¡Hola a todos! Aqui les traigo otra historia sacadita del horno.
Ponganse los lentes... prendan la radio y ¡a leer con confianza!
Absolutamente nada respecto a Harry Potter me pertenece, pero si a Rowling y a WB.
Eso si, la trama es solo mia.
Capítulo
1
El no entender nada.
---OoO---
Miró
a su alrededor y no pudo reconocer el lugar: era un largo pasillo con
paredes de metal, algunos afiches de películas y otros de
obras de teatro pegados a ambos lados, también habían
rayados de pandilleros hechos con spray y con plumones de colores.
-Es una estación de metro... ¿pero qué hago aquí?-pensó un tanto preocupado, ahora que hacia memoria no sabia ni siquiera como había llegado hasta ese lugar.
Se
acercó lentamente a las paredes y las tocó intentando
ver si eran "sólidas", y si que lo eran, el lugar
era un gran pasillo con luces en el techo intermitentes. Comenzó
a caminar para encontrar la salida, lo único que tenia claro
era que no deseaba por nada del mundo quedarse ni un solo minuto más
en ese tétrico y abandonado lugar. La cabeza comenzó a
darle vueltas, de pronto sintió como una luz blanca lo
enceguecía y como caía al suelo quedando completamente
inconsciente.
---OoO---
Abrió los ojos y se encontró en el suelo de su propia habitación, el sol radiante ingresaba por las ventanas dominando el lugar por completo y una fresca brisa hacia bailar a las cortinas de un lado a otro.
-Solo era un sueño...- respondió mentalmente tranquilizándose a si mismo.
Se levantó del suelo sintiéndose un tanto agotado, luego entró al baño para mojarse la cara, intentando despertar por completo y si que lo consiguió. Se observó a través del espejo, no se veía muy bien ya que solía usar lentes todo el tiempo y estaba acostumbrado a ellos. Observó con detenimiento sus ojos verdes, luego volvió a mojar sus manos y se las pasó por el oscuro cabello negro intentando peinarlo un poco, decidió no afeitarse ese día ya que se sentía cansado. Regresó a su habitación y se vistió sin apuro.
Pasó por la cocina y abrió el refrigerador, sacó leche descremada y de un estante unos cereales, unió ambas cosas en un posillo y se sentó en un cómodo sillón de cuero negro entre un montón de carpetas y papeles.
-No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy...- pensó agobiado y comenzó a revisar concentrado una a una cada hoja al mismo tiempo que comía su desayuno.
Una hora más tarde, su grato ambiente de tranquilidad se vio interrumpido por el sonido del teléfono. Lo dejó sonar un rato y luego levantó el auricular.
-¿Aló?-
-¡Muy buenos días Harry!- lo saludó alegre la otra persona.
-Buenos días profesor Dumbledore…- contestó intentando sonar animado, cosa que le resultó imposible.
-¿Cómo estás?-
-Bien profesor…bien- mintió el muchacho. -¿Por qué lo pregunta?-
-Estoy un poco preocupado por ti, ya sabes, con todo lo que estás viviendo, no hemos tenido la oportunidad de conversar tranquilos...- se produjo un momento de silencio.
-Sinceramente dar clases me tiene un poco agotado, pero nada que un par de días durmiendo no mejoren...- respondió el chico.
-Si quieres puedo ayudarte un poco a aliviar tu carga y retrasamos la entrega de tu tesis o congelas las clases-
-No profesor, no necesito ayuda por ahora, creo que puedo manejarlo todo- respondió terco como siempre.
-Bueno Harry, entonces descansa este fin de semana, y nos vemos el lunes...-
-Adiós profesor- se despidió cortésmente y devolvió el auricular al teléfono.
Regresó a su trabajo, estaba revisando pruebas de sus alumnos; se encontraba en último año de Neurociencia y por su excelente rendimiento postuló para estar a cargo de una pequeña cátedra y la consiguió, también estaba escribiendo nuevamente su tesis, ahora sobre mecanismos de aprendizaje y a la vez asistía a un par de clases propias de último año. Estaba muy agotado, pero no podía simplemente quedarse en casa y no hacer nada, no podía.
-Sirius...-pensó mirando un pequeño marco con una fotografía sobre el televisor, en él, aparecía él mismo junto a su padrino, ambos en un laboratorio sonriendo como dos buenos amigos. Sirius había fallecido el mes pasado, había quedado en coma luego de chocar en su moto contra un auto en la carretera y no logró recuperarse falleciendo a la semana y para Harry fue como si le arrebataran el corazón mismo, ahora estaba completamente solo en el departamento, solo en el mundo, su padrino, su único familiar vivo se había ido para siempre y se había llevado la tesis en la que habían estado trabajando por más de dos años.
-¿En qué están pensando estos chicos?- se preguntó con el ceño fruncido mientras tachaba las erradas respuestas de sus alumnos.
El montón de hojas fue disminuyendo poco a poco para alegría de Harry, más tarde se preparó el almuerzo de mala gana y apenas lo probó.
-Dios, necesito dormir ahora ya...- pensó mientras se dirigía arrastrando los pies a su habitación. Cerró las cortinas ya que le era casi imposible conciliar el sueño con tanta luz, se sacó los zapatos y se quitó los lentes dejándolos sobre una mesita, luego se tapó con una manta y se durmió enseguida.
---OoO---
Otra
vez en el mismo pasillo, comenzó a correr desesperado por
encontrar la salida.
-¿Qué significa esto?- preguntó en voz alta pero no recibió respuesta.
Las luces que parpadeaban amenazando con apagarse iluminaron más el lugar y el chico miró con cautela al final del pasillo, había una silueta.
-¡Hey!- gritó llamando a la persona, al no recibir respuesta comenzó a correr en esa dirección.
-Disculpa...-
lo intentó de nuevo ahora mucho más cerca, logró
ver una cabellera castaña con algunos brillos dorados y
ondulada, claramente perteneciente a una mujer que estaba dándole
la espalda, siguió avanzando rápidamente hacia ella,
entonces la muchacha comenzó a voltearse y otra vez se quedo
literalmente ciego.
---OoO---
Abrió bruscamente los ojos y sintió como su respiración estaba agitada, sentía como si no hubiese descansado en lo absoluto, se levantó y se fue a trabajar en su tesis al computador portátil.
Leía libros, subrayaba palabras, tecleaba velozmente y se tomaba la cabeza mientras pensaba, pero no, ese día no se sentía para nada preparado, recordó enseguida lo que le dijo Sirius una vez.
"Hijo, cuando trabajes en algo importante, hazlo solo cuando estés inspirado, verás como las palabras fluyen como ríos, las ideas aparecerán a mil por hora y todo saldrá bien, lo prometo".
Cerró el computador y se acercó a la ventana, para observar como la gente caminaba tranquila y despreocupada por la calle, los autos pasaban veloces y entonces la vio; parada casi en la esquina de la calle, una chica cuyos cabellos castaños brillaban moviéndose alegres con la brisa de ese extraño invierno, no podía ver bien su rostro, la muchacha caminaba de un lado a otro mirando su reloj como esperando a alguien, él no entendió por qué esa mujer le llamó tanto la atención, dejó de mirarla ya que el teléfono comenzó a sonar. Corrió hacia el aparato.
-¿Aló?- contestó mientras regresaba a mirar por la ventana, pero la chica ya no estaba ahí.
-Hola profesor...- lo saludó uno de sus alumnos.
-Weasly¿qué pasa?- le preguntó mientras seguía buscando a aquella castaña.
-Amigo, esta noche haremos una pequeña reunión en casa de Luna-
-No puedo, ya sabes que tengo trabajo para casi tres vidas más...- respondió mientras cerraba con fuerza los ojos recordando todo lo que debía hacer.
-Harry, por favor, tienes que distraerte, vamos amigo, pasémoslo bien un rato...hazlo por nuestra amistad- le suplicó el chico al otro lado de la línea.
-Ya, ya... ¿a qué hora estoy allá?- aceptó queriendo arrepentirse enseguida.
-A las diez, bueno amigo, allá nos vemos...- y enseguida escuchó el tono de corte.
Ya eran las siete de la tarde.
-Una hora en prepararme, media más en ir a comprar, quince minutos en llegar, si me apresuro podría trabajar un rato...-
Harry entró a ducharse, sentir el agua tibia acariciando y relajando cada músculo de su cuerpo lo hizo recuperar energías al salir del baño ya no se sentía tan agotado como antes, se vistió rápidamente con unos jeans, polera blanca y un chaleco negro luego estudió una hora acostado en el sillón, pero se sentía tan desconcentrado que nada le quedó realmente en la cabeza.
A las nueve salió derrotado del departamento, fue a un mini market que había una calle más al norte y compró algunas cosas para la reunión, decidió irse caminando a casa de Luna ya que le quedaba relativamente cerca y así podría despejarse un poco.
Afuera de la casa de Luna estaba estacionada una lujosa moto negra pero faltaba el pequeño auto de Ron, cosa que lo extraño ya que él siempre llegaba antes que todos, se acercó a la puerta y la golpeó.
-Weasly...-
-Profesor... pase, pase- lo recibió su pelirrojo estudiante.
-Ahora soy Harry, no profesor...- le dijo entregándole lo que había comprado.
-Bueno, sabes que me gusta bromear...- le confesó mientras entraban al living de la pequeña casa.
-¡Harry llegaste!- lo saludó Luna, que también era de ultimo año pero ella estudiaba psicología, tenían algunas clases en común.
-Hola Luna...- le dio un beso en la mejilla, luego saludo a un chico rubio que lo miraba un tanto receloso, lo miró a los ojos e intento hacer memoria de si lo conocía o no.
-Harry Potter, he escuchado mucho de ti...soy Draco Malfoy, Psicología en Cambridge- el chico de mirada altiva le tendió la mano y el ojiverde la apretó con cordialidad.
-Ron ¿qué le pasó a tu auto?, no lo vi afuera- le preguntó un tanto curioso en la cocina a su amigo mientras preparaban las bebidas, vasos y picadillos.
-Ginny, va a traer a una de sus amigas de Cambridge y literalmente me robó las llaves...- contestó el pelirrojo levantando los hombros. El chico no se sorprendió ante lo de Ginny, la hermana melliza de Ron era así, totalmente rebelde, se escapaba de su casa, golpeaba a Ron a veces, le lanzaba cosas y tenia un carácter explosivo, él ser la única mujer entre cinco hermanos hombres la hizo ser así, no la veía hacia menos de un año más o menos.
Se sentaron en los cómodos sillones y con la comida y la bebida en la mesa cuando escucharon a Ginny ya que llegó tocando la bocina.
-¡Esa escandalosa!- rugió enojado Ron levantándose y abriendo la puerta.
-¡¡Hola a todos!!- saludó casi gritando la pelirroja y dándole un fuerte empujón a su hermano.
-Esta es mi amiga Hermione Granger…- presentó a una chica con un brillante cabello castaño y rizado, delgada, muy bonita, pero de aspecto cansado y que les sonrió a todos.
-Buenas noches- saludó educadamente.
Ya todos reunidos comenzaron a conversar animadamente, Hermione se integró rápidamente al grupo.
-Y Harry¿tienes novia?- le preguntó Ginny sin pelos en la lengua y todos dejaron de conversar para escuchar que diría Harry.
-No, no tengo tiempo ni para mi...- respondió sincero, además ninguna mujer llenaba realmente sus expectativas, a veces pensaba que lo que sea que estaba buscando no existía y creía que estaría solo para el resto de su vida, cosa que lo agobiaba de sobremanera.
-Resulta gracioso que ninguno de nosotros tenga pareja- mencionó Ron divertido.
-Bueno aquí somos tres y tres, no seria malo...- insinuó su hermana mientras se tomaba un montón de papas fritas.
-Claro¿y si te tocara con tu hermano?, para ti tampoco seria malo me imagino- respondió con sarcasmo Malfoy que estaba sentado a su lado y soltó una carcajada a lo que en respuesta recibió un par de papas fritas en el rostro.
Ya en la madrugada luego de una entretenida reunión se despidieron prometiendo que se juntarían otra vez.
Ginny y Hermione se quedaron en casa de Luna, Draco se fue en su moto y Ron llevó a Harry hasta su departamento.
-Directo a dormir- se prometió mientras abría la puerta.
Sin pensar nada entró a su habitación, le quitó la alarma al reloj y se metió a la cama, mirando la pared se quedo profundamente dormido.
---OoO---
Una
vez más estaba ahí, ese lugar ahora había
adquirido un olor característico a óxido, se calmó
y a pesar de la oscuridad comenzó a caminar en la misma
dirección en la que vio a esa mujer la última vez.
-Esto es un sueño...y ahora ya sé donde ir- se dijo seguro, aún así caminaba tocando la pared con la mano derecha y la otra la tenia empuñada con fuerza.
Luego de un rato, las luces eran muy débiles, parecía que caminaba en penumbras, esperaba algo ansioso, no sabia por qué, pero esperaba ese evento que lo despertaba y cuando pensó que nada ocurriría choco contra algo, o mejor dicho contra alguien.
-¿Qué está ocurriendo aquí?- le preguntó a la chica del cabello castaño acercando su mano para voltearla.
Pero la chica fue más rápida y le contestó.
-Te
juro Harry que no me creerías...- le respondió
revelando su rostro, el ojiverde sintió como su corazón
se desbocaba, sus ojos se cerraban y su cabeza se hundía en
una confusión que nunca antes había experimentado.
---OoO---
-Hermione…- la nombró al mismo tiempo que se sentaba en la cama y jadeaba sin poder controlarse.
.-.-.-.-.-.
Hola otra vez, mil gracias por leer este capitulo de mi nueva historia terrorifica jajaja, la cosa es que no me he basado en ninguna canción (siempre lo hago) asi que ojala resulte bueno este fic. Les recuerdo que es H/Hr. Habran capitulos largos y otros cortos, para que no me reten despues jiji.
Lo titule; La otra realidad, pero aún estoy pensando en un titulo... acepto sugerencias.
Espero con ansias sus comentarios... y les prometo que esta historia tendra final, como todas las que he escrito hasta ahora.
¡Saludos!
Yuna Granger
D..E..J..A...T..U...R..E..V..I..E..W..
