DISCLAIMER: Los personajes de "Buffy the Vampire Slayer" no me pertenecen, son propiedad de Joss Whedon y Mutant Enemy Company, yo solo suelo tomarlos prestados en esencia a veces para crear con ellos historias románticas sin fines de lucro (en especial Spuffys) con finales felices, como la que presento a continuación.
A todo aquel que pase por aquí y se dé un tiempito para leer este y mis otros fics sobre esta increíble e inolvidable serie, le agradezco de corazón.
Belén
FUEGO AL CORAZÓN
"Por este amor en contra corriente
por este amor, que nadie entiende,
a veces no conoce fronteras y se desboca
de mala manera,
me arrastra como el agua del río entre calor y frío
pero es tuyo y es mío,
claro como una noche de luna, de luna llena
pero vale la pena.
Y a veces me confunde el cielo con la tierra,
a veces no sé si va o ya regresa
entre cálido y frío,
este amor es tuyo y mío".
("Cálido y frío" – Franco De Vita)
CAPÍTULO I
Él la vio saltar de la torre estando incapacitado de poder hacer algo para detenerla. La vio sacrificarse ante sus aterrados ojos, por su hermana, por salvar al mundo. La vio morir en medio de su propio grito de desesperación por no poder hacer nada al respecto, llevándose también sus ansias de vivir, de existir, con ella, sumiéndolo en un mundo de tristeza y desolación, un mundo sin luz donde de repente todo se volvió frío.
Se despertó gritando entonces, inmerso en lágrimas tal como le descubriera el amanecer de aquel aciago día.
Habían trascurrido ya meses desde que dejara de tener esos funestos sueños relacionados a la fatídica fecha de la confrontación final con Glorificus, esa diosa infernal demente que intentara causar un apocalipsis y en la que su cazadora en el proceso no había dudado ni un segundo en entregar su vida a cambio de detenerlo; y ahora en una época sentimentalmente difícil para él, su jodida memoria se daba aparte a la tarea de rememorarle el inmenso dolor que sintiera.
-¡Bloody hell, por mil demonios!- maldijo el rubio vampiro sentado en la cama mientras se llevaba las manos a la cabeza, diciéndose internamente que aquello debía tratarse de un estrago ocasionado por la resaca. Un efecto de la combinación del alto grado de alcohol que ingiriera junto con la depresión que le producía la falta de ella, siendo irónico el que se hubiese emborrachado intentando olvidar (olvidarse de todo lo que con anterioridad había hecho, olvidarla, olvidarse de sí mismo) y su subconsciente lo único que hacía era sacarle más a flote su ausencia y recordarle sus errores.
Había arruinado las cosas, lo reconocía, echando a perder hasta la más minúscula pisca de esperanza de recuperarla después de que lo dejara, fallándole desde el principio, desde que ella empezara a concederle la oportunidad que tanto anhelara. Desde esconderle los contrabandos a los que se dedicaba en ocasiones para conseguir dinero hasta comportarse con ella de forma agresiva y deplorable al no aceptar su decisión de terminar "las cosas" (porque todavía no conseguía adjudicarle un nombre a lo que tenían), había permitido durante esto último que su demonio tomara el control de su cuerpo al aflorarle el coraje, no midiéndose en cuánto podía llegar a lastimarla… destruyendo de tal modo en cuestión de minutos todo el nivel de confianza que tantos años le llevara construir en su maltratado corazón femenino. Sabía por lo tanto que no iba a perdonarlo con facilidad así se arrastrara de rodillas.
Eran demasiados engaños sumados a su atroz conducta, sólo problemas adicionados a la complicada vida de heroína promotora del bien de su chica, y la verdad se merecía el castigo que le impusiera de ya no permitir que la frecuentara al igual que la posibilidad de que lo tomara de nuevo como saco de boxeo de seguir insistiéndole.
Se le había cruzado por la cabeza por todo, marcharse en un largo viaje. Ir en busca de una trasformación interior para poder volver luego a su lado a ofrecerle la tranquilidad, seguridad y felicidad que merecía, mas había sido la opinión sensata de su amigo Clem, que por suerte se asomara en su cripta al momento de su desahogo, la que le ayudara a entrar en razón de que aquello en esos tiempos difíciles para Buffy no era lo más adecuado.
-Hermano ya sé que no soy quien para darte consejos pero me parece que tomar decisiones apresuradas no te ayudará de mucho. Además tú mismo mencionaste el otro día en el bar que la chica tiene problemas en su vida debido a su oficio y que querías ayudarla. ¿Qué hay si las cosas se le complican durante tu ausencia y te necesita?-
Aquellas palabras y además el encontrar, llenándole de nostalgia, al irse a lavar la cara en su baño de instalaciones clandestinas para intentar despejar en algo la mente, la botella de shampoo con esencia de frutas tropicales que ella olvidara la noche de su última reconciliación, aquella que había pasado entera con él después de la discusión que sostuvieran en el callejón cerca del retén de policía y de los buenos muchos golpes que le propinara; le hicieron recapacitar y desistir de su acelerado plan de llegar al África Oriental en busca de un poderoso demonio ancestral que le devolviese su alma, consiguiendo al optar entonces por hundirse en el alcohol, relajarse un poco.
Y ahora se encontraba allí a primeras horas del nuevo día, sin recordar siquiera como consiguiera regresar en su profundo estado etílico del bar de Willy a su cripta, y con los sentimientos además, al contrario de anestesiarlos como buscaba, a flor de piel. Consciente que de forma irremediable la estaba perdiendo.
Buffy estaba cada vez más convencida del grave error que cometiera al dejarle entrar en su vida.
Había sido un momento de debilidad, una equivocación, algo "conveniente" como bien en alguna ocasión directo a la cara le dijera, algo que necesitaba para rellenar ese vacío que advertía en su interior desde su forzado regreso a la vida. Sin embargo, aunque siempre había estado en el fondo consciente de que alguien como él no podía cambiar del todo, se había dejado llevar por la tentación que le provocaba, permitiéndose deslumbrar por su sensualidad masculina, por su rebeldía, por su misterio. Había terminado confiando en él en su desesperación por sentirse amada, para que al final como con sus más recónditos temores intuyera, terminara traicionándola de diversas formas, por lo que ahora se arrepentía.
La primera de sus perfidias fue mintiéndole sobre su supuesta regeneración, ocultándole sus ilegales negocios a sabiendas que en su cargo de "Elegida" lo primordial era tratar de mantener en lo que más podía el orden en el mundo oscuro de Sunnydale. Por fortuna, Riley se había encargado de desenmascararlo entonces ante ella, tal como él mismo se lo hiciera una vez. La siguiente estocada se la había dado al no tener la mínima dificultad en cambiarla al poco tiempo de terminar, ocupándose supuestamente mientras le insistía en que regresaran, primero en un patético intento de darle celos (que al final sí funcionó pero no lo compartió con nadie) con la rockera desaliñada que llevara a la fallida de boda de Xander y Anya, y luego acostándose con esta última en mención, aprovechando un momento de borrachera, creyendo de forma equivocada que nadie se enteraría. Pero para finalizar y posterior a todo el embrollo que aquello generara, incluyendo la revelación repentina y cruda de su tóxico affaire ante todos, lo que más le dolió fue que tuvo la osadía de presentarse en su casa y colarse en su cuarto de baño buscándola con la intención de que hablaran para tan sólo acabar perdiendo la cabeza en uno de sus típicos arranques de rabia cuando ella no admitió amarle, al punto de querer obligarla con su naturaleza inhumana y violenta a volver a tener relaciones sexuales. Aquello, al margen de toda la intensidad de lo que mantuvieran constituyó una traición directa a su confianza. El que no le hubiera importado hacerle daño con tal de tratar de satisfacer sus deseos. La comprobación de que jamás dejaría de ser el monstruo sin alma al que alguna vez se enfrentara y ante el cual por nada del mundo debía haber bajado ni un minuto la guardia… más se había descuidado y ahora sufría con las consecuencias.
Ya no importaban los sentimientos que guardara hacia él en realidad o no, las cosas entre ambos lo único que hacían era complicarse como por jugarreta del destino y ella teniendo presente sus responsabilidades, sabía que debía empeñarse en extinguir aquello de raíz… así esto en el fondo la mortificara.
La expuesta situación en resumidas cuentas le estaba afectando con tanta fuerza que aparte de ensombrecer su estado de ánimo comenzaba a trasladársele a su desempeño en el combate, llegando al punto de por poco ser herida en una de sus patrullas. No obstante, muy por encima del dolor físico, Buffy consideraba que era peor el calvario que llevaba por dentro del que no podía conversar con nadie puesto que sabía no la entenderían.
Intentaba así desahogarse de su aflicción, que de no hacerlo a la larga temía podía transformársele en depresión al empezar a sentirse además de nuevo vacía; quebrándose en la soledad de su habitación por las noches, cuando nadie la escuchaba, porque no podía ser siempre de piedra, y llorando con amargura se dormía abrazando la almohada.
De igual forma sucedió durante aquella tensa noche del intento de abuso, con la impresión fresca en su mente y su cuerpo de lo que había estado a punto de ocurrir, mientras sentía que lo odiaba y le temía a la vez… pero que también de manera irremediable y a pesar de todo, lo quería.
Lo llevaba en su sistema tal como él le pronosticara que sucedería, como un potente virus que sin saber cómo ni darse cuenta le había llegado al corazón. Preguntándose así qué sería de ambos en el futuro y en el cómo debía actuar cuando tuviera que volver a tenerlo enfrente, sabiendo que no era sana una vida a su lado pero que en definitiva era peor estar sin él, dejó que el sueño la venciera.
Continuará…
