Cap. 1º La frustración de una diosa.

Nerviosa, terminó de vestirse: unos jeans y una blusa blanca. Su pelo morado, recogido en una simple trenza y un maquillaje suave. Le parecía descortés haber quedado en el parque en vez de en su mansión pero no podía permitir que la descubrieran. Seria demasiado humillante. Ahora se enfrentaba a una pelea mas dura que las de Poseidón, Odín y Hades juntas: sus ex compañeras de instituto.

Y no dudaba de que iba a ser terrible pero no le quedaba otro remedio, tras todas las luchas decidió que debía de proseguir su vida lo más normalmente posible, así que cuando sus amigas le llamaron para ver que era de su vida, quedo con ellas para charlar pero tan pronto como colgó el teléfono se arrepintió. Megumi, Kazuyo y Bai eran unas arpías, las quería, pero tenia que reconocer que eran unas autenticas brujas. Megumi siempre competía con ella por todo, pertenecía a la segunda familia mas rica de Japon, por detrás de los Kido y eso la frustraba. Kazuyo era la cotilla del grupo, un simple rumor con ella se convertía en la noticia del mes y Bai era una autentica pervertida.

Y no dudaba que juntas iban a convertir esa cita en un autentico infierno, y por que? Ahhhg – Saori suspiro, porque las mujeres somos malas. Así, sin mas, somos malas. No importaba que tuviera 24 años, que fuera hermosa, increíblemente rica y que todos sus negocios fueran un éxito. El peor fracaso para su grupo de amigas era simplemente no tener novio. O peor aún , vivir con cuatro monumentos y no ligarse a ninguno ni por casualidad. Lo peor es que no tenia excusas que darles, ella siempre habia presumido de que los hombres la adoraban y era cierto, pero eso era en su adolescencia. Ahora solo había dos tipo de hombres que se le acercaban: sus caballeros, que por supuesto no veían como mujer sino como diosa ( además como explicar que ella era una diosa, hubieran pensado que estaba loca) y los jóvenes empresarios que solo la cortejaban por su dinero. Decidido, quedaría con ellas fuera de la mansión, no les diría nada de los chicos y si preguntaban, mentiría diciendo que tenia un novio estupendo, que pasaba largas temporadas fuera de Japón.

Tampoco le diria nada a los chicos, ella tenia derecho a un poco de intimidad (ademas si se enteraban de que estaba avergonzada de no tener novio, se iban a reir de ella)

Un plan perfecto, se puso las gafas de sol y salió sigilosamente de la mansión sin ser vista.