Comentarios: La situación será explicada en el texto, pero de todas formas quiero agregar algo ~ Este fic será de varios capítulos, donde se verá el cross-over en exceso. Ya que no solo serán dos películas, sino varias interacciones más. Las apariencias y personalidades de los personajes estarán medianamente alteradas. Debido a que… bueno, es un apocalipsis zombie, señoras y señores. Deben cambiar bastante ~

Atención:Contenido hetero, homosexual. Desde ya, homofóbicos, absténganse de leer y busquen algo de su agrado, ¿sí? Gracias ~ ¡Al resto, disfrútenlo!

Películas y series involucradas:
..Rise of the guardians [El Origen de los guardianes]; Propiedad de DreamWorks
..How to train your dragon [Como entrenar a tu dragón]; Propiedad de DreamWorks
..Gravity Falls [Gravity Falls]; Propiedad de Alex Hirsch
..ParaNorman [El alucinante mundo de Norman]; Propiedad de estudios LAIKA
..Coraline [Coraline y la puerta secreta/ Los mundos de Coraline] Propiedad de Henry Selik (Neil Gaiman como autor del libro)— LAIKA

Ahora sí, ya puse todo. Esta historia es mía sin ánimos de lucro. —Tira todo— Terminé ~


Prólogo.

Estaba oscuro. Hacía frío. Estaba húmedo y a la vez seco. Puede que haya sido solo acto de su imaginación, pero no. Ahí estaba, otra vez. En aquel bosquejo desolado en medio de la nada, a mitad de la noche.

Caminaba tranquilamente, sin apuro. No sentía el peligro cerca, por lo cual no le importaba tardar. Algo le decía que tendría tiempo. Había charcos de agua en el suelo, señal de que había llovido previamente. Con un suspiro, frunció el ceño sin comprender nada.
Dio un vistazo a su alrededor y sacó una grabadora del bolsillo de su pantalón. Siempre atento a su alrededor, la encendió.

"Manny. Sigo sin encontrar el paradero. Busco indicios que me lleven, pero no hay nada. Parece como si fuera el único en este maldito lugar. Los demonios están por todas partes, y se han adaptado al ambiente donde viven. Tal cual un animal. La gente enloqueció y buscaron su salvación en la misma destrucción. Las noticias de suicidios y asesinatos entre iguales comenzaron meses después de que el primer grupo de demonios aparecieran. Ya no hay salvación…"

El castaño miró a su alrededor, deteniendo la grabación. Había escuchado algo, o eso creía. Vio el cielo con ligereza, antes de continuar caminando. El aire caliente de la zona ocasionaba que el sudor resbalara por su frente. Se quejó pasándose una mano por esa zona, al pendiente del área. Continuó su camino a través del sendero embarrado en fango.

"… Se volvió imposible respirar. El aire se contaminó de igual manera. Afecta el curso de la sangre mediante la respiración y la infección se vuelve algo más veloz y permanente. A este paso estaremos acabados en menos de un año. Hay muy pocas ciudades aisladas, pero no tardarán en caer también. Solo necesito tiempo. Necesito poner fin a esto. Manny."

Se detuvo ante una corriente de aire caliente y se recargó en un árbol, cuya madera parecía romperse con un pequeño toque. La pudrición albergaba el lugar.

"Manny. Hay salvación. Soy el único que aún vive y es consciente. Sin embargo, estoy siendo afectado también. Mi proyecto se pondrá en juego justo ahora. No hay tiempo para pruebas. La humanidad ya murió y no queda nada más que cuerpos sin vida. Los barbijos no durarán por mucho, comienzan a penetrarlos. Tengo poco tiempo. Soy poseedor de un laboratorio subterráneo, al igual que siete hombres màs, compañeros míos que ya han fallecido, pero que cumplieron con su parte. Solo falto yo. Y te veo ahora mismo, Número uno…"

Abrió sus ojos, deteniendo cualquier otro pensamiento. Observó el aparato estropeado, deteniendo la grabación. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué era éste mundo? ¿Dónde estaba su padre, su madre, su hogar? ¿Dónde estaba su novia, sus amigos? ¿Por qué estaba solo? Frunció nuevamente el ceño y volvió a presionar el botón rojo, con fuerza.

"La prueba era re-estabilizar cuerpos afectados. Volver a cómo eran antes de que esta peste se presentara o siquiera exista. No sé si funcione, pero no hay nada más que intentar. El mundo se acabó. Pronto, todo morirá por completo. Por favor, si logra suceder y realmente eres consciente de ti mismo. Te lo imploro, busca a los demás. He instalado en tu sistema un lente con toda la información que necesites saber. Se irá actualizando continuamente, debido a que no es algo que yo controle. Las cosas han cambiado en todo este tiempo… El lente está sobre tu ojo izquierdo"

Se llevó una mano al ojo mencionado, y en efecto allí estaba. Como cualquier otro plástico de un par de gafas de sol cualquiera. Se lo quitó para verlo y notó su color verde. Volvió a colocárselo. Continuó escuchando.

"¿Aún no has descubierto cómo funciona? Solo debes ver a una persona cuyo corazón aún palpite y la información automáticamente aparecerá en tu lente. Espero no estar grabando algo que nadie escuchará. Así que… Si me escuchas, Número uno, busca a tus compañeros. Para cuando tú despiertes, ellos también lo habrán hecho. Quizás días antes o tal vez después. Pero todos se han programado para despertar el mismo año. Su mecanismo es imparable y aprenden de cada cosa que ven. No te pierdas ningún detalle. Tú eres el líder. Ellos te buscarán. Búscalos. Encuéntralos… Y sálvalos."

Oyó un crujido cerca y levantó la vista. Una criatura de una forma similar a la suya se le acercaba a una velocidad apresurada. Las pupilas dilatadas y los ojos de un amarillo opaco. La pudrición de la carne llegó a asquearlo y se levantó, retrocediendo un poco.

"Para ello, encontrarás tu equipamiento en la mochila que seguramente encontrarás junto a tu capsula. Confío que la tomarás. Los demonios se intentarán acercar a ti. No huyas. No te asustes. Enfréntalos y termina de matarlos."

Observó el objeto en su espalda y rápidamente lo deslizó por su hombro, bajando el primer cierre con desespero. Armas. Fue lo único que vio, antes de verse jalando el gatillo y escuchar el cuerpo desplomándose frente suyo. Cayendo secamente al suelo.

Suspiró más tranquilo y dejó el objeto nuevamente en su mochila, tomando la grabadora otra vez. Espero algo, inquieto. Finalmente presionó el botón.

"Confío en que harás lo correcto. Conservarás tus recuerdos, de tu vida pasada, tal cual lo decidimos. Pero no podrás volver a ella. Tu cuerpo fue alterado al ser mordido. Sí, fuiste uno de esos demonios…" Dio una rápida mirada al cadáver y volvió a la voz emanante. "Sin embargo, gran parte de tu cuerpo es acero sólido. Tenías varios miembros extraídos cuando te encontré, por lo cual fue sencillo movilizarte. Eres una versión mejorada de tu yo antiguo. Pero no podrás hacer muchas de las cosas podías hacer en aquel entonces. El futuro posible está en tus manos. Buena suerte. Manny."

Gruñó por lo bajo. No lograba recordar nada. ¿Era verdad lo que le decía ese tal "Manny"? Lo único que le faltaba era que se desprendieran las paredes y salieran un montón de idiotas diciéndole "Lo lamento amigo, ¡pero has caído en Prank Star!" ¿Era Prank Star? Ya ni recordaba los canales de la televisión. Volvió a gruñir y llevó una mano a su cabeza, masajeando su sien, esperando algo. Sentía que necesitaba algo importante. Algo le faltaba.

Miró a su alrededor. Estaba oscuro, húmedo, el aire sofocaba y casi no podía respirar. Entrecerró sus ojos y frunció el ceño. Miró nuevamente la grabadora y suspiró. Volteó un momento, viendo el cadáver en el suelo. Inmóvil. Aspiró, recalcando la putrefacción y gritó. Gritó con furia. Se pasó una mano por su cabellera castaña, sintiendo su garganta arder por la acción previa. Bufó y fue cuando lo escuchó.

Un pitido proveniente de su bolsillo trasero.

Rápidamente, llevó una mano a sus pantalones de cuero y sacó de su bolsillo el desdichado objeto. Miró detenidamente. Se asemejaba a un celular moderno. Uno que había visto noches antes de… ¿De qué? Siente que se perdió algo importante, pero no recuerda qué. Sabe que sucedió algo, ¿pero qué? Sacude la cabeza y mira como una diminuta luz roja titila en la parte superior del "celular" y no duda en revisarlo.

Mensajes. Muchos mensajes.

56 mensajes recibidos. ¿Qué diablos era todo eso?

Frustrado, decidió leerlos. Para su sorpresa, el remitente era el mismo. Número 3 y Número 4. Se cuestionó un momento si realmente debería verlos, pero no dudó por mucho. Estaba solo, y se sentía perdido. Perdido en todos los sentidos. Necesitaba respuestas. Ahora. Las necesitaba. Tomó su mochila nuevamente y la deslizó por su hombro izquierdo, mientras que la mano derecha se encargaba de revisar el buzón de entrada. Emprendió camino por el fango indoloro y se escabulló por los bosques.

«Número 1, aquí 3 y 4. Necesitamos respuestas»

Yo también — Sonrió con ironía al decir aquello. Comenzaba a fastidiarlo eso de "1", él tenía que tener un nombre, un nick. Parpadeó un momento y permaneció en silencio, deteniendo su andar.

No recordaba su nombre. ¿¡Por qué rayos no lo recordaba!? Gruñó y continuó revisando. Muchos decían lo mismo. Buscaban respuestas. ¡Cómo si él pudiera dárselas! Apenas despertaba y resulta que ser que para suerte suya, está en medio del fin del mundo. Extrañaba estar dormido. Suspiró.

Se quejó en voz baja. «Número 1, estamos en el Piso I. Al parecer no has despertado aún, por lo tanto, te esperaremos una semana. Si no despiertas antes de eso, continuaremos. Número 3, fuera.»

Suspiró frustrado. Miró la hora en el teléfono y jadeó. 13:56 hs. ¿Y el cielo estaba oscuro? ¿Qué clase de broma era esta? Frunció el ceño y guardó el aparato. Estaba confundido. Sentía que pronto perdería la cabeza. Quiso volver a gritar, mas cuando abrió la boca, se vio hacerlo.

Justo delante de él bajo sus pies, había un vago charco de agua. Sintió curiosidad y quiso agacharse. Quería verse. Si había sido mordido por una de esas cosas, ¿cómo se vería? ¿Así de asqueroso? Negó un par de veces con la cabeza y suspiró. Se hincó y con la poca luz que daban las estrellas, pudo verse.
Igual que antes, pero se lo veía más alterado, era obvio. Su cabello había crecido un poco, comenzaba a picarle. Su piel conservaba su tono normal y eso lo calmó. Sin embargo, se estremeció al ver sus ojos. Eran verdes, sí, como los recordaba, iguales a los de su madre. Pero estos eran de un verde flúor. Ese flúor que se ve incluso en la oscuridad, como el color de las linternas para acampar. Se asustó un poco por ello.

Con el miedo en la mano, su vista se agudizó más en su ojo izquierdo, el que portaba el lente. Sobre su rostro reflejado en el agua aparecían escrituras extrañas. Entrecerró sus ojos y luego parpadeó.

Nombre: Número uno
Relativo: Hiccup
Edad: 17 años
Equipamiento: Extremidades de acero
Fecha de comienzo de preservación: 01/07/2013

¿Preservación? Se mostró más confundido que antes. Varias cosas más se escribían en el lente, pero no les tomaba importancia. ¿Hiccup? ¿Qué clase de nombre era ese? ¿Uno? Debía ser una maldita broma.

Pero no. Recordaba ese apodo. Alguien lo decía, pero solo veía labios rosados articulas esa palabra. Luego nada. Suspiró pesadamente. ¿Ahora qué más podía sorprenderle? ¿Eh? Sentía una extraña sensación en el estómago. Algo le decía que no debió haberse preguntado eso. La anotación finalizó.

Fecha de apertura de capsula Numero uno: 01/07/2263.

Algo se ahogó en su interior. Volvió a tomar la grabadora y reprodujo algo que recordó. "…El mundo se acabó."

¿Habían pasado 250 años?...


¡Espero les haya gustado! Comentarios, críticas y cualquier otra cosilla que quieran decir, por mí genial~

Próximamente:

Piso I: Más de mil demonios

¿Zombies? ¿Enserio? — Se quejó. — ¿Piensan que me creeré eso? —

Ya mataste a todos esos, ¿cierto? Yo creo que deberías creerlo — Ok, era oficial. Estaba volviéndose loco, el mundo se había terminado y esos gemelos le estaban tomando el pelo.