A stable's story

Disclaimer: Ninguno de los personajes de Once Upon a Time me pertenecen, solo es mera diversión.


-Bosque Encantado-

Era un día como cualquier otro, mi madre me había llamado para mis habituales clases de etiqueta, bla bla bla, demasiado aburrido. Yo lo único que esperaba era ir a cabalgar con Rocinante, mi precioso caballo que hacía poco mi padre me había regalado por mi cumpleaños. Era fascinante salir a montar, sentir el aire pegando en mi cara y recorrer el verde terreno, disfrutando la vista una y otra vez. Aunque no era muy buena, ya que no había alguien que me enseñara a montar, me las ingeniaba para no caer.

- ¡Regina! - me llamó mi madre un poco molesta – Fantaseando de nuevo… ¿Cómo quieres llegar a ser alguien si no te concentras en lo que debes? -negó con la cabeza

-lo lamento madre – contesté apenada

-no quiero que se repita -me dijo con un tono frío -por cierto, debes vestirte para tus clases de equitación- dijo no muy convencida

- ¿equitación? -pregunté sorprendida y emocionada a la vez

- si… he de decir que no me agrada mucho la idea, pero si vas a tener a ese "animal" -dijo con un tono un tanto despectivo- has de saber montarle apropiadamente como una señorita –

Quise rodar los ojos, pero estaba demasiado emocionada como para prestarle atención a sus comentarios de siempre.

-tu padre ha traído a un chico que a partir de hoy trabajará para nosotros en el establo y él es quien te enseñará a montar…- apenas Cora terminó de pronunciar esa frase cuando por la puerta de en frente entraban el príncipe Henry y un muchacho alto de cabello castaño junto a él.

- princesa -se dirigió su padre a la joven haciendo una pequeña reverencia y finalizando con un guiño, a lo que Regina soltó una leve risa mientras su madre los miraba con seriedad.

El joven imitando la acción del hombre, se inclinó ante las damas frente a él

-mi nombre es Daniel, es un placer conocerlas-

al momento de levantar la vista, su mirada se cruzó con la de la joven y después de un momento, ella retiró la vista ruborizada y un tanto apenada.

-si me disculpan, tengo que cambiarme- dicho esto Regina se dirigió a su alcoba, no sin antes ver una vez más al joven y dedicando a este una sonrisa.


¡Hola! Pues aquí les presento algo que vino a mi mente un día... no tengo experiencia escribiendo como podrán notarlo, pero espero sea de su agrado.

Se aceptan comentarios, críticas constructivas y demás :)