Título: Lávate esa sucia bocaza.
Fandom: Fullmetal Alchemist.
Pareja: Edward/Winry.
Palabras: 491.
Advertencias: ¿post-manga? No tiene spoilers, en cualquier caso.
Notas: para Lena, que tuvo la grandiosa idea de pedir la palabra Zorra en los Alphabet Drabbles XD. Espero que te guste, guapa ^_^.
Una vez, alguien tuvo el atrevimiento de insultar a Winry Rockbell. Con Edward presente.
Sucedió en el Atelier del señor Garfiel, mientras Winry trabajaba en los automails de Edward en una de las tantas revisiones que hacía al año para poner a punto tanto el brazo como la pierna. Estaban solos, y Winry conseguía atender a los clientes y seguir trabajando. Edward ayudaba más o menos como podía, y refunfuñaba por lo bajo sobre cuánto tardaba su amiga en terminar de arreglar los automails. Finalmente Winry acabó y justo cuando Edward ya tenía de nuevo sus implantes, aquel hombre entró en el taller.
Era enorme. Una especie de bola de carne con ojos y pelo. Su brazo izquierdo tenía la forma de un cañón gigantesco, así que Edward dedujo rápidamente que aquello debía de ser algún modelo nuevo de automail con arma incluida, de esos que tanto éxito tenían en Rush Valley. Sin embargo, el tipo parecía bastante enfadado y violento. Cuando abrió la boca, Edward esperaba que le salieran espumarajos. Parecía un perro enrabiado. Y con la lengua demasiado suelta, como comprobó al instante.
—¡Eh tú, niña! ¿Qué te crees que es esto? —bramó, zarandeando el automail—. ¡Una porquería, eso es! ¡Una semana y apenas puedo moverlo! Este sitio es basura, ¿me oís?
Winry frunció el ceño y extrañamente calmada se acercó al hombre. Edward podía notar cierto atisbo de nerviosismo, pero ella sabía mantener la compostura y los nervios de acero.
—Señor, si su implante ha dado algún problema se lo arreglaré enseguida y gratis. A veces pasan estas cosas. Pero le agradecería que no gritase, por favor.
El tono sereno de Winry pareció alterar más a aquella mole.
—¿Arreglar? ¡Vosotros a mí no me toreáis, panda de retrasados! Me habéis timado, eso es lo que pasa.
—Le repito, señor, que no grite. Y si va a seguir insultando al taller del señor Garfiel, le pediré que se marche por donde vino —respondió, con el rostro altivo. El labio le temblaba.
El hombre lanzó un sonoro golpe contra la pared, tirando algunas cajas apiladas sobre una estantería.
—¿Me estás diciendo que me vaya, maldita zorra? —vociferó, escupiendo saliva.
Edward se alzó de la silla como un torbellino. No tardó ni dos segundo en estampar su puño derecho (sí, el derecho) en la mandíbula del tipo. Escuchó el crujido de los huesos mientras la enorme mole caía al suelo. Edward, con pasmosa lentitud y la ira reflejada en sus ojos, se agachó a su lado y agarró al hombre por la pechera.
—Tú —espetó—. Si quieres hablar con Winry, lávate primero esa sucia bocaza o tendré que partírtela otra vez. Y ahora lárgate de aquí o te arrancaré la lengua.
La historia corrió por todo Rush Valley como la pólvora. Desde entonces, todos los clientes que entraban en el Atelier se mostraban forzosamente educados y miraban de reojo el puño de acero de Edward. Sólo por si acaso.
-fin-
Lo que más gracia me hizo de este fic fue que, casi por unanimidad, muchas pensaron que sería una chica la que llamase "zorra" a Winry XD.
