Polaris

Notas previas: Lo siento mucho, no pude evitarlo. Me disculpo nuevamente. Es simplemente el poder del fandom. , . También disculpen las fallas ortográficas, gramaticales y de dedo… mi beta se fue de vacaciones (permanentemente).

Summary: .Takami x Sakuraba + Shin x Sena) Negarlo no soluciona nada.

ADVERTENCIAS: Shounen-ai. Estee… (Takami x Sakuraba + Shin x Sena). Ah! En el orden en el cual presento la pareja… (Cuarteto?). Algo de OOC. Ah! Se basa cronológicamente antes de que Sakuraba diera el –cambiazo- (si han visto la serie ó leído el manga, saben a lo que me refiero). Ahora al fic!


"Sakuraba… ¿Estás bien?"

"No…"

Siempre se lo habían referido, una y otra vez; como una clase de mantra que le recorría los pensamientos de una manera repetitiva e inacabable:

'No…"

"¡Es… Espera!"

"No escapes. Escapar de los problemas siempre te acarreará más problemas"

Y lo sabía.

Lo sabía porque simplemente había experimentado en carne propia lo que un momento de cobardía podía significar… para él, para sí mismo y para las personas que lo rodeaban.

"¿Qué… Qué ocurre?"

"Ta-Takami-san…"

Sin embargo en ese momento las piernas le temblaron y sintió en fugaces instantes como su cuerpo entero se estremecía, lleno de amargura y desconsuelo.

Repleto de un sentimiento que fue incapaz de identificar.

¿Ira?

¿Miedo?

¿Ansiedad?

¿Celos?

¿Celos?. ¿Cómo definir un sentimiento de esta magnitud cuando nunca antes se ha sentido?.

Lo peor es que se sentía incapaz de odiarlo… a ninguno de los dos.

Se sentía incapaz de emitir una palabra hiriente; porque sabía que no la merecían.

Ninguno. No era su culpa. Desafortunadamente.

Y entonces se enjugó las lágrimas que le corrieron sin siquiera saberlo por las mejillas y empaparon su camisa que expresaba orgullosamente en elegante caligrafía añil: White Knights.

Pero todo era un engaño. Porque él ya no se sentía parte del equipo.

Si no hubiera sido por Takami-san, él hubiera dimitido hace mucho tiempo… él hubiera tirado a la basura de una vez por todas la simpatía que guardaba hacia el fútbol americano, hacía sí mismo y el amor que guardaba por Shin.

El amor que tenía por Shin. Seijuurou Shin.

¿Desde cuando se había sentido tan enfermizamente atraído por él¿Desde cuándo había comenzado a admirarle de una manera tan insana que se había convertido en… eso?

"¿Qué pasa?... Ya, ya… Calma. No puede ser tan malo. ¿Eh?"

Claro que podía ser tan malo. ¡Claro que era totalmente malo!. Takami-san no lo sabía. ¡Takami-san ni siquiera podía llegar a imaginárselo!. ¿Cómo es que podía estar abrazándolo de una manera tan tranquila?. ¿Cómo es que podía intentar hacerlo sentir mejor?.

Si supiera… lo que realmente él era… Si supiera los sentimientos que tenía por Shin, seguramente se hubiera alejado totalmente horrorizado; probablemente lo hubiera rechazado áspera y brutalmente.

El muchacho de gafas dio unos cuantos pasos hacia atrás, teniendo por intención que el rubio pudiese encararlo; pero antes de poder realizar su cometido sintió los delgados y largos dedos de su compañero asiéndose con fuerza a su camisa y por respuesta unas cuantas palabras débiles, acompañadas por unos ligeros y entrecortados sollozos:

"Ta-Takami-san… Por favor… ¡No me dejes!"

"Sakuraba…"

Dolor.

Dolor de ver a la persona que amas destrozada por dentro.

El simple y claro sentimiento de la decepción en sus ojos; mirada vacía que te perfora el corazón.

Entonces ahí está tu sentimiento de alivio.

Egoísta. Eres un maldito egoísta. Eres un jodido egoísta… ¡Eres un jodido y maldito egoísta!

La alegría de ver que tienes una oportunidad más para poder estar con él.

Para demostrarle lo feliz que lo puedes hacer.

Todo lo que estarías dispuesto a entregar por él.

Y su inconsciencia sobre tus sentimientos.

Su inconsciencia.

Su ingenua y dulce inconsciencia sobre su propia inadvertencia. Sobre su total desinformación.

"¿Es por Shin, no es cierto?" Takami suspiró, era totalmente increíble, pero era cierto.

"Pe-pero…" Haruto tartamudeó algunas otras palabras que se perdieron entre el silencio incómodo que les siguieron.

"Es por Shin" concluyó el mayor, con cierto aire cansino. "¿Me puedes explicar qué pasó?"

Sakuraba permaneció con el rostro hundido en el pecho de Takami algunos momentos más, mientras que pensaba en una buena excusa para desembarazarse de esa inimaginable situación.


Todo había sucedido de una manera natural, casi de un modo insignificante. Ambos estaban en los vestidores, haciéndose silenciosa compañía; el rubio bastante concentrado en la tarea de acomodarse la ropa, hasta que la gutural voz de su compañero lo sacó de sus banales cavilaciones.

"¿Qué es..?"

"¿Uh?" Sakuraba; poco acostumbrado a escuchar la voz de Shin deseando entablar cierta clase de diálogo; emitió un respingo, sorprendido. El rubio se dio la media vuelta, para comprobar si era Shin el que le estaba llamando.

"Cuando… Sientes… Que… Uh…" efectivamente el pelioscuro estaba intentando trabajosamente expresar lo que sentía, moviendo un poco los brazos, recitando palabras inconexas. "Cuando… Hay una persona que…"

"¿Que te gusta?" interfirió la gran mole de Ootawara Makoto con una sonrisita burlona que hizo que a Sakuraba se le erizaran los cabellos de la nuca.

"No sé si sea conveniente describirlo de esa manera" Shin lo miró y respondió con el mismo rostro estoico.

El rubio emitió una risita nerviosa, mientras respondía tímidamente. "De todas maneras, si alguien que te gusta lo mejor es…"

"Decirle 'Hey, nena… ¿Te gustaría un poco de fueeeeeerte diversión? Estoy libreee. ¿O prefieres salir con perdedores?. ¡Sabes que lo deseas!' ¿Eh?"

En la imaginación del apenado Sakuraba apareció una muchacha corriendo desesperadamente por escapar de un Ootawara que más que seductor se sugería como un completo acosador. Y después a un Shin serio y estoico que ofrecía un ramo de rosas a una sombra sin rostro. El simple pensamiento le dolió más de la cuenta.

"¿En serio?" Shin adoptó una expresión totalmente sorprendida. Y miró algo dubitativo a Ootawara.

"¡PERO POR QUIÉN ME TOMAS!. ¡Lo mejor es ser directo y francoo!"

Shin prosiguió con la tarea de ponerse distraídamente la ropa, mientras que Sakuraba era reñido por Ootawara, por ser tan tibio a la "hora del verdadero amor", dando a su vez tan malos consejos a Shin… Pobre y desamparado (idiota) que no sabía nada de lo que eran las buenas mujeres: hogareñas, pero a su vez abiertas; modernas, cariñosas y que sabían hacer asado de cerdo al estilo western.

Después de otra risita nerviosa, Sakuraba se desembarazó de la molesta mole ruidosa de Ootawara.

Psicológicamente Sakuraba se le puede considerar como una persona insegura, manipulable y blanda, hasta cierto punto indefensa; poco asertiva, que requiere la aprobación de los demás y necesita imperiosamente sentirse útil y autosuficiente.

Psicológicamente Sakuraba era un pequeño e inmaduro adolescente que deseaba con todo su corazón encajar en algún lugar, el que fuera, y sentir que no era una carga para todos los que lo rodeaban.

Psicológicamente, Sakuraba; era endeble, pequeño e inferior; era un estorbo, torpe y distraído, que no hacía más que traer dolores de cabeza a todo el que se le atravesaba.

O al menos así era él como se sentía. Como él se creía.

De entre todos sus pensamientos indecisos y la inseguridad que lo mantenía callado, se atrevió a preguntar a Shin:

"¿Es-Estás enamorado?"

Todo pareció una simple y asquerosa ironía de la vida.

"No lo sé..."

Simple, indirecto, pero un claro y seguro...

"Eso es quizás lo que esté causando todo..."

¿Todo?. ¿Qué todo?.

"Eso es."

Dos. Dos palabras más. Sí se puede. Se puede. ¡Tú puedes preguntarle!

¿Quién es?... ¿Cómo es?... ¿Por... qué?

"¿Qu...?"

Pero antes de poder siquiera terminar la frase, el rubio se dio la media vuelta y después de doblar en un pasillo cercano se dio a la fuga como un bólido, llevándose de encuentro el hombro de Ichiro Takami, que se dirigía distraídamente a los vestidores. Cerró los ojos y simplemente escuchó la voz de su adolorido sempai que le reclamaba:

"Sakuraba… ¿Estás bien?"

"No…" fue su respuesta automática, gimiente y casi ininteligible.

"¡Es… Espera!" escuchó cada vez más lejos la exclamación autoritaria que Takami le profería, mientras él seguía corriendo, yendo a ningún lugar.

No escapes. Enfrenta. Sé fuerte. Se un hombre. Se fuerte. Se como Shin... como Shin...

Y entonces sintió la fuerte mano que lo tomaba de la muñeca y la aprisionaba casi hasta casi lastimarlo.

Que lo hacía sentir ahora inferior físicamente.

Y se detuvo.

No sólo se detuvo por la aprehensión casi agresiva que lo mantenía ahí, estático y que contra la cual tenía total desgano de luchar; sino porque aunque corriera, escapando de la realidad, no sabía hacia dónde correr, no sabía dónde ocultarse; no sabía a dónde ir.

Estaba dirigiéndose a ningún lado. No tenía sentido. Estaba intentado escapar en un laberinto sin salida.

"¿Qué… Qué ocurre?" esa voz, tan suave. Que le hablaba... consciente de lo que sentía, consciente de que algo no estaba bien.

"Ta-Takami-san…" quiso abrazarlo; quiso correr nuevamente, quiso ocultarse de una de las pocas personas que le tenían en consideración en el riguroso y brutal equipo de fútbol.

Corre. Corre.

Sin embargo en ese momento las piernas le temblaron y sintió en fugaces instantes como su cuerpo entero se estremecía, lleno de amargura y desconsuelo.

Su boca quedó sellada por una extraña fuerza magnética que unió fuertemente su labio superior e inferior.

Y después el silencio y la calma. El silencio de la soledad y el contacto íntimo que se tiene cuando el mutismo sólo es interrumpido por ligeros sollozos y gimoteos.

"¿Qué pasa?... Ya, ya… Calma. No puede ser tan malo. ¿Eh?"

Pero lo era, sólo que Takami-san no lo sabía.

O eso era lo que Sakuraba creía.


Las cosas no se estaban dando como debieran de darse; pero es que los hechos suceden en la que manera en que deben de pasar.

Llorar, arrancarse las uñas con los dientes, gritar hasta quedar afónico… correr.

Correr.

Nada de eso solucionaría nada.

"¡Si alguien te descubre, más te vale correr como nunca; maldito Eyeshield 21!"

Pero no corrió, como debió de haberlo hecho desde el principio.

Y sintió el dolor, la humillación y la desesperanza.

'No puedo… no puedo. No puedo contra Shin.'

Porque al fin y al cabo, era un total cobarde.

'Hiruma… me va a matar…'

"Eres… Eyeshield 21 ¿No es cierto?"

No. ¿Yo? Jejeje… Me confundes… yo…

"Sí… yo soy Eyeshield 21".

Para ese momento, lo que pasara, fuese lo que fuese; tendría que pasar.


CONTINUARÁ
Seh. No existen las coincidencias, sólo el Hitsuzen. (Y el Hitsuzen quiso que lo escribiera en WordPad ¿Se imaginan ahora en qué forma ODIO el WordPad? D: D:). D: Deseen buena suerte con los exámenes a finales de semestre. Yo se las deseo. Fanfic fruto del estrés ;D