Parte 1: Preparación

Las últimas semanas en Hogwarts habían resultado bastante aburridas a casi todos los alumnos, pero la espera había merecido la pena. Ese mismo fin de semana irían a pasarlo a Hogsmade, un pueblo cercano donde solo habitaban magos. Hasta ahora solo habían hecho pequeñas excursiones allí de un día, pero esta vez harían acampada en el pueblo, por lo que podrían disfrutar más del mismo.

Era sábado por la mañana; los chicos preparaban sus cosas para la gran novedad.

-¡Va a ser absolutamente genial! –dijo Ron emocionado mientras metía el pijama en su mochila- es la oportunidad perfecta para montar la fiesta que tanta falta nos hace. Hogwarts está muy bien, vale, pero pasamos demasiado tiempo aquí metidos y un poco de libertad no le viene mal a nadie.

-Pues yo no creo que vaya a ser nada nuevo –le contradijo Hermione, que estaba en el cuarto de los chicos, ayudando a Harry y Ron a organizar sus cosas-. No entiendo por qué la profesora McGonnagal no nos deja dormir juntos, para una vez que vamos de acampada… tendré que dormir con la tonta del bote de Lavender Brown, como siempre. ¿Qué tiene eso de especial?

-No exactamente –Intervino Harry- No nos dejan dormir juntos chicos y chicas, pero podemos escoger a quien queramos. Ron y yo dormiremos solos, si consigo huir de Colin Creevey, que me acosa por todas partes.

-¿Quién va a dormir? –se extrañó Ron –Seamus va a conseguir litros de whisky de fuego. ¡Tenemos la fiesta asegurada!

Hermione puso los ojos en blanco y, fingiendo no haber oído a Ron, contestó a Harry.

-Hmm… ¿en serio? Bueno, en ese caso dormiré con Ginny.

-Ella va a dormir con Luna –dijo Harry cambiando la expresión de su rostro por otra que intentaba no significar nada, y al ver la cara de desilusión de Hermione, continuó- No la prejuzgues tú también, es un poco rara, sí, pero cuando la conoces no está tan mal, yo he estado con ella en las reuniones del ED y es… bueno, es simpática…

Ron ya había terminado de guardar sus cosas. Estaba tumbado en su cama comiendo Ranas de chocolate, y miró un momento a Harry con la boca llena y la frente arrugada.

-Bueno, está bien, voy a pedirles si no les importa… bueno, que me voy con ellas –dijo Hermione, y con un movimiento de melena en el aire dio media vuelta y salió de la habitación.

Llegó la hora de la partida. Los alumnos de Hogwarts formaban filas en la escalinata de mármol, separados por cursos. Todos tenían un aspecto entusiasta y alegre mientras Filch, junto con los jefes de las cuatro casas, repasaban las listas de los alumnos. Organizaron a los chicos y empezaron la caminata rumbo a Hogsmade. El pueblo era bastante cercano, por lo que llegaron en unos minutos, pero aprovecharon el paseo disfrutando del aire libre y de sus compañeros.

-¡Esto es absolutamente genial! –dijo Ron con entusiasmo cuando llegaron al pueblo-. No me vais a decir que no es un día perfecto para una buena fiesta.

-Está bien, pesado –respondió Harry en un tono cansino-. Me quedaré por la noche por ahí para acompañarte, pero no esperes nada del otro mundo.

-¡Lo sabía! –se alegró el pelirrojo- ¿y tú qué dices, Hermione, te apuntas?

-Yo ya me he comprometido a dormir esta noche con tu hermana y con Luna, y sinceramente, no me imagino a Lunática Lovegood de fiesta. Nos iremos a dormir pron…

-A mí me gustan las fiestas –la interrumpió Luna, que iba detrás de los tres amigos desde hace un rato, pero ninguno se había dado cuenta de su presencia- Ginny y yo hemos quedado en ir a Cabeza de puerco dentro de un rato. Pensaba que ibas a venir con nosotras. –Y la miró con sus enormes ojos que a veces intimidaban-.

-Ah, vale… -titubeó Hermione al verla de repente quedándose un poco desconcertada- Entonces sí, allí nos veremos después, supongo.

-Le haces caso a ella y a mí no –dijo Ron haciéndose el enfurruñado- estupendo, bueno, lo importante es que vas a venir, habrá que verte a ti borracha.

-¡No pienso emborracharme, idiota! Solo os acompaño.

Llegó la hora. Montones de alumnos de Hogwarts se amontonaban en el pub. Los profesores habían hecho revisión una hora antes sin llegar a sospechar lo que tenían planeado para esa noche. Harry se había animado bastante al ver el panorama y estaba junto a Ron, que hablaba animadamente con Seamus, Lee Jordan y por supuesto, Fred y George, que se habían encargado de conseguir el alcohol. Habían negociado con el camarero que trabajaba en el local entonces. Tenía un aspecto sucio y demacrado. Limpiaba vasos tras la barra mientras miraba a Seamus, que al parecer habían dejado algún tema pendiente.

-Mira, Harry, por ahí vienen las chicas –dijo Ron viendo llegar a su hermana y sus amigas.

Las tres iban muy guapas, bastante diferentes a como habían salido de Hogwarts, con sus uniformes de colegio. Harry sonrió al fijarse especialmente en Luna, no solo por ser la más extravagante del grupo, como siempre, sino porque de pronto recordó su último encuentro con ella en la sala de los menesteres.

-La profesora Mcgonagall casi nos pilla –dijo Hermione con una expresión tensa mientras se reunía con sus amigos.

-¡Vamos, no seas aguafiestas, Hermione! –respondió Ginny, que ya se estaba instalando en el pub.

-¡Bueno, pequeños duendecillos, ha llegado el momento de relajar tensiones! –interrumpió Fred ofreciendo junto a George grandes copas de wishky de fuego a los jóvenes magos.

Ron fue el primero en coger su copa y empezó a beber como un niño a quien le dan una piruleta después de mucho tiempo esperándola. Acto seguido Luna cogió la siguiente y se quedó observándola un rato como si estuviera analizando sus ingredientes, dio un pequeño trago y se relamió los labios mirando a Harry, como invitándole a algo. Este sintió de repente un golpe de calor, y para salir del incómodo momento, cogió otra copa y bebió haciéndose el distraído.

-¿Crees que le voy a dejar beber a mi pequeña y dulce hermanita? –dijo George al ver que Ginny le intentaba coger una de las copas- Tú deberías estar en la cama.

-Y tú dónde vas a estar es en casa es castigado como le cuente a mamá lo que os dedicáis a hacer en las excursiones del colegio. –Respondió la menor de los Weasley con gesto amenazante a su hermano mientras los chicos reían.

-¿Ves? Ese es un buen motivo para integrarte a nuestro maravilloso mundo de la noche –y le ofreció la copa que ella había intentado coger.