El sonido de pisotones producido por unos pies enfundados en unas enormes botas militares reverberó por todo el pasillo de Hollywood Arts cuando Jade West entró por la puerta, espantando a cualquiera que se encontrara cerca de ella.

La joven estaba notablemente enfadada, algo que se hacía notar en su ceño fruncido, la forma en la que su mano se cerraba sobre la correa de su bolsa, la forma en la que sus pies pisoteaban el suelo y en cómo abrió su taquilla, dándole un golpe contra la de al lado.

Embutió de forma brusca sus libros en la taquilla y sacó otros, encajándolos en su bolsa de la misma forma que antes. Cerró la taquilla de un portazo y soltó un gruñido cuando Sinjin se plantó ante ella.

-Jade, ya tengo terminadas las luces para tu obra, he encontrado dos tipos, pero quiero saber cual es la que más te gusta.

-¡FUERA!- Exclamó, desenfundando sus tijeras y clavándolas contra su taquilla, provocando que el chico de pelo escarola corriera gritando como una niña cuando la afilada arma atravesó el metal de la puerta de la taquilla.

La chica caminó entonces hacia su clase, dando pisotones de camino y espantando con simples miradas a cualquiera que se parase junto a ella.

Junto a la taquilla de Tori, Beck, Andre y Cat observaban como Jade salía cual tormenta por la puerta hacia el patio.

-¿Qué le habrá pasado ahora?- Murmuró la joven pelirroja mientras jugueteaba con las puntas de su cabello.

-Quien sabe.- Contestaron Beck y Andre a la vez. -¿Tal vez cancelaron su obra?- Dijo ahora solo Beck.

Fue entonces cuando Jade volvió a entrar, discutiendo con una Tori que no parecía hacerle mucho caso. Los ojos verdes de la morena brillaban de una forma extraña cuando miraba hacia la medio-latina y gritaba algo sobre su padre.

-Lo entiendo, Jade, tu padre es un ser cruel sin sentimientos por no querer ir a ver tu obra.- Dijo sonriendole a la ojiverde mientras esta desfruncía su ceño fruncido. -Ahora toma, tu café, supongo que aún no te habrás tomado uno esta mañana.- Le tendió la taza, sonriendo, y le dio un pequeño beso en la nariz. -E intenta no asustar a Sinjin. He oído que ha tenido que llamar a casa para que su madre le trajera otro par de pantalones.

Ante la perpleja mirada de todos, Jade asintió y mustió un pequeño "Gracias…" antes de girarse y dirigirse tranquilamente a clase de Sikowitz, seguida no muy de lejos por sus amigos.

-Wow, que forma de domarla.- Murmuró Andre con miedo a que la azabache le escuchara y su buen humor desapareciera de golpe.

-Es más fácil de lo que parece.- Le quitó importancia la cantante mientras veía contenta como su novia caminaba por el pasillo sin asustar a nadie. -Solo has de aprender a pulsar los botones correctos.

-Tori, la domadora de tigres.- Exclamó Cat sonriente.

Oh, si supieran qué metodos tengo para domar a esta tigresa…