Ser un alfa está bien, obtienes lo que deseas, estas en la cima, todos te respetan.
Pero… ¿realmente eso está bien?
Mientras miraba a Yakov regañar a Yuri, no podía evitar pensar en que su naturaleza podía ser más que solo eso. Su vida se había vuelto monótona y no tenía ni idea de por dónde empezar para hacerla cambiar, aunque fuera solo un poco.
Cuando su carrera inicio, era joven, ingenuo y lleno de sueños, que con el paso del tiempo se fueron cumpliendo y a la larga, lo dejaron sin ambición alguna.
¿Cómo se supone que debería de tomar eso ahora?
Estaba harto en pocas palabras, aburrido de su vida. Se sentía muerto por dentro, a la espera de algo… oh alguien.
Lo que fuera.
Y eso paso.
Ese alguien llego.
Mientras le miraba copiar su coreografía no pudo evitar sentir algo que creía muerto, volver a nacer. Con fuerza, empujándolo a estar cercas de él.
No lo pensó mucho, ese chico le animaba a seguir, a intentar algo nuevo y estaba dispuesto a hacerlo. Con tal de ya no sentirse así.
Claro que su decisión no fue bien vista, por supuesto que no, una leyenda viva retirándose para entrenar a un "novato", no era como que le importara mucho, al fin y al cabo, era el mejor en su área y su título le permitía hacer casi cualquier cosa. No le gustaba aprovecharse de él, pero si solo así podía marcharse, que se le haría.
Cuando llego a Japón, lo último que paso por su mente fue si en realidad tomaba la decisión más acertada.
Si se equivocaba, se crearía más problemas que soluciones.
Pero ya era un poco tarde para meditarlo, ya estaba frente a la casa del castaño.
Estaba frente a su destino.
Desde sus quince años, un año antes de ganar el mundial, sabía lo que era, pero el mundo no lo supo hasta su cumpleaños número 25, ¿el motivo? Simplemente no lo dijo.
No es obligatorio el decirlo, detalles como esos pueden obviarse.
Así que básicamente, su fama había nacido de una persona normal, de un "beta", pero vaya sorpresa que se llevaron cuando un estudio de salud se filtró y el mundo entero se enteró de que en realidad era un alfa.
No es como si el trato que recibía antes al que recibió después hubiera cambiado mucho, el problema caía en que, debido a eso, se le comenzó a buscar una omega.
Pero ninguna le gustaba.
Se es sabido que, en Rusia, son un "poco" estrictos en cuanto el tema de la homosexualidad, por tanto, un omega masculino había quedado descartado desde mucho antes de considerarlo.
Y luego estaba el hecho, de que, en realidad, no quería buscar una pareja. Con solo 27 años, no buscaba sentar cabeza aún.
Todo llegaría a su tiempo, pero por lo visto los demás tenían mucha prisa por verlo con descendencia.
Hubiera todo sido más fácil que solo siguieran pensando que era un beta.
Sus pensamientos se detuvieron durante una milésima de segundo a considerar algo que había pasado por alto.
¿Cuál era su naturaleza?
No todos los patinadores alardean de su posición (él entre ellos), así que no siempre se sabía lo que eran, solo eran especulaciones. Entonces, su duda era aceptable.
Si era un alfa, habría fricción, pues no cualquier alfa está dispuesto a escuchar las ordenes de otros, de ejemplo esta Yuri, ese chico que siempre desafiaba a Yakov. Si era un beta, su relación seria saludable y de constante mejora; pero si era un omega, si resultaba serlo, no sabría cómo actuar, en su vida había conocido a un omega, por ende, no sabía cómo tratarlos, él nunca los considero como algo inferior, pero eso no quería decir que no hubiera problemas, ¿Qué si entraba en celo?
Sus pensamientos se detuvieron de golpe cuando aquella persona por la cual había decido dejarlo todo hizo acto de presencia.
—Víctor—escuchar su nombre de aquellos labios, lo hizo estremecer—, ¿Qué haces aquí?
Entendía su duda, pero no por eso dejo que le desanimara.
Tras explicarle su emotiva visita, el creyó que jugaba, y quién no.
Pero después de explicárselo bien, comprendió poco a poco que no era una broma y que en realidad si estaba ahí para entrenarlo.
Y mientras platicaban con respecto a lo que pasaría después, se dio cuenta con algo de horror, que era un omega, no supo si fue su olor, su forma de hablar o la manera en que se movía, pero todo en ese chico, cada uno de sus poros, gritaba omega.
Y su alfa, por primera vez en casi doce años, quiso reclamar a un omega.
Su omega.
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Bueno, es mi segunda vez escribiendo un omegaverse (? disculpen lo errores ortográficos y también si encuentran mal la trama.
Espero sea de su agrado, saludos.
PD: Soy debil al Victuri jaja
