Solo la trama me pertenece. Moffat y Gatiss se comieron mi corazón y el resto le pertenece al fallecido Conan.
Es el peor summary de la historia: Tres años después de la caída, un asesino en serie llamado M envía a Molly la cabeza decapitada de un supuesto desconocido. Días después Sherlock vuelve para ayudarla con su investigación, sorprendido por todo lo descubierto sin su ayuda, comienza observar mejor a Molly. Al mismo tiempo M rebela su identidad y sorprende al mundo con un notición sobre Sherlock que nadie se imaginaba.
N/A: Disfruten!
Heads Will Roll
Capítulo 1: Hold On/ Resiste
Abril.
Molly salió del estacionamiento del St. Bartholomew's arrastrando su bicicleta, había sido un día ajetreado y solo pensaba en llegar lo antes posible a su casa, ponerse el pijama y comer algo. Miró el cielo, el clima no la acompañaba, estaba nublado y posiblemente llovería y pescaría un refriado si no se apresuraba. Cuando dobló en la esquina vio a una chica adolescente dejando una pegatina sobre el vidrio de la caseta de teléfono. Con curiosidad esperó disimuladamente a que la chica se fuera para acercarse.
Cuando miró la pegatina soltó un sonoro suspiro.
"I Believe In Sherlock Holmes"
No era la primera vez que veía una de esas pegatinas esparcidas por Londres. En realidad Sherlock se había vuelto una especie de leyenda urbana. Pero esta vez Molly sintió un nudo en el estómago; dentro de un par de días se cumplirían tres años de la "muerte" de Sherlock.
Entonces se dio cuenta donde estaba parada. Era exactamente el mismo lugar donde había estado cuando Sherlock saltó sobre ese camión de ropa.
Sintió un escalofrió recorrer su espina dorsal.
Debía ir a casa, tomar un baño y leer un libro para disipar su mente de todos esos recuerdos.
Se obligó a dejar de pensar en él y se subió a su bicicleta.
Vamos, Molly, se regañó mentalmente cuando llegó a la calle principal.
Pensándolo mejor, llamaría a Mary apenas llegara a casa y la invitaría a salir, de todas formas era viernes.
Su piso quedaba a pocas calles del hospital, por lo que en un par de minutos ya se encontraba subiendo las escaleras con la bicicleta apenas colgándole del hombro. Sacó sus llaves y entró en su limpio apartamento.
Molly había llegado a Londres apenas se graduó de la universidad y desde entonces nunca se había cambiado de casa. Su piso era espacioso, con paredes claras y ventanas amplias que le daban la luz necesaria. Tenía dos habitaciones y Molly dormía en la más grande. Se dejó caer en su cama apenas puso un pie en la habitación. Tomó el teléfono y marcó el número de Mary.
-¡Molly!- exclamó cantarina su amiga al otro lado de la línea- aunque no lo creas, estaba pensando en ti.
-¿Sigues en el hospital?- preguntó quitándose las botas.
-Acabo de subirme a un taxi.
-¿Qué harás esta noche? Tuve un mal momento hace un rato- dijo sincera-. Necesito distraerme.
-Oh, un mal momento, ya veo- acotó Mary entendiendo a qué se refería su amiga-. Ven a casa entonces y cena con nosotros.
Molly sonrió.
-Eso estaría genial. Gracias.
-No hay de qué cariño, así me ayudas a ver vestidos online- Mary rió.
-¡Claro! Nos vemos más tarde entonces.
-Más tarde será, Holly Molly.
Mary cortó la llamada y Molly se puso de pie.
Caminó hacia el cuarto de baño quitándose la ropa en el camino y abrió la llave de la bañera. Puso algunas sales de lavanda en el agua y se sumergió sonriendo complacida.
Molly Hooper no era la misma chica de hacía tres años atrás. Y el que dijera lo contrario era un mentiroso. Todos la habían visto madurar, especialmente John. Luego de la muerte de Sherlock, Molly se volvió una versión más madura, más real, por decirlo de alguna forma, de ella misma. Había ascendido un par de puestos en el hospital, y aunque seguía a cargo de hacer autopsias de cuando en cuando, ahora era la Doctora Hooper, encargada del ala de patología del hospital St. Bartholomew's.
Muchas cosas habían cambiado en ella cuando se dio cuenta de que Sherlock no volvería. Lo esperó unas semanas, lo esperó unos meses, hasta que un día, cayó en la cuenta de que aquel increíble hombre jamás volvería. Que las posibilidades de que la plana y aburrida Molly tuviera algo con él eran imposibles. Así que comenzó a salir con sus amigas más seguido hasta que conoció a Mary y se hicieron mejores amigas. Mary la ayudo a elegir un nuevo guardarropa, porque todo lo anterior le recordaba a Sherlock, y comenzó a tener citas. Aunque eso no salió tan bien.
Pero nadie podía decir que Molly Hooper seguía siendo, la solitaria y triste Molly Hooper.
Además Sherlock ya no estaba ahí para recordarle lo miserable que era.
Molly se hundió en la bañera tratando que quitarlo de su mente.
¿Por qué seguía pensando en él?
Cuando las burbujas comenzaron a disiparse, se dio una ducha y se vistió. Mientras secaba su cabello el timbre de la entrada sonó dos veces.
Molly se detuvo antes de abrir la puerta y miró por el ojo de pez.
Era un cartero.
Abrió la puerta.
Era un cartero joven, de unos veintidós años.
Él le sonrió coqueto apenas la vio.
-¿Señorita Marie Hooper?- preguntó el joven quitándose la gorra. Traía una caja cuadrada del tamaño de una televisión pequeña.
-Soy yo- canturreó Molly devolviéndole la sonrisa.
-Está un poco pesada ¿Quiere que la deje dentro?
-Uhm…claro- aceptó dejándolo entrar en su casa. El chico dejó la caja sobre la mesa del comedor y se puso la gorra otra vez.
-Firme aquí, por favor- pidió, tendiéndole una hoja y una pluma.
Molly garabateó su firma sobre el papel y se lo entregó. El cartero caminó hacia la salida y le sonrió.
-Hasta pronto- se despidió guiñándole un ojo antes de que ella cerrara la puerta con una sonrisa tonta en la cara.
Miró la caja sobre su mesa y se acercó a verla. No llevaba remitente.
-Qué extraño- murmuró en voz alta.
Fue a la cocina en busca de un cuchillo y abrió la caja.
Estaba llena de espuma protectora. Sintió un cosquilleo en los dedos antes de meterlos dentro de la caja para sacar el contenido. Cuando sus manos tocaron algo tibio envuelto en plástico se asustó.
Tomó con ambas manos la esfera de plástico y la soltó apenas la sacó de la caja. Un grito agudo de espanto le salió de lo más profundo de su pecho. Mientras la esfera rodaba por el suelo de madera haciendo un sonido hueco. Se llevó una mano a la boca y cayó de bruces.
Una cabeza. Una cabeza humana envuelta en plástico transparente estaba ahora sobre su piso a unos metros de sus pies.
No era la primera vez que Molly veía una cabeza separada de su cuerpo, pero no esperaba verla en su propia casa.
Tomo su móvil con manos temblorosas y marco el primer número que vino a su mente.
-¿John?- preguntó con la voz quebrada.
-¿Molly? ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?
-John…- murmuró intentado concentrarse- ven de prisa, por favor- le rogó mientras se ponía de pie. Cortó la llamada y corrió a la ventana. El cartero había desaparecido. Corrió a la puerta y bajó las escaleras saltándose escalones, cuando salió a la calle, no había nadie allí. Se dejó caer en el cobertizo y se abrazó las rodillas esperando a que John llegara.
A los pocos minutos dos carros de la policía se detuvieron frente a ella, Greg Lestrade seguido de John Watson saltaron fuera de uno.
-¿Qué ocurrió Molly?- le preguntó Lestrade levantándola de los hombros.
-Una cabeza, una cabeza humana- dijo señalando la escalera.
John y Lestrade se miraron. El segundo llamó a los otros policías y subieron las escaleras corriendo.
John la abrazó. Su relación había crecido a lo largo de los años, por lo que un abrazo no era algo inapropiado o extraño. La chica temblaba de pies a cabeza.
-No lo entiendo- dijo Molly recobrando los sentidos.
-Molly, John, hay algo que deben ver- los llamó el detective inspector desde la escalera.
Cuando ambos llegaron Lestrade les tendió una bolsita de plástico en la que había un papel rojo.
-¿Qué es esto?- preguntó Molly.
-Estaba en el boca de...estaba en su boca- aclaró Lestrade carraspeando.
Molly le quitó la bolsita y miró el pequeño papel. Oyó como Lestrade hablaba por su teléfono hacia la central. El papel era una tarjeta de trabajo, era obvio, cuando la dio vuelta soltó un gritito ahogado. John se la quito de la mano.
Una gran M dorada brillaba en el centro.
Ambos se miraron. Molly con una mano en la boca.
-¿Cómo es posible?- preguntó John.
Lestrade se acercó.
-El cuerpo de Moriarty nunca fue encontrado...
-Pero la sangre…y los restos de cráneo y masa encefálica…- murmuró Molly-. Yo misma lo vi.
-Lo sé, yo también- aclaró Greg encogiéndose de hombros- . Y era de él. La prueba de ADN lo confirmó.
John se acercó a un sofá y se dejó caer cubriendo su rostro con ambas manos.
-Molly, lo lamento pero tendrás que dejar tu piso por uno o dos días- comenzó Lestrade-. Es nuestra primera escena del crimen.
.Si, entiendo- dijo la chica cruzándose de brazos.
-Vienes a Baker Street con nosotros, Molly- dijo John descubriendo su rostro.
-Gracias- Molly volvió a mirar la gran M y sintió un escalofrió en su espina dorsal. Cuando ella y Sherlock planearon todo, discutieron las posibilidades de que locos fanáticos de Moriarty se quisieran ensañar contra quien ayudó a Sherlock si se llagaba a descubrir la verdad ¿Pero cómo? ¿Y tres años más tarde? No tenía sentido. Además nadie sabía que Sherlock estaba vivo, solo ella y Mycroft, obviamente. Y él tampoco sabía dónde estaba su hermano. Aunque hacía ya mucho que Molly no había vuelto a hablar con el mayor de los Holmes.
Molly miró a sus dos amigos, ambos terriblemente confundidos y sintió unas ganas enormes de vomitar.
Corrió al baño y cerró la puerta con llave. Se dejó caer junto al lavado y botó nada más que agua y desagradable bilis.
Se sentía pésimo. Hacía ya algún tiempo que había dejado de tener pesadillas de culpa, pero el sentimiento de que estaba mintiéndole a todo el mundo por alguien que claramente no sintió ni un poquito de compasión por ella, le carcomía las entrañas.
La plana y aburrida Molly aun sentía mucho amor por Sherlock pero mezclado con mucha rabia. Pues él no estuvo ahí cuando ella tuvo que cuidar de John, cuando nadie más estuvo ahí para la señora Hudson o Lestrade. De cierta forma la "muerte" de Sherlock los había unido a todos. Pero eso no callaba la culpa de Molly.
John llamó a la puerta.
-¿Estas bien, Molly?
-¡Sí!- exclamó poniéndose de pie. Tiró de la cadena y se lavó los dientes. Cuando abrió la puerta un John con boca de pato la miro.
-Eres la patologísta más débil que he conocido- dijo en broma intentando animarla.
Molly sonrió.
-Iré por algunas cosas, así dejamos trabajar a estos hombres.
-Eh…Molly- los alcanzó Lestrade- Tu… ¿te importaría examinar la…cabeza?- John le dio un codazo- Sé que estas en shock pero tú eres médico forense…
-No estoy en shock- reclamó. Se tomó el cabello con una bandita del baño y camino hacia el comedor. Tomó un par de guantes de látex que estaban sobre la mesa y observó el rostro del decapitado. Le recordaba a alguien, pero dejó ese pensamiento a un lado y comenzó a examinarlo. Con solo un par de tanteadas en el cráneo Molly abrió la boca- claramente hombre, 48 años aproximadamente, diabetes- Le olió el cabello- trabajaba en algo relacionado con la minería- Le abrió la boca- fumador- Observo la cortada con detenimiento y caminó hacia una repisa y tomó el microscopio que descansaba ahí. Lo dejó sobe la mesa y con un palillo tomó una muestra de sangre del cuello. John y Lestrade estaban hipnotizados por cuán rápido Molly había sacado información a flote y por cuan concentrada estaba trabajando- Uhm…chicos. Este tipo lleva muerto un par de días.
Lestrade se acercó prácticamente corriendo.
-Pero…esta tibio…
-Lo sé…- dijo Molly confundida.
John miro el microscopio
-Verifica si quieres- le pidió Molly.
Se acercó y miró.
-Si…es verdad.
Lestrade les dio la espalda y comenzó a dar nuevas órdenes por teléfono.
-Eres buena- comentó John mirando el rostro del hombre.
-¿En qué?- preguntó Molly.
-Deduciendo- John le sonrió.
Hola!
Si estas leyendo esto, un millón de gracias! Esta es mi primera historia de Sherlock y me pone algo nerviosa. Pero hay que ver cómo resulta.
Tengo muchísimas ideas sobre cómo armar toda esta historia y de verdad no sé imaginan!
Pero quiero teorías ¿sí? ¿Quién creen que es M? Sinceramente. Hay muchos emes en este universo!
Quizás los personajes parezcan muy OOC pero hago mi mayor esfuerzo por que sigan el canon, aunque me tome algunos privilegios con Molly jejejeje.
Y bien, nos leemos en el próximo capítulo.
Preguntas, chocolates, reclamos? Todo es bien recibido!
Allie.
