Este One-Shot es algo viejo, y podrán encontrarlo aquí: /d3bs3rl
Candace Flynn y Phineas Flynn © Povenmire and Marsh.
"Mamá, ¿acaso es necesario que lleve a Phineas?" La pequeña pelirroja preguntó, algo en tanto enojada por el hecho de que ese día tendría que pasar tiempo con su pequeño hermano.
"Sabes que sí Candace, a Phineas le caería bien tomar algo de aire fresco, sabes que estuvo con gripe".
"Sí mami, lo sé...pero..."
"Candace, sólo es el patio trasero".
No vayan a preguntar a cerca de la reacción de esta pequeña niña y tampoco la mal interpreten, ella adora con toda su alma a su pequeño hermanito. Siendo así tan sobreprotectora con él, eh ahí la razón por la cual no quería llevar al pequeño bebé al patio trasero de su casa aquella tarde primaveral de Danville.
"...ahí hay muchos peligros" finalmente pensó.
Suspirando y sin mucha opción fue junto a su pequeño hermano, quien contento se encontraba en su pequeña cuna, decorada alegremente con pequeños ornitorrincos, haciendo conjunto con su pijama.
La niña cautelosamente se acercó al pequeño bebé con ojos azules brillantes "hay Phineas, el patio podría ser peligroso para ti, sólo eres un bebé indefenso. Pero ya escuchaste a mami..."
El niño sencillamente respondió con balbuceos y risas al ver a su pequeña hermana. El patio trasero era más inofensivo que un pequeño cachorro, el gran problema era que: La pequeña Candace estaba llena de imaginación, y el patio era su mundo de juegos, lleno de princesas, príncipes, caballeros y dragones que "querrían" dañar a su pequeño hermano.
"Te advierto pequeño Phineas" dijo abriendo la puerta que brinda con el fondo, "este es un mundo muy raro, pero yo te cuidare. Lo prometo".
Siendo así, besó la cabeza de su pequeño hermano quien no podía estar más contento.
Eso sí, jugaron mucho. Aunque la mayor parte a Phineas le tocaba estar en el pasto, sentado y sin mucho qué hacer, el pequeño hombrecito, amaba ver actuar a su hermana como princesa, defendiendo a su pueblo.
Hasta que cierta luz, llamó la atención del pequeño bebé.
Candace, por su parte ocupada tratando de dar lo mejor de sí como princesa, se dio cuenta de que Phineas observaba a estas pequeñas lucecitas tintineantes, que bailaban feliz mente cerca del bebé.
"Ahh" se acercó. "¿Te gustan Phineas? Estas se llaman Luciérnagas..." tiernamente cargó a su hermano entre sus brazos, para que el niño tuviera una mejor visión de lo que pasaba frente a sus ojos.
Candace soltó una risa, y continuó..."Papi me dijo, que estos pequeños insectos sólo se pueden ver por la noche, o cuando atardecen...y suelen tener luz cuando les agradas y no le intentas hacer daño"
El niño, como si fuera que entendía cada palabra que su hermana con tanto fervor explicaba, sonreía y la miraba fijamente.
"...a...p-papi les gustaba, solíamos escondernos en los arbustos para no asustarlas y verlas" continuó "pero creo que les agradas, está bien...digo, ¿a quién no le agradarías?" Y suavemente la pequeña besó la cabecita de su hermano.
Ante este gesto, Phineas rió.
Y la niña esbozó una pequeña sonrisa "¿Qué te parece si nos sentamos aquí a verlas, ya que te agradan tanto...e intentas hacerme creer que me entiendes...?oh Phineas"
Ambos así se sentaron a ver tan increíble obra de la naturaleza. Una niña y su pequeño hermanito, juntos en el césped disfrutando, sin que nadie los moleste.
"...quisiera saber cómo jugaras tú, cuando tengas mi edad. Probablemente, tengas más imaginación. Y yo estaré ahí, protegiéndote...siempre. Como le prometí a Papá".
