N/A Disculpen si existe alguna discrepancia entre la serie y el fic hace tiempo que vi la serie y hay algunas cosas que pudiera haber olvidado y cambiado.
Hace años que no escribo y me ha costado bastante seguir el ritmo, perdón por la brevedad del capítulo.
Lin comienza a cuestionar la manera en la que ha estado viviendo todos estos años debido a los grandes cambios han ocurrido desde la llegada del Avatar a la ciudad. Pero las cosas se complican cuando la relación que sostiene con Kya cambia completamente tras ciertos incidentes. (KyaLin).
Disclaimer: La historia pertenece a Bryan Konietzko y Michael Dante dimartino, así como Nickelodeon.
Esta es una historia de emparejamiento entre chicas.
Capitulo 1: Peripecia.
Era una inusual noche de calma en ciudad República, en uno de los barrios medios de la ciudad, se encontraba la mayor de las hermanas Beifong. Desde su apartamento ubicado en el séptimo piso miraba la ingravidez del océano frente a su ventana, la brisa de la noche remolinaba su cabello en todas direcciones llenándola de una excepcional calma.
Casi 6 meses pasaron con prontitud desde la derrota de Kuvira, el daño a la ciudad fue notable, incontables edificios, negocios, calles y hogares fueron destruidos durante aquel enfrentamiento, dejando escombros por toda la ciudad. Pese a todos los esfuerzos invertidos aún se encontraban en labores de reconstrucción, pero era clara la mejoría que presentaba el estado de la urbe.
Ciertamente una gran cantidad de cambios acontecieron a la ciudad de manera significativa estos últimos años, comenzando por la lucha contra los igualitarios, seguido por la obsesión de Unalaq por el poder de Vaatu, que terminó causando que los espíritus vagaran libremente por el mundo. Por último, el deseo de poder de Kuvira, conquistando casi todo el reino tierra, sin mencionar el portal espiritual en medio de la ciudad ahora convertido en atracción turística.
Sin embargo la orden del Loto Rojo a pesar de no amenazar directamente ciudad República fue quien más afectó a Korra, incluso años después solía tener pesadillas poco frecuentes, pero donde aún quedaban recuerdos de su pelea contra Zaheer, despertándola en medio de la noche, causando pequeños ataques de pánico, que Asami lograba detener aferrándose con fuerza al Avatar.
Esta singular situación causaba conmoción en más de uno. Nada menos que la dueña de Industrias Futuro y el Avatar Korra se encontraban en una relación amorosa, era un secreto a voces que muchos decidían ignorar, nadie quería problemas con dos de las personas más poderosas de la ciudad, pero cualquiera que observara con detenimiento la manera de interactuar de ambas mujeres lo notaria de manera casi inmediata, Korra solía poner a su novia en todo tipo de situaciones incomodas sin importar las personas a su alrededor, demostrando en todo momento su afecto por la joven ingeniera.
Durante las primeras semanas diversos periodistas intentaban exponer la relación de manera totalmente sensacionalista con títulos llamativos y sin sentido, pero era difícil siendo que el Avatar estaba respaldado por la fuerza policiaca y el presidente Raiko; este último prefería ocultar dicha relación por motivos políticos, por lo cual se aplicó censura en los diversos periódicos de la ciudad. Era un tema del que se podía tener una mínima mención en periódicos y radio, pero siempre de manera breve y objetiva por lo cual perdió rápidamente el interés de los medios.
Sin embargo para Lin nos notables cambios comenzaban a afectarla, hacía ya algunas semanas comenzó a preguntarse ¿Qué más hay en la vida? Durante años había trabajado de manera ardua, absorta en su trabajo con el objetivo de seguir los mismos pasos de su madre, llegando a ser jefa de la policía a una corta edad, pero durante todos esos años el trabajo se significaba todo para ella, después de su ruptura con Tenzin se enfocó a un mas en su deber. La salida de casa donde vivió su infancia solo vino acomáñada más soledad.
Durante años solo la esperaba un departamento vacio ordenado metódicamente, en el cual prácticamente solo dormía. De alguna manera era su rutina ahora, el trabajo era lo único que tenía en su vida.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por repentinos golpes en la puerta principal. Lin caminó con cautela extrañada por la inusual presencia de alguien llamando en su puerta, sin mencionar que pasaba de la media noche. Comprobó por la mirilla para encontrarse con Kya esperando paciente del otro lado.
- Sí, que sucede – Cuestionó lacónicamente nada más abrir la puerta.
Kya giró la vista por la repentina voz pero sus palabras se perdieron al ver la ropa de la mujer menor o mas bien la escasez de esta. Al parecer su pijama consistía solo en pantalones cortos color verde que cubrían de manera limitada sus muslos tonificados, en la parte superior una blusa de tirantes color negra enmarcaba su figura, permitiendo ver sus acentuados músculos, causados por tantas horas invertidas en ejercicio. En la parte posterior de su antebrazo derecho una cicatriz recorría desde su muñeca hasta el codo.
Viendo a la mujer que de alguna manera siempre aprecio profundamente, llegando a ser una inspiración para la maestra agua. A quien además contadas veces había visto con algo diferente a su uniforme, provocó que se sonrojara furiosamente mientras observaba con detenimiento el cuerpo bien proporcionado de la mujer ante ella.
-¿Qué es lo que te pasa? – Pregunto confundida al notar el tono rojizo en las mejillas de Kya – No me digas que has estado bebiendo otra vez – Suspiro con fastidio, solía ponerse incómodamente cariñosa con ella cada vez que bebía en su presencia.
Tu ropa… - Musitó después de algunos segundos más, Lin rápidamente dándose cuenta de su condición, sujeto el hombro de la curandera con fuerza jalándola al interior, cerrando la puerta detrás de ella, con el fin de evitar cualquier espectáculo que pudiera darles a sus vecinos, en especial molesto joven del piso superior que era mas que obvio su gusto por las mujeres maduras.
Una vez dentro Lin caminó por el corredor de la puerta principal conectado a la sala, una amplia habitación de paredes blanquecinas con piso de linóleo, tomó asiento en un sillón blanco de dos plazas, a Kya le costó unos segundo para salir de su estupor y tomar asiento en un sillón totalmente idéntico situación enfrente, separado solo por una mesa de madera de una sola pieza.
-¿Qué haces aquí? – Volvió a preguntar con el mismo tono plano de voz.
Kya sintió la mirada totalmente seria sobre ella, la única iluminación era proporcionada por la luz de la luna que se colaba por una amplia ventana situada en el lado izquierdo, dándole un aspecto más autoritario a la jeda de policía que a cualquier otra persona hubiera intimidado, pero Kya y ella se conocían desde su infancia y estaba acostumbrada a este tipo de miradas sin embargo había que reconocer que con los años intimidaban aun mas.
Recién llegue a la ciudad, me entere de todo lo que paso –, titubeó al ver la expresión de molestia en la cara de Lin. - Solo esperaba saber cómo lo estabas llevando.
La jefa de policía apretó su puño intentando mantener la calma, Kya de alguna manera era una de las pocas personas cercanas a ella, a pesar de los años y la abrupta separación con todo lo relacionado con Tenzin después de su rompimiento, tenían lo que pudiera considerarse una amistad.
-Fue un asunto menor, no tiene importancia-. Desestimó mirando a otro lado. – Las cosas a veces pasan y uno tiene que ser capaz de vivir con ello.
-Creí que hablar con alguien te haría bien -, le mostró una sonrisa sincera, inclinando su cuerpo hacía delante.
-No necesito hablar de nada-. Beifong se levantó del sillón de manera apresurada obviamente molesta, comenzando a caminar a su dormitorio. –Si esa es la razón por la que estás aquí te puedes ir ya-. Dijo de espaldas para después cerrar la puerta con fuerza tras ella.
Kya suspiró, era doloroso como a pesar de los años solo se habían distanciado mas, le hubiera gustado obtener por lo menos un saludo cariñoso, una invitación posterior o una charla amigable. Extrañaba la manera en que solían hablar hace tantos años atrás como si en verdad fueran familia, Lin nunca fue una persona abierta con los demás pero siempre era amable con ella, era triste ver como al pasar del tiempo solo se recluía en sí misma, dejando a los demás a un lado.
No tenía sentido permanecer por mas tiempo en el apartamento, así que decidió marcharse, sacó con cuidado del bolsillo derecho de su ropa una fotografía con la fecha anotada en la parte posterior, dejándola sobre la mesa de centro de la sala, para salir después derrotada, bajando los escalones hasta llegar al piso inferior, donde afuera la esperaba un Satomovil con sus maletas y un taciturno conductor.
