Prólogo
Reencuentros
Sirius Black caía majestuosamente al suelo, caía tan lentamente que parecía una película a cámara lenta. Por fin llegó al suelo, desapareciendo tras un misterioso velo.
- ¡Sirius! - gritó con todas sus fuerzas olvidando toda compostura.
De repente se encontró sentado en una cama, sudaba como cada noche desde que Sirius murió. Sintió ganas de llorar, lo echaba tanto de menos, pero no podía, no iba a permitir que lo vieran llorar.
Se cubrió el rostro con las manos, tomó e intentó tranquilizarse. El dolor era tan grande, le echaba de menos demasiado como para no llorar. De repente sintió que alguien lo tocaba suavemente. Dos largos brazos le rodeaban el cuello poco a poco y finalmente le abrazaron apasionadamente.
- Remus, cariño, deja de hacerte el hombre y llora de una vez.
Remus Lupin se volvió lentamente y la vio, arrodillada detrás de él. Tenía el pelo largo de color castaño y ondulado, sus grandes ojos de color café le miraban con ternura y una dulce sonrisa se dibujaba finamente en su rostro. Se acercó a él cuidadosamente, llevaba un camisón de color perla que dejaba ver el atractivo de su cuerpo.
- Paige - susurró dulcemente - No digas tonterías, no tengo ganas de llorar, no me pasa nada - la chica le miró duramente - Estoy bien, de verdad.
- Ahora eres tú el que dices las tonterías - dijo lentamente, meditando bien sus palabras - Remus, sé que llevas semanas sin dormir, teniendo pesadillas. No te quise decir nada, suponía que confiarías en mi y me lo contarías.
La voz de la chica sonó cansada, él la miró durante unos segundos y no pudo evitar pensar que estaba cansada, y no le extrañaba. ¿Desde cuando la conocía? Hacia tanto tiempo que ni se acordaba exactamente, aunque sabía cuanto tiempo llevaban juntos seis años.
Pensó que era mucho tiempo para estar con él, cualquier otra persona si habría rendido pero Paige no, ella siempre estaba allí. Le ayudaba con sus transformaciones, le cuidaba cuando era un lobo indefenso, le apoyó cuando se fue de Howarts... En otras palabras siempre estaba allí para él, y se sintió culpable porque había veces en que él no estaba para apoyarla a ella.
- No quería preocuparte - murmuró dejando de pensar - no quería preocupar a nadie, sobretodo ahora que todos deben hacerlo por Harry...
- Harry es importante y hay que cuidarlo, pero tú también lo eres. Además, eres lo más parecido a un padre que le queda, si no haces algo podría afectarle... Remus, sé que no eres muy propenso a hablar de tus sentimientos y mucho menos a expresarlo, normalmente no suelo decirte nada, eres así y yo te quiero así. Pero si no hablas ahora el dolor se acumulara y algún día saldrá, y en los tiempos que vienen no creo que sea lo mejor.
Los dos se callaron, durante unos segundos hubo silencio entre la pareja que acabó cuando él comenzó a llorar. Ella lo abrazó todo lo fuerte que pudo.
- Le echo tanto de menos... Ya sé que debería estar acostumbrado hace tres años creí que Peter y James habían muerto, pero ahora es distinto, Sirius fue mucho más importante para mi que Peter...
- ¡Shh! No hable y llora, llora todo lo que quieras y desahógate, te sentará bien. Debes estar bien, recuerda que la semana que viene iremos a por Harry y debe apoyarse en ti, debes cuidarlo.
..........
Prive Derive nunca había resultado tan odioso, cada año le desagradaba más ese sitio pero ahora en esos momentos no podía odiarlo con más fuerza. Y es que Harry Potter sentía que estaba huyendo, que huía de la verdad, de la guerra, de Voldemort, del dolor...
Lo que más le molestaba era que nadie allí podía responderle a las preguntas que cada noche daban vueltas por su cabeza, como por ejemplo, ¿qué era ese maldito velo? ¿Por qué su padrino había muerto al traspasarlo?
Tiró el libro que estaba leyendo asustando a su lechuza que dormía tras haber vuelto de cazar, tras pedirle perdón fue hasta su ventana y se sentó. Miró al cielo, a la luna, hacía dos noches había habido luna llena. Se preguntó que tal estaría su profesor, su amigo, el único merodeador que quedaba.
Deseaba que fuera él quien viniera a buscarlo, no sus amigos, a decir verdad no quería verlos de momento. Ellos le recordaban todo lo que no tenía, lo que había perdido desde que nació: una familia, una infancia feliz... Sabía que Remus Lupin tampoco había tenido aquellas cosas, tal vez por eso se sentía más identificado con él que con el resto.
No consiguió tener sueño en toda la noche, estuvo viendo aburrido como amanecía en Prive Derive. Aquel tono rojizo del cielo le recordó a Giny Weasly, se sorprendió a sí mismo pensando en ella. Normalmente solía pensar en otra chica, en Cho Chang.
Alguien llamó a su puerta, Harry se giró y vio a su corpulento tío Vernon. Parecía algo violento, desde que Lupin, Tonks, Ojoloco y los demás le amenazaron, solía estar cohibido delante de Harry.
- Baja al salón, alguien te ha llamado, le he dicho que ahora ibas...
- ¿Quien era?
- Una chica, no le he preguntado el nombre, pregúntaselo tu.
Mientras bajaba pensó que era Hermione, seguramente sería la única en la Orden del Fénix que sabría utilizar un teléfono correctamente. Llegó al salón y cogió el auricular, se sentó en el sofá, al lado de su primo, provocando pánico en éste.
- ¿Harry? ¿Harry Potes? ¿Eres tú? - preguntó una voz desconocida para él.
- Sí, soy yo pero creo que no la conozco señorita...
- Ya sé que no me conoces, dentro de unos minutos me conocerás. Ahora iré a recogerte para llevarte con el resto de la orden, ¿entendido? Quiero que te comportes como si me conocieras de toda la vida, Remus vendrá conmigo.
- Claro - respondió aturdido, no sabía que significaba todo eso, aunque la voz de la chica sonaba preocupada.
Nada más colgar sonó el timbre de la puerta, Harry corrió hacia ella y cuando la abrió saltó en brazos de su ex-profesor. Remus le sonrió sorprendido, luego fue hasta la cocina donde estaban Vernon y Petunia.
En cuanto vio al licántropo Petunia dio un grito y se escondió detrás de su marido, él también parecía muy asustado. Remus les sonrió amablemente y se acercó lentamente.
- No tienen nada que temer, no les haré nada, Harry dijo en sus cartas que lo habéis tratado bien. Yo sólo vengo a recogerlo, sólo a eso pero como comprendéis tengo que avisaros.
- ¿Cómo es que lo recogéis tan pronto? Solo hace dos semanas desde que lo trajimos - dijo Petunia.
- Calla Petunia, que se lleve al chico, menos trabajo para nosotros... Por fin podremos ir de vacaciones. Iros ya.
Paige iba a preguntar algo pero Harry la cogió de la mano y le indicó con la mirada que aquella reacción era normal. Remus salió de la cocina y subió a la habitación de Harry seguido de él y de Paige.
A los quince minutos tuvieron todo listo para partir, salieron de la casa. Harry miró hacia los lados y no vio nada que le pudiera llevar hasta la casa de su padrino.
- ¿Cómo viajaremos? ¿En escoba?
- No, algo mucho más divertido - respondió Remus sonriendo - en ese coche de allí, y es totalmente muggle.
- Él dice divertido porque conduce y parece un niño, pero es cualquier cosa menos divertido - comentó Paige sarcástica.
Harry miró asustado al hombre lobo, no se lo imaginaba conduciendo un coche como ese, empezó a pensar que Voldemort no acabaría con él, lo haría su amigo.
- ¿Ves lo que has echo querida? Le has asustado, y que sepas que no soy tan mal conductor.
Metieron el gran baúl en el maletero y se subieron al coche, entonces Paige se volvió hacia Harry (que estaba en el asiento de atrás) y se presentó:
- Soy Paige Thomas, encantada de conocerte.
- E... Hola... Yo también estoy encantado de conocerla, señorita.
- Tranquilo Harry, hay confianza, se trata de mi novia, trátala de tú - comentó Remus mientras arrancaba el coche.
- Por favor Remus, ve con cuidado - susurró Paige.
Harry nunca había tenido tanto miedo, Remus al volante era muy peligroso. Cinco minutos después de arrancar creyó que iban a chocar con una farola pero por suerte se movió. Tras el susto Paige le explicó que le habían realizado el mismo hechizo que al autobús Noctámbulo porque sino ya estarían muertos.
Tras horas de viaje los tres llegaron a Londres, y se dirigieron hacia Grimmaud Palace, mientras Lupin abría la puerta un nudo se formó en el estómago de Harry. Tenía miedo de que alguno de sus amigos estuviera muerto igual que Sirius... Sirius durante horas había dejado de pensar en él, pero ahora en la que fue su casa sabía que no iba a poder olvidarle.
Ninguno de los personajes de HP me pertenece, sólo Paige (q x cierto como no sabia como llamarla le puso como mi personaje favorito de Generación X, y q es mi correo).
Bien, ¿qué les a parecido? Espero q me manden sus opiniones a paige_guthrie@hotmail.com
Este episodio me salió muy corto, ya que quería empezar en serio en el siguiente, cuando se rencuentran con todos.
Reencuentros
Sirius Black caía majestuosamente al suelo, caía tan lentamente que parecía una película a cámara lenta. Por fin llegó al suelo, desapareciendo tras un misterioso velo.
- ¡Sirius! - gritó con todas sus fuerzas olvidando toda compostura.
De repente se encontró sentado en una cama, sudaba como cada noche desde que Sirius murió. Sintió ganas de llorar, lo echaba tanto de menos, pero no podía, no iba a permitir que lo vieran llorar.
Se cubrió el rostro con las manos, tomó e intentó tranquilizarse. El dolor era tan grande, le echaba de menos demasiado como para no llorar. De repente sintió que alguien lo tocaba suavemente. Dos largos brazos le rodeaban el cuello poco a poco y finalmente le abrazaron apasionadamente.
- Remus, cariño, deja de hacerte el hombre y llora de una vez.
Remus Lupin se volvió lentamente y la vio, arrodillada detrás de él. Tenía el pelo largo de color castaño y ondulado, sus grandes ojos de color café le miraban con ternura y una dulce sonrisa se dibujaba finamente en su rostro. Se acercó a él cuidadosamente, llevaba un camisón de color perla que dejaba ver el atractivo de su cuerpo.
- Paige - susurró dulcemente - No digas tonterías, no tengo ganas de llorar, no me pasa nada - la chica le miró duramente - Estoy bien, de verdad.
- Ahora eres tú el que dices las tonterías - dijo lentamente, meditando bien sus palabras - Remus, sé que llevas semanas sin dormir, teniendo pesadillas. No te quise decir nada, suponía que confiarías en mi y me lo contarías.
La voz de la chica sonó cansada, él la miró durante unos segundos y no pudo evitar pensar que estaba cansada, y no le extrañaba. ¿Desde cuando la conocía? Hacia tanto tiempo que ni se acordaba exactamente, aunque sabía cuanto tiempo llevaban juntos seis años.
Pensó que era mucho tiempo para estar con él, cualquier otra persona si habría rendido pero Paige no, ella siempre estaba allí. Le ayudaba con sus transformaciones, le cuidaba cuando era un lobo indefenso, le apoyó cuando se fue de Howarts... En otras palabras siempre estaba allí para él, y se sintió culpable porque había veces en que él no estaba para apoyarla a ella.
- No quería preocuparte - murmuró dejando de pensar - no quería preocupar a nadie, sobretodo ahora que todos deben hacerlo por Harry...
- Harry es importante y hay que cuidarlo, pero tú también lo eres. Además, eres lo más parecido a un padre que le queda, si no haces algo podría afectarle... Remus, sé que no eres muy propenso a hablar de tus sentimientos y mucho menos a expresarlo, normalmente no suelo decirte nada, eres así y yo te quiero así. Pero si no hablas ahora el dolor se acumulara y algún día saldrá, y en los tiempos que vienen no creo que sea lo mejor.
Los dos se callaron, durante unos segundos hubo silencio entre la pareja que acabó cuando él comenzó a llorar. Ella lo abrazó todo lo fuerte que pudo.
- Le echo tanto de menos... Ya sé que debería estar acostumbrado hace tres años creí que Peter y James habían muerto, pero ahora es distinto, Sirius fue mucho más importante para mi que Peter...
- ¡Shh! No hable y llora, llora todo lo que quieras y desahógate, te sentará bien. Debes estar bien, recuerda que la semana que viene iremos a por Harry y debe apoyarse en ti, debes cuidarlo.
..........
Prive Derive nunca había resultado tan odioso, cada año le desagradaba más ese sitio pero ahora en esos momentos no podía odiarlo con más fuerza. Y es que Harry Potter sentía que estaba huyendo, que huía de la verdad, de la guerra, de Voldemort, del dolor...
Lo que más le molestaba era que nadie allí podía responderle a las preguntas que cada noche daban vueltas por su cabeza, como por ejemplo, ¿qué era ese maldito velo? ¿Por qué su padrino había muerto al traspasarlo?
Tiró el libro que estaba leyendo asustando a su lechuza que dormía tras haber vuelto de cazar, tras pedirle perdón fue hasta su ventana y se sentó. Miró al cielo, a la luna, hacía dos noches había habido luna llena. Se preguntó que tal estaría su profesor, su amigo, el único merodeador que quedaba.
Deseaba que fuera él quien viniera a buscarlo, no sus amigos, a decir verdad no quería verlos de momento. Ellos le recordaban todo lo que no tenía, lo que había perdido desde que nació: una familia, una infancia feliz... Sabía que Remus Lupin tampoco había tenido aquellas cosas, tal vez por eso se sentía más identificado con él que con el resto.
No consiguió tener sueño en toda la noche, estuvo viendo aburrido como amanecía en Prive Derive. Aquel tono rojizo del cielo le recordó a Giny Weasly, se sorprendió a sí mismo pensando en ella. Normalmente solía pensar en otra chica, en Cho Chang.
Alguien llamó a su puerta, Harry se giró y vio a su corpulento tío Vernon. Parecía algo violento, desde que Lupin, Tonks, Ojoloco y los demás le amenazaron, solía estar cohibido delante de Harry.
- Baja al salón, alguien te ha llamado, le he dicho que ahora ibas...
- ¿Quien era?
- Una chica, no le he preguntado el nombre, pregúntaselo tu.
Mientras bajaba pensó que era Hermione, seguramente sería la única en la Orden del Fénix que sabría utilizar un teléfono correctamente. Llegó al salón y cogió el auricular, se sentó en el sofá, al lado de su primo, provocando pánico en éste.
- ¿Harry? ¿Harry Potes? ¿Eres tú? - preguntó una voz desconocida para él.
- Sí, soy yo pero creo que no la conozco señorita...
- Ya sé que no me conoces, dentro de unos minutos me conocerás. Ahora iré a recogerte para llevarte con el resto de la orden, ¿entendido? Quiero que te comportes como si me conocieras de toda la vida, Remus vendrá conmigo.
- Claro - respondió aturdido, no sabía que significaba todo eso, aunque la voz de la chica sonaba preocupada.
Nada más colgar sonó el timbre de la puerta, Harry corrió hacia ella y cuando la abrió saltó en brazos de su ex-profesor. Remus le sonrió sorprendido, luego fue hasta la cocina donde estaban Vernon y Petunia.
En cuanto vio al licántropo Petunia dio un grito y se escondió detrás de su marido, él también parecía muy asustado. Remus les sonrió amablemente y se acercó lentamente.
- No tienen nada que temer, no les haré nada, Harry dijo en sus cartas que lo habéis tratado bien. Yo sólo vengo a recogerlo, sólo a eso pero como comprendéis tengo que avisaros.
- ¿Cómo es que lo recogéis tan pronto? Solo hace dos semanas desde que lo trajimos - dijo Petunia.
- Calla Petunia, que se lleve al chico, menos trabajo para nosotros... Por fin podremos ir de vacaciones. Iros ya.
Paige iba a preguntar algo pero Harry la cogió de la mano y le indicó con la mirada que aquella reacción era normal. Remus salió de la cocina y subió a la habitación de Harry seguido de él y de Paige.
A los quince minutos tuvieron todo listo para partir, salieron de la casa. Harry miró hacia los lados y no vio nada que le pudiera llevar hasta la casa de su padrino.
- ¿Cómo viajaremos? ¿En escoba?
- No, algo mucho más divertido - respondió Remus sonriendo - en ese coche de allí, y es totalmente muggle.
- Él dice divertido porque conduce y parece un niño, pero es cualquier cosa menos divertido - comentó Paige sarcástica.
Harry miró asustado al hombre lobo, no se lo imaginaba conduciendo un coche como ese, empezó a pensar que Voldemort no acabaría con él, lo haría su amigo.
- ¿Ves lo que has echo querida? Le has asustado, y que sepas que no soy tan mal conductor.
Metieron el gran baúl en el maletero y se subieron al coche, entonces Paige se volvió hacia Harry (que estaba en el asiento de atrás) y se presentó:
- Soy Paige Thomas, encantada de conocerte.
- E... Hola... Yo también estoy encantado de conocerla, señorita.
- Tranquilo Harry, hay confianza, se trata de mi novia, trátala de tú - comentó Remus mientras arrancaba el coche.
- Por favor Remus, ve con cuidado - susurró Paige.
Harry nunca había tenido tanto miedo, Remus al volante era muy peligroso. Cinco minutos después de arrancar creyó que iban a chocar con una farola pero por suerte se movió. Tras el susto Paige le explicó que le habían realizado el mismo hechizo que al autobús Noctámbulo porque sino ya estarían muertos.
Tras horas de viaje los tres llegaron a Londres, y se dirigieron hacia Grimmaud Palace, mientras Lupin abría la puerta un nudo se formó en el estómago de Harry. Tenía miedo de que alguno de sus amigos estuviera muerto igual que Sirius... Sirius durante horas había dejado de pensar en él, pero ahora en la que fue su casa sabía que no iba a poder olvidarle.
Ninguno de los personajes de HP me pertenece, sólo Paige (q x cierto como no sabia como llamarla le puso como mi personaje favorito de Generación X, y q es mi correo).
Bien, ¿qué les a parecido? Espero q me manden sus opiniones a paige_guthrie@hotmail.com
Este episodio me salió muy corto, ya que quería empezar en serio en el siguiente, cuando se rencuentran con todos.
