Disclaimer: los personajes no son míos.
Dedicado a una amiga, ya que el domingo es su cumple y yo ya no puedo aguantar más sin subirlo xD
R! Muchas felicidades! *la achucha*
Olor. Crisantemos. Calas. Era lo único que invadía mi nariz. Era tan fuerte que hasta podía saborearlo.
Entraba a través de mi ventana abierta para dejar pasar el frescor de la noche. Pero sólo entraba el olor.
Cerré los ojos y me dejé llevar por él. Salí de casa y cerré la puerta, dejándome las llaves dentro, pero no me importó, porque lo único que me importaba era ese olor.
Caminé sin rumbo fijo, tan sólo hacia donde era atraído.
Quizá un par de coches estuviesen a punto de atropellarme. Pero no lo hicieron. Y finalmente llegué a mi destino, el lugar que me estaba llamando.
Y abrí los ojos. Aun en la oscuridad de la noche, pude distinguir sobre el negro cielo la blanca silueta de un mausoleo. Estaba en el cementerio.
Y el olor seguía cantando mi nombre, invitándome a entrar.
Me acerqué a la verja y la empujé. Se abrió sin ningún ruido, al contrario que las verjas de los cuentos de miedo.
Entré. El lugar no era tan terrorífico. Tumbas y más tumbas cubiertas con flores blancas que representaban su recuerdo en su gente querida. Y el olor cubriéndolo todo.
Caminé por entre todas aquellas sepulturas, parándome de vez en cuando para leer algún nombre, alguna fecha.
Anduve, anduve. Y finalmente me detuve ante la entrada del mausoleo que se veía desde fuera. Realmente era grande.
Y apoyado en su puerta cerrada, había alguien. Un chico pelirrojo que me miraba intensamente.
Y yo no pude evitar acercarme a él.
Porque el olor provenía de él. Porque él era el olor.
Sin saber cómo, tomé su cara entre mis manos y, poniéndome de puntillas, la acerqué a mis labios, uniéndolos en un beso, aspirando su aroma, notándolo entrar en mis pulmones.
Y él me respondió el beso, transformándose en uno mucho más pasional, como si lo hubiésemos estado deseando durante mucho tiempo.
Puso sus manos en mis caderas, y, cuando quise darme cuenta, ya no estábamos fuera, estábamos dentro del mausoleo.
Tampoco pude fijarme mucho, puesto que sus manos se habían propuesto desvestirme.
No pensé en el morbo de hacerlo en un cementerio, de hacerlo encima de un muerto.
Sólo pensé en sus labios contra mis labios y mi cuerpo desnudo contra el suyo, apenas cubierto por unas pocas ropas.
Sólo pensé en ese olor que llenaba mis sentidos, sin dejarme apenas pensar.
Porque estaba muy ocupado oliendo, sintiendo.
Porque cuando una mano bajó hasta mi polla sentí que explotaría.
Porque cuando otra mano me penetró, sentí que necesitaba más.
Porque cuando la mano fue sustituida por su miembro, realmente sentí que no aguantaría más.
Porque no me importaba que todo a mi alrededor hubiese oscurecido de repente, que ni siquiera viese a mi acompañante.
Porque el orgasmo era inminente.
Y llegó.
Y todo a mi alrededor se volvió blanco.
Y la ronca voz de mi acompañante inundó mi sentido auditivo, a la vez que el olor a flores me llegaba al cerebro.
- Roxas…
No me pregunté cómo sabía mi nombre. Estaba demasiado a gusto entre sus brazos, junto a su tibio cuerpo.
Por primera vez me preocupé por saber dónde estábamos. Y no me hizo falta abrir la boca.
- ¿No reconoces… tu propia tumba?
Abrí mucho los ojos.
Quizá un par de coches hubiesen estado a punto de atropellarme. Pero no lo habían hecho. O quizás sí.
Y entonces comprendí por qué el olor me llamaba con tanta fuerza.
Entonces reconocí el olor de la muerte.
Puees... no sé si le gustaría a alguien... un review me ayudará a saber :D
