Feelings.
Resumen: Serie de Historias Cortas. #1 Alegría: Erza sentía alegría de poder ver a Jellal, aun sabiendo que aquello era prohibido y peligroso. Para el reto 'Drabbles de Emociones' del foro 'El mejor Gremio de todos Fairy Tail'
Personaje Principal: Erza Scarlet
Personaje Secundario: Jellal Fernandes.
Género: Romance, Amistad, Drama.
Disclaimer: Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima. Este fic participa en el reto "Drabbles de emociones" para el foro de "El mejor gremio de todos Fairy Tail"
Capítulo Uno: Happiness.
Escrito por: Amaya-chan.
Para Erza, siendo como era, no podía evitar el sentimiento incómodo de que aquello estaba mal. Era consciente que en realidad no hacía algo completamente erróneo, si no se tomaba en cuenta el hecho que estaba a punto de verse con un criminal de 'alta peligrosidad', entonces no rompía ninguna ley.
Simplemente andaba en un tranquilo e inocente paseo con destino desconocido.
Soltó un suspiro mientras pensaba en las grandes consecuencias que habría para ella y su gremio, Fairy Tail, si llegase a ser descubierta en pleno intercambio de 'valiosa' información con Jellal Fernandes, alías actual Mystogan. Se detuvo un momento en plena calle, estaba desolada y algo oscura, sin nadie a la vista, lo cual era normal teniendo en cuenta de que ya eran más de las diez de la noche, alzó la vista y vio la brillante luna que parecía sonreírle con picardía.
Era un escenario perfecto para encontrarse con un amante ardiente y hacer el amor hasta que el sol volviese a salir. Sus mejillas se tornaron rojas al comprender la magnitud de sus pensamientos y, literalmente, se abofeteó al imaginarse a ella y a Jellal siendo los protagonistas de dicha travesura.
―Tengo que dejar de leer los libros de Levy ―fue lo único que murmuró antes de inhalar y exhalar con profundidad un par de veces y retornar su marcha.
Ella no era estúpida y comprendía que, si las circunstancias actuales que rodearan a Jellal fueran diferentes, no lo pensaría dos veces antes de tener una cuantas aventurillas con él como las que solían salir en los libros de romance para adultos que solía quitarle prestados a Levy.
Sí, estaba enamorada de él como una idiota, porque tenía que admitir que era algo bruto amar a alguien que trató de matarte en el pasado, pero Erza era noble, justa y buena, sabía perdonar y olvidar ciertos detalles que solo traían como consecuencia una vida llena de amargura.
―¿Quién lo diría? La 'Titania' rompiendo las reglas ―murmuró cuando llegó al lugar acordado, un pasillo algo escondido, solo y oscuro, ubicado en una de las zonas menos activas de la capital de Fiore.
Se recostó sobre la pared, cruzando los brazos, compuso la mejor cara de póker que ella poseía y esperó. Aun cuando se había propuesto tratar aquella secreta reunión con la mejor seriedad y frialdad posible, no pudo evitar sonreír ligeramente al ver que Jellal entraba sigilosamente al punto de encuentro.
―Llegas tarde ―comentó, sin borrar la pequeña sonrisa.
El recién llegado soltó un suspiro de cansancio antes de quitarse las telas que cubrían su rostro.
―Lo lamento, es algo complicado andar por allí aún cuando me estoy disfrazando ―respondió.
―No importa ―Erza apartó la mirada de él y la fijó en algún punto del lugar―, acabo de llegar, tampoco esperé tanto.
Jellal asintió un poco y nuevamente el silencio reinó entre ellos. No era incómodo, pera tampoco le permitía relajarse completamente. Aquello no era sorpresa para ninguno de los dos, no es como si estuviesen en las mejores circunstancias y sabía que aquello traería problemas si fuera descubierto.
A pesar de todo, Erza estaba alegre. Sí, por un momento se permitió ser egoísta, alzar el rostro y mostrar la mejor sonrisa que tenía para él, no era perfecta, pero sí sincera.
―Me alegra ―admitió, dejando aturdido a Jellal, quien no parecía comprender muy bien a lo que ella se refería.
―¿Te alegra? ―el chico arqueó una ceja, tratando de buscar una respuesta coherente.
―Sí, toda esta situación… me pone feliz.
El silencio volvió a reinar entre ambos, las miradas se cruzaron, la tensión disminuyó poco a poco y Jellal no pudo evitar soltar una risa.
―Sabes que si somos atrapados juntos, Fairy Tail se meterá en un buen lío ―respondió, pausado―. No creo que estas reuniones clandestinas sean motivo de alegría, Erza.
La pelirroja soltó una carcajada ante el tono dramático que empleó Jellal.
―Deja de ser un emo corta venas, Jellal.
―Entonces deja de ser una imprudente chiquilla, Erza.
La susodicha arqueó una ceja.
―¿Chiquilla? No hables como si fueras mayor que yo ―hizo una mueca de molestia. Jellal la miró fijamente por unos segundos antes de que ella cayera en cuanta que, de hecho, él sí era mayor―. No vale, técnicamente debería tener la misma edad que tú.
―Tengo veintiséis, tú diecinueve. Acéptalo.
―Anciano.
―Chiquilla.
El silencio reinó, la seriedad invadió sus rostros, acuchillándose con las miradas, queriendo decirse unas cuantas verdades en la cara y por último, estallando en carcajadas.
―¡Realmente actúas como un viejo cascarrabias! ―soltó Erza, sonriendo.
―Habla la que siempre ha parecido una anciana de ochenta ―le recordó Jellal―. Una muy linda, por cierto ―murmuró desviando la mirada un poco.
Erza suspiró y volvió a dirigir su mirada hacia la nada, pensó en lo perfecto que sería acorralarlo contra la pared y demostrarle que esa 'supuesta vieja de ochenta años' también tenía un lado muy sexy que no le haría dudar nunca más sobre su verdadera edad.
Pero comprendía que aquello era imposible. Así que compuso una sonrisa resignada y pensó que algo era algo. Prefería mil veces aquellas reuniones esporádicas y secretas, donde podría sentir el martilleo de su corazón golpear sobre su pecho con más fuerza de lo normal y la alegría que la inundaba al verlo llegar libre, relajado y, sobretodo, vivo.
Sabía que todo eso podría terminar algún día, era inevitable para ellos. Así que, mientras fuera posible, aceptaría las pequeñas dosis de alegría que se brindaban mutuamente, donde pudieran hablar, compartir y reír con libertad, olvidando las preocupaciones que les rodeaban, soñando con un futuro casi imposible e interactuando como dos personas felices en un mundo en las que tenían todas las de perder.
Sí, porque a pesar de todo Erza sentía alegría de poder ver a Jellal, aun sabiendo que aquello era prohibido y peligroso.
Cantidad de Palabras: 972.
Línea General de Tiempo: Posiblemente dentro de los Grandes Juegos Mágicos.
A/N: Un nuevo reto para mí :), me pone feliz poder escribir sobre sentimientos, especialmente manejando los de Erza Scarlet, mi personaje favorito en todo FT. Eh, no sé qué más decir salvo espero que les haya gustado, nos vemos en el próximo y… ¡Dejen reviews, son gratis! :D
Ama-chan off!
