda, mátame así te encerraran el resto de tu vida.

Alguien toco la puerta con brusquedad.

-Abre la puerta Madara, sabemos que Sasuke está ahí.

-No te pongas muy cómodo en mi casa porque te juro que voy a volver.

-Si tú te vas… Todo será mío.

-Eso ya lo veremos. -dijo echándose a correr por la puerta trasera.

Madara se encamino hasta la enorme puerta y la abrió.

- ¿Dónde está? - preguntaron los guardias. -Sabemos que mato al duque.
Madara caminó a sentarse en la sala y prendió su pipa.

-No lo sé, pero sí sé a dónde va.


Sasuke avanzaba por el bosque hacia el cementerio. Brinco la puerta de hierro que encubría aquellos que descansaban en paz.
Llegó a la lápida indicada y cuatro tumbas reflejaron su mismo apellido. Miro la más reciente.
"Naomi Uchiha"

-Siento el no haber podido protegerte. -dijo acariciando la tumba de apenas hace unos días. - No podré venir en un tiempo, pero prometo regresar por lo que me pertenece. Te lo juro.

- ¡Ahí está!

Sasuke volteo de donde venían las voces. Era un motín de hombres que venían a darle caza.
Sasuke se levantó y se echó a correr de nuevo. Los hombres le pisaban los talones. Corrió hacia los árboles al otro lado del cementerio, corría como nunca. Su saco se atoraba en las ramas rompiéndolo y sus zapatos desgastándose. Corría tan rápido que no se dio cuenta que llegó al final del camino con un precipicio esperándolo para recibir su destino. Era el final. Se paró en el borde del acantilado y cerró los ojos.
Los hombres se le acercaron y esperaron apuntándole con sus armas.

- ¡Uchiha es mejor que te entregues!

Sasuke los miró con el ceño fruncido. Miro hacia abajo a las aguas del río que corrían más rápido de lo normal ese día, o al menos él así lo veía.
Volteo a ver a los soldados de nuevo y caminó hacia ellos con las manos en alto.

-¡Esta bien! Bajen las armas.

Los hombres lo hicieron y empezaron a sacar las sogas que irían en sus brazos una vez que lo capturaran.
Sasuke siguió caminando lentamente hacia ellos y en el momento en el que los hombres se distrajeron, se dio un giro de 180 grados en dirección al acantilado y corrió. Los hombres tomaron rápidamente sus armas y dispararon, pero Sasuke ya había saltado.
Todos corrieron a donde estaba parado antes y observaron al pelinegro emerger del agua. Todos empezaron a disparar sin tener éxito a causa del brusco movimiento del agua, pero el general apuntó, no disparó a la suerte. Apuntó bien a la cabeza del hombre y tiró del gatillo. Una corriente hizo que el pelinegro girara a la izquierda haciendo que la bala le diera en la espalda al costado derecho del hombro.

- ¡Mierda! - exclamó el general.

- ¿Lo seguimos? - pregunto otro.

-No es necesario no podrá usar un brazo y si lo hace se desangró en el agua. Se acabó para él. -Se volvió y caminó de regreso por donde regresaron- Lo daremos por muerto y se acabó.

Todos se burlaron y regresaron por donde habían llegado. Hablaban como irían a beber en la noche y a celebrar por ejercer la justicia.

Salió del agua y escucho sobre el caudaloso río las balas que seguramente se dirigían a él. Se sumergía de vez en cuando para desviar la mirada de los soldados. Una roca debajo lo desvió de su camino y en un instante sintió como un dolor punzante en su espalda se esparcía por todo su hombro y luego a su brazo.
Ya no escuchó los balazos, pero ese era el último de sus problemas. El río se volvía más grande y avanzaba cada vez con más ímpetu. Se sostuvo de un tronco que flotaba y se aferró a él con la única mano que podía mover.
El tiempo corría, lo sabía bien probablemente había estado en el agua durante 15 minutos, pero se sentía como una eternidad.
Como una clase de milagro el río se dividió en dos. El agua lo arrastró hasta el otro lado y cuando menos lo pensó las aguas rápidas y peligrosas se convirtieron un río calmante donde cualquier persona podría nadar tranquilamente.
El agua empezó a perder profundidad y pronto lo guió a la orilla.
Estuvo acostado unos minutos sin moverse a causa de la pérdida de sangre. Escucho pasos que se acercaban a él. Volteo a ver quién se acercaba a él, pero su visibilidad era nula, nuevamente gracias a la pérdida de sangre. Estaba muy débil.

-Deveras que te ves mal tebbayo!

- ¿Dónde estoy? - dijo Sasuke con una voz débil que apenas se escuchaba, sin contestar la pregunta de quién se le había acercado.

-Púes… Estas en las afueras de Konoha.- Dijo dudando un poco.

-En Konoha ¿eh? - El pelinegro soltó una risilla, pero el dolor en su espalda fue tan insoportable que cayó inconsciente, quedando a la merced del hombre que lo encontró.