Comentarios: Se sitúa diez años luego de la película Rise of the guardians. Es el primer Hiccup/Jack que hago, y espero que la actitud dominante de Hiccup me salga más o menos bien uvu

Discleimer: Ningún personaje me pertenece, todos son propiedad de DreamWorks y sus respectivos dueños.

Atención: Chicos terriblemente sexys[? Contenido yaoi, homosexual. Desde ya, homofóbicos, absténganse de leer y busquen algo de su agrado, ¿sí? Gracias ~ ¡Al resto, disfrútenlo!

Películas involucradas: Rise of the guardians [El Origen de los guardianes]; How to train your dragon [Como entrenar a tu dragón]


¡ATENCION!
La apariencia de Hiccup es tal cual en la segunda película, How to train your dragon 2. Sin más, enjoy ~
Capítulo dedicado a Anna Usui07 por su cumpleaños [retrasado]~ Espero te guste


A mi lado hasta el final

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Risas. En el lugar solo se escuchaban risas. Un par de jóvenes se deslizaban sobre un trineo colina abajo, mientras la nieve, espesa y blanca, cubría toda la isla.
El cielo era gris, cubierto de nubes de un espantoso color grisáceo, semejante al negro. El aire era helado, capaz de enfriar cualquier cuerpo humano. Y así era allí, al más pequeño que reía felizmente abrazado al más alto. Con un sonrojo evidente, y los labios algo morados por el frío.

Una vez el trineo se detuvo al pie de la colina, el castaño solo pudo brincar fuera con una cálida sonrisa.

¡Eso fue genial, Jack! — Le sonrió ampliamente al albino, que sonreía con entusiasmo colocándose nuevamente de pie frente al más pequeño. — Mejor que ayer — Afirmó con un ligero asentimiento.

Me alegra saberlo — Declaró el mayor y le revolvió el cabello al niño. — Pero ya es hora de que vuelvas, tus padres deben estar preocupados — Le sonrió ante la mueca de negación infantil. Terminó riendo. Con ambos brazos cargó al infante y se elevó hasta sobrepasar la copa de los árboles. El pequeño vikingo se aferraba a él con fuerza, mientras recargándose en su pecho cerraba sus ojos.

El viaje no duró más de unos minutos, se posó en la ventana de la casa y sonrió al verla abierta. Entró y su primer acto fue depositarlo suavemente sobre su cama, sin querer despertarlo. Se quedó admirándolo un momento, durante el viaje se había quedado dormido profundamente. Su respiración tranquila, débil a pesar de todo, pero calmada. Sonrió con sigilo.
Unos pasos lo alertaron y suspiró, caminando hacia la puerta cerrada del cuarto.

Vio la sombra de una luz por debajo de ésta y sonrió, dando un par de golpes silenciosos a la puerta, y se alejó un poco. Al abrirse, una figura femenina y delgada con una vela en mano, pasó hacia los adentros algo frescos del cuarto de su hijo. Observó al pequeño dormir y solo sonrió. Su vista distinguió la ligera capa de escarcha en el suelo y siguió el recorrido, hasta deparar en el muchacho quien se escondía entre las sombras. Se dedicaron una sonrisa mutua.

Gracias por cuidar de Hiccup… Jack — Musitó con esa voz tan cansada y áspera. Siempre preocupaba cuando hablaba, pero no le tomaba importancia. El chico hizo un gesto con la mano y se posó en la ventana.

Es lo menos que puedo hacer, señora Haddock. Son los únicos que pueden verme — Dijo con una sonrisa simpática. La mujer rió.

Val, por favor. Nada de formalidades, eres el único amigo de mi pequeño — Susurró con dulzura y solo lo despidió con un asentimiento, antes de verlo volar lejos. Se acercó a cerrar la ventana y soplar la vela, antes de salir del cuarto.

Abrió los ojos sobresaltado. Respiraba agitado y sentía su boca seca. Observó a su alrededor y suspiró intentando tranquilizarse. Se había quedado dormido, nuevamente, sobre su lago. Muy pocas veces dormía, pero ayudaba a recuperar su energía perdida en el solsticio de invierno. Suspiró pesadamente, y pasó una mano por su cabellera blanco-azulada.

Levantó la mirada, admirando la hermosa y fresca luna nocturna. El cielo estrellado y ni una sola nube en él. Sonrió un poco y se puso de pie, tomando su cayado. Se estiró para liberar tensiones al dormir en un lugar tan sólido y duro.

Recordaba el sueño como una viva imagen del día anterior. Eran sueños dulces, que ni Sandman podía otorgarle. Porque no eran sueños, eran recuerdos. Recuerdos perdidos y olvidados, que solo revivía cada vez que dormía. Sueños de años felices y melancólicos de su vida inmortal. Eran sueños, y luego pesadillas. Pesadillas de decisiones que tuvo que tomar por el bien ajeno y propio. Un bien que no era físico, sino mental. Un bien emocional. Algo que él hubiera querido no hacer, pero que tuvo. Un bien… que era mal.

Se recargó en su cayado, golpeando su frente contra él. Ahí estaban, esas voces en su cabeza. Pesadillas que tenía incluso despierto.

Eran esas voces…

¡Jack! — Había ido a buscarlo el niño de tan solo cuatro años. Sus hermosos ojos verdes húmedos en grandes lágrimas. Sus mejillas sonrosadas y mojadas. El mayor lo observaba atónito, preocupado totalmente.

¿Q-qué sucede, Hiccup? ¿Te lastimaste? — Se inclinó a su altura. Sin embargo, poco pudo hacer cuando el infante se lanzó a sus brazos y lloró empapando su camisa. Lo observaba intranquilo y solo correspondió con lentitud. Temiendo lastimarlo. Era frágil y en ese momento, temblaba demasiado. — Hiccup, tranquil- —

Jack, mamá murió — Soltó sin más, petrificando al mayor. Solo pudo abrir sus ojos. — Ella no está, Jack. ¡Ella se fue! ¡No volverá j-jamás!

¿Qué?... —

Si había aprendido lo que era la ley de la vida, justamente sí. En ese momento, él solo sabía algo: era libre, inmortal, joven, y llevaba el invierno al mundo. Jugaba, reía, bromeaba. Pero aquellas palabras lo hicieron recapacitar.

Apretó sus manos contra el bastón, con tanta fuerza que hubiera sido capaz de quebrarlo si hubiera sido algo ordinario. Suspiró intentando calmarse y miró a su alrededor. Tenía junta en el taller de Santa, como cada año. Todos los espíritus y guardianes se juntaban para celebrar, o algo así. Él no sabía muy bien el propósito, pero no le importaba. Era una reunión a la que siempre faltaba, nunca iba, se ausentaba cada año. Ciertamente, era algo común. Se había imaginado a todos ancianos, sentados en una horrible mesa de antaño. Y no quería formar parte de ello. Arrugó la nariz de solo imaginarlo. Aunque, en ese momento lo que más necesitaba era una distracción. Quería sacar todas esas imágenes de su cabeza, y ¿qué mejor forma de formar parte de una reunión aburrida en la que podría hacer tantas bromas como le placiera? Más a Bunnymund, ya estaba extrañando al canguro.

Sonrió con ligereza y pidió al viento que lo llevara.


Tardó solo media hora en llegar al polo. Casi llegando a un acantilado, divisó a varias babytooths a lo lejos. Dirigiéndose al taller.

El viento helado calmaba un poco todos sus pensamientos, y sonrió atentamente. Cada vez se acercaba más, y la presencia navideña llegaba a sus oídos.

Lo primero que hizo al llegar, fue posarse en un ventanal, observando hacia el interior. Se sorprendió bastante de ver tanta cantidad de espíritus reunidos, hablando cómodamente entre sí. Un alarido emocionado lo sacó de sus pensamientos, y prácticamente lo estrujó.
Todos voltearon a ver cómo Tooth abrazaba con una enorme sonrisa al Guardián de la diversión, quien parecía sufrir desgarradoramente. Varias risas se hicieron presentes, mientras Norte sonreía de verlo allí.

Hada, déjalo — Recriminó. La mencionada se alejó avergonzada y le dio una mirada pasiva al joven guardián. El muchacho solo presionaba su pecho, intentando recobrar el aliento perdido. Morir tras un abrazo del Hada de los Dientes, eso no era nada genial. Sintió los pasos cerca de él y volteó a ver al Guardián del asombro, quien le sonreía efusivamente. — ¡Jack! Pero que sorpresa. Jamás te hemos tenido aquí — Lo observó extrañado, aunque se sentía feliz de ver al chico integrarse un poco más a los suyos.

Si… — Murmuró por lo bajo, jugueteando con su cayado. — Se me antojaba molestar un rato a Colita de algodón — Musitó con malicia. El pooka gruñó, alejándose un poco de la Marmota, que no lo dejaba respirar.

También me alegra verte, compañero — Rodó los ojos, cruzándose de brazos. Frost rió.

El lugar estaba repleto, y del otro lado del salón se podía observar una gran mesa siendo servida por los yetis. Ojeó más el lugar y los seres en él.

En una esquina, hablando tranquilamente, estaban Trick y Treat, espíritus del día de los muertos, mejor conocido como Halloween. Ambos entablando una conversación con Arista, espíritu del día de los inocentes.
Por otro lado, vio a Tooth hablando con Pérez, el ratón de la división europea de recolección de dientes, y Marissa, Hada madrina de los niños soñadores. Tooth parecía muy entretenida. Bunnymund siendo atontado literalmente, por los comentarios extraños de la Marmota, mientras el Duende de los tréboles, reía junto a ellos.
Finalmente vio a Sandman jugando con Kim y Kelch, espíritus de la mala y buena fortuna. Norte parecía reír junto a Seraphina, madre naturaleza, y un anciano vestido con una túnica gris cubriendo todo su cuerpo, Padre tiempo. Ambos riendo al compás del guardián del asombro. Fijó su vista en todos y cada uno de ellos, había más que no supo reconocer. Sin embargo, tres muchachas a lo lejos llamaron su atención.

Una de ellas tenía el cabello rosado y largo, vestía enteramente de rojo y sus ojos eran de un tono crema dulce. Mantenía una sonrisa burlona mientras —con lo que sea que dijese— hacía sonrojar a las otras dos. En su espalda se abrían dos alas rosadas de un tamaño mediano, apto a su cuerpo.
Una de las otras dos, un poco más alta, con un vestido rosa claro, sonreía con un gran rubor. Sus ojos eran verdes y su cabello rubio, ¡qué cabello! Llegaba hasta el suelo, posándose en él. Estaba trenzado y adornado con hermosas flores lilas, por lo cual daba la impresión de que suelto era mucho más largo.
La última parecía alterada con la conversación. Vestía al igual que la otra un vestido hasta sus tobillos, de un color verde-azulado. Su cabello pelirrojo, que a la luz parecían llamas de fuego. Totalmente revuelto. ¡Otra de cabello excepcional!

Se quedó observándolas, totalmente curioso. Decidido se acercó. No pensaba pasar toda la velada como espía solitario.

Las tres jovencitas al verlo y notar su presencia, se pusieron rojas completamente. Era la primera vez que lo veían en persona, y es que el espíritu del invierno es muy reconocido entre las femeninas, ¡y por Manny, era tan atractivo! La rubia y la peli-rosa suspiraron, mientras la otra desviaba la mirada de una forma brusca, fingiendo enojo. El albino arqueó una ceja divertido y se acercó hasta estar frente a ellas. Ladeó la cabeza y posó su cayado sobre su hombro, observándolas. La peli-rosa se mostró ansiosa.

¡Jack Frost! — Exclamó, observando cada fracción del muchacho. Fue cuando se acercó que Jack notó el arco y las flechas en su banda. — ¡Pero qué modales tengo! Soy Rosette, hija de Eros, aunque me conocen como Cupido — Sonrió ampliamente, tomando la mano del chico, admirando su tacto frío. Le dio espacio para que vea a las demás. — Ella — Señaló a la rubia, quien lo miraba apenada. — Es Rapunzel, espíritu de la Primavera — Sonrió, y luego señaló a la otra. — Y ella Mèrida, espíritu del Verano. Que no te afecte su genio, es sensible — Le susurró lo último, haciendo reír al chico. Risa que ruborizó más a las chicas.

Las miró sonriente. Él no era de prestarle atención a las demás estaciones. A decir verdad, nunca se detuvo a pensar en ellas. Sin mencionar, que ambas eran muy cálidas y el calor le molestaba un poco. — Yo soy Jack Frost — Dijo jugueteando con su cayado. — Pero parece que ya me conocen — Rió simpático y se apoyó en la vara.

La peli-rosa sonrió. Todo estaba revuelto de risas, voces, y uno que otro sonido de algo rompiéndose. Santa regañaba a algunos. No obstante, todos se silenciaron cuando un extraño rugido emanó de afuera. Jack se exaltó un poco y observó la extraña y enorme figura que entraba por el ventanal. Rosette amplió su sonrisa, al igual que las otras dos.

Jack observaba atónito, totalmente emocionado. Frente a él, posándose en el suelo, había un reptil de un tono oscuro. Ojos penetrantes. ¿Le gustaban los dragones? Oh, claro que sí. Pero por su alta temperatura nunca pudo acercarse lo suficiente. Sin embargo, el dragón lo observó levantando sus orejas, y Jack parpadeó un par de veces. Algo dentro de él palpitó fuertemente. —… ¿Toothless?... — Musitó como pudo, Rosette a su lado lo miró sorprendida.

El joven Guardián no quiso ver más. Sobre el dragón, una figura se bajaba con una especie de máscara o casco de cuero o metal ¿quizá?. Era casi una cabeza más alto que Frost, y llevaba una armadura bastante peculiar. Pero la verdadera tensión surgió cuando el sujeto se quitó el casco.

Un remolino de emociones y sentimientos inundó a Jack. Sintió sus piernas temblar de sobre manera, viendo esos ojos verdosos y vivos parpadear a un compás elegante y fácil. Un rostro masculino y atractivo sin duda. Su cabello castaño y un poco más largo de lo que recordaba. También, divisó una pequeña trenza hecha a un lado. ¿Realmente era…?

Él es Jack Frost — Dijo Rosette, interrumpiendo los pensamientos del albino. Éste se exaltó al notar que el muchacho ya estaba frente a ellos. Su expresión tranquila aunque indiferente. — Espíritu del Invierno — Sonrió Rosette. Cupido miró a Jack de lado, observando todas sus reacciones. — Él… es Hiccup Horrendous Haddock III — Ahora sí, Frost temblaba cual gelatina. — Señor del Otoño…—

¡Jack no me dejes! ¡No te vayas!—

Él casi deja caer su cayado al suelo, pero reafirmó el objeto con su mano. Sus piernas temblaban.

¡Dijiste que me amabas! ¡Que estaríamos juntos por siempre! ¡No me dejes!

Tragó pesadamente, sintiendo como su rostro se enfriaba dándole un toque azul extraño.

¡Jack, te amo! ¡Regresa! ¡No me dejes solo! — Se escuchó un llanto. — ¡JACK!

El castaño hizo una ligera reverencia, observándolo. Le extendió su mano, fijando su vista en el más bajo. El otro no supo qué hacer, más que estrechar su mano con la opuesta. Un escalofrió recorrió todo su cuerpo, hasta sus pies por un momento. El oji-zafiro tembló cuando el oji-verde acarició disimuladamente el dorso de su pálida mano con su pulgar. Oh dios…

Un gusto, Frost — Su voz. Oh, maldición. Ahora sí, el rostro de Jack se estaba tornando azul.

Un placer, Haddock — Intentó con éxito de que su voz no temblara.

Se observaron por un momento. Azul y Verde. Zafiro y esmeralda. Rosette tuvo que reprimirse de sacar un par de flechas ahí mismo. Sería una velada interesante…


¡Primer cap! Oh, jojo ~

¿Qué creen que haya sucedido en el pasado? ¿Hiccup sabrá quién es o solamente estará jugando? ¿Les gustó la presencia de Rapunzel y Mèrida? ¿Por qué estoy haciendo preguntas que nadie va a responder? ~

Nos vemos en el próximo ~ ¡Nos leemos!