Jeffrey Winchester es un buen nombre, bastante solido, su niñez había sido increíblemente maravillosa, pero los últimos tres años había estado viviendo como un Winchester, algo que sin duda le dio un giro de 360 grados a su estilo de vida.
Sus hermanos y su padre lo tratan de manera diferente el uno del otro a pesar de que se unió a su familia a la edad de doce años, la familia Winchester era demasiado unida o al menos así era como lo había sido en el pasado.
Pero desde que Sam se había ido con ese demonio Ruby nada había salido del todo bien. Todo lo que sabía acerca de su familia se desmorono de una manera que no podía entender.

Su padre dejo de pasar mucho tiempo con el, solo lo hacía en la carretera antes de dejarlo con Deán, solo a su suerte.

Era como si el haber dejado ir a Sam al lado oscuro hubiera alterado toda la realidad y el hecho de que el apocalipsis este por iniciar no es de mucho ayuda, pues la mayor parte del tiempo John tiene que estar evitando la ruptura de los sellos y ni siquiera llama por teléfono para descubrir la terrible verdad de las cosas.
Estar solo no era tan malo, fue casi un alivio no tener a Deán como guarda espaldas todo el tiempo., pero Jeffrey se preguntaba una cosa, ¿Qué diría papa del hecho de que Deán pasa la mayor parte de sus noches afuera?, dejándome solo con mis propios recursos. Por supuesto lo mismo podría decirse de su padre pero por lo menos el tiene la excusa de los 66 sellos.
El hecho de que Deán llegue tropezado oliendo a whisky y a sexo no era algo que lo que John Winchester era consciente y no era algo que Jeffrey estuviera planeando decirle a su padre, pues su hermano mayor le había cubierto las espaldas mas de una vez en su vida y pensó que seria bueno devolverle el favor cubriéndolo de John.

Después de todo Deán no se había irresponsabilizado de todo pues siempre pone la protección en las ventanas y puertas, le deja la comida congelada y sobre todo lo lleva a la escuela, claro que la mayor parte de las veces lo deja encerrado pero que importa no es como si tuviera muchas cosas que hacer pero nada de eso parecía estar yendo bien en la ultima semana.

Pues la escuela le estaba yendo fatal, John no había llamado y Deán solo había llegado a casa un par de horas y eso solo fue para cambiarse de ropa, ni siquiera comida le había dejado, por suerte su hermano mayor le había dejado la llave de la casa para que pudiera irse a la escuela solo, la situación era desesperante por suerte para el su amigo Adam estaba por celebrar una fiesta, era en la parte fea la ciudad pero era preferible que pasar una noche mas solo, por lo que decidió ir y tomar algo de cerveza ya que su amigo Adam le dijo que con eso lograría olvidarse de sus problemas, relativamente era la primera vez que tomaba cosa que le parecía algo extraña pues siempre pensó que su padre seria quien lo llevara a tomar su primera cerveza, en un inicio el pensó que todo estaría bien pues ¿Qué podría hacerle un par de cervezas? Deán siempre llega a casa y eso que esta ebrio, sin embargo no fue a si pues después de 2 botellas el chico ni siquiera era capaz de saber donde estaba, ni mucho menos de caminar bien.

Por suerte y a la vez por mala suerte John Winchester estaba pasando por ahí y logro observar a su pequeño hijo tambaleándose por la calle, por lo que bajo y lo subió al impala bruscamente, luego lo llevo de regreso a casa.