Las dos mujeres iban en el ascensor, que parecía tardar una eternidad en bajar.
La joven y hermosa agente, Grace Van Pelt, no podía parar de llorar. Teresa Lisbon, a su lado, no sabía que hacer para consolarla.
Lisbon iba pensando en Jane, en menudo lio la había metido obligándola a bajar en el ascensor con una llorosa Van Pelt.
Por fin Lisbon se decidió a ayudar a su compañera, y se acercó a ella, dándole un abrazo. Van Pelt se sobresaltó, pues su superiora no solía mostrar esos gestos de "debilidad", pero se lo agradeció en silencio.
El trayecto llegó a su fin, y ambas mujeres se separaron.
Van Pelt ya se alejaba hacia su coche, cuando Lisbon se le acercó por detrás.
-Grace, vente a mi casa yo te llevo. No creo que sea bueno que conduzcas así, y menos que pases la noche sola.
Van Pelt aún se sorprendió más al oir estas palabras de boca de Lisbon. Después de todo, no era tan fría como siempre queriá aparentar.
Van Pelt aceptó la oferta, pues aunque no quería entrometerse en la vida de su compañera, sabía que ella tenía razón. Ambas se dirigieron al coche de Lisbon y montaron, sin intercambiar palabra. Sin quererlo había surgido entre las dos un gran vínculo.
*
-Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing- sonó el teléfono de Lisbon en medio de la noche.
Al instante Lisbon se despertó y se apresuró a responder la llamada, pues no quería que ahora que, por fin, Van Pelt había conseguido dormirse tras haber estado desahogándose y hablando con ella durante horas, se despertara.
-Lisbon.
-Hey, Lisbon.¿Te he despertado?- se trataba de Jane. ¿Qué querría ahora?
-No, que va. Suelo pasar todas las noches despierta, creeme, ¡se descansa mucho más!- respondió ella irónica.
-Detecto cierto sarcasmo en tu voz...
-Sí, así yo también soy medium.
-¿Estás de buen humor, eh?
-No me gusta que me despierten en medio de la noche, ¿sabes? Y menos si es para nada.
-Para nada no... ¿Qué tal te fue con Van Pelt? Mal de amores, supongo...
-¡Eres un...! Me dejaste sola, no sabía que hacer.
-Bueno, pensé que a ambas os vendría bien algún acercamiento, y bueno, hablar de amor también.
-¿Y tú que sabes de mi vida amorosa?- preguntó Lisbon, picada.
-Esa era la parte menos importante, pero ya que lo preguntas, tengo acceso a tu mente.
-Sí, ya, y yo soy Victoria Beckham.
-No, eres más guapa. Pero eso da igual, volvamos a lo esencial. ¿Qué hiciste con Van Pelt?
-Pues me la traje a casa. Estaba destrozada, no podía dejar que se quedara sola...
-Hiciste bien, eres una buena persona.
Se hace un silencio momentáneo, y Lisbon se sonroja.
-¡Ah! Te sonrojaste.
-Mentira. Y encima, ¿tú que sabes, si no me estás viendo?- contestó ella enojada.
-Te conozco demasiado bien... Por cierto, me acaba de llamar Hightower. Me dijo que te llamara a ti y a los demás. Tenemos nuevo caso; un asesinato doble.
-Vale, no es John el Rojo.
-Pasas demasiado tiempo conmigo, te estás quedando con mis "poderes". ¡No es justo, me los estás robando!- se oye una leve risa, por parte de Lisbon- ¿Cómo lo has sabido?
-Si hubiera sido él habrías empezado la conversación por ahí.
-Bueno, avisa tu a Van Pelt- dijo Jane, con un tono menos jovial.
-Jane, no lo he dicho por ofender, lo sabes.
-Sí, no te preocupes. Adiós, voy a llamar a Rigsby y a Cho.- cortó el la comunicación.
Lisbon se quedó pensando. No había sido su intención molestarle, pero no había podido evitar decirlo.
Se acercó hacia el otro sofá, donde Van Pelt dormía apaciblemente. No quería despertarla, pero de bía hacerlo.
-Van Pelt.- susurró, mientras la golpeaa suavemente en el hombro.
Ella se sobresaltó.
-¿Lisbon? Oh, no me digas que me he quedado dormida en la oficina...
Lisbon le refrecó la memoria:
-No. Has dormido aquí, en mi casa.
-Cierto. Perdón por las molestias, y bueno... muchas gracias por todo, nunca lo olvidaré.
-No ha sido nada - contestó Lisbon, de nuevo ruborizándose.- Tenemos un nuevo caso.
-Vaya... Eso es lo que menos me gusta de esta profesión, que te pueden despertar a cualquier hora.- dijo, con un amago de risa.
Por lo menos, se lo tomaba con humor.
