Kaito amaba su trabajo, mover sus caderas y sentir las manos de los hombres en su cuerpo era una cosa deliciosa, y más al sentir como la camara filmaba todos sus movimientos, como se la metían y como gemía como prostituta. Le encantaba y jamás lo negaría, todo era tan delicioso que no podía aguantar tener otra ronda… Pero hay algo que lo inquieta, hace un par de meses que ya no siente lo mismo, ese calor en su vientre, o esas descargas eléctricas cada vez que se la metían. Necesitaba buscar el porqué a su aburrimiento en el sexo. Así que se sube un poco el ajustado pantalón, sabiendo que tenía las miradas de la gente, eso le encantaba, demasiado.
—¡Hola Hakuba! —Saluda a su amigo, él es un detective que lo ayudaba a sacarse a los molestos seguidores de su culo.
—¿Qué quieres Kaito? —Responde, hastiado de todo.
—¿Me acompañas a buscar carne? —La alegría del pornstar lo abrumaba, sabía que estaba usando su muy famosa Poker Face.
—Ahg… Muy bien… —No tuvo que molestarlo mucho para que aceptase. Eso era extraño, pero no le importó.
Esa misma noche salieron.
Enfundado en un vestido muy lindo, liso, color rosa palido, de espalda descubierta y de manga larga, con un bonito cuello tortuga, el vestido apenas y llegaba a cubrirle casi nada del muslo. Era su favorito. Eso junto a unas botas negras que le llegaban a seis dedos de la falda, dejando poca pierna a la vista, tenía un tacón tan largo que si no fuese un profesional, sería capaz de romperse un tobillo sin siquiera dar un paso. O de matar a alguien, que sería lo más probable.
Se maquilló, los labios de un tierno todo durazno y sus ojos con un poco de negro, para resaltar el lila de sus ojos.
Sale de su casa y va a un pub, donde se encuentra con su mejor amigo. Este estaba vestido con un traje marrón y una gorra extraña, parecía ese detective que tanto alababa. Era bastante gracioso, verlo de fumar una pipa. Se acerca a él con intenciones maliciosas pero el detective Londinense lo detiene.
—Kaito, no me sorprendes… —El travestido sonríe y entran al lugar.
Piden un par de bebidas, Kaito un mojito y el detective un Shirley temple. Kaito ve con enojo como su amigo bebía su elección.
—¿Estás jodiendo? —Pregunta bruscamente.
—Estoy de servicio. —Responde con simpleza, como si fuera lo más natural del mundo.
—Ah. Estás jodiendo. —Asiente para si mismo y suspira. —El único día que te necesito y me jodes con esto. —Escuchan un grito y ven como alguien pasa corriendo a la fuente del grito. Un hombre tirado en el suelo, de espaldas parece que lo habían envenenado.
Un muerto. Que asco. Pensó Kaito para sus adentros. Odiaba ver sangre, no le tenía fobia, pero le era desagradable. Ve como su amigo se levanta a revisar en cadáver y lo sigue, ya le habían arruinado la noche, ahora solo quedaba ver en vivo y en directo un caso de CSI. Maldito sea el muerto.
—Huele a almendra… —Escucha el murmullo de un chiquillo. ¿De cuantos? Tendrá unos 18 años. —Ya no vale la pena llamar una ambulancia, es muerte por envenenamiento de cianuro. Este se levanta y va a hablar con otras personas.
—Hakuba ¿Quién es ese pendejo? —Pregunta curioso, mirando al chiquillo moverse con total soltura.
—Kudo Shinichi, es un detective de secundaria.
Oh, eso lo explicaba… Aunque, maldito Hakuba. ¿Tendrá acaso un imán para los muertos? Era la tercera vez que pasaba. Aunque esas veces, era un niño quien estaba en medio molestando. Ahg. Demasiado en que pensar. Llegaron rápidamente los policías y uno se acerca a hablarle.
—Le pido que se retire, esto ahora es una escena del crimen. —Niega con la cabeza y sonríe tranquilo.
—Estoy esperandolo a él. —Apunto a Hakuba y este al sentirse observado los mira y confirma.
—Muy bien, pero por favor no toque nada. —Asiente con toda la mala leche que traía y se va a sentar a la barra, siguiendo con su mojito. Dios, que aburrimiento. Siente que le tocan la espalda y voltea, era el mocoso.
—¿Me permite pedirle ayuda? —Asiente de mala gana. Siente como le toma de la mano y lo guía al lugar del delito. —Aquí haré la demostración de como lo mató. Por lo que sabemos, el difunto había hecho esto—Toma a Kaito de la cintura y lo apega a él, este siente como sus mejillas arden levemente. Lo empuja a si mismo mientras que camina atrás, donde estaba el asiento donde estaba anteriormente sentado y se sienta un poco, aún con Kaito agarrado. —De este modo, la mujer fue capaz de ponerle el veneno en la copa. —Toma el brazo de Kaito y lo pasa por encima de su hombro, donde estaba a la distancia perfecta al trago que anteriormente debió estar ahí. —Pudiéndolo envenenar de esa forma. —Suelta lentamente a la "mujer" esperando que este se moviese por su cuenta, Kaito lo hace, pero de forma lenta, casi mecánica. Se había excitado tanto con ese agarre. Que suerte que no se había endurecido. —Gracias por la ayuda. — Le habla luego que la asesina fuese apresada.
—No es nada… —Por algún motivo, la cercanía del lo abochornava.
—¿Puedo preguntar algo? —Kaito asiente. —¿Por qué viste de esa forma? Siendo tan guapo… —La sorpresa hizo que Kaito perdiera un poco el balance de sus pies y casi cayera, Shinichi lo había atrapado con facilidad. Tan fuerte.
—¿Cómo sabes que soy hombre? —Pregunta apegado al pecho de Shinichi. Aún no se recuperaba del casi rompimiento de pierna.
—Te he visto antes… —Murmura, casi como si fuese un secreto. —Reconocería esas piernas donde sea. —Tembló, no porque le gustase la sensación de tenerlo tan cerca ni nada. Tembló porque parecía ser que conocía su secreto. Aquello que tanto había descuidado y que le daba igual que supieran. De alguna extraña forma el no quería que Shinichi supiese de eso. —Te he visto en el metro un par de veces y siempre me cuestioné el porqué de ser tan eximido. —Parecía curioso, en verdad curioso de su respuesta.
—Me gusta sentirme observado… —Murmura perdido en la mirada azul del detective juvenil.
¿Cómo un adolecente lo prendía tanto con solo una mirada?
—Vaya… —Responde sorprendido y sonríe, que sonrisa más hermosa. —Bueno, muchas gracias igualmente por ayudar en el caso. —Hace una leve reverencia y se va, con la misma actitud de cuando se presentó.
—Kaito. —Lo llama Hakuba, tocandole la espalda. —Ya nos vamos… —Este contempla la mirada perdida y enamorada que su mejor amigo mostraba, y suspira, ya había perdido a su amigo. —No me digas que te gusta el chico. ¿Sabes cuantos años de diferencia tienen?
—¡No quiero ni enterarme! —Se tapa los oídos para no escuchar lo que su conciencia le decía.
—Más de 10 años de diferencia. Kaito, tienes 32 ya, deberías dejar de comportarte como un adolescente… Aparte que el chico ni siquiera puede entrar a un pub como este, no entiendo porque estaba aquí en primer lugar… —Murmura lo último, con sospecha.
—No sé ni me importa, yo lo quiero. —Ve a Hakuba suspirar con molestia, no le importó y se fue a su departamento.
Mientras que se pone a comer un poco de helado de licor que habia quedado de una antigua grabación comienza a twitear algunas estupideces en su twiter de pornstar.
Kaitou Kid: Últimamente quiero probar cosas nuevas ¿Qué tal están los coños últimamente?
Y otros en su twiter personal.
Kuroba kaito: Hoy conocí a un chico muy guapo.
A lo que le llegaron un par de en ambas cuentas. Escucha el sonido del teléfono del trabajo y contesta de inmediato, es Aoko, su mejor amiga y colega de trabajo, ella le cuidaba las espaldas legalmente y le daba los trabajos, todo muy profesional. Esa chica es un oro en la industria que estaban, se necesitaban uno al otro para crecer en esa industria tan corrompida.
—"¡Kuroba Kaito!, al fin te dignas a contestar recuerda que mañana tienes que trabajar, te espero a las diez en el hotel Beika ¿En serio tengo que recordarte esas cosas? Que trabaje para ti no significa que tenga que estar pendiente de ti ¿Me estás escuchando? ¡Kaito!"—
—Oi oi, te estoy escuchando. —Reclama el actor mientras come otro poco de helado. —Ño me degas que hacel. —Habla con la boca llena de helado
—"Oh, claro que tengo que decirte que hacer, no quiero estar llamandote mañana para despertarte. Porque si tengo que hacerlo, ¡haré que en tu próximo trabajo sea un bukkake!"
—¡No! ¿Sabes lo inseguro que son los bukkakes?
—"Claro que lo sé, pero no me importaría esperar un par de días a que se te sane el orto" —El vocabulario de la muchacha era bastante amplio, y bien estaba, porque debía hablarle así de sucio para que Kaito reaccionara. —"Bueno, ahora vuélvete a leer el guión, te espero a las nueve"
—¿No era a las diez?
—"Te espero a las ocho." —Y me cortó.
Aburrido, tira el teléfono en la cama y toma un montón de hojas esparcidas también en la cama.
"¿Una peli porno de policías y ladrones? Jo… Esto se pone interesante…"
