Gaara en South Park
N/A: Gaara, Temari, Kankuro y Baki se dirigían a Konoha a por los exámenes chunin pero el menor se equivoca de avión y en vez de ir a la aldea escondida de la hoja, termina en South Park.
Ni los personajes de South Park ni los de Naruto que aparecen en este fic me pertenecen.
Capitulo 1
-Kankuro, Temari.- les habló un hombre alto con la mitad de la cara tapada con una tela que sólo dejaba ver su ojo derecho y unas líneas rojas pintadas en su cara.-, voy a comprar un par de cosas al kiosco. Ustedes quédense aquí con el equipaje y no pierdan de vista a Gaara.
Los alumnos del jounin ya estaban acostumbrados a que les ordenaran vigilar a su hermano. No sólo porque fueran familia, sino también porque el menor de ellos era el portados del Shukaku, un demonio con forma de mapache con un gran poder destructivo. Pero lo más importante es que el peligroso bijuu era el motivo por el cual Gaara había crecido en soledad y acecinaba, incluso a veces sin razón. Aunque habían vivido con él desde pequeños, no se habían acostumbrado aún a la idea de que era su hermano menor. Y eso era porque él era la verdadera autoridad en su familia y quien se imponía a sus hermanos.
La idea de quedarse a solas con Gaara no les agradaba en lo más mínimo pero no tenían otra opción. Se encontraban en medio del aeropuerto de la aldea de la arena, en el país del viento. Debían tomar un avión que los llevaría a los tres genins y a su sensei a la aldea de la hoja del país del fuego para llevar a cabo los exámenes para subir de rango a chunin.
Baki desapareció en poco tiempo entre la masa de gente del aeropuerto dejando solos a sus tres alumnos.
-¿Kankuro, qué traes en tu valija?- le preguntó su hermana viendo la enorme maleta negra junto al mayor.
-¿Tú qué crees? A Karasu, claro.
-Tu marioneta no es tan grande como para ocupar todo ese espacio. Estoy segura que llevas algo más.
-Bueno, si. Traje kunais, bombas de humo, agujas, distintos tipos de venenos y algunas partes de marionetas en caso de que necesite reparaciones, sólo lo esencial.
-¿Lo esencial? ¡Pero si empacaste todo lo que guardas en el taller!
-Es lo que necesito para la ofensiva. ¡Nadie dijo nada de que tú no podías llevar ese abanico enorme!- exclamó a la vez que señalaba el objeto gigantesco que llevaba Temari.
-Al menos yo sólo llevo eso. Es lo único que necesito para pelear.
-Claaaaro. Tú sólo necesitas eso. ¿No? ¡Esa es la mentira más grande que he escuchado en mi vida! Si tu abanico es lo único que vas a usar como arma. . . ¿Qué llevas ahí?
-¿Esto?- preguntó señalando una valija tan grande como la de su hermano.- Aquí llevo toda mi ropa.
-Estas no son vacaciones, Temari. Vamos a por lo exámenes chunin. ¿Para qué necesitas tantas cosas?
-Te olvidas que soy mujer, Kankuro. Yo uso zapatos, sandalias, zapatillas, pantalones, polleras, vestidos, remeras, musculosas, tops, blusas, buzos, sweaters, camperas, jaketas, poleras, estraples y mini faldas. Además de accesorios como collares, aros, anillos, pulseras, brazaletes y tobilleras. Más maquillaje como sombra de ojos, delineador, lápiz labial y no me puedo olvidar de las cremas del todos los días, mi shampoo especial y. . . – enumeraba la kunoichi como si fuese lo más normal del mundo llevar todas esas cosas. Mientras tanto, el marionetista intentaba contar con los dedos todo lo que nombraba su hermana sin poder creer la cantidad de cosas que ella necesitaba.
En ese momento su sensei estaba regresando tranquilamente del kiosco con algunas bolsas en sus manos. Pero en cuanto vio que algo andaba mal con sus alumnos abandonó la caminata para correr hacia ellos.
-¡¿Dónde está Gaara?!
-¿Qué? Ah si, está por allá. . . – le indicó Kankuro al jounin el lugar donde hasta hace unos momentos estaba el pelirrojo.- ¿Pero si estaba ahí un segundo?
-¡Idiotas! ¡Les dije que lo vigilaran!
-No pudo haber salido del aeropuerto. . . ¿Verdad?
-No, eso es imposible. No tardé mucho en el kiosco, seguramente no pudo llegar a la salida en tan poco tiempo.
-¿Qué tal si lo llamamos por el altavoz?- propuso la chica.
Claaaaro, porque Gaara va a venir corriendo hacia nosotros si lo llamamos. ¿Verdad? ¡No seas tonta Temari!
-¡Al menos yo si estoy proponiendo algo, Kankuro!
-Bueno, lo único que podemos hacer es buscarlo por todo el aeropuerto.- les dijo Baki.- Yo iré al piso de arriba. Kankuro, tú al de abajo. Y Temari, búscalo en éste. Nos vemos aquí mismo en diez minutos. ¡Dispérsense!
-¡Si!
-De inmediato los tres se separaron y comenzaron la búsqueda del jinchuriki. Éste, aburrido, se había ido a recorrer el lugar y mientras pasaba por entre la gente observando los distintos puestos de comida, revistas y demás. Se había alejado demasiado de su equipo casi sin darse cuenta. Había llegado hasta una gran habitación donde las paredes estaban hechas de vidrio para que la gente pudiera ver los aviones despegar y aterrizar.
"Su atención por favor. El vuelo de las 11:15hs con destino a Konoha está apunto de despegar. Hagan favor los pasajeros de abordar por el andén 6. Muchas gracias."
La voz de una mujer joven sonó por los altoparlantes por todo el aeropuerto de modo que todos escucharon el aviso. Gaara recordó que ese era su vuelo y dado que ya tenía consigo su calabaza atada a su espalda, no veía porque debía regresar con sus hermanos y su sensei. En lugar de eso decidió subir al avión.
Tranquilo aunque con su conocida mirada penetrante, salió a la pista para encontrar el avión en el andén 6. Entonces vio el dichoso número pintado con blanco sobre el asfalto y sin dudarlo un segundo subió al avión que se encontraba allí.
Por su parte, los demás shinobilis no tenían la menor idea de donde podría estar el subaku y por ello habían vuelto al lugar en el que habían acordado el encuentro.
-¿Dónde puede estar?
-Ya revisamos todos lo pisos pero supongo que debemos revisar de nuevo.
-Nos sería más fácil si no hubiera tanta gente.
"Su atención por favor. El vuelo de las 11:15hs con destino a Konoha está apunto de despegar. Hagan favor los pasajeros de abordar por el andén 6. Muchas gracias."
-Ese es nuestro vuelo. Si lo perdemos. . .
-¡No podemos perder ese avión!
-Ahora que lo pienso- comenzó a decir Kankuro.-, puede que Gaara ya se haya subido al avión. Después de todo si llevaba su arena no creo que regrese sabiendo que nuestro vuelo va a despegar.
-Es cierto. Estos avisos se escuchan en todo el aeropuerto, seguramente él ya lo escuchó. Entonces subamos nosotros también a nuestro avión.- les dijo Baki.
-¡Si!
Y dicho esto los tres ninjas de la arena tomaron sus valijas y se dirigieron al andén con el número 6 escrito en el suelo. Una vez que ya estuvieran dentro, buscaron con la mirada al menor pero no lo había rastro de él. Al darse cuenta de que el jinchuriki aún no había abordado el avión, dieron media vuelta para bajar a buscarlo pero una azafata los detuvo ordenándoles que tomaran asiento puesto que el avión ya se estaba moviendo. Y sin que ellos lo notaran, el avión pasó junto al andén 9, en el cual un pelirrojo estaba tomando asiento.
"Señores pasajeros, les habla su piloto. Llegaremos a South Park Colorado en breve. Por favor pongan sus asientos en posición vertical y abrochen sus cinturones. Gracias por viajar con nosotros y esperamos que elijan American Aerolines nuevamente."
Ya le parecía bastante extraño que no se encontrara con Kankuro, Temari o Baki en el avión y ahora además no había llegado a la aldea de la hoja.
-¿Konoha? No entiendo de qué me hablas, chico.- le dijo un hombre de tez oscura, gordo y con un gorro blanco de cocinero luego de que Gaara le preguntase la ubicación de la villa.
-Es una aldea ninja del país del fuego.
-¿El país del fuego? Déjame pensar. . . creo que hay una provincia en Argentina llamada Tierra del fuego. ¡Hey hey! ¿A dónde vas?- lo llamó viendo que el extranjero se daba media vuelta y se alejaba.
-Es obvio que no sabes nada y yo debo darme prisa o llegaré tarde a los exámenes chunin.
-¿Dijiste exámenes chunin? Espera un momento, chico. Creo que sé a donde quieres ir. Pero está un poco lejos de aquí, mejor te llevo en mi auto.
-¿Seguro que conoces el camino?- le preguntó desconfiado, volteándose para mirarlo.
-Caro. Es más, conozco a unos chicos que también van a hacer los exámenes. Estaban muy nerviosos pero seguro que les va a ir bien. La tranquilidad y la confianza son la clave.
Y diciendo esto, ambos se subieron al dichoso vehículo.
A varios kilómetros de distancia, un profesor estaba haciendo realidad la pesadilla de sus alumnos.
-Miren chicos, la señora Garrison no pudo venir porque está atravesando un problema emocional. ¿OK?
-¡Aleluya! ¡Alabado sea el señor!- exclamó un chico gordo, subiéndose a su banco y mirando hacia el cielo.
-Eric, siéntate. De todos modos harán el examen hoy. ¿OK?
-¡Ay carajo!
-Kenny, ven aquí. Toma estos papeles y repártelos a tus compañeros a tus compañeros. ¿OK?
Entonces otro niño con un buzo naranja que sólo dejaba ver sus dos ojos, se levantó y fue hasta donde estaba el hombre más alto para agarrar las temidas hojas. Cuando estaba dándole una a los últimos estudiantes, se escuchó como se abría la puerta del aula.
-Disculpe profesor, será mejor que venga un momento.- le dijo una mujer con anteojos y cabello ondulado y rubio.
-¿Hay algún problema? ¿OK?
-Sólo venga, señor.
-Muy bien niños, ahora vuelvo. ¿OK?
En el momento en que se cerró la puerta, todos los allí presentes gritaron de alegría y tiraron al aire los exámenes.
-¿Lo ves, Kyle?- le preguntó el chico gordo a su compañero de clase.- Si no existiera un Dios esto nunca pasaría. Gracias señor.- agradeció poniendo cara de niño bueno y mirando hacia el techo.
-Cartman, él sólo se fue por un momento y en cuanto vuelva tendremos que hacer la prueba.
Entonces el niño del buzo naranja mencionó algo invendible, aunque no para sus amigos.
-Es cierto. ¿Por qué siempre quieres arruinarlo todo, Kyle?- le dio la razón un chico con un gorro azul y rojo en la cabeza.
Pero como bien había dicho el del gorro verde, el profesor regresó al aula en seguida.
-Niños, vuelvan a sus lugares en este preciso instante ¿OK?- les ordenó y así lo hicieron todos.- Ah ocurrido algo imprevisto.
-¡Si, lo sabía! ¡Exterminaron a todos los judíos! ¡Chúpame las bolas, Kyle!
-Si los judíos hubieran sido exterminados, yo no estaría aquí, culón.
-OH si tienes razón.
-¿Puedo seguir, Cartman?
-Si, por favor siga con su explicación señor profesor.- le dijo, nuevamente con una apariencia angelical falsa.
-Como les estaba diciendo, algo inusual pasó. ¿OK? Un nuevo alumno llegó recientemente a nuestra escuela especialmente para hacer el examen de hoy. ¿OK? Así que denle una calurosa bienvenida a su nuevo compañero. Pasa niño. ¿OK?
Al terminar de decir esto, la puerta se abrió de par en par para darle paso a otro niño vestido completamente distinto a los demás. Tenía el cabello de un color rojizo, sus ojos verdes estaban delineados con una fina línea negra y en su frente llevaba una letra en otro idioma, también de color rojo. Además llevaba unas ropas muy extrañas que los alumnos nunca antes habían visto y lo más raro de todo: traía una calabaza atada a la espalda.
Continuará. . .
-¿Esto fue lo mejor que pudiste escribir, hum?
-Demo. . . Deidara-sempai, es mi primer fic y creo que me quedó bastante bien. Además uno va aprendiendo sobre la marcha.
-Es que la historia no me convence, hum.
-Pero la trama se va a poner mejor a medida que vallan pasando los capítulos. Y puede que aparezcas vos también si los lectores me dejan reviews. . .
-¿De verdad, hum? Entonces ustedes dejen reviews que no tardan más de cinco minutos, hum. Porque si no mi alumna se deprime y no escribe. ¡Y yo quiero aparecer en la historia, hum!
-Bueno, ya escucharon a mi sempai. Gracias por leer mi fic y nos vemos en el próximo capítulo (si dejan reviews, si no me pongo triste y no sigo).
