Sí el vacío que se siente, se debe a tú mirada ausente,

Sí el dolor que se siente, se debe a tú recuerdo aún presente,

Sí tus manos dejaron esta herida en mi cuerpo,

Sí tus labios dejaron esa esencia en mis labios,

Sí el olvido se niega a acompañarme esta noche,

Sí tú ausencia me obliga a enjugarme los ojos,

Sí mis ojos no miran, sí sólo para soñar se cierran,

Para soñarte.

Sí mis manos no tocan, sí tampoco se abren,

Sí tan sólo se oprimen al recordarte,

Sí el corazón desgastado, cansado de tanto latir

Empieza a latir más lento, ya sin ganas,

Sí el corazón hambriento, de aquello que desconoce,

Sí el alma sedienta, sí su luz apagada,

Sí la luna eclipsada y sí el cielo nublado,

Lleno de nubes negras, sin gaviotas ni estrellas,

Sí la voz quebrantada

Sí las manos heladas

Soledad.

Sí la oscuridad ahora me habita, no te lo debo a ti, no,

Se lo debo a mi corazón descontrolado,

No a ti, sino a estas ganas, no a tú ausencia, sino a estos ojos,

Que con sólo verte brillaban,

No a tus besos, no a tus palabras,

Sino a mi alma que cantaba,

No a tú olvido, no a tus ojos,

Sino a este burdo deseo de amar.