Yuuri Katsuki y Victor Nikiforov eran dos de los mafiosos mas conocidos en el bajo mundo. Los dos eran hijos de los clanes mas poderosos de su respectivo país, pero mientras el padre de Victor, Ivan Nikiforov seguia liderando mientras dejaba a su hijo trabajos en el extranjero y de relaciones públicas con otros grupos; el padre de Yuuri, Toshiya Katsuki se había retirado a vivir con su esposa en Tailandia, en un pueblo rural que pocos conocían. Desde entonces Yuuri y Mari, su hermana se hacían cargo del negocio familiar.
Se diría que aunque su trabajo fuera el mismo no tenían nada mas que ver. Hasta que Victor fue asignado en el trabajo de trasportar y vender armas a varios grupos yakuza, en Kyoto, Japón. Como su trabajo lo requería investigo todo sobre los grupos tanto con los que negociaria como los principales en esa región. Yuuri Katsuki era el jefe de la banda más poderosa en la región de Kansai, no sería uno de los clientes pero tampoco interferiria, tenía otro proveedor en el que confiaba y en cierta medida era pacifista, mientras no se metieran con el o sus hombres no tenía conflictos con nadie.
Pero ese día no salio como esperaba, estaba a punto de llegar a la hora acordada para el intercambio pero de pronto sus hombres llegaron asustados y corriendo.
-¡No están! ¡La mercancía no esta!
Victor no podía creerlo, investigo incluso a sus clientes, no eran de Kyoto, y aunque cada grupo llevó hombres a examinar primero no eran los suficientes ni tenian el equipo para haber cargado con las casi dos toneladas de armas que los rusos llevaban y se atrevería a deducir que tampoco suficiente conocimiento o acceso a escondites cercanos. Al menos que Katsuki los ayudara, pero era muy pronto para sacar conclusiones
-¡¿Como paso esto bola de inútiles?! ¡¿Es que no tenían hombres vigilando?!
- Si, pero se las arreglaron para entrar sin que lo notaramos y tenian granadas de gas somnífero, no tenian máscaras. No notamos nada hasta que paso el turno de vigilancia de Georgi y no regresaba, fuimos a ver y todo habia desaparecido
-¡No puedo creerlo! ¡Tenían que hacer cambios de guardia cada media hora! ¡Seguro estaban bebiendo como de costumbre! ¡¿Al menos revisaron si dejaron alguna pista?!
- Si... solo encontramos esto- el hombre extendió la mano para mostrarle algo, era un broche, pero no cualquier. Un broche de oro, estaba decorado con tiras redondeadas y el kanji "dorado" al centro, el único entre la mafia que tenía esas características era Katsuki.
- ¡¿Que significa esto?!
Solo lo tenian los mas cercanos al kumikicho podrían tener acceso a el. Solo podía indicar que ellos estaban detrás de esto, si no el mismo Yuuri alguien bajo su mando. No, eran conclusiones apresuradas, nadie podia olvidar algo así, una prueba tan obvia, en terreno enemigo, si se habia perdido en la pelea era muy raro que solo hubieran encontrado el broche sin otra señal de que el dueño estaba herido o que se hubiera apresurado en demasía como para olvidarlo, ademas sometieron a sus hombres rápidamente, el otro bando no tuvo demasiada prisa para hacer su trabajo. Ciertamente era extraño pero no podía quedarse sin hacer nada.
Después de cancelar los tratos con sus enojados clientes llamó a sus mas allegados contactos japoneses, no tardo mucho en hallar la ubicación de Katsuki, estaba en un hotel que usaba frecuentemente después del trabajo, al parecer adoraba las aguas termales del local.
Solo lo habia visto un par de veces en otros contrabandos en Japón pero no olvidaría su rostro. Ese rostro tan enigmático, era imponente con todos incluso con sus subordinados mas cercanos, pero a la vez transmitía la sensación de melancolía, como si estuviera ausente, absorto en sus propios pensamientos. Casi como si tuviera miedo de algo.
Sacudió su cabeza, no debía confiar en las apariencias, ese hombre era casi tan letal como su padre cuando se le oponían.
Junto a un grupo de diez personas solo por si acaso, pero tampoco demasiados para no dar la impresión equivocada de querer una guerra con los fieros japoneses. Llegó al hotel donde se hospeda su pista principal. Fue irracional pero no pudo más, pensar que ese tipo fuera el culpable de hacerlo quedar en ridículo frente a clientes y por ende a alianzas importantes le hacía hervir la sangre, dejo a sus hombres afuera para vigilar y se escabulló directamente al onsen.
Para su buena o mala suerte su objetivo estaba ahí, ademas que era el único en el lugar. ¡¿Como podía estar tan tranquilo cuando a él le habían robado?!
- ¡Katsuki!
Yuuri apenas se había dado cuenta del intruso en su territorio personal pero no se sorprendió, era normal que algunos tontos que sabían su preferencia por el lugar quisieran buscar ajustes de cuentas mientras descansaba, por eso el hotel era bien vigilado además de que nunca olvidaba su katana con la que era experto. Aunque hubiera estúpidos que lo retaran ninguno sobrevivia. Fijándose mejor en el hombre que entro gritando se dio cuenta que no era cualquiera, ese cabello plateado en alguien tan joven y con ese acento extranjero solo podía pertenecer al heredero de los Nikiforov, Victor. Lo habia visto pocas veces pero sabía que era sensato, debía pasar algo grave para que estuviera asi de furioso, y tampoco era buena idea enemistarse con alguien tan importante, intentaría ser lo mas razonable que pudiera.
- ¡¿Que quieres Nikiforov?!
Victor se había quedado paralizado, su respiración casi se corto, el calor comenzó a invadir todo su cuerpo, su estómago dio tantas vueltas que empezó a gruñir. No esperaba que el japonés que minutos antes consideraba despreciable fuera tan hermoso. Las gotas de agua resbalando por su cuerpo desnudo, su rostro a pesar de estar enojado por irrumpir en su territorio era mas resplandeciente que las pocas veces que lo había visto, su determinación lo hacía ver bastante sexy. Eso sin mencionar ese cuerpo de adonis, su contextura era delicada pero masculina a la vez, no como los hombres recios de su país y no tan delgada como los japoneses comunes, sin contar a los mercenarios más fuertes; su espalda no era tan ancha, sus músculos estaban poco marcados y tenía una cintura mas estrecha que la mayoría de los hombres... era perfecto, sin contar esas nalgas ¡Dios! Esas curvas volverían loco a cualquiera, bebería gustoso el agua que resbalaba en ellas.
-¿Nikiforov? - Yuuri lo saco, un poco, de su trance, había olvidado todo el asunto del robo.
- Ah, si ¡Tu! ¡¿Robaste mis armas?!
- ¡¿Pero de que mierda hablas Nikiforov?! ¿Te volviste loco?
El japonés no soporto la acusación, salio completamente del agua para encarar al contrario tomando su katana con él. Victor abrió aún más los ojos por reflejo lo raro es que no era por su oponente listo para atacar, era por la desnudez del hermoso asiático, era demasiado, nunca había estado en uno de esos baños y menos visto desnuda a una persona tan bella, el sonrojo en su rostro era inevitable.
Tuvo que abofetearse mentalmente si no quería acabar muerto, Katsuki estaba ofendido y le arrancaría la cabeza sin dudar si no daba explicaciones.
-Esta tarde encontré el emblema de tu familia en la bodega donde todas mis armas fueron robadas ¿Tienes algo que decir al respecto?
- ¡Son estupideces! No necesito tus armas de mala calidad, tampoco tener que ver con los desgraciados rusos. Y no creas que te debo explicaciones a un tipo que viene a gritarme mientras estoy desnudo.
Odió que recalcara eso, no necesitaba estar más nervioso -¡Hijo de puta! Tu eres el único que pudo hacerlo, es tu territorio y nadie lo lograría sin tu ayuda
-¡Ja! ¿Ahora crees que tengo el control absoluto sobre todo lo que pasa aquí? Tampoco creas que tengo el tiempo para estar al pendiente de tipos insignificantes como tú.
-Repite eso Katsuki- el ruso saco su arma sin pensar y apunto al que estaba enfrente de él.
- Dije que no tengo tiempo para jugar con idiotas que se creen rudos cuando no saben ni sostener un arma- Yuuri también apunto su espada a su contrario -Mírate, estas temblando, no me darás ni una sola vez ¿En serio tú eres el famoso hijo del jefe Nikiforov? Tus supuestas hazañas deben ser inventos de los Bratva para intimidar.
Era cierto, Victor estaba temblando algo muy ligero para cualquier persona pero para asesinos como ellos lo suficiente para ser inservible en combate. Nunca le había pasado eso, estar nervioso en un posible enfrentamiento, maldita sea! Debía controlarse o podría morir.
- ¡Katsuki-sama! Esta bien?! Encontramos a unos extranjeros armados escondidos en la entrada- los japoneses aliados de Katsuki aparecieron para asegurarse del bienestar del líder.
Yuuri solo volteo por un segundo y Nikiforov había escapado. No era tan estúpido después de todo, después de ver si quedaba algún rastro de él se dirigió a sus hombres intentando esconder su decepción, casi tenían a un excelente prisionero -Todo esta bien-
* * *
Victor no estaba bien, después de eso no podía evitar pensar en su enemigo (por el momento). Sí, era bastante sexy y lo había visto desnudo pero no era para estar así ¿Hasta que punto era normal tener fantasías sexuales con alguien que odias? ¡Joder! ¡Esas nalgas no eran nada despreciables! Peor, había visto también su pene! Había personas que le resultaron atractivas antes pero nunca tenido fantasías que incluyeran un pene.
Necesitaba estar distraído con su trabajo ¡Pero lo peor es que el trabajo incluía a ese maldito de Katsuki!
Habían tratado de averiguar sin mucho éxito, quien era el responsable del robo, nada había dado resultado, ningún otro grupo estaba vinculado, los del distrito de Ukyo habían comprado armamento a otro proveedor, no lo necesitarían si hubieran sido ellos y los conocía, les hubiese dado igual intentar cubrir las apariencias. Otros habían salido de la capital del país, sospecharía si no fuera por que se entero que la mayoría fueron asesinados en una emboscada por sus enemigos.
Tampoco resolvían el problema que suponía encontrar ese emblema en la escena, solo los mas cercanos a los Katsuki podrían haberlo robado, necesitaba haber un traidor entre los japoneses. Era un problema, Katsuki estaba seguro que los rusos lo acusaban falsamente para provocar una disputa, debía pensar en una manera para acercarse y aliarse para encontrar al culpable, sería difícil pero encontraría el modo. Tal vez asi podría dejar esos estúpidos pensamientos.
***
Yuuri era desconfiado y no lo culpaba pues él era igual, el trabajo lo ameritaba. Gran parte de este se basaba en engañar y ser engañado todo buen líder aprendía a no caer en mentiras, así que era difícil cuando tenía que hablar con una verdad incómoda y algo inverosímil, no podía llegar y decir "Creo que tu no me robaste, pero fue alguien en quien confías y que de seguro quiere hacerte a un lado, así que nos haríamos un favor mutuo si cooperamos y encontramos al tipo detrás de esto".
Así que tendría que hacer la estrategia de acercarse un poco para al menos ser escuchado. Solicitaría una reunión de negocios con el jefe de los Katsuki. Ya no tenía armas ni dinero suficiente para un nuevo cargamento y de todos modos era difícil que al líder japonés le interesara algo extranjero más viniendo de él, le propondría comprar armas y tecnología japonesa de espionaje; también le rogaría disculparse por lo ocurrido en el onsen, Katsuki no desaprovecharía esa oportunidad de tener un nuevo cliente y mejor, de regodearse de obtener disculpas del orgulloso Nikiforov.
Por razones obvias ellos pondrían las condiciones, sería en una casa propiedad del kumikicho y solo tendría permitido llevar a cinco personas que lo escoltaran, lo aceptó, no tenía nada que perder, ese Katsuki no era de los que se vengaba por algo tan simple como un ataque de furia por una sospecha repentina.
Eso esperaba. Necesitaba que le creyera, tenia trabajo que hacer antes, reunir pruebas, investigar a varias personas y sobretodo tratar de olvidarse de él.
Notas: planeaba hacer un oneshot pero preferí escribir un poco mas a profundidad de lo que esperaba. En fin, gracias a Simrell por el fanart, por dejarme usarlo de portada y por dejarme hacer este fic 3
