Disclaimer: No me pertenece, no pretendo sacar dinero con esto, blablabla, pero la "trama" sí que es mía.
N/A: Primer intento en el fandom. Spoilers de Journey's End. Ese capítulo me destrozó mi amado Doomsday, capítulo que, aunque lloré a mares, me encantó. Pero bueno. Supongo que sin Journey's End no hubiera escrito esto (aunque yo sería un poco más feliz).
Gracias
Rose a veces piensa que debería odiarle. Un poquito. Sólo un poquito. Que debería haber aprovechado la ocasión para patearle el trasero. O que quizás debería hacerlo con ese nuevo Doctor que camina ahora junto a ella. Al fin y al cabo, son el mismo. O algo así.
Rose a veces recuerda todos esos momentos, todos esos viajes por el universo, todo lo que vio y aprendió y cómo empezó a creer en cosas que nunca antes había imaginado, y en esas ocasiones, cuando se acuesta, sueña con la TARDIS y con que vuelve a viajar a otros mundos. Distantes, diferentes, pero nunca lo bastante rocambolescos para hacer que se echase atrás.
Los recuerdos se acumulan en su cabeza y acuden a ella cuando duerme, y entonces se siente mal. Es justo eso, un poco de rabia y otro poco de resentimiento, todo mezclado esa sensación de inseguridad y de calidez que siente cuando piensa en él (y que probablemente sea amor). Y es entonces cuando piensa que quizás debería odiarle. Por confinarla allí, en un universo que no es suyo. Lejos de él y de su TARDIS. Lejos de todo lo que cambió su vida.
Pero entonces la besa. No él. No exactamente él. La besa ese Doctor que está con ella, el que la acompaña, el que susurró Te quiero en su oído y la besó en aquella playa. Y lo olvida. Sólo durante unos segundos, olvida todo. Porque, al fin y al cabo, sigue siendo él. Mismo olor, mismas manías y mismas locuras. Un poco más bruto, quizás. Y ya no viajan por el universo.
Y es en esos momentos cuando ella es consciente de lo que el Doctor hizo por ella. porque él la amaba tanto como lo hacía ella (y lo sabe, aunque nunca lo dijo, porque sus ojos siempre fueron más sinceros que sus labios) y, sin embargo, la dejó marchar dándole su pequeño final feliz.
Es entonces cuando, al caer la noche, Rose Tyler mira hacia el cielo, imagina que la Tardis está volando en alguna parte ahí fuera justo en ese momento y, con voz temblorosa, dice lo único que puede decirle.
Gracias.
