CAPITULO I: AMENAZA
Luego de la terrible batalla final en el torneo de los shamanes entre Hao e Yoh, las cosas volvieron a la normalidad.
El torneo de los shamanes fue cancelado ya que, aun que Yoh logro "derrotar" a Hao, este de igual manera logro fusionarse con parte de los grandes espíritus, desequilibrando por completo el orden de ambos mundo, espíritus que ya habían encontrado el descanso eterno volvieron a vagar por el mundo humano sin tener un propósito, lo que demandó gran trabajo de sacerdotisas y shamanes para erradicar la sobre población de espíritus errantes, que al no tener propósito se volvían con facilidad espíritus malignos.
Todo esto sumado a que el gran responsable no daba señales de vida.
Cinco años pasaron con el mismo ritmo de vida, el grupo de amigos viajaba por el mundo solucionando los problemas de este, aun que una vez al mes tomaban descansos para reunirse, pero esta vez tenían una razón en especial.
-Felicidades, señora Anna – felicitó Ryu con lagrimas en los ojos.
La rubia estaba perfecta con su precioso kimono de bodas tradicional – Gracias – respondió con su rostro inalterable, como siempre.
Su ahora esposo la miro con una sonrisa – Annita, al menos podrías sonreír un poco, da la impresión de que no estás feliz – dijo apenado el chico.
Anna lo miró de lado, luego recorrió la vista para confirmar que nadie los estuviera viendo y volteó tomando sus manos entre las de ella – Sabes que no me gusta demostrar nada ante estos idiotas – le sonrió dulcemente al chico.
-Pero son nuestros amigos – reprochó el animándose un poco.
-Lo son – concordó ella -, pero si les doy un poco de confianza olvidaran su lugar.
-Hola chicos – se escuchó la voz de Manta a sus espaldas.
La sacerdotisa rápidamente volvió a tomar su máscara de rigidez, pero esta vez no soltó la mano de Yoh, acto que hizo muy feliz al castaño – Hola, pequeñín.
El rubio, que a pesar de sus 20 años no había crecido ni un poco se enfurruñó - ¡Que ya no me llames así! – gritó molesto y luego hizo un puchero -, ya no somos niños.
-Jijijiji, lo sé – reconocío Yoh y miró a su amigo -, gracias por la fiesta.
-Es mi regalo de bodas – sonrió olvidando el disgusto pasado -, por cierto felicidades – miró con picardía a su amigo.
Anna notó el gesto y lo asesino con la mirada – Gracias por el regalo – agradeció -, pero eso no te da derecho a esos comentarios, enano cabezón – regañó.
Ambos jóvenes rieron, más que de gracia, de miedo.
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Desde uno de los enormes arboles, a las afueras de la mansión Asakura, una hermosa joven de piel morena, lago cabello castaño con ondas perfectas del cual resaltaban dos hermosas plumas de águila que caían por uno de los costados de su cabeza, ojos tan azules como el mar y vestida con una capucha negra que cubría toda su figura, miraba la para ella, conmovedora celebración.
-Que pesar interrumpir su alegría – se lamentó recargando su cabeza en el tronco e inmediatamente sobre su hombro se materializó un pequeño espíritu de color azul como sus ojos, que acarició con sus pequeñas manos el rostro de la chica -. Creo que será mejor darles esta noche – acarició de vuelta al espíritu -, ya mañana me presentare y les daré las buenas noticias – ironizó con una triste sonrisa -. El tiempo se está acabando y ellos deben saberlo - le hizo una señal al pequeño y este desapareció junto con ella.
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La noche de bodas del joven matrimonio Asakura, fue inolvidable para ambos, aun que no había sido la primera vez de ellos durmiendo juntos, era la primera como marido y mujer.
Yoh abrió sus ojos con pereza y volteó a ver a su preciada y preciosa esposa desnuda y profundamente dormida junto a él, sonrió con ternura y quitó con lentitud el brazo en donde ella se recargaba para levantarse sin despertarla, se vistió con ropa deportiva negra ató su cabello en una coleta y salió de la habitación, deslizando con cuidado la puerta corrediza.
Cuando bajó a la primera planta, miró el reloj de pared, eran las 9 en punto, volteó a la sala y vio repartidos a sus amigos por toda esta, Ren estaba recargado contra la pared, Horo-Horo y Chocolove abrazados en el piso en una divertida posición y por ultimo Ryu, Fausto y Manta apoyando sus cabezas contra la mesa de centro.
-Buenos días, joven Yoh – saludó Tamao.
-Hola – miró a la chica con una sonrisa - ¿Por qué durmieron aquí?, ¿creí que las habitaciones de la mansión estaban listas para ellos?
La chica soltó un suspiró – Lo estaban pero insistieron en seguir celebrando y no pude soportar el sueño.
-Jijijijijij – rió el chico al imaginar a sus amigos, obviamente pasados de alcohol -, ¿Dónde están las chicas? – preguntó ahora recordando a las mujeres del grupo.
-Todas se retiraron casi junto conmigo, por lo que están cómodas en sus habitaciones – informó la pelirrosa.
Justo en ese momento apareció Anna - ¿Se puede saber que hacen esto holgazanes repartidos en mi sala? – habló con molestia.
-Annita, veras ellos…
-No me interesan las escusas Yoh – caminó con decisión hasta su esposo -, tus abuelos no nos entregaron la casa principal para que se transforme en el refugió de estos – apuntó los moribundos chicos –. Levántense – habló al grupo de hombre con decisión y todos abrieron los ojos de golpe y miraron a la rubia -, los quiero en pie a todos en 10 minutos para el desayuno – se volteó en dirección a la pelirrosa -. Tamao, acompáñame a preparar el desayuno – ordenó la Itako.
-Sí, señora Anna – hizo una reverencia al atónito castaño y siguió los pasos de la dueña de casa.
Yoh rascó su cabeza, en parte tenía razón su esposa, pero no dejaba de divertirle la escena.
-Amo Yoh – se materializó Amidamaru -, parece estar de buen humor la señorita Anna – sonrió el espíritu acompañante del chico.
-Jijijijij, así parece – sonrió con despreocupación.
-De que hablas – dijo Horo-Horo rascando su cabeza con pereza -, esta igual de amargada que siempre.
-Al menos no nos golpeo – puntualizó Manta.
Luego de puntualmente, 10 minutos, todos estaban en el largo y tradicional comedor comiendo animadamente.
-¡Eso es mío! – gritó Horo-Horo a Ren que le había robado un rollo de jamón de su plato.
-Creí que no lo querías – respondió con calma el chino.
-¿Quieres pelear? – dijo furioso el peliazul.
Mientras ambos sacaban sus armas Jun y Pilika suspiraban con resignación, sus hermanos no tenían remedio.
Mientras todo eso pasaba, entró Tamao con preocupación en su rostro y le dijo algo a Anna al oído, la rubia torció su ceño y se encontró con la curiosa mirada de su esposo.
-¿Ocurre algo? – preguntó el shaman castaño.
La chica sorbió lo que le quedaba de té – No es nada – le sonrió con dulzura -, si me disculpan tengo algo que hacer – dijo seria la chica y se retiró.
Yoh conocía a su esposa y sabia que algo andaba mal – Tamao – llamó a la pelirossa antes de que se marchara y la atención de todos en la sala se centro en ella, poniéndola terriblemente nerviosa.
-Sí, j-joven Yoh – habló tratando de guardar la calma.
-¿Qué fue a hacer Anna?
Ella suspiró – Bueno…
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En una de las pequeñas salas de recepción de invitados de la enorme mansión, la morena de la noche anterior, esperaba ser recibida por la dueña de casa mientras miraba el hermoso jardín apoyada en la puerta, de pronto su espíritu se mamterializó en su hombro – Lo siento – miró con ternura al pequeño y le dio una caricia con su mano -, deberas esconderte hasta que estén listos, no queremos asustarlos ¿verdad? – el pequeño espíritu asintió con tristeza y desapareció -. Es por eso que odio los asuntos oficiales.
Su mente volvió a la realidad cuando escuchó la puerta abrirse y cerrarse casi al instante.
Volteó y sonrió, sin quitar su capucha – Hola, señora Anna – saludó a una silenciosa rubia que se sentó frente a ella, por lo que la imitó para quedar frente a frente.
-¿Quién eres? – preguntó seria la Itako.
-Mi nombre es Maya, Goldva me envió a darte un mensaje.
-Debe ser algo realmente importante para mandar a un apache en carne y hueso.
La morena sonrió – La verdad es que no soy precisamente una oficial apache, pero eso no es de importancia – se levantó de hombros restándole importancia.
-Bien, ¿cuál es el mensaje? – preguntó con impaciencia la sacerdotisa.
-Hao apareció – dijo sin rodeos Maya, sorprendiendo a la rubia -, aun no hay un rey shaman, por lo que se debe reanudar, hay nuevas reglas y muchas otras cosas, pero de eso te hablara Silva cuando venga aquí.
-¿Silva?
-Él es el oficial a cargo de tu esposo, es su deber – informó la chica.
-¿Entonces qué haces tú aquí? – la rubia no entendía el propósito de la morena.
Maya tomó un poco de aire – Vengo a protegerlos – anunció seria ante la sorpresa de la rubia -, es probable que Hao busque venganza de Yoh y aun no está claro como se realizara nuevamente el torneo.
-Si eres tan fuerte, como para protegernos, ¿Por qué es la primera vez que oigo de ti?
-Eso es porque no es de mi interés el torneo, ni siquiera el mismísimo Hao – dijo con despreocupación la morena.
-¿Entonces?
-Solo es un favor que se me ha pedido, la protección de usted es un mandato de los grandes espíritu, ustedes son los cimientos de la nueva generación de shamanes, sus sentimientos son buenos y puros, en especial los de Yoh – sonrió -. No puedo permitir que eso se pierda a manos de alguien como Hao.
Anna entendía en cierta parte lo que le decía, además si los grandes espíritus lo pedían, se debía cumplir – De acuerdo, entonces ahora ¿qué debemos hacer?
Maya bajó su capucha y le sonrió – Primero me gustaría que confiaras en mí, no soy una enemiga así que no tienes de que preocuparte – ofreció su mano con cordialidad.
La rubia comenzaba a sentirse a gusto con la chica, por lo que sonrió y le devolvió el gesto – Esta bien.
Maya sonrió y se puso de pie junto a la chica – Ahora sería bueno esperar a Silva para que les de mas detalles sobre el torneo, aun que no estaría mal que entrenaran para acortar distancias.
-Sí, creo q….
La chica fue interrumpida por el grupo de chicos que, encabezado por su esposo, abrieron de golpe la puerta.
-Anna, ¿es verdad que vino un apache? – preguntó Yoh sorprendido.
-¿Se puede saber por qué interrumpen tan groseramente? – cuestionó la rubia y notó como Maya cubrió nuevamente su cabeza.
-No hables tonterías – se abrió paso Ren -, si hay un oficial aquí exijo que te muestres maldito – ordenó con exasperación.
Anna miró a una sonriente Maya - Lamento decepcionarte – la chica volteo sin levantar su mirada -, pero no soy una oficial, solo soy una amiga de Anna – informó una voz femenina.
-Anna no tiene amigas – intervinó Horo.
La morena se carcajeó un poco, pero luego de algunos minutos se descubrió la cabeza y dejo ver sus llamativas y hermosas facciones, fascinando a más de uno de los presentes y haciendo obvia su descendencia gracias a las preciosas plumas que adornaban su cabeza – Me envió Goldva, soy Maya – se presentó con educación y un bonito acento americano.
-Pero que belleza – dijo salir Ryu.
-Cállate, no es momento para tus estupideces – regañó Ren -. ¿Qué buscas aquí? – le preguntó a la morena.
Ella lo miró con sus zafiros y sonrió de lado – Ryunosuke Umemiya, Fausto VIII, Chocolove McDonell, Horokeu Usui, Ren Tao, Yoh Asakura – nombró con formalidad a cada uno de los shamanes presentes -, Hao ha vuelto – anunció con seriedad sorprendiendo a todos los presentes.
-Pero pensamos que él estaba… - balbuceó Horo-Horo.
-¿Muerto? – cuestionó con diversión la morena y soltó una carcajada -, por favor, ¿relámete creen que con el nivel que tiene podrían haber derrotado a Hao? – volvió a reír -, el solo está un poco débil y le tomó más de lo se esperaba adaptar su cuerpo a los grandes espíritus que alcanzó a capturar, eso es todo.
Yoh avanzó algunos pasos para quedar más cerca de la chica - ¿Porque sabes tanto de Hao? – preguntó con desorientación.
Maya solo le sonrió con suficiencia – Soy nieta de Goldva.
-Esa vieja tiene familia, ¿en serio? – preguntó confundido Ryu.
La morena volvió a reír, el extraño grupo le resultaba particularmente divertido – Pese a lo que ustedes crean, mi abuela es una mujer – negó divertida -, como sea, ella me pidió evaluar sus capacidades, el torneo se reanudara, Silva luego vendrá a hablarles de eso, como les dije no soy una oficial, por lo que no me corresponde darles mayor información sobre el tema – informó con desinterés.
-¿Y de dónde diablos saliste tu? – cuestionó ahora Ren -, nunca antes te habíamos visto, ni siquiera te escuchamos nombrar y para venir a "evaluarnos", debes ser alguien poderosa – expuso sus acertadas conclusiones, mientras Anna miraba atenta la situación sin interferir ya que ella tuvo la misma duda.
-Es obvio que no escucharan de mi, soy… - lo meditó unos segundos -, soy la última opción que le quedo a mi abuela – sonrió.
-¿Ultima opción? – habló Yoh.
-No es un tema que sea de su interés – volvió a encogerse de hombros la morena.
-Claro que si – dijo amenazante Ren -. Explícate.
-Ren, cálmate – pidió Yoh.
-No lo hare, no me evaluara una cualquiera – apuntó a la chica.
-Está bien – suspiró derrotada Maya -, si quieres podemos comenzar – ofreció con una sonrisa.
-Por mi está bien – aseguró el chino.
-Maya – habló Anna -, no es necesario que demuestres nada – no sabía por que defendía la postura de la recién conocida pero su instinto se lo decía.
La aludida le sonrió – No te preocupes – sonrió radiante -, solo espero que Silva no se moleste mucho – negó divertida al imaginar el regaño que le daría el mayor cuando descubriera que había iniciado una pelea con un shaman común -, bueno da igual – se encogió de hombros y salió al patio -, a lo que he venido – se quitó la capa dejando al descubierto su cuerpo, portaba ropas características de apache, pantalones holgados color beige con una faja que colgaba de su costado derecho color rojo sangre, zapatos sencillos color negro y su descubierto abdomen solo se veía interrumpido por cintas que salían de un pequeño top que cubría su generoso busto, pero lo más llamativo en su perfecta figura, eran los numeroso tatuajes distribuidos a lo largo de su espalda, cuello y brazos -. ¿Quién será el primero? – habló al atónito grupo.
Todos estaban perdidos en la tentadora chica – Si tanto deseas la muerte – habló Ren sacándolos a todos de sus pensamientos -, con gusto te mandare al otro mundo – el joven chino estaba muy confiado de sus nuevas capacidades, luego de cinco años enfrentarse con un apache no sería nada. Se acercó con decisión a la morena y la apuntó con su lanza - ¡Basón! – llamó a su espíritu.
-Sí, señorito – se materializó el guerrero frente a él.
-¡Posesión a la cuchilla! – ordenó y sonrió al mostrar su espectacular arma, ahora cargada en sus manos.
-Pero como gritas – se tapó los oídos Maya a modo de burla.
Ren enrojeció de rabia, no soportaría que una cualquiera se riera de él – Veamos si ahora eres tan valiente – se lanzó a atacarla, pero a unos centímetro de la sonriente cara de la chica ella desapareció.
-Demasiado lento – escuchó como la voz de la chica le susurraba al oído.
-¿Com…
Maya dio un fuerte golpe en la nuca del chico dejándolo inconsciente en el suelo – Nunca te distraigas –sonrió al ver al chico en el suelo.
-¡Maya! – una fuerte voz llamó la atención de todos hacia uno de los arboles cercanos, aun que la morena solo cerró sus ojos y una burlona sonrisa se apoderó de su bello rostro.
-¡Silva! – saludó con su mano -, que gusto, no pensé que vendrías tan pronto, ¿cómo estuvo tu viaje?
-No trates de distraerme, apenas supe que Goldva te pidió venir, te seguí – bajó desde el árbol y se paró junto a un inconsciente Ren -, y que bueno que lo hice, ¿cómo se te ocurre pelear con ellos? – preguntó exaltado el oficial.
-No me sermonees, nisiquiera use mis poderes, solo… le di un pequeño golpecito – miró con desprecio al chino -, y por lo que veo… Hao los matara a todos.
-¡Maya! – regañó Silva.
-Es la verdad, no están a la altura del psicópata – sonrió mientras tomaba su capa -, se lo dije a Goldva y se lo repito a todos ustedes – miro al grupo -, no soy una enemiga – miro ahora a la rubia -, pero tampoco una aliada, solo protegeré lo que creo que el mundo necesita.
-Aun no entiendo a que te refieres – habló Anna.
-Ya te lo dije, la nueva generación de shamanes necesita de buenos sentimientos y amor por el mundo, tú y tu esposo cumplen con eso y fueron elegidos por los grandes espíritus, mi deber es protegerlos – miró a Silva con una sonrisa torcida -, solo a ellos, yo no me involucrare en la pelea con Hao, el puede hacer lo que se le dé la gana.
-Maya, tu sabes que…
-No – cortó ella ahora con seriedad -, me aleje de todo por él, no lo olvides – volteó a ver a la rubia -, ¿puedo ocupar alguna habitación?
Anna la miró por unos segundos, aun no encontraba maldad en la chica – Tamao – llamó a la pelirosa.
-Sí, señora Anna.
-Llévala a una de las habitaciones – ordenó.
-S-si – miró a la chica, que recargaba su peso en una de sus piernas -. Si-sígame por f-favor señorita Maya – pidió la chica.
-Claro – comenzó a caminar la morena -. Será mejor que les des la información lo antes posible, él está cerca – anunció con enigmática expresión a Silva.
Cuando se retiró de la vista de todos, Silva suspiró derrotado – Mo puedo creer que después de 10 años siga con esa pésima actitud.
-A mi me parece una buena persona – habló Yoh junto al apache.
-A ti todos te lo parecen, pue – intervino Chocolove.
Fausto y Horo se acercaron a Ren – Solo esta inconsciente, llevémoslo dentro para que descanse.
Manta y Anna miraban en silencio la situación, mientras Pilika y Jun preparaban un par de cojines para recostar al chico.
-Bien – dijo Yoh -, será mejor que esperemos a Ren para que nos cuentes las noticias – miró a Silva y este solo asintió siguiéndolo al interior de la mansión.
Media hora después estaban todos, incluyendo a maya, en el comedor principal esperando la explicación de Silva.
Ren miraba con rencor a la morena que estaba al margen del grupo, sentada en el marco de una de las ventanas observando despreocupadamente el atardecer que ya se hacía presente.
-Bien, como ya saben – comenzó Silva -, el torneo se reanudara, será dentro de seis meses aquí en Tokyo, ya que los finalistas en su gran parte pertenecen a este país y lo demás será informado por los grandes espíritus – concluyó.
-¿Eso es todo? – preguntó Ryu.
-Sí, solo los grandes espíritus saben cómo se desarrollaran la batallas para elegir al rey shaman – confirmó Silva.
-¡Eso es un insulto! – gritó Ren golpeando la mesa.
-No ofendas con tanta simpleza a los grandes espíritus – intervino Maya, si había algo que ella respetaba era a esa presencia omnipotente.
-¡Tú no te metas! – exigió el chino.
-Ren – llamó su hermana tratando de calmarlo.
-¡No te metas en esto, hermana! – miró furioso a la peliverde -, ella no es nadie para opinar.
-De hecho – intervino Silva -, Maya será su evaluadora en la preparación de su entrenamiento.
-¿Qué? – Ren creía estar en una pesadilla.
-Antes de que sigas hablando estupideces – la morena se puso de pie con calma -, les informare de cómo serán estos seis meses previos al torneo – sonrió y Silva suspiró con cansancio -. Los 7 finalistas deberán compartir esta hermosa casa.
-¿Sabias de esto? – preguntó Yoh a su esposa, pero ella no despegó la vista de la morena.
-Yohmei y Kino la… donaron – ironizó -, continuo, convivirán todos junto con el derecho de un acompañante cada uno y solo lucharan bajo mi supervisión o la de Silva y en dichos combates no podrán matar a su oponente, es muy simple.
-¿Cómo puedes decirlo con tanta facilidad? – pregunto Horo-Horo.
-Solo digo lo que se me fue dicho por los grandes espíritus a través de mi abuela, si no están dispuestos a cumplir con esto es su problema – miró al grupo que pareció entenderlo -. Bien, como les dije solo los shamanes pueden permanecer en esta casa, así que necesito que elijan a su acompañante.
Todos se miraron nerviosos.
-Yoh Asakura – nombró la chica.
-Anna, por supuesto.
La morena sonrió – Ren Tao
-El chico no la miro – Jun Tao.
-Horokei Usui.
-A mi hermanita, Pilika.
-Chocolove McDoneil.
-Ya que no tengo a nadie, elijo al pequeño Manta, pue.
Manta sonrió agradecido – Gracias Chocolove.
-Ryunosuke Umemiya.
-A la señorita Tamao, si está de acuerdo claro.
La chica solo hizo una reverencia – Gracias, joven Ryu.
-Y por ultimo, Fausto VIII.
-No tengo a nadie mas que quiera a mi lado que mi amada Elisa – junto al palido hombre se materializó su fantasmal esposa y se abrazaron.
Maya sonrió, ella respetaba todo tipo de vida y ente, por lo que la escena le pareció conmovedora – Por mi está bien, ¿estás de acuerdo Silva? – preguntó al apache que solo asintió.
-Solo debemos esperar a que Hao aparezca – dijo Silva.
-No creo que este muy dispuesto a seguir las "reglas" – habló Horo-Horo.
-Ya lo veremos en el camino – Maya caminó hasta la puerta -, por ahora les sugiero entrenar, pero ya saben, no pueden abandonar la casa y no pueden iniciar una pelea sin supervisión ¿está claro?
El silenció reinó y ella lo tomo como un si, por lo que salió del cuarto seguida del hombre apache.
-Maya – la llamó preocupado.
Ella detuvo su paso y volteó - ¿Qué pasa?
-No te vez bien – afirmó él.
-Está cerca, solo a unas cuantas horas, probablemente llegue mañana por la mañana – anunció mirando el cielo ahora estrellado.
-¿Puede sentirte?
-No, he ocultado mi presencia, si tengo suerte nunca lo notara.
-No puedes esconderte por siempre.
-Solo mírame – dijo ella dejándolo solo en el pasillo.
Silva la vio partir y negó con compasión.
-¿Podrías explicarme que fue eso?
El apache volteó asustado – A-anna…
Ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
No tenía planeado subir este capítulo, pero a petición de una amiga que me lo encontró hurgando en mi compu lo hago.
Sé que muchas son amantes de HaoxAnna o el YohxAnna, yo también pero esta vez no quise dejar a Yoh o a Hao solos así que decidí meter una mujer X a la historia.
Espero le den una oportunidad y comenten si les gusto.
Besos, Fran.
