El mejor regalo de cumpleaños
Por Nochedeinvierno13
Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter pertenece a J. K. Rowling.
Este fic participa del Reto Especial: ¡Feliz Cumpleaños, Ron! del Foro "Amor de Tercera Generación".
Ron estaba acostumbrado a que sus cumpleaños quedaran en un segundo plano porque tenía cinco hermanos más y la situación económica de su familia, no le permitía a sus padres regalarle los regalos que él siempre había querido. Su madre le tejía suéteres y bufandas que llevaban la inicial de su nombre, su padre algún cacharro muggle que se encontraba y los gemelos, alguna que otra broma que terminaba por ponerle los nervios de punta.
Él jamás recibió de pequeño, aquella escoba que vio en el vitrina del Callejón Diagon o el equipo para jugar Quiddich para niños de siete años. No fue hasta que se hizo mayor y consiguió su propio trabajo, sus propios ingresos, que para su cumpleaños podía tener lo que verdaderamente deseaba.
En su cumpleaños número veintidós, se compró la última escoba que había salido al mercado y su propio juego de pelotas de Quiddich para improvisar algún partido cuando Harry estaba por La Madriguera o a George se le antojaba recordar sus viejos tiempos como golpeador de Gryffindor.
Ron pensó que ahora que se había casado con Hermione y vivían en su propia casa, no es que le molestara vivir con sus padres pero le agradaba esa intimidad que podía tener con su esposa, él pasaría a ser el protagonista de sus propios cumpleaños pero una vez más, el destino le demostró que su deseo no se podía hacer realidad. Fue una noche de agosto que Hermione le dijo que estaba embarazada y según los cálculos que hacía, el nuevo integrante de la familia llegaría el 1 de marzo, el mismo día de su cumpleaños.
Él pasó la noche anterior a su cumpleaños en aquel hospital muggle que tenía un olor molestó y el día de su cumpleaños, también lo pasó allí. La pequeña Rose era igualita a como era él cuando nació o eso fue lo que le dijo su madre. Ron estuvo algo molestó porque sabía que nuevamente no tendría los cumpleaños que siempre quiso pero cuando sostuvo por primera vez a su hija en brazos, supo que valía la pena.
Es el cumpleaños número cuarenta y dos de Ron y aunque su casa está invadida por los amigos de Rose, sabe que vale la pena porque su hija está contenta y sabe que Rose no se compara a la escoba ni al equipo de Quiddich que no pudo recibir cuando era pequeño. Su hija Rose es el mejor regalo de cumpleaños que ha podido tener y compartir su día con ella, es lo que le hace más especial.
