"Odiaba esos primitivos y absurdos cacharros que usaban los humanos para desplazarse. Siempre llenos de gente, siempre con retrasos... el tren era tan malo como la TARDIS pilotada por el mismo Doctor. Bueno, quizás no estaba a la altura pero se quedaba bastante cerca. El Doctor...su viejo y eterno compañero, ¿cómo podía olvidarlo y no mencionarlo tres veces por pensamiento? No es que estuviera obsesionado con él, naturalmente, pero..
- Perdone, no le he visto. - Sonrisa y media vuelta. La falda voló ligeramente. - ¡Niños! Vamos, es por aquí"
