Historia de Angel Della Notte (Si, me gusta mucho como escribe)
Ni los personajes ni la historia son mios.
Capítulo 1:
La Promesa
Este capítulo se llevará a cabo a principios de la temporada S. Justo antes de que el episodio 92 donde Haruka y Michiru se reúnen con las Internas. Cuando solo las han conocido en el campo de batalla como Sailor Uranus y Sailor Neptune y aun no como Haruka y Michiru.
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"Ow Michiru porque tienes que ser tan dura?" Una rubia le preguntó a una chica de pelo verde quien estaba atando una venda alrededor de su brazo. Michiru sólo miró a la rubia tirando del vendaje apretado y luego se volvió y se alejó con el ceño fruncido en su rostro.
La rubia flexionó su mano un par de veces y luego levantó la vista con una mirada confusa en su rostro mientras la observaba alejarse de ella.
"Oye, ¿a dónde vas?" La rubia preguntó preguntándose qué estaba molestando a su pareja, Michiru se molestaba cuando no encontraban un corazón puro, pero esto parecía algo más. Parecía más como si estuviera enojada con ella y no por su misión.
"A mi habitación Haruka, son más de las dos de la mañana, voy a tratar de conseguir un par de horas de sueño." Dijo Michiru fríamente sin detenerse o girar para mirar a la rubia.
"Pero podemos faltar a la escuela mañana." Dijo Haruka flexionando su brazo de nuevo. Tenía bastante dolor; un demonio creado a partir de una licuadora le había cortado el brazo. Habían estado pasando por una heladería cuando ambas sintieron al demonio; quien estaba tratando de tomar el corazón puro de la joven que era dueña de la tienda.
Pensó que iba a necesitar puntos de sutura, pero ya había cerrado un poco gracias a sus poderes Senshi ella sanaría rápido; en pocos días estaría completamente curada y ninguna cicatriz quedaría atrás.
Con todas las lesiones que había recibido a lo largo de las batallas nunca les habían quedado cicatrices. A Haruka le seguía asombrando las cosas que podía hacer como Senshi. Correr era lo que la asombró más ya que siempre había sido rápida, pero ahora ella era realmente como el viento. En el poco tiempo libre que tenía a menudo se encontró a sí misma corriendo durante horas sin cansarse.
De vez en cuando Michiru se unía a ella, pero la aguamarina nunca había durado tanto como la rubia.
"No, no podemos." Michiru se detuvo de repente en su puerta y giro para ver a Haruka con una mirada enojada todavía en su rostro. El apartamento que compartían era de un buen tamaño con dos dormitorios, una sala de estar y una cocina, pero la razón por la que lo tenían había sido por que Michiru amaba la piscina en azotea. Era bastante caro, pero el padre de Michiru había sido un famoso productor y estableció un fondo fiduciario para ella antes de morir. Es por ello que la chica más pequeña podía darse el lujo de vivir allí, Michiru nunca le había pregunto nada a Haruka con respecto a sus ingresos, pensaba que tenía una situación similar a la rubia ya que recibía una asignación mensual.
"Si nos saltamos mucho de la escuela vamos a ser expulsadas del Mugen Gakuen y ambas sabemos que tiene algo que ver con el silencio. Tenemos que estar allí."
Michiru entró en la habitación y estaba a punto de cerrar la puerta, pero Haruka por ser tan rápida como el viento se coloco frente a la puerta y puso su pie en ella bloqueándola y luego la abrió utilizando su brazo lesionado lo que la hizo hacer una mueca de dolor,
"Michiru que te pasa? Yo sé que algo te molesta ". Dijo aún sosteniendo la puerta a pesar de que le dolía el brazo para hacerlo y Michiru seguía empujándola contra ella. Se quedó mirando Michiru con una mirada preocupada en su rostro, algo estaba molestando Michiru y estaba decidida a averiguarlo y arreglarlo.
"¿Quieres saber lo que me está molestando?" dijo Michiru soltando la puerta, pero sin abrirla completamente bloqueando aun a Haruka para que no entrara a la habitación. "Eres tú! Esta es la tercera vez que ha sido herida!" Ella se mantuvo firme mientras cruzaba los brazos sobre su pecho; miró al brazo de Haruka y luego su cara mirando. Aunque evitó mirar en sus profundos ojos verdes, ella sabía que si lo hacía, no sería capaz de permanecer enojada con ella. Había algo en sus ojos que la atraía y la volvía débil.
"Huh? Las dos hemos sido heridas y esto es sólo un rasguño." Dijo Haruka mirando a su brazo a pesar de que le dolía. Ella sabía que era más que un rasguño, aunque no era nada grave. ¿Por qué Michiru estaba tan molesta con ella? Eso era un misterio para ella, las lesiones eran una parte del trabajo. Ambas sabían que la misión era peligrosa e incluso podía costarles la vida, pero habían hecho un compromiso para detener el silencio y a ellas no les importase lo que pasase.
"Eso no es lo que quiero decir! Esta es la tercera vez que has sido herida tratando de protegerme!" Michiru gritó perdiendo la calma empujando ligeramente a Haruka haciendo que la rubia se tambalease un poco.
"Eres mi pareja de batalla; tengo que cuidar de ti." Dijo Haruka ella no podía permitir que Michiru se lastimase. Sabía desde la primera vez que la vio que era la chica por la cual había caído en el amor, pero aun no se lo había confesado. Haruka nunca fue buena con las confesiones. Claro que coqueteaba mucho, pero lo que Haruka no sabía era que Michiru sentía lo mismo. Tenía la sensación de la violinista también se había enamorado de ella, pero aún no estaba segura.
"¡No! No debe de ser así! Haruka que sucedería si un día el demonio es más fuerte y nos mata a ambas,? por lo menos una de nosotras debe de seguir viva! ¿Realmente crees que esas niñas pueden detener el silencio?" dijo Michiru pensando en las Sailor Senshis y Sailor Moon; sabiendo que eran demasiado ingenuas y sentimentales para hacer lo que se necesita para detener el Silencio. Ella y Haruka sacrificaría cualquier cosa para detener el silencio incluso sus propias vidas. Tanto Haruka como Michiru temían que las Sailor Scouts fueran incapaces de sacrificar a unos pocos por un bien mayor. Ya que la persona que tenía en su interior un talismán debía morir y no había nada que pudieran hacer al respecto. Para detener el Silencio tres buenas personas iban a morir.
"Michiru, yo no había pensado en eso." Dijo Haruka ya que en lo único en que pensaba era en proteger a Michiru y evitar que se lastimase.
"Por supuesto que no!" dijo Michiru luego se apoyó contra la pared mirando hacia abajo quedándose en silencio un momento. "Prométeme que si un demonio me ataca y no soy capaz de seguirte el paso me dejaras morir." Ella susurró en voz baja negándose a mirar a esos ojos verdes que tenían tanto poder sobre ella.
"¿Qué? No, no voy a prometerte eso Michiru." Dijo Haruka moviendo la cabeza y mirando a Michiru que seguía mirando hacia abajo. "No me puedes pedir que espere y vea a mi compañera y amiga morir."
"Haruka, somos soldados y no podemos tener sentimientos por el otro. Esta batalla podría reclamar nuestras vidas, pero tenemos que seguir luchando pase lo que pase. Tu no puedes cuidar siempre de mí." Dijo Michiru aunque ella luchó para decir esas palabras. Se preocupaba mucho por Haruka, pero no estaba segura de cuánto; a Michiru le gustaba coqueteaba mucho con Haruka, pero ella no sabía por qué. Sabía que Haruka era gay pero ella nunca se había sentido atraída por las niñas antes, sólo había algo en Haruka que la atraía; tal vez era el encanto de la rubia o tal vez era algo más.
"Yo no puedo hacer eso Michiru; ya es demasiado tarde para mí; Porque Michiru yo te ..." dijo Haruka apagando su voy incapaz de decirlo. Ella apretó su puño y suspiro, dándose valor para luego levanto la barbilla de Michiru hasta obligándola a mirarla a los ojos. "Te amo y no sólo como una amiga o una compañera de batalla en esta maldita guerra. Estoy enamorada de ti. Es por eso que trato de protegerte porque no puedo soportar ver que te hagan daño."
"Haruka ... yo ..." dijo Michiru aturdida y sin saber cómo reaccionar. Ella creía que había algo más en el coqueteo de Haruka pero creerlo y saberlo realmente eran dos cosas diferentes.
"Sé que esto es estúpido y que probablemente te he leído mal al creer ver algo que no está ahí y que solo te gusta jugar a que coqueteamos y no sietes nada de esto que te estoy confesando. Por eso no puedo estar de acuerdo con lo que pides." Dijo Haruka sin darse cuenta de que estaba temblando o que estaba llorando.
Michiru miro a Haruka viendo la apertura que la rubia le dio. Unas palabras simples y Haruka estarían de acuerdo, no tendría que darle explicaciones. Michiru se debatía con ello aunque ¿realmente no sentía nada por la corredora? Si ella se lo decía a Haruka ¿cómo iba a tomarlo? Es más seria mentira no decirle lo que sentía?
"Haruka, no puedo ... Lo que quiero decir es ... no sé ... Pero aún así, esta misión es más importante que cualquiera de nosotras. Es más importante que lo cualquiera de nosotras sentimos."
Ella no dijo que no la quería, era todo lo que Haruka podía pensar. Ella no podía contar las muchas horas en las que no durmió preguntándose qué haría si la rechazaba sin más. Haruka había salido del closet hace un tiempo y había sido rechazada un par de veces pero sentía que hoy sería distinto.
Su familia la había repudiado, por lo que estaba acostumbrada al rechazo, pero no podía pensar en el rechazo de Michiru, había algo diferente con la violinista. Nunca se había sentido así con otra chica y tenía una reputación de ser un playboy o más bien playgirl.
"Está bien que voy a hacer un trato contigo; voy a prometer no arriesgar mi vida para protegerte, pero tu tienes que prometer lo mismo,.. Que no vas a arriesgar tu vida para salvarme"
"Lo juro". dijo Michiru no estando muy segura de si sería capaz de no cuidar a Haruka, pero la tranquilizaba que la rubia ya no se arriesgaría por ella; La aguamarina sabia que Haruka era más fuerte y si una de ellas caía en la batalla; sabía que no sería la rubia.
"Hay algo más". Dijo Haruka preguntándose de donde salió el coraje, "no voy a promete que no me preocupare por ti o dejare de amarte y quiero que me prometas que no vas a cerrar tus sentimientos y yo trataré de clasificar cómo te sientes acerca de mí. Si morimos a causa de esta misión no quiero tener nada que lamentar".
"Lo intentare." Dijo Michiru incapaz de detener a esa rubia acercándose más. ¿Cuál era esa magia que había en sus ojos? Siempre se sentía de esa manera alrededor de Haruka. De alguna manera se sentía bien estar cerca de la rubia.
"Bueno, ahora creo que deberíamos dormir un poco." Dijo Haruka volviéndose a su habitación, pero Michiru la tomó del brazo para detenerla.
"Vamos a faltar a la escuela mañana." Dijo Michiru inclinándose hacia Haruka sorprendida por lo bien que se sentía el saberse en los brazos de la piloto alrededor de ella.
"Está bien," dijo Haruka entonces sin pensarlo le dio un beso en la mejilla a Michiru y partió a su habitación. Michiru se quedó allí, parada en su puerta, sosteniendo su mejilla.
Continuara
