Sintió la arena húmeda en sus pies, la brisa fría del mar golpeo su rostro. Cerró los ojos y muchos recuerdos acudieron a su mente, recuerdos de ella. Sonrió de lado al visualizarla en su mente, corriendo delante de él, escuchando aquella risa que muchas veces lo dejaba cautivado.

Suspiro resignado, aquella muchacha, había logrado embrujarlo. No se explicaba como pero había caído cautivado, no solo porque era bonita, la muchacha era inteligente, prudente, pero sobre todo, era bondadosa.

Tal vez eso lo había embrujado, tenía un poco de picardía pero no se excedía en comentarios, era amiga de todos sus amigos, a excepción de Yukimura, él era un caso especial. Yukimira le había jurado que si el la lastimaba o dejaba de lado, Seichi iría por ella.

Al parecer el primero en enamorarse de ella fue el, ahora se sentía un poco mal por su mejor amigo. No es que hayan luchado por el amor de la muchacha, solo que ella lo había escogido, sin dudarlo.

Despertó de sus pensamientos al sentir vibrar su móvil, reviso y observo un mensaje.

"No demores mucho, ya tengo hambre"

Y unas caritas tristes, escribió rápido su respuesta:

"En camino" y agrego una carita con gotitas de sudor. La respuesta llego a los segundos.

"Más te vale o empezare sin ti Genichiro" una carita molesta

Sonrió y escribió la respuesta "No te atrevas Mell"

Con esa respuesta, comenzó su camino de regreso, estiro sus brazos y bostezo un poco.

Empezó casi a trotar descalzo para llegar más rápido a su destino, a lo lejos vio como ella estaba sentada al pie de su puerta. Se levantó y movió su mano como apurándolo, el acelero y llego a los segundos.

- Llegue

- ¿Seguro? Ja ja ja no pongas esa cara

- Tu chiste no tuvo gracia

- Como siempre, pasa es tarde

Sacudió la arena de sus pies y entro al pequeño lugar. Olía muy bien.

- ¿Es lo que imagino?

- Sopa de miso

- Gracias

- De nada, lávate las manos

Antes de ir al lavado se acercó a ella y la tomo de los hombros.

- ¿Sucede algo?

- Recordé esos años

- Te has vuelto sentimental Sanada

- Es tu culpa Masaki - se agacho porque en estatura eran tan diferentes - ¿Puedo darle un beso a mi elocuente novia?

- Claro que si

Le dio un beso fugaz, como reservándose, la puerta aun seguía abierta y no le gustaba que otros vean.

Cerro la puerta y fue a lavarse las manos, uso una toalla y salió del baño. Al salir vio como ella ponía la mesa, tenía una sonrisa distinta, la analizo y encontró varias diferencias, estaba más sonrojada que de costumbre, sus ojos tenían otro brillo, hasta su aroma era diferente. Camino preguntándose que pasaba, se sentó observándola al máximo.

- ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? Ella lo miro sonriente

- Como si fuera ayer - le respondió sin dudar

- Ha pasado ya casi 4 años o cinco - empezó a contar con sus dedos - Cinco

- Exacto, ¿Hay algo que quieras decirme?

-¿Por?

- Cada vez que tienes que decir algo traes a colocación la primera vez que nos vimos o hablamos

- Ehhh que bien me conoces

- Por supuesto, ¿sucede algo?

- Genichiro yo - Se mordió el labio - Creo que debemos terminar - Lo miro

Dejo caer la cuchara de su mano, ¿Le estaba terminando? Estaba terminando una relación sólida de 4 años? Bueno no fueron 4 años, eran casi 5, tampoco fue solida siempre, tenían altos y bajos, pero ¿Terminarla a puertas de un matrimonio? Aun no se lo había pedido, iba a hacerlo, ya tenía el anillo.

Su mente vago hasta el día en que la conoció, hace 5 años cuando aún era un estudiante de secundaria, días después de entrar al campo del sub-17.

- Continuara...