Prologo de esta nueva historia que espero sea de su agrado.

Disclaimer: Los personajes son de Square Enix.


¿Dónde estaba?

Cenizas, fuego, escombros…

¿Qué estaba ocurriendo?

Figuras borrosas corriendo de un lado a otro, no era capaz de mantener su postura, el mundo daba vueltas en una espiral de caos…

¿Por qué estaba él ahí?

Los sonidos llegaban amortiguados, sentía todo irreal, como si no estuviese realmente ahí…

¿Qué era ese palpitar?

Su mirada cayó al piso, una cortina de cabellos grises limitando su visión deplorable y solo dejándole ver un piso teñido de escarlata, escombros bañados en un liquido rojo que no dejaba de caer, sus manos, su único apoyo, se encontraban también teñidas de ese liquido.

¿Quién era él?

Un torbellino de colores, luego el mundo siendo privado de la luz y sumergido en oscuridad, su cuerpo doblándose sin que él pueda hacer algo al respecto.

El palpitar se hace más débil y en ese momento solo sabe una cosa…

Ese palpitar es su corazón…

Al siguiente momento esta consciente de que ya no es capaz de sentir nada, de oler nada, de ver, nada.

Se ha dado cuenta de que ya no escucha aquel palpitar.

Esta muerto.

La siguientes vez que es consciente de algo, es capaz de recordar su nombre, es capaz de recordar las memorias de su vida, sabe porque está ahí, sabe que tiene que hacer, pero no sabe que es lo que está haciendo ese frágil niño delante de él…

-¿Acaso, eres un caballero?- su pregunta está llena de inocencia y admiración infantil, aun cuando en sus ojos se refleja el miedo.

¿Por qué el pequeño no corre?

Su pregunta le intriga tanto como al pequeño la respuesta asi que se permite el lujo de hablar, después de todo no era como si todos los días alguien se dirigiera a él, sin importar que tan obvia fuese su precensia.

-Asi es, soy un caballero…- no es capaz de decir más pues no sabe que decir, espera que sea lo suficiente para dejar al pequeño sadisfecho, pero este le mira con la misma intensidad.

Le resulta extraño tener tanta atención, le resulta extraño que lo miren, pues jamás nadie le mira.

Es traído de sus pensamientos silenciosos cuando el niño a comienza a llorar sin razón alguna; sus enormes ojos azules se encuentran inundados en lagrimas y no puede evitar pensar que a dicho algo malo.

Pero son las siguientes palabras del niño lo que realmente lo deja mudo…

-Entonces ayúdame, los caballero protegen a los débiles ¿no es así?- sus demandas son desesperadas y su pregunta está llena de fe.

Hay tanto dolor en esas orbes azules que por un momento se siente vivo de nuevo, por un momento vuelve a recordar el amargo dolor.

-Por favor, necesito que alguien me proteja, tengo miedo…- se encuentra llorando sin control, el pánico presente en su voz.

No está seguro cuando fue la última vez que fue capaz de ayudar a alguien, pero lo que si sabe es que ayudara a ese niño protegiéndolo con su alma.

-No temas pequeño, yo te protegeré...- las palabras salen solmenes de sus labios.

Porque es su alma lo único que le queda por dar.