Hace poco había visto una película española que se titulaba Acción Mutante, y como a mí me gusta mucho tomar mis historias de todo cuanto veo y leo, siempre con mi forma de ver del humor, pues he empezado con este demencial proyecto, inédito ante todo lo que he escrito hasta ahora. Mahou Shoujo Lyrical Nanoha no es de mi propiedad, pero eso ya ustedes lo sabían.
Los primeros días
La historia empieza en un pequeño planeta de nombre Uminari, nada especial y destacable, en vista que no tenía mucha importancia en cuanto refiere a los asuntos de la galaxia a la que pertenecía. Allí, en ese pequeño planeta, vivía bastante feliz una pequeña niña de nombre Nanoha Takamachi.
El pueblo en que vivía la pequeña Nanoha era pobre, remoto, tal vez al punto de estar en medio de la nada, pero Nanoha se sentía en el paraíso al ser este su hogar y tener una familia cariñosa, además de leales amigos en aquel lugar. Nanoha también disfrutaba de la vista que le daban los animales que elaboraban sus nidos cerca de aquel pueblo. Adoraba ver en el interior de los nidos de las aves y ver cómo emergían los polluelos para luego gritar por comida. Era una escena tras otra que sólo transmitía alegría y paz para aquella niña, que desde sus primeros días ya mostraba ciertas aptitudes para el uso de la magia, cosa que enorgullecía bastante a sus padres. Pero el pueblo ocultaba cierto secreto que ponía en riesgo su propia existencia.
Un día como cualquier otro, Nanoha estaba con su hermana Miyuki dirigiéndose a un río grande que se encontraba cerca, y es que tenían pensado hacer una buena cantidad de pescado para la cena. Nanoha no era buena cazando peces, y casi siempre caía al agua y se ponía a chapotear desesperada para que Miyuki la llevase de vuelta a la orilla. Afortunadamente el río nunca estaba embravecido, y eso era bastante positivo, pues el riesgo de que Nanoha fuese arrastrada por la corriente era mínimo.
─ Bueno, de tanto que te has mojado, creo que esta noche no necesitarás bañarte ni lavar tu ropa ─ bromea Miyuki en cuanto revisa por quinta vez el canasto donde guardaban los peces.
─ Eso no es gracioso, onee-chan ─ Nanoha se quita las cintas del pelo para escurrirlas lo mejor que podía ─. Los peces se burlan de mí porque no consigo capturar ninguno, no importa cuánto me esfuerce.
─ No deberías ser tan dura contigo misma, Nanoha ─ Miyuki toma una toalla y se la pasa por la cabeza a su hermanita ─. Cada quien tiene talentos y dones geniales, y tú lo único que tienes que hacer es esforzarte lo mejor que puedas para descubrirte a ti misma y tus facetas más sorprendentes.
─ ¿Te refieres a mi magia?
─ Posiblemente ─ Miyuki ahora le seca el rostro a Nanoha.
Luego de un rato más de pesca, ya ambas hermanas deciden que lo mejor sería regresar al pueblo con lo capturado. Ambas estaban cantando temas bastante típicos en cualquier pueblerino, cuando notan la presencia de unos helicópteros, aunque para Nanoha era la primera vez que veía algo así.
─ ¿Qué son esas cosas, onee-chan?
─ Esto es malo. Parece que se dirigen al pueblo ─ Miyuki podía notar, gracias a los emblemas de los helicópteros, que los recién llegados no eran amigables ─. Nanoha, necesito que te quedes aquí y cuides de la pesca. Yo voy a buscar a onii-chan y a nuestros padres.
─ ¿Por qué? ¿Qué está pasando?
Miyuki y toma de la mano a Nanoha y la esconde en una pequeña cueva que había en ese camino, y con ella le deja la canasta de peces. Luego de pasarle un par de veces la mano por el cabello a Nanoha, y también de darle una calurosa y dulce sonrisa, Miyuki sale corriendo de allí rumbo al pueblo. Nanoha tenía curiosidad, pero sabía que Miyuki se molestaría con ella si se atrevía a salir, así que espera sentada a que volviese. No era consciente todavía que esa iba a ser la última vez que viese a su hermana, o a cualquiera de su familia.
Dos horas después
Aún permanecía sentada en aquella cueva, inmóvil, esperando a que Miyuki regresara para ayudarla a llevar el pescado, pero seguía sin suceder nada, y Nanoha empezaba a preocuparse. Hasta ese momento no se le había ocurrido asomarse para ver si había alguien cerca, pero supuso que había habría montado una enorme hoguera cerca, pues el aire estaba viciado con olor a humo y cenizas. Nanoha estaba ligeramente somnolienta, pero se mantenía firme en cumplir lo ordenado por Miyuki, cuando de pronto escucha una explosión lejana, pero bastante fuerte, al punto que Nanoha se estremece y se levanta de un solo salto.
─ ¿Qué fue eso? ─ finalmente Nanoha se atreve a salir de la cueva, y lo que ve le deja completamente impactada ─ ¿Qué es todo ese humo? ¿Por qué viene del pueblo?
Desde aquella distancia se podían ver enormes chispas y brasas asomarse entre el humo, y también era posible distinguir pequeñas explosiones que hacían más espeso y oscuro aquel humo de muerte. Nanoha estaba aterrada con lo que veía. Sentía que veía a un gigantesco monstruo de múltiples cabezas que la hubiese elegido para devorarla y hacerle sentir mucho dolor y angustia. Nanoha llora de miedo. De pronto por su cabeza aparecen las imágenes de su familia y sus amigos, y se hace a la idea de que corrían serio peligro.
─ Onee-chan, onii-chan, Otou-chan, okaa-chan… No… ¡Debo ayudarles!
Ignorando completamente la canasta con los peces, Nanoha corre con todo el aliento que tenía. Corre directo a un peligro que ni siquiera había sabido identificar.
Pueblo
Nanoha esperaba encontrar el lugar en ruinas y siendo consumido por el fuego, ciertamente, pero también tenía la esperanza de que hubiese alguien vivo por allí, pero el ambiente de absoluta muerte. Todos los vecinos que Nanoha veía estaban regados por el suelo, ya sea mutilados, magullados, desgarrados, quemados, perforados, cortados, y de muchas otras formas que causaban en Nanoha un asco nunca antes sentido. Jamás había estado ante una escena tan grotesca, y de pronto lo podía ver a costa del pueblo entero.
Aterrada como estaba, Nanoha da un par de pasos hacia atrás, tapándose la boca con horror, cuando de pronto su espalda choca con algo que detiene su paso, y resulta ser un hombre ataviado en un uniforme que Nanoha jamás había visto.
─ Vaya, vaya. Parece que todavía no nos hemos deshecho de toda la escoria de este lugar ─ sonríe aquel extraño hombre.
Nanoha no podía evitar llorar de miedo. Ese hombre le daba miedo. No sabía quién era o de dónde venía, pero podía comprender que no era bueno. Ese hombre tenía que ver con aquella masacre. Ese hombre había formado parte de los causantes de la masacre. Nanoha retrocede nuevamente, pero una piedra la hace tropezar y caer, imposibilitándole así cualquier intento de escape, mientras aquel hombre sacaba un arma que tenía el aspecto de una enorme lanza y apunta directamente a su rostro. En la punta de aquella arma empieza a concentrarse cierta cantidad de energía mágica que Nanoha supo identificar como tal, y también comprendió que esa concentración de magia tenía un único objetivo.
Matarla.
De su boca no salía pronunciación alguna, por más que Nanoha lo intentara. Tal vez fuera que no se decidía del todo si suplicar por su vida o maldecir a ese hombre por asesinar a todas aquellas personas. Lo único claro es que su vida se iba a acabar en ese mismo momento y lugar. Posiblemente su cuerpo sería abandonado allí, sin cabeza, a la espera de que le encuentre la primera persona que pase por ahí después que termine aquel desastre, si que algún día eso llega a tener fin. La esfera mágica va lentamente adquiriendo tamaño ante los ojos de Nanoha, apuntando justo en medio de ellos, cuando de pronto desaparece como si nada.
─ ¿Nnn?
Aquel hombre malo de pronto despedía sangre por la boca y cae al suelo, claramente muerto. Nanoha no entendía lo que estaba pasando, cuando se da cuenta que detrás de ese hombre se encontraba una joven de cabello color fucsia que blandía una espada, y Nanoha no tardó en discernir que aquella chica fue quien le salvó de una muerte segura. Aquella mujer tenía un aspecto que intimidaba, pero Nanoha no le tenía miedo, si bien todavía prevalecía en ella algunas ganas de llorar.
Unos gritos lejanos revelan a Nanoha que habían más de esos hombres uniformados sufriendo una terrible emboscada, y la cobriza supo de inmediato que la mujer frente a ella no había venido sola.
Aquella extraña no prestaba la más mínima atención a Nanoha, casi como si no se hubiera dado cuenta de su presencia. La cobriza no sentía realmente miedo de la mujer, sólo la ponía un poco nerviosa. Ya la extraña empezaba a alejarse cuando Nanoha se pone de pie y se dispone a seguirla, cosa que no pasó desapercibida.
─ ¿Buscas algo? ─ dice la mujer con tono serio.
Nanoha no sabía qué responder. Nada había que se le pudiera ocurrir al respecto. La extraña la voltea a ver y se le acerca un poco, haciendo que Nanoha se pusiera nerviosa. No creía que esa mujer la fuese a matar de aquella cruel forma en que estuvo a punto de hacerlo aquel soldado, pero sí entendía que no debía provocarla demasiado para así prevenir daños. La desconocida, al no recibir respuesta alguna de parte de Nanoha, vuelve a perderle todo el interés y se aleja caminando, como si no importase en absoluto.
Nanoha no quería quedarse sola. Tenía miedo y estaba muy sola. Apenas tenía ocho años, pero ya era consciente de que su familia, aunque no la haya visto todavía, había sufrido el mismo horrible destino que todas aquellas personas que yacían a su alrededor. Estaba profundamente dolida, no tenía adónde ir y tenía miedo de no poder seguir adelante, y la extraña era la única salvación que podía ver en aquel confuso y desesperanzador horizonte que ante Nanoha se erigía.
La extraña apenas da un par de pasos cuando se da cuenta que la pequeña volvía a seguirla. Ya empezaba a sacarla de quicio. No es que la considerase peligrosa ni nada de eso, pero es que nunca se le había dado bien tratar con niños, y francamente no se hacía una idea de ahuyentarla correctamente. Lo mejor que se le pudo ocurrir fue desenvainar su espada y mirar de forma amenazadora a Nanoha, logrando que retrocediese y cayera nuevamente, pero no que huyera. A la extraña le parecía raro que la niña no le tuviese miedo. Siempre había conseguido que los enemigos más terribles y lanzados emprendieran la huida o suplicaran por sus vidas, pero aquella niña ni siquiera parecía cerca de llegar a tal punto. Era extraño, pero ella se sentía en la necesidad de reconocer aquella terquedad que exhibía la pequeña.
─ ¿Tienes un nombre?
Pasaron unos cuantos segundos antes de que Nanoha reaccionara, como si estuviera desconectada al momento en que fuera planteada la pregunta.
─ Takamachi… Nanoha.
─ ¿Nanoha? Curioso nombre ─ la extraña envaina nuevamente su espada y encara a la niña con seriedad ─ ¿Dónde están tus padres? ¿Están ellos a salvo?
Nuevamente Nanoha se había quedado sin palabras ¿Qué podría decirle? Era indudable que sus padres y hermanos habían caído durante aquel ataque, pero se negaba a admitirlo porque eso le partiría completamente el corazón. Ya había hecho un enorme esfuerzo hasta el momento para no llorar, y si cedía responder, nada podría detener sus lágrimas. Increíblemente a su parecer, su extraña salvadora había comprendido, como si fuese capaz de leer la mente.
─ Lo siento. Seguro que ahora debes estar pasándolo mal ─ la chica de la espada le pasa una mano por la cabeza a Nanoha y la ayuda a levantarse ─. Estos hombres… Ellos jamás atacan por casualidad. Seguramente venían con el mismo objetivo que nosotras, y no tuvieron piedad con ningún habitante de aquí. Qué despreciables.
Nanoha apretaba los puños con fuerza para prevenir el llanto. Aquello fue fulminante para su estado anímico. Le dolía. No deseaba aceptarlo. No quería que fuese verdad. Pero era la verdad, y tenía que aceptarlo como fuese. No se atrevía a mirar a ninguna dirección distinta a la mujer extraña. En ese momento temía encontrar los cuerpos desmembrados de sus padres y hermanos. Nuevamente, en una muestra aparente de lectura mental, Signum la toma en brazos y se la lleva volando de allí.
Fuera del pueblo
Nanoha se ve a sí misma, antes de darse cuenta, lejos del despojo que había quedado de su pueblo natal. La desconocida la había llevado a una velocidad que Nanoha ni siquiera había tenido tiempo de medir.
En ese lugar se encontraba una nueva mujer, de cabello de un suave rubio que no alcanzaba sus hombros, y al parecer usaba sus manos para monitorear el área. Nanoha no dudó que aquella mujer también fuera capaz de usar magia.
─ ¿Encontraste el objetivo, Shamal? ─ pregunta la mujer con espada.
─ Ya no está aquí, Signum. Aquellos hombres se lo llevaron antes que pudiéramos alcanzarlo ─ responde aquella nueva mujer de nombre Shamal ─. Ya ellos fueron capaces de averiguar su localización y se movieron antes que nosotras, pero realmente se excedieron al buscarlo ¿Realmente era necesario liquidar a un pueblo entero para obtener aquello?
─ No lo creo. Ni siquiera hay señal de que los habitantes opusieran una resistencia decente ─ dice Signum antes de dar un breve vistazo a la enorme columna de humo que delataba la dirección del pueblo ─. Hemos fallado en nuestra misión. A la maestra Hayate no le agradará saber de nuestro fallo.
─ ¿Hayate? ─ Signum y Shamal se dan cuenta entonces de la presencia de Nanoha, que hasta el momento era una mera espectadora ─ ¿Ella… las mandó a ustedes para acá?
─ ¿Quién es ella? ─ se interesa Shamal.
─ Dice llamarse Nanoha. Al parecer es la única sobreviviente de esta masacre ─ dice Signum sin apartar la vista de Nanoha ─. Supongo que Rein y Vita nos confirmarán los datos en cuanto regresen, que supongo no deben tardar.
─ Déjamelo a mí. Le voy a avisar ─ Shamal apunta hacia el pueblo con ambas manos y se queda en silencio un rato, y Nanoha supo que estaba pasando el mensaje de Singum ─. Vita-chan y Rein-chan estarán aquí en cualquier momento, y Hayate-chan también está en camino, según me avisó hace apenas un segundo.
─ Bueno, supongo que así al menos podremos pasar por el castigo antes.
Nanoha no dice nada en cuanto ambas mujeres dan fin a su extraña charla. Se mantiene en el mismo silencio férreo que reina en lugar durante algunos minutos, hasta que llega una chica bajita de cabello rojo y con un enorme martillo sobre su hombro, y a su lado había una figura minúscula que al parecer le estaba diciendo algunas cosas que Nanoha no alcanzaba a oír.
─ ¿Qué pasó con eso de que se llevaron el objetivo? ─ dice la chica de cabello rojo.
─ Tal como lo oíste ─ responde Signum con seriedad ─. Ya no hay ninguna posibilidad de que consigamos el objetivo. La misión ha terminado en fracaso.
─ Tch. Le prometimos a Hayate que íbamos a conseguir el objetivo a como diera lugar ¿Cómo haremos para explicarle esto? ─ protesta la pelirroja.
─ ¿Explicar qué?
Tanto Nanoha como las chicas extrañas se sobresaltan al escuchar una voz que provenía de un montículo justo detrás de Nanoha. De allí surge una niña de cabello castaño con unas ropas bastante extravagante y con unas alas flotantes rodeando su espalda, evidentemente de la edad aproximada de Nanoha. A juzgar por las respetuosas reverencias hechas por las cuatro chicas, Nanoha supo de inmediato que aquella niña era la tal Hayate.
No entendía qué podía tener aquella chica de terrorífica, si se veía bastante adorable y buena gente, y la pequeña y dulce sonrisa que esbozaba hacía que Nanoha dudara todavía más del terrorífico porte que, le parecía, le habían endilgado. Hayate se acerca lentamente al grupo y mira hacia el pueblo, y en ese momento su sonrisa deja paso a un gesto de aflicción.
─ ¿La batalla fue muy intensa, o ellos se adelantaron? ─ dice Hayate en voz baja.
─ Fue más bien lo segundo, Hayate ─ Signum apenas alza la vista ─. Ya ellos lo habían descubierto antes, y tampoco fuimos capaces de detener más que a unos cuantos que se quedaron rezagados para asesinar a los supervivientes. Sólo quedó esta niña ─ con la vista señala a Nanoha.
─ Entonces no lo conseguimos. Este sin duda es un golpe bastante sensible para nuestros objetivos ─ Hayate suspira largamente y luego se acerca a Nanoha ─ ¿Puedes decirme tu nombre?
─ ¡Takamachi Nanoha! ─ Nanoha hace una reverencia igual de pronunciada que las otras cuatro chicas, cosa que le vale unas risas de Hayate.
─ No hace falta que te pongas así, si ni siquiera nos conocemos, Nanoha-chan ─ Hayate le ofrece su mano a Nanoha para que se levantara de nuevo ─. Me alegro que por lo menos te pudieran sacar de aquí. Al menos podemos decir que nuestra misión no acabó en un fracaso absoluto.
Signum y su equipo alza la vista con curiosidad. Ellas ya estaban acostumbradas al trato amable que siempre daba Hayate a quien sea, pero igual les parecía una cosa bastante llamativa la forma en que Hayate había llamado a Nanoha. Tal vez fuese porque no había nadie más en el equipo de la edad de Hayate, tal vez porque Hayate jamás había llegado a ese nivel de cercanía con nadie más que ellas con tan solo presentarse, pero no podían evitar mirar a Nanoha. Hayate despedía un aura tan dulce que embriagaba los sentidos de Nanoha, quien ni lo pensó para tomar la mano de Hayate y dejarse levantar hasta quedar en brazos de ella. Su sonrisa la hacía perderse completamente, al punto de olvidar por un momento que acababa de perder a toda su familia.
─ Hayate, tenemos que irnos ─ advierte la chica pelirroja ─. Hemos logrado acabar con algunos soldados, pero no podemos descartar que hayan avisado para que envíen refuerzos. No tiene sentido que nos quedemos peleando aquí si hemos perdido el objetivo.
─ Entendido, Vita-chan ─ Hayate pasa una mano por la cintura de Nanoha y la lleva con ella hacia el grupo ─. No te preocupes, te llevaremos a un lugar más seguro.
Nanoha no entendía por qué, pero creía plenamente en Hayate. La pequeña figura, ahora identificada como Rein, se eleva sobre el resto del grupo y crea un enorme triángulo mágico que los rodea a todos y los hace desaparecer en cuestión de segundos. Tal y como había advertido Vita, minutos después llegarían varios soldados para confirmar la situación y notificar sus bajas.
Cuartel
El grupo entero aparece en una base que para Nanoha era como estar en un mundo completamente distinto: Nunca antes había visto ningún artefacto que implicara mucha tecnología, y ahora estaba en un amplio lugar de metal que comprendía un sinfín de computadoras, pantallas, creadores de hologramas, sillas flotantes, enormes mapas del planeta Uminari, papeles amontonados sobre una amplia mesa, cables infinitos que recorrían el techo y las paredes, ductos de ventilación automatizados luces de alarma por varios sitios… A Nanoha todo aquello se le hacía extravagante e intimidante a iguales proporciones. Hayate y sus seguidoras desactivan sus respectivas ropas de combate mágico y muestran ropas de citadinas ordinarias, algo a lo que Nanoha estaba muchísimo más familiarizada, y que le parecía más efectivo para calmar sus ánimos.
─ Bienvenida a nuestro cuartel del TSAB, Nanoha-chan ─ Hayate da un gran brinco para presentar la base ─. Espero que te sientas a gusto en el tiempo que estés con nosotras mientras buscamos un lugar para que puedas vivir.
─ ¿Eh? ¿Es decir que me tengo que ir? ─ a Nanoha de pronto le nace la desilusión, y las lágrimas que no habían salido hasta ahora finalmente emergen ─ ¿Me dejarán sola?
─ Parece que esta niña se acaba de poner bastante dramática ─ suspira Vita ─ ¿Para qué la trajimos en primer lugar?
─ Vita-chan, es malo andar con groserías cuando hay un invitado en nuestro hogar ─ Hayate le pellizca la nariz a Vita como castigo ─. Siento mucho este trato tan irregular, Nanoha-chan. No pienses mal de nosotras. Sería un enorme gusto que te quedaras con nosotras, pero…
─ ¿Pero? No quiero ir a otro lado ─ gimotea Nanoha ─. He perdido a mis padres y a mis hermanos ─ esta vez Nanoha no hace esfuerzo alguno por contener sus lágrimas, que empezaban a caer furiosamente por su bello rostro ─. No tengo a nadie más en el mundo. Por favor déjenme quedarme aquí. Haré lo que sea, pero no me abandonen.
Tanto a Hayate comoa su equipo les salta el corazón por aquel ruego lastimero de Nanoha. El sólo verla así causaba una desazón imposible de ignorar. Hayate podía ver que Nanoha era una muy buena chica, y por eso se le había acercado al primer intercambio de palabras, pero verla llorar así era demasiado para ella, y la propia Hayate sentía que quería llorar también. No viendo entonces otra alternativa, Hayate abrazó fuertemente a Nanoha y le da un tierno beso en la frente, a la espera de que los sollozos callaran.
─ Está bien, está bien. De todos modos, esta base es muy grande y estamos solamente nosotras cinco a cargo de todo ¿Qué te parece si te nos unes? Será divertido tenerte a nuestro lado, Nanoha-chan.
Nuevamente esperanzada por estancia con aquellas que apenas conocía, Nanoha se abraza muy feliz a Hayate y le da las gracias una y otra vez, en una escena que era bastante conmovedora para las guerreras que las estaban rodeando. Hayate sonríe dulcemente y corresponde el abrazo de Nanoha, respirando en ese momento el aroma que despedía su cabello. Viendo finalmente toda la suciedad que cargaba encima, Hayate pudo ser consciente por sí misma de todo lo que la pequeña Nanoha había sufrido antes de llegar allí. En ningún momento anterior había sentido tal punto de compasión por nadie, pero no quería que Nanoha recibiese únicamente eso de su parte. Casi por descuido, Hayate tomó cariñosamente el mentón de Nanoha y le hizo mirarla directamente a los ojos, estando sus rostros bastante cerca uno del otro, cosa que hacía sonrojar tanto a Nanoha como las otras que estaban observando.
─ Me acabas de convencer, Nanoha-chan, te puedes quedar con nosotras… conmigo… ─ para sorpresa de todas las presentes, Hayate le da un tierno beso en la mejilla a Nanoha, muy cerca de la comisura de la boca ─. Eres una chica extraña, pero por alguna razón eso hace que me gustes.
Nanoha estaba sonrojada a más no poder. Hayate la había halagado a un punto que nunca nadie había hecho antes, y se sentía bastante bien aquello. Hayate toma gentilmente sus manos y la lleva entonces a conocer un poco mejor el cuartel, su nuevo hogar.
Ese era el comienzo de la nueva vida de Nanoha Takamachi, ahora integrante de ese extraño e interesante grupo que la había salvado.
CONTINUARÁ…
Un corto prólogo para explicar de dónde viene lo que más adelante les mostraré. Espero por sus comentarios, en los que tengo la expectativa de leer que este inicio les ha parecido interesante. Ojalá que sí lo haya sido 😃
Hasta otra
