Todo le resultaba extraño, su novia actuaba extraño con él, el chico castaño de pelo alborotado que habían conocido en el país que estaban visitando. Las presencias que rodeaban a la gente que estaba alrededor del chico, y la propia presencia de éste, que a veces le resultaba abrumadora. Pero lo que más le preocupaba era la actitud de su novia. En los 7 años que llevaban oficialmente saliendo, nunca, en ningún momento y bajo ningún concepto ella pasaba de él. Pero ahora todo le incomodaba. No quería estar en esa gran mansión, quería llevarse a su novia lejos de ese lugar y que volviera a ser la misma persona con la que había crecido.

Todo comenzó el día que arribaron al nuevo país: Italia. Se encontraban vacacionando y visitando algunos lugares del mundo para luego establecerse en Hong Kong, el lugar de origen de él.

Apenas el avión aterrizó pudieron sentir presencias muy poderosas en ese lugar, a veces aumentaba la intensidad haciéndolas casi palpables, otras simplemente eran unas presencias más.

Era probable que en el continente Europeo se encontraran con personas de alto poder mágico, Eriol, su mejor confidente, amigo y consejero mágico les había advertido sobre lo que podían llegar a encontrarse en esos lugares. Aunque ciertamente apenas arribar le sorprendió la cantidad de personas con grandes poderes.

Su novia, aunque feliz de encontrarse visitando un nuevo lugar también lo sintió, pero no dejó que eso la amainara.

El viaje les resultaba placentero, pasar tiempo juntos sin ningún inconveniente a su alrededor, sin consejeros, sin magia, sin responsabilidades que completar era la razón por la que se encontraban en ese nuevo país. Ambos habían tenido que aprender lo más básico del italiano para poder moverse con libertad por el lugar.

Ahora se encontraban en un café muy ameno para cortar la tarde de caminata y compras que ella realizaba.

-Shaoran…- quien le hablaba al castaño que se encontraba frente a ella era una hermosa joven de figura envidiable, mas no voluptuosa, con el cabello castaño claro y de ojos verde esmeralda, que encantaban al chico cada que los veía.

Pero ella se notaba algo apagada y nerviosa así que no era un buen augurio.

-Dime Sakura- le respondió el castaño, un joven de hombros anchos, sus brazos musculosos, aunque no en demasía demostraban el entrenamiento físico al que estaban sometidos todos los días, un rostro elegante y de porte caballeroso. Su cabello castaño, más oscuro que el de la chica y de ojos ámbar que variaban en un marrón oscuro y un color miel.

Él le regalo una sonrisa de esas que solo eran para ella, una tranquilizadora y paciente a la espera de lo que tuviera que contarle.

-Desde que llegamos a Italia… la carta sueño me ha mostrado algunas imágenes- ella, aún con su aire de inocencia que parecía atravesar los años, jugaba con la servilleta de forma nerviosa.

Él atento a lo que ella le dijera no necesitó preguntar nada, los años que llevaban en relación y antes: amistad, le hacían saber que ella en cualquier momento le contaría. Pues la confianza que existía entre ambos era de absoluta entrega. Prueba de ello había sido el compromiso que los unía desde que cumplieron la mayoría de edad.

Shaoran tenía que hacerse cargo de mantener la prosperidad, respeto e integridad del Clan Li. Siendo el futuro heredero de toda la tradición, negocios y responsabilidad del mismo debía estar casado para cuando cumpliera la mayoría de edad. Pero eso no resulto de tal forma, decidieron entre los dos hacer formal el compromiso de casamiento con la condición de casarse solo cuando ellos decidieran que era el momento, no antes y menos porque los viejos del Clan Li quisieran que sea de la forma que ellos querían.

Ciertamente fue cuestión de tiempo, peleas y discusiones poder lograr el cometido. Tanto les había costado que tuvieron que pasar 3 meses y días en Hong Kong para poder solucionarlo y romper los viejos esquemas que arrastraba consigo todo lo que ser el Líder del clan implicaba. Pero lo habían logrado.

Gracias al sudor y gasto de energía, con la ayuda de Ieran Li, actual líder del Clan y madre de Shaoran, podían seguir disfrutando de su vida como personas normales. Aunque eso era solo una parte de su vida, pues la magia y las responsabilidades seguían estando.

Dentro de poco ambos terminarían sus estudios en Japón, en la Universidad de Tokio, por lo que tendrían que instalarse por tiempo indeterminado en Hong Kong para comenzar a relevar del cargo a Ieran. Y esa era la razón por la que se encontraban vacacionando y recorriendo algunos lugares.

-Verás… fueron solo imágenes, pero creo que algo va a pasar, y el Clan Li está involucrado- Sakura lo sacó de sus divagaciones sobre el camino recorrido para traerlo de vuelta al mundo real.

-¿El Clan Li? Eso es extraño- le respondió él poniendo su entera atención a lo que ella le decía. Le preocupaba que el Clan se viera involucrado en alguna situación no grata.

-Lo sé. En mis sueños había personas, no les pude ver su rostro, pero estaban todas en hilera mirándome. Lo más llamativo fueron las llamas- su ceño estaba arrugado, eso no era un buen presagio para el castaño- Pero… No eran llamas que quemaban, mas bien, era como si las personas las manipularan y eran de muchos colores: naranja, rojo, celeste, amarillo, índigo, violeta y verde. No estoy segura de que llamas de ese color existan- Sus ojos esmeralda por fin se posaron en su acompañante, quien la miraba intrigado.

-¿Llamas de color? Eso es extraño, sé que existen algunas que se les ponen químico para que tengan algún color, pero no creo que sean tan distintivas- La mirada del chico ahora era de mucha curiosidad, tratando de recordar algo de Química que decía sobre cambiar el color del fuego.

-Estoy segura de que tenían esos colores muy bien definidos. Pero otra cosa que vi fue una insignia, un logo, o algo por el estilo. Tenía una bala en medio de un marco. Y debajo decía algo que no pude leer porque las personas se encontraban en frente. Además… Estoy segura de que las llamas salían de sus dedos- Señalo en su mano donde era el lugar donde se encontraban.

-Qué extraño, no he escuchado de gente que tenga poderes en sus dedos. Generalmente los que usan magia tienen un objeto que es el canalizador. Pero puede que haya gente que use otro tipo de magia… Quién sabe, todavía hay personas que la tienen y que no hay registro de ellas- Su mente estaba desplegando toda la información de posibles conductores de magia que se utilizarían en los dedos, pero nada llegaba a su mente. – De igual forma, ¿Tuviste algún sentimiento, emoción, o reacción con esas personas?- Esa era la parte importante de todo el asunto, que podía develar que eran enemigos o posibles amigos, o simplemente que estaban cerca de algún lugar con poderes y ellos deberían seguir camino, como había pasado en algún que otro lugar.

-Si… Tenía la urgencia de correr hacia ellos, no sé si por curiosidad o qué, pero necesitaba estar con ellos- Su mirada bajo un poco mostrando incertidumbre, era extraño no saber distinguir el sentimiento que le generaban esas personas.

-¿Qué sucedió con el Clan?- Además del sentimiento que le generaban esas personas, el Clan Li pronto estaría a su cargo, por lo que tenía su total atención a lo que ellos expresaran en el sueño de ella.

-Del otro lado, frente a estas personas se encontraban algunos miembros del Clan, a quienes tampoco pude distinguir. Sé que eran parte porque pude sentir la esencia del Clan en los miembros que allí se encontraban. Pero lo único que se movía en el lugar eran las llamas de estas personas. Nadie habló o hizo algún movimiento. Es una imagen casi estática- le respondió ella de forma segura, pues el sueño se había repetido cada uno de los tres días que llevaban en Italia. –Pero de parte del Clan se notaba una energía de hostilidad- agregó al saber que eso también era importante.

-Bueno, al no saber quiénes son las personas involucradas y qué es lo que sucederá, debemos esperar, estoy seguro de que estaremos involucrados, pero no por eso tenemos que forzarnos a ser parte de lo que se avecina. Si la carta Sueño no te mostró nada más significa que es la información que tenemos que tener por el momento- Él le volvió a regalar una sonrisa tranquilizadora, habiendo analizado todas las posibles que podían surgir desde esa imagen y sin encontrar nada que implicara actuar en el momento, era mejor esperar a que lo que suceda, simplemente suceda. Ya sabrán encontrar ellos las respuestas a todo.

Teniendo esto en mente tomó la mano de su novia que seguía jugando con la servilleta, dándole una caricia sutil para hacerle saber que estando juntos, todo estaría bien.

Ella aún con los pensamientos, y su mente trabajando, al sentir el tacto de él todo indicio de preocupación y dudas se disipó, dando lugar al calor que su pecho emanaba cada vez que el chico la acariciaba.

-Tienes razón, dejaremos que fluya- dijo ella acompañando con una sonrisa sincera llena de amor.

Shaoran sonrió de igual forma.

-Bueno, ¿Te parece bien que vayamos a caminar a algún parque?- preguntó para sacarla de sus pensamientos. Pues aunque le dijera que dejaría que las cosas sucedan ella se taladraba la cabeza y se preocupaba por las cosas que todavía no pasaban.

A Sakura el lugar le resultaba increíble, en las excursiones que estuvieron haciendo pudieron ver muchos paisajes y todos muy diferentes. El país y su cultura le encantaban, le llamaba la atención como de diferentes podían ser las personas dependiendo del lugar, algo que a donde iban ella se daba cuenta y disfrutaba de esto.

Así que siguiendo el consejo de Shaoran se dejó guiar por él para visitar algún lugar verde que los separara de tanta edificación.

Comenzaron a alejarse del centro de la ciudad siguiendo un camino boscoso. Les resultaba extraño que nadie anduviera por esos lares, pues el paisaje resultaba muy agradable. Los sonidos de la ciudad se alejaban parados por la cantidad de arboles que los rodeaban y solo escuchaban el trino de los pájaros que visitaban el lugar.

-Shaoran, creo que nos estamos desviando mucho- le dijo la castaña preocupada. Pues sentía una sensación complicada de explicar, ansiedad, nervios, malestar. No estaban yendo por buen camino.

-Lo sé es la idea, aunque es extraño que nadie pase por aquí, es un lugar muy bello- le respondió tranquilizándola. Pero era cierto que casi no andaba gente por ese lugar, aunque el camino que seguían, una calle de tierra, estaba muy bien cuidado, por lo que por lo menos sabían que era concurrido.

Pero él no se había dado cuenta de las presencias que se acercaba rápidamente a su lugar, siendo distraído por el sonido de un auto acercándose.

Ambos se hicieron a un lado del camino para dejar pasar al auto.

Sakura si se había percatado de las presencias, por lo que prefirió guardar silencio hasta ver que tipo de situación se encontraban. Pues ambas presencias no le resultaban agresivas.

Cuando pudieron ver el auto negro que se acercaba a ellos y el mismo se detuvo unos metros delante, vieron también como un hombre vestido de traje negro con camisa blanca y corbata negra salía del asiento del conductor.

Shaoran ahora se daba cuenta de las presencias que se encontraban dentro del auto, más ninguna de ellas estaba con el hombre, por lo que solo debía ser un sirviente.

-"Disculpen niños pero este camino se encuentra cerrado a las visitas"- el hombre con voz firme les había hablado en italiano por lo que ellos apenas lograron entender a lo que se refería.

Shaoran siendo quien más fácil manipulaba el idioma les respondió.

-"Disculpe, somos turistas y no lo sabíamos"- se estaba poniendo tenso, una de las presencias que se encontraba dentro del auto estaba comenzando a aumentar.

Cuando estaban por encaminarse de vuelta por el mismo camino escucharon una nueva voz.

-¡Vamos tenemos que llegar con el Decimo para darle las noticias, deja a esos chiquillos y date prisa!- La nueva voz que sonaba bastante enojada había hablado en japonés sorprendiéndolos a los dos.

-Oye… ¿A quién llamas chiquillo?- Shaoran ciertamente tenía poca paciencia a los apodos que lo menospreciaban, bastante tenía con que Touya, el hermano de Sakura le dijera "mocoso" y el peluche volador y parlante se refiriera a él del mismo modo.

El hombre peliblanco de miraba enojada abrió los ojos con sorpresa al ver que el chico hablaba japonés y había entendido lo que le había dicho.

-Pss a ustedes ¿A quién más?- Le respondió de manera arrogante, cuando la otra puerta del auto se abrió para dejar paso a la otra presencia que sentían.

-Ma… ma Hayato, deja a los chicos en paz, tenemos que llegar a Tsuna- Un pelinegro un poco más alto que el peliblanco, de mirada tranquila y sonrisa divertida, vestido también con traje negro, camisa blanca y corbata negra al igual que el peliblanco se dirigió a apoyar una mano sobre el hombro de éste buscando calmarlo.

-"Disculpen a mi amigo, pero es de malos modales"- dijo esta vez para los chicos que lo miraban. El chico, castaño que se encontraba en frente de la chica lo miraba ceñudo, como analizándolo, la chica simplemente apretaba la mano del chico buscando tranquilizarse. La presencia de ambos era ciertamente poderosa, y ellos no se gastaban en esconderla como hacían ellos.

-Hablan japonés, idiota del baseball- el peliblanco soltándose del tacto del pelinegro se alejó un poco.

-Oh, disculpen. Bueno, tenemos que seguir camino. ¡Que disfruten su paseo!- les dijo el pelinegro tomando por los hombros al peliblanco para meterlo de nuevo al auto, mientras éste tiraba insultos a su persona tanto en japonés como en italiano. El pelinegro solo se reía tranquilamente mientras levantaba una mano en forma de despedida a los chicos.

El conductor del automóvil les dio una reverencia con la cabeza, ahora sabiendo que eran japoneses, para darse vuelta y también ingresaba al auto para seguir el camino.

La pareja impresionada por el asombroso despliegue de insultos que tenía el peliblanco no pudieron emitir palabra alguna.

-Bueno… ciertamente son especiales- le dijo Sakura aflojando el agarre de la mano de su novio para sonreírle.

El chico, siendo sacado de sus pensamientos le devolvió una sonrisa divertida para darle un beso en el dorso de la mano de ella y volver por el camino que habían recorrido. Ya se les estaba haciendo de noche y querían llegar a la ciudad para comer algo y descansar.

Esa misma noche el sueño de Sakura parecía el mismo, pero con la diferencia de que ahora podía ver dos rostros en el grupo donde veía las llamas.

Uno de ellos era el pelinegro que sostenía una espada envuelta en una llama celeste con una mirada tranquila y el otro era el pelinegro que tenía una calavera que le envolvía el brazo izquierdo con llamas rojas.

Fin Prólogo—

Hola! bueno, luego de desaparecer por mucho tiempo traigo algo nuevo.

Es muy probable que pocas personas lean esto, pero quise subirlo luego de tanto tiempo mantenerlo escondido.

Quise aventurarme a crear algo completamente nuevo, y este es solo el inicio. Hasta ahora tengo escrito hasta el capitulo 4.

Quiero leer sus opiniones, les gustaria seguir esta historia? que se imaginan que va a pasar? en fin... todo lo que tengan para decirme será bienvenido.

Un saludo a todos!!!!