Este fic es un universo alterno, en el que tiene cabida el yaoi, la violencia, el lenguaje vulgar, etc. Si usted no gusta de alguna de estas cosas, ya sabe: puerta. O dicho de forma más fina, cierra el fic J

1. Ideales

Bates, cuchillos, puños americanos, cócteles Molotov, porras, navajas y hasta tres pistolas robadas a la policía en antiguas peleas. Aquello era un circo, y lo que estaba por venir...

–¡Au! –se quejó Sai.

–¡No seas crío! Te dije que no te metieras en líos –lo reprendía Ino, que le estaba curando una herida en el hombro. Aquella mañana se había encontrado con tres skinheads armados con navajas y le habían dado una puñalada.– ¿Qué hacías por esos lugares?

–Hablar con mi contacto. Nos ha dado información importante.

–Ya...

Aunque ninguno de los dos lo reconociera habían acabado queriéndose mutuamente. Por lo general eran muy lanzados para todo pero ninguno de los dos se atrevía a declararse.

Ino seguía estudiando. Llevaba en la casa desde los 16 años, que fue cuando su padre la echó de la suya, hacía cuatro. Siempre había sido buena estudiante y por nada del mundo mandaría su vida a la mierda, ni tampoco abandonaría esa casa. Ellos la habían ayudado cuando no tenía adónde ir; ahora se lo tenía que pagar de alguna manera. Trabajaba por la tarde en una librería mientras estudiaba medicina en la universidad con Sakura, y ayudaba a la casa con parte del dinero que ganaba.

Ino era bastante alta, rubia y de ojos azules. Tenía el pelo largo y solía llevarlo recogido en una coleta alta con un flequillo que le tapaba media cara. Acostumbraba ir vestida de tonos morados y lilas, con faldas y vestidos como prenda básica en su armario. Tenía estilo y era guapa.

Sai era algo más alto que ella, tenía el pelo moreno y corto y los ojos oscuros, pero la piel muy blancuzca y los labios carnosos. Era guapo, sí, pero estaba más salido que el pico de una plancha.Solía vestirse con camisetas oscuras, pantalones de cuero o vaqueros muy ajustados, y su inseparable chupa. Siempre llevaba las muñecas cubiertas de pulseras de pinchos de varios tamaños y en el cuello también lucía un collar de tachuelas de una sola fila. Llevaba en esa casa algo menos de un año, y siempre se había llevado muy bien con Ino, hasta el punto de enamorarse de ella. Era simpático a pesar de todo, y siempre sonreía a todo el mundo.

Sasuke estaba sentado en una butaca, en un lado apartado de la habitación, rodeado de unas cuantas armas y afilando un cuchillo con cara inexpresiva. Dejó el cuchillo de lado y cogió uno de los puños americanos que le había dado Kakashi. Vio como éste se acercaba a él y dijo, más que nada para tocar las narices:

–Vaya mierda de puño me das...

–¿Te demuestro lo mierda que es? –le sonrió el otro, al que solo se le veía una parte de la cara: el ojo derecho.

Por alguna razón Kakashi había perdido un ojo en su juventud y por alguna otra razón nunca destapaba su cara. Llevaba una braga(1) negra que nunca se quitaba y que le llegaba hasta la nariz; no solía comer con todos los demás por no destaparse la cara. Tenía un aspecto bastante normal; por lo menos normal para un tío como él. Llevaba el pelo grisáceo y le gustaba pasear sus ideales en las camisetas o sudaderas; adoraba burlarse de los nazis. Bueno, le gustaba burlarse de todo el mundo, pero no por maldad, sino por diversión, y era una cosa que le había pegado a Sasuke. Solía llevar vaqueros con las rodillas rotas y botas a lo skin, con cordones blancos, por encima de los vaqueros. Sí, adoraba provocarlos, sería por eso que se había quedado sin ojo. En una de sus camisetas favoritas podía leerse "Soy naci", y una esvástica dibujada, pero no la que llevaban los nazis en sus Bomber, sino una que no estaba girada 45º y además iba en sentido contrario.

–No, gracias –le contestó de mala gana el joven.

–¿Piensas llevar todo eso?

–No, creo que al final sólo me llevaré un puño y un bate para abrir cabezas –dijo con exagerada cara de sádico–. Reventaré a su puto líder. Puede que así se vayan a tomar por culo todos y nos dejen en paz de una puta vez.

–Ten cuidado –intervino Shikamaru, que acababa de levantarse de un sofá cercano para acercarse a ellos–. Yo he visto a ese tío en acción con mis propios ojos, y créeme que me sorprendió. A primera vista parece un niñato sin ningún tipo de habilidad, incluso es un poco más bajo que tú, pero vi como de un solo golpe derribaba a un "camarada" suyo, que le doblaba en peso y altura –contó.

–Bah, de todas maneras pienso acabar con él. No llevo tantos años entrenando para nada. Y además, ¿cuándo me ha pillado a mí un cerdo? –preguntó con una sonrisita de superioridad en la cara.

Sasuke era un prepotente de mierda, muchos se lo decían. Y lo sabía. Él era de los que más tiempo llevaban viviendo ahí. A los 12 años Kakashi lo había llevado. Ahora tenía la más o menos la misma edad que la mayoría de los que había ahí.

Era alto, tanto como Sai, y decían que se parecían mucho. En realidad no se parecían tanto, sólo era el color del pelo y los ojos, y puede que también el todo de piel, aunque el de Sai era un poco más ceniciento. Eran polos opuestos por lo demás.

Él era frío y cerrado, sonreía a muy poca gente sin ironía. Era anarquista, y luchaba por sus ideales, aunque puede que en el fondo lo que le llevaba a luchar no eran del todo los ideales; era algo más grande, el odio hacia alguien.

Solía vestirse bastante normal. Vaqueros, camisetas de grupos, unas pocas pulseras de pinchos, otra con una A que le había regalado Kakashi y botas militares (pero no como los skins, sino por debajo de los pantalones) o "Converse de mercadillo" viejas y rotas. No le importaba demasiado. Tenía el pelo medio largo, y en la parte de atrás lo tenía de punta, como el final de una cresta, y un flequillo largo que le caía rodeándole la cara. Era guapo, pero tenía cara de niño, sobre todo cuando se enfadaba, que parecía un chiquillo al que le han quitado su preciado caramelo.

Kakashi lo miró, con la única ceja que se le veía, levantada.

–Aquella vez fueron siete contra uno –se defendió Sasuke como si fuese lo más natural del mundo.

–Te dije que no los provocaras cuando van a manada.

–Ya, son unos putos cobardes...

–Pero su líder no. Es de los pocos que van solos por la calle –apuntó Shikamaru.

En esos momentos llegó Kiba por un pasillo con un cuenco para perros lleno de comida.

–¡Akamaru! –llamó. Un enorme perro salió de detrás de otro sofá y fue hacia su dueño. Kiba dejó el cuenco en el suelo y cuando Akamaru comenzó a comer le acarició el lomo con cariño.– Buen chico –dijo sonriendo. El perro había crecido muchísimo en los tres años que llevaba con él.– La comida ya está lista, podéis venir a comer si queréis, y ya que estáis, avistad a los demás –les dijo a los que estaban en el salón. Después se fue otra vez por donde había venido.

–Mmm... ¡La comida! –exclamó Choji que parecía estar dormido y de pronto había despertado.

Shikamaru se fue al baño, dejando a Kakashi y Sasuke.

Naruto se aburría como una ostra. Estaba ahí, sentado en ese sofá viejo con ese imbécil delante contándole alguna movida del Blood & Honor(2). Decía que habían pillado a un gilipollas tratando de colar crack y speed(3) en un concierto.

–¿Y qué le pasó? –le preguntó sin el menor interés al armario que tenía enfrente.

–Lo pillamos, claramente. Está en urgencias, en coma, me parece.

–Bien...

–Me voy, tengo que hablar con algunos camaradas aún y preparar las últimas armas –anunció. Acto seguido se levantó.– Sieg Heil!(4) –se despidió alzando el brazo derecho.

Naruto no se despidió. Miró a Gaara, que había permanecido tan indiferente como él. Tenía la cabeza echada hacia atrás y miraba al techo. Él también miró el techo, después se fijó en un reloj de pared que estaba colgado en alguna parte de aquel enorme lugar, lleno de banderas y cosas que apoyaban su ideología.

–¡JODER! –gritó dando un fuerte puñetazo a la mesa, haciendo que la cerveza de su jarra diera un brinco. Después se la bebió toda de un trago y la de Gaara, de paso.– ¿Dónde cojones está esa maricona de Neji? ¡Llega 15 minutos tarde! –chilló.

–Cállate –dijo Gaara sin más. No estaba para oír lo gritos de Naruto.

–No. Estoy hasta los cojones de esperar sin ninguna noticia sobre esos putos sucios.

Se oyó un portazo en esos momentos y Naruto vio a un cabreado Neji pedir una cerveza y venir hacia su mesa.

–¿Dónde coño estabas? ¡Llegas tarde! –le chillo el rubio al recién llegado.

–Los putos sucios han tapiado las ventanas más importantes y además la mayoría de las cosas las hablaron con los otros en persona, así que pincharles los putos teléfonos no sirvió de mucho. Sólo sabemos que van a ser varias casas okupa las que van a venir. Pero les seguimos superando en número y armas –terminó, molesto, para luego añadir–. ¡El tráfico está plagado de mierda!

Naruto sonrió al enterarse de que les tenían ventaja y miró a Neji con desprecio. Era algo más alto que él y no era skin. Tenía el pelo largo y lucía orgulloso una esvástica(5) tatuada en la frente. Por lo general vestía pantalones militares, una Bomber azul marino y botas negras. Tenía los ojos muy claros, parecían lentillas, y tal vez lo fueran, nadie lo sabía. Aún así era nacionalsocialista y muy violento. Tenía una personalidad pesimista y decía que el destino del planeta era que la raza blanca dominara a todas las demás, y el suyo era ayudar a conseguirlo.

El chico rubio sí era skinhead. De hecho, el líder de uno de los grupos más famosos de la ciudad. Vaqueros piratas, Doc Martens, camisetas que reivindicaban sus ideologías racistas, suspenders. Aunque no llevaba la cabeza rapada; era de los pocos. Realmente solo eran tres: él, Neji y Gaara, quien en vez de no tener pelo, no tenía cejas. Naruto era ario, y se sentía orgulloso de ello. En la cara tenía unas extrañas marcas que parecían bigotes, y nadie sabía por qué las tenía, ni siquiera Gaara.

Se subió al sofá y puso un pié sobre la mesa para empezar a gritar a todo pulmón, para que todo el local le oyese:

–HEIL HITLER!(6) ¡DEBEMOS ASEGURAR LA EXISTENCIA DE NUESTRO PUEBLO Y UN FUTURO PARA LOS NIÑOS BLANCOS!(7) SIEG HEIL!

–SIEG HEIL! –le contestó la manada.

–Esta noche por fin me podré cargar a ese maricón pederasta de Kakashi, y ya de paso al tío al que le da por culo... –dijo Naruto volviendo a sentarse, y sonriendo con malicia.

–Y yo mataré a esa sucia, que ni siquiera es digna de ser quien es. Por fin, después de tanto esperar... –murmuraba Neji para sí mismo.

–¿Dónde está tu hermana? –preguntó el ario a Gaara, el cual lo miró con cara de aburrimiento.

–¿Te la quieres tirar? –preguntó con cierto odio en los ojos.

–No seas imbécil, sólo quería saber por qué quiere pelear esta noche.

-Se la tiene jurada a un sucio.

–Jeh... hoy acabaremos con todos ellos... –decía Neji pensativo. Era ignorado, como la mayoría de las veces.

Aquella noche...

–Ya están aquí –le dijo Neji a Naruto sin mirarlo, con la vista clavada en la puerta.

–Abrid... –ordenó éste a dos tíos tan grandes como dinosaurios, y éstos, de una patada, echaron la puerta abajo.

Naruto paseó su mirada por la gente que había por ahí fuera. No vió a Kakashi pero sí al otro. Había mandado que le trajeran fotos de él cuando se enteró de que podría ser un adversario. Llevaba un puño de hierro en la mano izquierda y un bate en la derecha. Naruto, en cambio, sólo llevaba su puño americano, que era evidentemente mejor que el del tal Uchiha.

–Vamos –dijo Naruto para sus colegas pero gesticuló bien cada letra para que Sasuke le leyera los labios, como si lo estuviese retando.

–Empieza... –dijo el moreno sonriendo, haciendo lo mismo que él.

Ahí se desató la pelea, en la noche de la calle de una enorme ciudad.

1.Braga: Prenda de abrigo similar a una bufanda cerrada, pero de tejido más fino. (definición RAE)

2.Blood & Honor: Oraganización muy famosa del movimiendo skinhead creada por Ian Stuart (líder de la banda Skrewdriver) en los '70, en Inglaterra.

3.Crack: es un derivado de la coca, pero más fuerte. Speed: polvo de anfetaminas.

4.Sieg Heil!: "Siempre victoria" (alemán). Creo que significa eso, porque nadie sabe aclarármelo. Es común entre skinheads de derechas saludarse así.

esvástica que lleva Neji, en el manga no es nazi, pero aquí lo será.

6.Heil Hitler: Otro saludo. Es muy común también. Significa "Viva Hitler".

7.Esto son las famosísimas 14 palabras.

Un poco de información: Los primeros skinheads eran negros. Nacieron en Jamaica y escuchaban Reggae y Ska. Después, por motivo de las inmigraciones llegaron a Londres, y ahí la prensa (sobre todo el National Front) se encargó de hacer de ellos la mierda que son hoy. Claro que no todos se dejaron comer la cabeza, y aunque ahora dudo mucho que siga habiendo skinheads negros hay comunistas, anarquistas... que en lo único que se parecen a los nazis es en la forma de vestir.

Para más info Google estará encantado de ayudar.