HOLA A TODOS. MI NOMBRE ES Némesis Tsuki. A C L A R O: ESTE FANFIC NO ME PERTENECE; YO NO SOY LA AUTORA. MI TRABAJO ES SIMPLEMENTE TRADUCIR. ESTE FANFIC FUE ORIGINALMENTE ESCRITO EN INGLÉS. ESPERO, DE CORAZÓN, QUE LO DISFRUTEN. D : 1 6 0 5 8 6

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Principios y Finales

Por: hoplesslyCLex

"¿Cáncer?" Lex repitió aquella palabra. Él había esperado que fuera... alguna otra cosa. Los últimos vestigios del medicamento inducido la noche anterior estaban desvaneciéndose, y él se sentía... muy viejo para esto.

El médico asintió, pero sin mirarle. En lugar de eso fijó su vista en su portapapeles, observando sus raras anotaciones.

"Los exámenes muestran que tu conteo sanguíneo no es normal..."

Lex no se movió, ignorando la voz del doctor, mientras su mente viajaba hacia algunas horas antes, cuando se había sentido perfecto, invencible.

Cáncer. Él. Enfermo. No tenía sentido, así que sólo podía pensar en que se suponía que debería estar probando aquel nuevo club esa noche. No podía recordar el nombre del lugar y eso le molestaba.

El doctor estaba hablando de nuevo, y Lex estaba contemplando el matar al mensajero de aquella noticia, olvidar el incidente y sólo continuar con su vida. Estarían esperándole en el nuevo club. En unas cuantas horas sería invencible de nuevo. Así de fácil.

"Esto es serio."

Como si fuera necesario que se lo dijeran. Como si él no lo supiera. Pensó que en ese momento podía sentirlo, corriendo por sus venas. Su propio cuerpo de odiaba, tratando de destruirle por dentro porque no podía hacerlo por fuera. Había algo poético en ello. Él era un estratega, y veía aquello en términos de guerra.

"... quimioterapia... alguna radiación potencial... pronto sabremos más... hospitalización..."

Las palabras continuaron, bajando a su cabeza mientras se sumía en sus propios pensamientos. Talvez si fingía estar de acuerdo con el médico, aúne llegaría a tiempo a aquel club... club zero. Ah, el nombre regresó a su cabeza. Club Zero. Donde le estarían esperando y donde reiría y bebería y les contaría acerca de ese extraño día, en el que se enteró de que iba a morir, y ellos también reirían, porque todos sabían que los Luthor no morían por la salud... tenían sus propios asesinos.

"¿Hay alguien a quien pueda llamar? Usted no podrá superar esto solo."

Las palabras calaron profundamente y Lex se puso de pie.

"Solo es como voy a superar esto."

†††

Dos meses después...

Smallville, Kansas.

"¿Escuchaste?"

Jonathan Kent estaba inmerso en su periódico matutino.

"Hmmm." Respondió vagamente a la pregunta de su esposa intentando no derramar sus alimentos mientras comía su pan tostado.

"¿Estás escuchándome?"

"¿Escuchando qué?" Poniéndose una sudadera, Clark saltó los últimos escalones y entró en la cocina.

"Hola mam� papá."

"Buenos días." Martha volteó el tocino una vez más y lo colocó en un plato para su hijo. "¿Dormiste bien?"

"Sí." Respondió Clark comenzando a buscar en los restos del periódico la sección de cómics . "¿Qué hay de nuevo?"

"Están abriendo la casa Luthor."

Aquello obtuvo la atención de Jonathan.

"¿Lionel va a regresar¿Cuándo¿Por qué¿Qué es lo que quiere¿Quién sabe de esto?"

Martha se veía un poco sorprendida con la repentina hostilidad de Jonathan.

"Han llegado camiones al lugar durante el día toda la semana pasada, y luego esta mañana el señor Freedy me preguntó si a Clark le gustaría ganar algún dinero extra llevando productos frescos a la mansión Luthor después de la escuela."

"¿Dijiste que sí?"

"Dije que preguntaría. ¿Quieres ir?"

"Sí." Respondió Clark ansiosamente. El dinero extra era algo, pero más que eso, quién querría perderse la oportunidad de ver más de cerca la mansión y sus territorios. Caballos, canchas de polo, piscinas climatizadas, el lugar parecía una locación de cine.

Como si hubiera leído la mente de su hijo, Jonathan estuvo en desacuerdo.

"No estoy seguro de que sea una buena idea. Lionel..."

Martha colocó los huevos en el plato de su marido.

"Creo que serás capaz de tener un poco de compasión por el hombre. Primero su esposa murió, luego su único hijo enfermó."

"Probablemente sea SIDA." Murmuró Jonathan lo suficientemente fuerte para que Clark y Martha escucharan.

Clark se quedó tieso por un momento, con su tenedor a medio trayecto hacia su boca. Tras él, podía escuchar cómo Martha colocaba molesta la olla en el lavaplatos. Esperó una respuesta.

"Y exactamente¿qué se supone que eso significa?"

Jonathan se dio cuenta de que había ido demasiado lejos, y trató de retirar lo dicho.

"Nada."

"¿Acaso fue alguna indicación de que merece estar enfermo?"

"No."

"Bien."

Hubo silencio mientras Martha continuaba retirando los platos con más fuerza de la necesaria.

"Es sólo que..." Jonathan intentó de nuevo.

Clark se repitió mentalmente que su padre debería detenerse ahora.

Martha, probablemente para bien, no le dejó continuar.

"Es un joven, Jonathan, sólo unos años mayor que Clark. No sé que tenga, pero merece nuestra simpatía. ¿Correcto, Clark?"

"Sí, mamá."

Su padre lo miró por sobre el periódico, pero Clark sólo le sonrió en respuesta. Él sabía cuál era la respuesta correcta.

†††

Ése día en la escuela, todos hablaban de la mansión Luthor.

"Dos piscinas, una dentro de la casa, una afuera y una tina de baño." Pete estaba describiéndola con mucho entusiasmo. "Canchas de tenis y un gimnasio¿puedes imaginártelo?"

"Los caballos llegaron ayer." Dijo Lana casi soñando. "Árabes."

"Vamos chicos. No es tan especial. Suena ridículo." Dijo Clark, conteniendo su propios pensamientos que coincidían con los de sus amigos.

"Oh, vamos" Dijo Chloe. "¿No estás interesado?"

"No, no realmente."

"Sí, claro." Se burló Pete. "Como si no quisieras estar ahí si tuvieras la oportunidad de hacerlo."

"No, no lo haría." Protestó Clark. "De hecho voy a llevar productos de la granja hoy después de clases, y sólo los voy a entregar y me iré."

"¿QUÉ?" Chloe chilló en su oído. "Es decir..." Dijo corrigiéndose. "¿De verdad?"

"¿Y no vas a... revisar?" Pete sonaba incrédulo.

"Claro que no. Sólo voy a dejar los productos en la puerta y me voy a ir, al igual que con todos los demás."

"Sí, igual que con los demás." Dijo Pete con sarcasmo. "Sólo asegúrate de encontrar la puerta

correcta, hay como diez entradas."

"Dime si ves a Lionel Luthor." Chloe habló rápidamente. "Todo ese dinero¿te imaginas? Conocer a Lionel Luthor¿qué dirías?"

Clark la miró.

"Hace como cinco minutos creí que dirías Deja de envenenar nuestra tierra con tu malvada planta, hombre malvado. " Chloe se veía un poco apenada.

"Correcto. Eso está bien. Y dile que es algo criminal lo que consigue fuera de la ley." Añadió rápidamente.

Pete también habló.

"Pero dile también que la escuela necesita un gimnasio nuevo. Tú sabes, por si está buscando alguna nueva causa que sea deducible de impuestos."

"Y el vestidor de las chicas necesita ser renovado, ya está muy saturado." Lana pensó cuidadosamente. "También un laboratorio nuevo, especialmente después del accidente del nitrato sulfúrico."

"Bien, entonces primero le insulto y después le pido dinero."

Chloe le miró.

"Bueno, cambia el orden."

"Clark." Pete colocó un brazo alrededor de sus hombros. "Clark, si algún rostro puede hacerlo, tú puedes."

Clark se detuvo, sin estar seguro si aquello era realmente un cumplido, mientras la campana sonaba para la primera clase. Pete sólo sonrió y se dirigió a su clase.

La escuela terminó sorprendentemente rápido. Todas las conversaciones eran un variante de la que había tenido en la mañana con Pete, Chloe y Lana. Clark creyó que nunca había escuchado tantos rumores en su vida. Adoraba vivir en un pueblo pequeño, pero... a veces...

Ahora estaba sentado en la camioneta roja de su padre, con los productos en la parte trasera, dirigiéndose a la mansión de Lionel. La orden era nada especial... leche fresca, huevos, pan, fruta envuelta cuidadosamente y algunas verduras. La gente rica era igual a todos los demás, pensó, recordando con un leve desprecio la discusión en la escuela.

A pesar de las anteriores palabras que dijo a sus amigos, no podía evitar admirar la mansión Luthor, castillo, se corrigió. Parecía algo sacado de una caricatura de Disney. Recordó las palabras de Pete acerca de encontrar la puerta correcta... de pronto le parecía un muy buen consejo.

Colocó la camioneta en la impecablemente blanca grava, estacionándola a propósito entre un Jaguar y un Mercedes. Tomó los productos y se dirigió hacia la entrada principal. Si cometía un error lo corregiría la próxima vez. Las pesadas puertas dobles de madera estaban hechas para intimidar con su tamaño, pero Clark, por ciertas razones, no se intimidaba tan fácilmente.

Tocó el timbre una vez, y cuando nadie apareció, golpeó ligeramente la puerta, con cuidado de no estropear la madera.

Después de cinco minutos, cuando estaba a punto de darse por vencido, escuchó el ruido de los seguros siendo quitados, y se encontró frente a una mujer.

"Sí." Dijo sin abrir completamente la puerta. "¿Puedo ayudarle?"

Clark señaló los productos que traía en brazos.

"Soy Clark, estoy aquí para entregarle los alimentos que ordenó de la tienda de Freedy, en Villachica."

"Yo no ordené ningunos alimentos."

"Bueno, alguien lo hizo."

La mujer miró hacia el obscuro corredor.

"Buen, supongo que tendrás que pasar." Abrió la puerta permitiéndole a Clark pasar antes de volverla a cerrar y asegurarla. Clark permaneció allí, mirando la extraña obscuridad antes de que ella le indicara que la siguiera.

"Bien, vamos."

Él la siguió hacia el gigantesco vestíbulo principal, y luego a través de un largo pasillo zigzagueante. En algún lugar podía escuchar gritos y su escolta apresuró el paso.

"Vamos." Dijo rápidamente.

Después de tres puertas, dos pasillos y muchas escaleras, se encontró a sí mismo en la cocina más grande que jamás había visto. Cada superficie, desde las tres estufas hasta las dos barras de cinco metros de largo, resplandecían. Parado en el centro de todo, estaba un hombre aparentemente extremadamente irritado, afilando cuchillos y maldiciendo para sí mismo.

"Alfie." La guía de Clark dijo, impacientemente.

El hombre volteó.

"¿Tú ordenaste algunos comestibles?"

"Sí." Respondió. Un grueso acento francés cubriendo sus palabras de un modo extraño. "¿Están aquí?"

Clark avanzó un paso.

"¿Dónde las quiere?"

"Ahí está bien." Dijo señalando con un cuchillo la barra más cercana. "¿Tienes nar-ranjas?"

"Sí, eso creo." Clark, obedientemente, colocó las bolsas en la barra, mirando a través de ellas.

"Bien. Necesitaremos más. Trae más mañana. Él quiere jugo de naranja fresco." Alfie afiló los cuchillos un poco más fuertemente. "Un día... nar-ranjas, luego un día, uvas, un día, te diré qué, un día se va a resbalar el cuchillo..." Dijo con una sonrisa malévola. "C'est tout."

"Cállate, Alfie." Pero Clark se dio cuenta de que ella estaba de acuerdo. En algún lugar del fondo, Clark escuchó a una mujer gritar, sonaba vagamente como un 'Annie'.

Su guía brincó.

"Mira, tengo que regresar a trabajar¿puedes encontrar la salida tú solo?" Y se fue antes de que Clark pudiera responderle.

Alfie ya había regresado a trabajar, pelando y exprimiendo las naranjas, murmurando para sí mismo, ignorando por completo a Clark. Clark sólo permaneció allí por un momento, y luego se fue por donde vino. Primero las escaleras y después dos corredores¿correcto?

Le tomó aproximadamente cinco minutos el admitir que estaba total y completamente perdido. Aún tenía que encontrar las escaleras por las que había subido, y estaba seguro de que no debió haber virado a la derecha tantas veces. Esperanzadamente abrió otra puerta, sólo para encontrarse en otra habitación completamente diferente. Era más grande y, por primera vez desde que salió de la cocina, podía escuchar pequeños ruidos. Con el objetivo de pedir indicaciones para salir de ahí, comenzó a caminar hacia los sonidos.

Después de recorrer dos escaleras, los sonidos ya no eran tan pequeños. Se escuchaba como si alguien estuviera gritando. Pero era difícil ubicar el sonido, debido al eco que causaban los grandes espacios dentro de la casa. Dudó un poco, inseguro de hacia dónde ir, cuando inesperadamente, una puerta se abrió frente a él mientras alguien a quien vagamente como Annie salía corriendo casi chocando contra él y llorando. Pensó ir tras ella, pero la curiosidad le ganó y entró por la puerta que ella había dejado abierta. Los gritos ya habían dejado de escucharse.

La puerta daba a un pequeño pasillo. Clark caminó unos cuantos pasos y luego se detuvo, observando lo que debía ser el dormitorio más grande que había visto alguna vez. Era más grande que los salones de la escuela, probablemente era tan grande como el gimnasio. Si fuera posible, la habitación estaba aún más obscura que el resto de la casa. Lentamente avanzó observando los grandes vestidores y las mesas, y finalmente la enorme cama que permanecía en el centro de la habitación. Y sumido en la más profunda obscuridad, estaba el ocupante de la habitación. La figura estaba sentada en la cama gigante, con frazadas alrededor de su cintura, mirando a Clark con silencioso asombro.

Ambos permanecieron ahí en silencio por algunos momentos antes de que la figura en la cama hablara con voz ronca en casi un murmullo.

"¿Qué eres?"

Clark tendría tiempo después para preguntarse el por qué de aquellas palabras, pero ahora sólo se sorprendió al escucharse a sí mismo responderle automáticamente.

"Soy Clark. Clark Kent. Yo entrego los comestibles."

Y con eso se rompió el encanto.

Una extraña expresión se posó en el rostro que hacía unos momentos le había visto tan solemnemente. ¿Alivio¿Decepción?

"¿Comestibles?" Su tono era burlesco y cruel. "Fuera."

Clark no se movió.

"Me gustaría, pero, eh..."

"¡Fuera!"

"Si sólo me dejaras terminar..."

"¡No! FUERA."

"Yo sólo-"

"FUERA."

Más rápido de lo que Clark daría crédito, la figura tomó un vaso de la mesita más cercana y lo lanzó en dirección de él. Falló por más de un metro y Clark no se movió, más impresionado que otra cosa.

La otra persona ya estaba alcanzando un tazón, pero nunca lo tomó debido a que, de pronto, vio sus brazos atrapados fuertemente por Clark.

"¡Suéltame¡No me toques¿Sabes quién demonios soy?"

"Sí – Eres Lex Luthor¿y crees que me importa?"

"Debería. Podría destruirte." Lex siguió luchando, pero no pudo zafarse. "Dije. Que. No. Me. Toques." Gritó, antes de darse por vencido y caer de nuevo en la cama, provocando que Clark le soltara o le rompiera la muñeca. "Sólo. Sal. De. Aquí." Hubo una pausa en la que Clark no se movió. "AHORA."

Clark seguí inmóvil.

"¿Qué te sucede?" El enfado ya había abandonado su rostro, pero la irritabilidad seguía ahí. Intentó hablar tratando de ocultar el agotamiento y el cansancio de su voz sin tener éxito. "¿Estás sordo? No quiero que estés aquí."

"No me puedo ir."

Aquello atrajo la atención de Lex y le miró con un rastro de la intensidad inicial.

"¿Qué?"

"Como te intenté explicar: estoy perdido."

"Oh, Dios." Lex emitió un pequeño sonido mientras le daba la espalda a Clark, hundiendo su rostro en la almohada. Clark pudo ver su playera humedecida por el sudor en su espalda, acentuando las prominentes costillas y su columna vertebral.

"Así que si tú pudieras decirme cómo-" Hubieron más sonidos extraños desde la almohada. "¿Estás bien?" Clark preguntó dudando un poco.

Lex volteó de nuevo, dándole la cara y Clark se asombró al encontrarlo riendo, así que él también le sonrió abiertamente como respuesta.

"Ve... camina hacia la izquierda, baja dos veces por las segundas escaleras, camina por tres habitaciones y estarás en el vestíbulo principal."

"Gracias." Clark comenzó a caminar hacia la puerta.

"¿Clark?"

"¿Sí?" Clark se detuvo y al volverse, encontró a Lex mirándole con una extraña expresión irreconocible en su rostro.

"Nada."

"Bien." Clark continuó caminando hacia afuera de la habitación. "Nos vemos mañana." Echó un vistazo a la expresión del rostro de Lex mientras salía de la habitación muy sorprendido y sonrió para sí mismo. Esto se podría poner interesante.

Continúa...

Némesis: Este capítulo fue traducido gracias a la colaboración de Claori