MOMENTO I
Personajes Principales: Elsa, Anna, Kristoff
Personajes Secundarios: Olaf, Sven, Gerda, Grand Pabbie
Menciones: Reyes de Arendelle, Hans.
El tiempo parecía que había cambiado para la familia real de Arendelle, las dos hermanas, Elsa y Anna, por más que adultas fueran, parecían que habían vuelto a su tierna niñez.
Por primera vez y como nunca reían, hablaban y se abrazaban. Los años de puertas cerradas comenzaban a abrirse lentamente y con frecuencia. Todavía había heridas frescas, mucho más para la joven reina. Pero el espíritu de su hermana menor y su alegría la hacían olvidar un poco sus propias cadenas y puertas blindadas de su mente y corazón.
Para Elsa las cosas eran complicadas, su carácter reservado la mantenía al margen de muchas cosas, todavía le costaba relacionarse con las personas. Especialmente dignatarios y personas que debía frecuentar por su título nobiliario. Los bailes no le agradaban, prefería quedarse en su habitación leyendo un libro o haciendo alguna manualidad o tomando alguna suave taza de té. Gracias a dios tenía a Anna, con el tiempo se convirtió en su mano derecha. Ella, con su buen humor y facilidad del habla lograba que los dignatarios y eventos formales fueran más placenteros, logrando que muchas veces, cuando se sentía nerviosa e incómoda, las cosas se apaciguaran.
Pero cuando estaban en el castillo, las formalidades no existían y las hermanas volvían a aquella dulce época de juegos y fantasías.
La joven reina, con delicadeza y con su actual seguridad en sus propios poderes, pisaba el suelo para escarcharlo, convirtiéndolo en una bella pista de hielo.
Ahora, junto a Olaf, las chicas jugaban en la nieve creada por su majestad. Las peleas de nieve eran cosas de horas. Los juegos con trineos y los ángeles de nieve eran cosas de todos los días. El joven muñeco de nieve participaba de esto y de más, cada vez maravillado de la bellezas hechas de nieve que su querida madre y creadora formaba con sus suaves dedos.
- Vamos Anna- gritó un momento Olaf- tu puedes hacerlo.
La pelirroja princesa estaba sobre la pista de hielo con unos bellos patines creados por su hermana mayor, tratando de mantener el equilibrio.
- Eso intento- dijo Anna- pero esto no es lo mio- agregó con una torpe sonrisa.
- Ven Anna- sonrió Elsa, que con una delicadeza logró llegar hasta su hermana menor, llevaba unos patines como los de su hermana que la hacían volar por la manera en que se movía sobre la nieve. Tomó sus manos suavemente y comenzó a ayudarla- Mira, es un paso tras otro. Primero caminas y luego te deslizas, vamos, uno y dos, uno y dos…
La suave marcha de la reina comenzaba a dar sus frutos y la princesa comenzaba a moverse, lentamente, sobre la pista de hielo.
La reina se alejó soltando a su hermana, dejando consternada a esta última, sus ojos delataban un poco de pánico.
- Elsa- exclamó asustada Anna
- Vamos Anna, llega hasta mi. Tu puedes.
Anna, algo incómoda, comenzó a deslizarse por el hielo, teniendo algo de miedo de caerse. Mientras que la reina, con una hermosa sonrisa, le hacía ademán de acercarse.
Anna logró llegar apenas hasta su hermana, casi se cae con la cara al suelo si no fuera por que Elsa la tomó de los brazos.
- Lo hiciste bien- sonrió la hermana mayor con sus ojos brillando.
- Me siento como una bebé- comentó Anna incómoda.
- Bueno, tu diste tus primero pasos conmigo- sonrió Elsa- trataba de hacerte levantar de tus gorditas piernas de bebé para enseñarte un baile. Nuestros padres se sorprendieron.
- Vaya- se sorprendió Anna- ¿recuerdas cuando era pequeña?
- Claro que si Anna- sonrió Elsa – Recuerdo cuando naciste, también. Gerda me tranquilizaba en la otra habitación, hasta que nuestro padre, el rey, me llevó a verte.
Olaf se acercó hasta las hermanas, poniendo atención al relato de la reina. Esta llevó sus brazos en una suave postura, la misma que tomó mientras observaba su baile de coronación. Su mirada brillaba y mostraba algo de nostalgia.
- Llorabas mucho y nuestra madre estaba exhausta- continuó- yo me acerqué a tu cuna, estabas calva y tus fuertes pulmones hacían que tu cara se pusiera roja de tanto gritar. Me acerqué para saludarte y me quedaste mirando. Ahí mostré un poco de mi poder, hice aparecer unos brillantes copos de nieve que hicieron que tu llanto se apaciguara y generaras una mueca con tus labios… reíste. Era tu primera risa y fue por mi- Elsa tomó aire y miró el cielo- Fue la sensación más linda que tuve con mis poderes.
Anna se quedó observando a su hermana igual Olaf, ambos le brillaban los ojos reteniendo alguna que otra lágrima. Anna se deslizó con dificultad hasta su hermana y la abrazó.
- Tu tienes tantos lindos recuerdos de mi…- comenzó Anna con un sollozo- Y yo no recuerdo nada de tus poderes hasta que te quité los guantes, no es justo.
- Nuestros padres hicieron eso para no crearte un trauma. Hice que tu mente se congelara por accidente, estábamos jugando- Elsa apretó fuertemente a su hermana, mientras sus ojos azules comenzaban a aguarse- No sabes lo mal que me sentí, como estábamos todos… cuando tu mechón de cabello se puso blanco y tu cuerpo se puso tan frío como el hielo. Nuestro padre, que en paz descanse, trató de hacer lo mejor que pudo en corto tiempo, estábamos asustados por ti, mis propios poderes se descontrolaron.
- Pero cambiar mis recuerdos y separarnos… - sollozó Anna- todavía no veo la razón. Estaban asustados, lo se. Pero nos destruyó nuestros lazos Elsa, crearon murallas con cerraduras. ¿Tuvimos que esperar un mero accidente para que esto se solucione? ¿Qué hubiera pasado si no te hubiera quitado los guantes? Que tal si Hans no hubiera venido y no me hubiera pedido matrimonio en aquel momento generando aquel incidente ¿seguiríamos separadas?
Elsa se quedó pensando en aquello. Si las cosas podrían seguir como antes. Tal vez seguiría en su cuarto encerrada con la corona de Arendelle sobre su cabeza, no tendría la posibilidad de abrazar a su hermana, Olaf no estaría con ellos, tantas cosas podrían haber pasado si no fuera por aquel incidente. Pero eso estaba en el pasado.
- Anna, deja ir esas ideas y vivamos el presente ¿si?- dijo Elsa levantando la vista a su hermana para que sus ojos se encontraran- Déjalo ir
Anna se le quedó mirando, asintiendo suavemente.
- Sabes, me gustaría algún día recuperar mis memorias- comentó Anna- Tal vez… recordar aquellos buenos momentos con tu poder y como era vivir con nieve todos los días.
- Tal vez, algún día…-dijo Elsa- Recuerdo que nuestros padres nos llevaron a un extraño lugar con criaturas mágicas, ellos pudieron hacer eso contigo. No recuerdo bien el lugar y el mapa que usó nuestro padre se perdió con el tiempo.
- Que tristeza- comentó Anna- Tal vez, algún día.
- Si.. algún día.
Kristoff llegó de su excursión de hielo, tenía listo lo necesario para que el castillo tuviera sus provisiones. Se rió un poco. Ser el proveedor de hielo de Arendelle parecía un chiste siendo que su reina era capaz de crearlo a su antojo.
Llegó hasta el despacho de Elsa, tocando levemente la puerta hasta conseguir una afirmación desde adentro.
- Con permiso Su Majestad- dijo el proveedor de hielo quitándose la gorra.
- Adelante Kristoff- dijo la reina ofreciéndole un asiento al muchacho.
- Los pedidos de hielo están listos, Su Majestad- comentó Kristoff- tendrán lo necesario para los siguientes meses sin problema
- Agradezco su trabajo- comentó amablemente la reina- espero que no haya sido un problema para usted
- No se preocupe- dijo el muchacho- es un honor servirla a usted.
Kristoff se quedó observando un tiempo a la reina. Todavía no la conocía lo suficiente como para sacar conclusiones, pero sentía que algo la estaba incomodando.
- Kristoff, ¿sucede algo?- comentó Elsa viendo que el repartidor se le quedó viendo
- Lo siento su Majestad- dijo avergonzado el muchacho mientras se rascaba las orejas nervioso- pero, perdone si le incomoda lo que puedo decir.
- ¿Pasa algo con Anna?- se alertó la reina
- No, ella esta bien… solo que, me estaba preguntando si algo la estaba incomodando.
- Oh- Elsa bajó la mirada.
Kristoff llevaba unos cuantos meses en su puesto de proveedor como siendo el novio de Anna. Realmente no tenía mucho de hablar con el por sus propias responsabilidades, pero sabía algo. Kristoff era honesto y un gran observador. Suspiró resignada antes de hablar.
- Hace mucho tiempo- comentó Elsa- a mi hermana le cambiaron los recuerdos de su mente por un accidente que provoqué, desde entonces que nos separamos hasta bueno… el incidente del invierno. Ahora estamos aprendiendo a reunirnos y retomar nuestra relación, pero ella… le comenté de sus memorias y las quiere devuelta. Siente que ha perdido muchas cosas de mi por haberle borrado que yo tenía poderes.
- Comprendo- dijo Kristoff- y dígame, como se lo borraron
- Fueron unas criaturas del bosque, era muy pequeña… eran de roca. El más anciano cambió los recuerdos de mi hermana por su bien. Quisiera volver, pero no recuerdo el camino y el mapa se perdió hace mucho tiempo… creo que mi padre lo quemó o simplemente se perdió en el camino de vuelta luego del accidente.
- Le cambiaron la memoria…- Kristoff puso una de sus manos en su mentón, mientras hacía memoria- Tal vez, yo pueda ayudarla. Su Majestad.
Elsa alzó su mirada, observando al joven repartidor.
- ¿Sabes como devolver la memoria a mi hermana?
- No, pero se quienes podrán, los vi hacerlo hace muchos años atrás.
Elsa no podía creer lo que el joven le estaba comentando. Kristoff se levantó del asiento y habló.
- Su Majestad- dijo- Me gustaría que conociera a mi familia.
Elsa observaba como Arendelle se perdía de su vista sobre el trineo del repartidor de hielo, Kristoff conducía a Sven mientras la reina estaba sentada en conjunto a Anna y Olaf. Su hermana menor se dio cuenta que se sentía incómoda por la manera en que se tocaba sus manos sobre su falda. Ella, suavemente colocó su mano sobre las suyas.
- Descuida- dijo Anna- te caerán muy bien. Son algo llamativos pero son muy simpáticos
- Te creo- dijo la reina- solo que me incomoda conocer a la familia de tu novio… no creo que sea muy correcto.
Anna sonrió.
- Ellos como Kristoff son muy importantes para mi- comentó Anna- de la misma forma en que lo eres tu y Olaf, que puedas conocerlos. Ellos fueron los que me dijeron de la prueba del amor verdadero para derretir un corazón congelado. Es muy seguro que podrán ayudarme con mis recuerdos… además saben de magia. Les dará mucho gusto conocerte.
- Eso es cierto- exclamó Olaf animadamente- Descuida Elsa.
La reina asintió para tranquilizar a su familia, pero todavía con nervios en su interior.
El camino terminó hasta un gran espacio abierto y lleno de rocas. Elsa le pareció remotamente conocido.
Anna y Olaf salieron rápido del trineo. Kristoff le ofreció amablemente su mano a Elsa para bajar del trineo, entendía lo incómoda que se sentía en aquel lugar.
- ¿Aquí vive su familia? – comentó Elsa
- Asi es- dijo Kristoff yendo hasta el centro de aquel lugar- Su Majestad, conozca a mi familia.
Elsa se quedó mirando un tiempo las rocas, hasta que estas comenzaron a moverse suavemente, cada una comenzó a moverse sobre si misma conviertiéndose en figuras de roca, tierra y hierba con miradas dulces y sorprendidas. Elsa llevó sus manos a su boca. Los reconocía completamente.
- Es Kristoff- gritó una troll femenina abrazando al muchacho, mientras los demás aullaban de felicidad- Vino con su novia y sus amigos- volvió a decir la troll acercándose a Anna y abrazándola- oh, estas hermosa- comentó ella amablemente
- Muchas gracias- dijo la aludida- usted se ve increíble también
Elsa se quedó observando a los trolls un tiempo, no podía creerlo, eran los mismos que vio hace tanto tiempo atrás. Kristoff pidió un poco de orden y silencio moviendo sus manos, mientras se acercaba a la reina
- Familia- anunció Kristoff- quisiera presentarles a la reina Elsa de Arendelle, viene a pedirnos un favor.
Los trolls la observaron unos minutos antes de parpadear al unisono, haciendo un sonido que la reina encontró extrañamente adorable.
- Su majestad- exclamaron todos haciendo una suave reverencia. Exactamente como lo hicieron cuando su padre apareció para pedirle ayuda hace tanto tiempo. Ella devolvió el gesto.
Un gran troll se acercó a ella, lo reconocía, era el mismo quien le habló de sus poderes e hizo que Anna pudiera olvidar el accidente.
- Su Majestad- dijo Grand Pabbie- Ha pasado mucho tiempo. Veo que ha logrado controlar sus poderes
El proveedor de hielo, la princesa , el muñeco de hielo y el reno se quedaron mirando al troll y la reina.
- Ustedes… se conocen…- comentó Anna señalándolos a cada uno
- Anna- dijo Elsa- el fue quien cambió tu memoria hace mucho tiempo.
Hubo un pequeño silencio incómodo, cortado por Anna y Kristoff
- Espera, ¿qué?- dijeron al unisono
- Eso fue hace mucho tiempo- dijo Pabbie- Cuando sus padres eran los gobernantes, Anna estaba inconsciente por los poderes de Elsa, su cabeza había sido congelada, tuvimos que actuar rápido. Fue una sorpresa para mi cuando llegó nuevamente con su corazón congelado.
- Un momento- dijo Kristoff- si ella fue tratada por la cabeza congelada… eso quiere decir que fue a Anna y a Elsa, con su padres, quienes vi la primera vez que llegué aquí con Sven.
- Eran unos pequeños- dijo la troll- fue el día en que los adopté.
Los jóvenes estaban asombrados por aquel relato, más Kristoff, que no podía entender tal coincidencia.
Elsa se acercó a Grand Pabbie agachándose hasta su altura.
- Señor- dijo- venimos a pedirle un favor. Mi hermana desea los recuerdos de mi magia nuevamente, se que usted logró cambiarlos, pero ella… quiere recordar aquellos momentos.
Pabbie observó a la reina y luego a su hermana, la cual comenzó a hablar.
- Por favor- dijo Anna- creo que he perdido cosas maravillosas de mi hermana por eso, si tan solo es posible.
Pabbie cerró sus ojos y suspiró.
- Lamento decirles que no puedo hacerlo.
- ¿Pero por qué no?- dijo Anna
- La magia puede cambiar muchas cosas- dijo Pabbie- yo solo borré el recuerdo de la magia de la reina en tu juventud, pero todos tus recuerdos, los de tu hermana y su felicidad juntas son reales. El cariño, la amistad y la diversión son tan reales como lo recuerdas, ahí esta la verdadera magia que deben recordar.
Ambas hermanas se observaron, asintiendo un poco defraudadas de esta respuesta pero entendiendo un poco a lo que iba el anciano troll.
Kristoff condujo a Sven nuevamente hacia Arendelle. Las dos hermanas estaban pensativas y silenciosas. Elsa fue la primera en hablar.
- Siento mucho que no lograramos nada- dijo a su hermana- siento que esto fue en vano
- No lo fue- dijo Anna- acabamos de descubrir algo interesante. Los trolls nos han ayudado dos veces y no lo sabíamos, estamos en deuda con ellos
- Es verdad- respondió Elsa
- Pero sabes, es una lástima del accidente…- dijo Anna- no digo que te culpo de todo esto Elsa- dijo rápidamente la pelirroja viendo que sus palabras podrían herir a su hermana- pero hubiera sido lindo tener recuerdos de tu magia.
- Yo me alegro del accidente- dijo Kristoff
Ambas hermanas lo quedaron mirando. El muchacho carraspeó un poco incómodo de haber hablado inoportunamente.
- Bueno, les explicaré- dijo Kristoff algo incómodo- Yo estaba solo en el mundo con Sven. Habíamos comenzado a aprender el oficio del hielo, tenía unos seis años creo. Un día, muy tarde, mientras volvíamos, vimos pasar dos caballos a mucha velocidad uno de ellos estaba dejando un fino rastro de hielo.
Elsa levantó su mirada. Kristoff entendió esto como que sabía hacia donde iba.
- Los seguí porque me llamó la atención, ya saben, el hielo es mi vida… y me encontré con un matrimonio, su hija rubia y una pequeña desmayada pidiendo ayuda a las rocas. Las rocas se convirtieron en los trolls, ahí conocí a mi madre. Nos adoptó y nos crió a mi y a Sven como sus propios hijos. Ya no estábamos solos, teníamos una familia… todo gracias a un accidente. Y tal vez, gracias a esto, no las hubiera conocido. Creo que el destino trabaja de una manera extraña ¿no?
Kristoff sonrió de manera sincera, sus palabras las decía de corazón y sin maldad. Anna sonrió ante esto y Elsa movió suavemente sus labios en una sonrisa de aprobación.
Llegaron al castillo, Anna y Olaf descendieron primero, adelantándose un poco. Kristoff ayudó a descender a Elsa.
- Kristoff- dijo Elsa- quiero agradecerte por todo lo que has hecho
- Yo no he hecho nada Su Majestad
- Has hecho mucho- dijo Elsa- nos has llevado hasta los trolls y logramos descubrir cosas maravillosas de nuestro pasado y antes de eso fuieste quien cuido a Anna por mi irresponsabilidad, sabes tienes razón el destino es extraño y siempre agradeceré que él te haya puesto en nuestro camino como lo hizo contigo y tu familia.
El Repartidor se rascó la cabeza, algo avergonzado.
- Se lo agradezco, Su Majestad- comentó
- Puedes llamarme Elsa- dijo la reina.
- Esta bien… Elsa- Kristoff se sintió incómodo ante nombrar a la reina por su nombre.
La reina sonrió antes de continuar hacia el castillo. Ya Anna debería haber pedido a Gerda algo de chocolate caliente para su regreso, sería agradable compartir una taza con sus seres queridos. Kristoff se les unió luego de guardar el trineo. El, sin saberlo, estaba aceptado como parte de la familia.
¿Qué tal a todos?
Primero quisiera agradecer si leíste este pequeño drabble, es el primero de muchos que espero comenzar a desarrollar bajo el titulo "Momentum".
La idea es mantener a los personajes los más fieles a la película en distintos momentos antes, entre después de la trama de Frozen.
Como ven los personajes de cada "momento" saldrá al inicio de cada capítulo.
La razón de estos drabbles es para refrescar mi mente por unos fics un poco más densos que estoy haciendo.
Espero que los disfruten, les generen una entretención y no olviden darme su opinión.
Que tengan un buen día.
