Los personajes le pertenecen a S. Meyer, yo solo estoy aprendiendo a jugar

CUANDO NO TENGAS A NADIE CERCA

- ¿Por qué? ¿Por qué? no logro entenderlo.

Bella sacudía la cabeza tomándose la frente en el proceso, mientras se dirigía a su auto en el estacionamiento de la universidad.

La mañana había sido un caos, el profesor Steinmann otra vez la había tomado con ella. Que su ensayo no estaba a la altura, su estilo parecía de secundaria, la poca profundidad de sus opiniones y los escasos recursos literarios que utilizó fueron solamente alguna de las ideas que el profesor señalo sobre su trabajo, para luego entregárselo con una sonrisa de autosuficiencia en su rostro arrugado y ojeroso y ordenarle que lo rehiciera si tenía intensiones serias de aprobar el semestre.

- ¡Porque es tradición cariño! - respondió Alice elevando sus ojos al cielo por enésima vez esa mañana.

- Una tradición que por nada del mundo nos perderemos, ¿me entiendes? así que ya deja de complicarlo todo y vamos a la maldita tienda por tu maldito disfraz - contestó exasperada Rose.

- Esta bien, iremos a la maldita tienda por mi maldito disfraz, no me da la gana quedarme sola en casa aguantando niños pidiendo dulces pero que conste, solo por eso voy a ir a la maldita fiesta - respondió ahora mal humorada al cerrar la puerta del auto.

Se sentía cansada, en realidad hacia varios días que no se sentía bien pero con la proximidad de los exámenes finales estaba segura que el agotamiento estaba haciendo mella en ella y después de la jornada que había tenido lo último que quería era aguantar a un montón de niños mañosos gritando por caramelos.

Entre soportar eso y otra estúpida fiesta de Halloween como la de todos los años . . . pues, soportaría la estúpida fiesta.

Vivir en la ciudad de Salem hacia que todo tomara un matiz más dramático en estas fechas y cada vez que Isabella Swan decía que no le entusiasmaba la Noche de Brujas todo el mundo solía mirarla como si le hubiera salido un tercer ojo o algo así.

La idea era recoger el traje que Raslie y Alice habían encargado para Bella, sabían que ella no lo haría, llegar al departamento, comer algo, bañarse por turnos y alistarse para fiesta que daría la reina de la universidad en su casa. Jessica se consideraba demasiado exclusiva como para pertenecer al alguna fraternidad y aunque fuera un poco odiosa, todos tenían que reconocer que las fiestas en casa de Jessica Stanley eran memorables, más aún las de Halloween.

Mientras recorrían la avenida principal Rose retocaba su maquillaje. Observaba su perfecto rostro en el espejo de bolso que siempre llevaba con ella cuando notó que una camioneta negra no dejaba de seguirlas. Le había llamado la atención desde que la vio aparcada en el estacionamiento de la Universidad una semana atrás. Como amante de los autos no pudo dejar de admirar laRange Rover Sport, y sabiendo que casi nadie poseía una en la ciudad, sintió curiosidad inmediata. Tampoco le paso desapercibida cuando dos noches atrás, mientras se despedía de Emmet la vio estacionada casi en la esquina del departamento que compartía con Alice e Isabella.

Antes de decir nada, decidió intentar algo, no quería alarmar a sus amigas pero tenía que cerciorarse.

- Bella ¿puedes girar en la calle Washington? necesito un Starbucks en forma urgente.

- ¿Ahora, en serio? - lo único que Bella quería era buscar el traje e irse de una vez al departamento, tenía un ensayo que adelantar antes de preparase para salir.

- Vamos a tomar un momento, te prometo que no voy a tomar nada

Isabella miro a su amiga por el espejo retrovisor para contestarle cuando noto demasiado cerca una camioneta negra

- ¡Que diablos, ese idiota se encuentra demasiado cerca! - exclamó olvidando momentáneamente responderle a su amiga.

Alice se dio vuelta para poder mirar por el espejo trasero

- Si es verdad, aunque hay mucho transito - dijo volviendo a su posición en el asiento delantero - mejor vamos al Starucks, creo que nos vendrá bien un café a todas.

Rosalie no dijo nada, cosa que a Bella le llamo poderosamente la atención.

Luego de pedir cada una su capuccino, con chocolate para Bella, con edulcorante para Rose y con crema para Alice, se sentaron en una mesa junto a la ventana. Afortunadamente la camioneta que las preocupaba siguió su camino.

-Son unas paranoicas -dijo Alice dando un sorbo a su bebida - les dije que había mucho transito, esa camioneta era enorme, solo no tenia espacio para circular.

- Aún así, estaba muy cerca, de verdad me puso nerviosa . . . Rose, ¿estás bien?- pregunto Bella mirando a su amiga.

- Si - contesto distraídamente Rose quien seguía mirando ansiosamente por la ventana esperando ver aparecer la dichosa Ranger en cualquier momento.

El teléfono de Alice vibró sobre la mesa. El rostro sexy de Jasper apareció en la pantalla provocando una sonrisa instantánea en la chica.

- Hey tu ¿cómo estas? - respondió - si claro iremos. . . ok me lo pondré cariño, transparente y pequeño, tal como te gusta

-¡ Huuugg demasiada información! - exclamó Bella mientras Rose le aventaba una servilleta de papel

Alice sonrió y le guiñó un ojo a sus amigas

- Nada cielo - respondió al teléfono, Jasper había escuchado la exclamación de Bella - mis amigas están celosas por no tener a alguien tan hot como tú con ellas.

-¡Oye no te metas con mi Emmet! él es lo más caliente sobre la faz de la tierra

Bella observaba a sus amigas y rió, ella si estaba sola, lo de Jacob había terminado hacia unas semanas, simplemente no eran compatibles, se llevaban bien, el sexo estaba bien, así como estaba bien comer, dormir, respirar o bañarse, no tenían nada de extraordinario.

Ella buscaba algo más, exactamente que, no lo sabía pero quería creer que existía en una relación de pareja algo más que pudiera adjetivarse como " bien".

Decidió dejar a sus amigas un momento para ir al sanitario, volvía a tener esa extraña sensación. Repentinamente sus manos comenzaban a sudar, se sentía caliente, como si un fuego interior la recorriera, entonces aparecía el mareo y por escasos segundos su visión se nublaba.

- Es cansancio- se repetía una y otra vez y ahora, frente a la puerta del sanitario, el conjunto de sensaciones estaba otra vez ahí.

Abrió rápidamente la puerta con la intención de mojarse el rostro, entro y dejo su bolso en la encimera, abrió el grifo y se miro en el espejo, justo detrás de ella apoyado en la pared, pudo ver a un hombre que la observaba, en ese preciso momento las luces del baño parpadearon y bajaron de intensidad.

Sintió su corazón latir desbocado e intento moverse para salir rápidamente del baño, cuando un fuerza invisible la empujó nuevamente junto al lavabo.

- Hola Isabella - dijo el hombre con voz profunda y varonil

- ¿Quién es usted? - pregunto turbada, había algo en sus ojos que no le permitía dejar de mirarlo.

- Quién soy no importa , qué soy es lo relevante

- Y . . . ¿qué eres?

- ¿No lo sabes? - dijo acercándose lentamente

Bella creía que el corazón iba a salírsele literalmente del pecho aunque no era miedo lo que sentía, cualquier chica en una situación similar debería sentirse aterrada, pero ella en cambio solo estaba. . . impresionada.

El hombre era hermoso, sus ojos magnéticos eran de un color verde como jamás había visto en su vida. A medida que se acercaba podía notar que estaba completamente vestido de negro y de forma impecable, que tenia el cabello de un imposible tono cobrizo y una piel extremadamente blanca.

No podía hablar estaba perdida en la imagen que le devolvía el espejo, solo atino a negar con la cabeza. El hombre sonrió y se acerco más si quitar las manos del bolsillo de sus pantalones llego hasta casi rozar su espalda, para acercarse lentamente a su oido y decirle.

- ¿Nunca sentiste que desencajabas con todo? ¿Qué para ti todo era muy banal y simple?

Mientras preguntaba Isabella sentía como su aliento lograba erizar los bellos de su nuca, noto su olor a sándalo y como este apoderaba de ella al igual que una sombra fantasmal y como, a medida que la interrogaba, la sensación de calor y mareo era cada vez mas fuerte.

- Siempre un paso delante de todos, siempre aburrida, teniendo que aguantar a personas como Steinmann, ¿no es verdad?

- ¿Como sabes lo de Steinmann? - preguntó ansiosa - tu no estas en la Universidad

- Diagamos que. . . se muchas cosas - dijo pasando el dedo indece por toda la longitud del brazo de la chica.

Al toque del joven Isabella sintió un escalofrió que fue desde su pecho hasta su sexo y noto como este se humedeció.

- Por ejemplo, se que ahora estas caliente, estas húmeda - la mano del hombre paso de su brazo a la cintura de su falda, se metió dentro de esta y llego hasta su vulva donde presionó su clítoris con fabulosa precisión, para luego suavemente

Un gemido se escapo de su boca, casi estaba a punto de venirse por un solo toque, cerró los ojos y trato de serenarse aunque seguía sin poder moverse.

- ¿ Quién o qué demonios eres?

- Soy un INTEGRADOR

- ¿Y qué haces? ¿ Quieres de mi?

- Lo que hago es precisamente integrar, integro brujas a su mundo y yo no quiero nada de ti, eres tu la que necesita de mi.

- ¡ Estás loco, déjame salir de aquí!

- Shhhh, tranquila, hay algo que debemos resolver primero, si no pasas por esto, estarás muerta a la media noche

- Pero que dices. . .

No pudo terminar de hablar, el integrador la giro y cubrió sus labios con su boca. El fuego que Isabella sentía se torno más intenso, quemaba por dentro, su sexo pulsaba enloquecido reclamando alivio en forma inmediata.

Podía sentir como sus bragas estaban prácticamente empapadas, intento juntar las piernas para aliviar la tensión cuando el hombre se acomodo entre ellas impidiéndoselo.

El beso se hizo mas intenso, salvaje, las lenguas se enredaban sin pudor, en algún resquicio de su mente Isabella pensaba que tenía que escapar, estaba siendo besada y manoseada por un desconocido evidentemente loco el baño de una cafetería mientras sus amigas esperaban fuera, pero simplemente no podía y no quería moverse de donde estaba.

Las manos de integrador se metieron debajo de su falda y literalmente desgarraron las pequeñas bragas, ella sin quedarse atrás, quito la camisa de dentro de sus pantalones y de un tirón hizo volar todos los botones .

Él le levanto la blusa para bajar la copa del sostén y atacar sin piedad los pezones que se alzaban necesitados, amasando los senos besando uno y otro.

- Para esto me necesitas, debo poseerte, es la forma de entrar a tu vida, a la real - dijo entre jadeos mientras habría su pantalón y posicionaba su polla en su abertura.

La penetró con fuerza y le dio un momento para que se acostumbrara a la intromisión para luego comenzar a moverse en forma casi demencial.

Isabella estaba perdida, jamás se había sentido tan completa y nunca en su vida le habían dado tanto placer, podía sentirlo llegar casi a su matriz, alcanzando un punto del que había oído pero jamás había encontrado.

Mientras era penetrada busco la boca y mordió el labio sin control, lo que provoco que el hombre gruñera y apretara su cadera con fuerza, envistiéndola aun mas fuerte

- Vamos nena, dámelo lo necesito yo y lo necesitas tu, años esperando este momento, en las sombras, esperando a que crecieras - dijo entre jadeos mientras que con la mano iba a la conjunción de sus sexos para masajear en hinchado botón.

- Por Dios que dices

- Que eres una Bruja Bella y esta es tu ceremonia de entrada

Al escuchar aquello todo su cuerpo convulsionó, los espasmos fueron tremendos, el placer la golpeo en oleadas profundas , haciendo que se tensara en un punto máximo alcanzando el mayor y mejor orgasmo de su vida

En tres estocadas mas sintió como él se liberaba en su interior.

El apoyo su frente en la suya intentando recomponerse.

- Esto fue una locura . . . Dios . . .

- No Bella, esto fue una alianza ancestral, bienvenida al aquelarre - dijo mientras tomaba su mano izquierda.

- Pero ¿porque ahora?

-Porque ahora estas lista y además, no tienes a nadie cerca.

En ese momento las luces volvieron a parpadear generando varias descargas porque lo que aparto la vista, la acumulación de luz repentina hizo que sus ojos dolieran.

Al volver a mirar se encontró sola en el baño.

Se giro para mirarse al espejo y tratar de arreglar su ropa, ya se imaginaba que era un desastre, pero su sorpresa al verse fue encontrarse en perfectas condiciones, la ropa en su lugar y sus bragas intactas.

- Me estoy volviendo loca - dijo observándose

No lograba entender que era lo que había pasado, reviso cada uno de los compartimientos y los encontró vacios.

Reparo en que Alice y Rosalie deberían estar esperándola, seguramente llevaba un buen rato metida ahí, quizás vinieron a buscarla y ella no las escucho.

Se apresuro a salir del baño para contarles a sus amigas lo sucedido, seguro estarían preocupadas por su tardanza.

Al llegar a la mesa Alice sostenía el celular en su mano sonriendo

- Ya Jasper, enserio cariño, nos vemos en un rato

Rosalie la miro extrañada mientras se sentaba

- ¿Se le olvidó algo querido?

- No

- Pero ¿ni siquiera entraste al baño? ¿por qué volviste tan rápido, estaba lleno?

- Pero si entre, estuve rato dentro - respondio confundida

Allice que había cortado la comunicación le dijo

- Bella recién te acabas de ir de la mesa linda,¿ no pudiste usar el baño?

-Ok, esto fue mi imaginación, necesito un buen revolcón, eso es todo - pensó tratando de tranquilizarse.

Intento calmarse, casi un mes sin sexo, el estress de la Universidad y el trabajo, si eso era, eso fue todo. Pensando en esto se encontraba cuando Alice de repente tomo su mano .

- Pero que bonita sortija, ¿de donde la sacaste?

Isabella miro su mano izquierda

"- No Bella, esto fue una alianza ancestral, bienvenida al aquelarre - dijo mientras tomaba su mano izquierda."

- No. . . no recuerdo - dijo quitandose la sortija que era de color negro para observarla. En su interior tenia una leyenda, la acerco a la ventana para poder leer:

"Cuando no tengas a nadie cerca"

Mientras leía la inscripción, por la calle a escasa velocidad, una Range Rover Sport, se perdía en la bruma de la tarde-

Niñas, aqui esta mi primera historia. Espero que si es o no de su agrado me lo hagan saber, hay mucho por aprender y necesito de ustedes.

Quiero agradecer infinitamente a Sachita Simón por escribir una historia fantastica, que emociona e inspira y a Ximena Brönte, por ayudarme a descubrir que puedo atreverme a escribir, sin ustedes dos hoy no estaría aqui.

A todas la niñas de Dragonianas, si pasan por aqui, muchas gracias!