Ni Magical Girl Lyrical Nanoha ni sus personajes me pertenecen


Prólogo

Dos pequeñas niñas están hablando en el puente en el que un día se conocieron y en el que habían decidido despedirse hasta la próxima vez que se vieran. Una de ellas tenía que mudarse con su madre y hermana a Italia, donde a su madre le habían ofrecido un nuevo trabajo.

- ¿Volveremos a vernos? –preguntaba una pequeña cobriza con lágrimas en los ojos.

- Algún día volveré. Te lo prometo. ¿Prometes no olvidarme, Nanoha? –decía una niña rubia poniendo sus manos en los hombros de su amiga.

- Te lo prometo, Fate-chan. Jamás me olvidaré de ti. Siempre te recordaré. Tú tampoco me olvidarás, ¿verdad?

- Nunca te olvidaré, Nanoha. Cuando vuelva, estoy segura de que te reconoceré. No importa qué, pero te reconoceré. Prometo escribirte cada semana.

- Yo también te escribiré cada semana, Fate-chan. Estaré esperando tu regreso. –dijo llorando mientras abrazaba a su rubia amiga.

- No llores, Nanoha. –decía mientras separaba un poco a la cobriza y le retiraba las lágrimas– Sabes que no me gusta verte llorar.

- ¡Fate! Es hora de irnos. –gritaba una señora peligris.

- ¡Ya voy mamá! –se giró hacia su madre para luego mirar de nuevo a su amiga– Tengo que irme, Nanoha. Cada vez que te eche de menos diré tu nombre en voz alta. –se sonrojó la cobriza– Cuídate mucho, por favor. Y lo más importante, sé feliz. Hasta pronto, Nanoha. –dio un último abrazo a su querida amiga y se despegó lentamente sintiendo como perdía la calidez que aquella niña cobriza siempre le dio.

- Hasta pronto, Fate-chan. Cuídate tú también y sé muy feliz allí. –decía la cobriza con una sonrisa mientras lágrimas no dejaban de caer por su rostro– Te esperaré...