Disclaimer: Todo esto no me pertenece, si no a la genial J.K. Rowling.

Este fic participa del reto "Nuevo año, nuevas historias" del foro La Sala de los Menesteres.

Personaje: Victoire

Palabra: Metaformogo


La varita elige al mago…por qué no siempre está claro.

Creo que debemos esperar grandes cosas de usted, Harry Potter. Después de todo Aquel-que-no-debe-ser-nombrado hizo grandes cosas… terribles sí, pero grandiosas.

(Harry Potter y la Piedra Filosofal)


(Quizá ese fuese el por qué su varita la escogió, para proteger a los que amaba)

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Protectora

Victoire

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Cuando la carta de Hogwarts llegó a El Refugio la mayor de los tres Weasley-Delacour saltó de dicha y felicidad. Prácticamente no había dormido desde que Teddy había vuelto de Hogwarts contándole más cosas. Ahora, ahora finalmente la carta estaba allí, entre sus manos, lo que había esperado durante meses y meses, o mejor dicho durante años.

Sus ojos celestes vívidos, justo del mismo tono que su madre, refulgían mientras sus dedos temblorosos abrían el sobre.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Directora: Minerva McGonagall

(Orden de Merlín, Primera Clase)

Querida Señorita Weasley:

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de Julio.

Muy cordialmente,

Neville Longbottom

Director Adjunto

— ¡PAPAAAAÁ! —chilló apenas encontró la voz —¡MAMAAAAÁ!

Apenas amanecía, sus padres debían estar en la cama pero no importaba, debían bajar y celebrar. ¡Al fin iba a Hogwarts! ¡Sería la primera Weasley en pisar el castillo donde la mayor parte de su familia había estudiado! ¡Iría a Hogwarts!

¡Podía bailar de la felicidad!

De hecho cuando sus padres bajaron minutos después en tropel por las escaleras con el rostro en blanco y las varitas preparadas, Victoire estaba bailando. Saltaba y daba algunos pasos agitando la carta en alto. La visión del sobre amarillento quitó la expresión extraña del rostro de sus padres, casi al instante avanzaron hacia ella y le abrazaron. Vic subió gustosa a las piernas de su padre mientras su madre reía ante su dicha.

—"Ogwarts" —dijo con un ligero mohín viéndola con orgullo — ¡Ya eges mayog, Victoire!

—La primera Weasley después de Ginny que irá Hogwarts —su padre le dio un beso en la cabeza —. Creo que debemos dar la oportunidad al resto para alborotarse.

Su madre sonrió.

—Avísales, yo hage el desayuno.

— ¡Mami, papi, iremos al Callejón Diagon ¿No?! —preguntó con los ojos brillando.

Su padre asintió con diversión.

—Hoy mismo, princesa. Pero primero ayuda a mamá…y…eh…aguanta un poco la celebración Weasley. Tus tíos no querrán perderse esto.

Mientras su padre iba hacia la chimenea Vic cogió su carta y se escabulló hacia el segundo piso, formó una sonrisita traviesa cuando atisbó la puerta entreabierta del cuarto de Dominique y fue hacia allí. Su hermana se levantó asustada cuando saltó sobre ella, pero después de perdonarle por el susto ambas saltaron sobre la cama, fueron a buscar al pequeño Louis de escasos cuatro años, llenaron de besos su rubia cabecita y siguieron saltando y chillando "Hogwarts", "Hogwarts".

Fue el día más especial de su vida, el día en que su destino se selló, porque esa carta era la puerta hacia su mundo, el mundo que adoraba, la magia que existía en su interior, todo, todo estaba sellado con esa simple carta, tan insignificante en apariencia, tan importante en realidad.

Estaba tan feliz que casi brillaba, como si fuera una veela pura.

Cuando llegó a la tienda de varitas ella daba saltitos de arriba a abajo de pura emoción, sus padres ni siquiera intentaban contenerla, la entendían. Dominique miraba el lugar con un toque ávido en sus ojos, seguramente esperando el momento en que cinco años después ella entrara allí también con el objetivo de tener una varita. Por regla general, en teoría o como si dijese (o como dijera tía Hermione) todos los magos podían hacer magia sin varita, la varita regulaba y pulía la magia para utilizar la necesaria y bien controlada. Tener la carta de Hogwarts y tener la varita eran todo lo que un niño mago soñaba antes de ir a Hogwarts.

Ella ya tenía uno, ahora le faltaba lo otro.

El señor Ollivander salió a atenderlos unos minutos después. Victoire le conocía, había ido dos años atrás cuando Teddy compró su varita y además sus padres acostumbraban a visitarlo algunos días al año, un relato sobre alguna acción había estrechado lazos entre ellos. Se saludaron como viejos amigos y después la miró.

—Oh, sí, la Señorita Weasley…sí, sí, pensé que vendría pronto —dijo con su voz casi adormecida y misteriosa. Sonrió amablemente mientras le tomaba medidas —. Recuerdo a cada Weasley a la que he vendido una varita…de hecho recuerdo a cada persona a la que he vendido una varita…—narró más para sí mismo que para ella —. Varitas poderosas…y temperamentales en algunos casos —añadió con diversión —. Veamos cómo le va a usted.

Su padre le guiñó un ojo para aplacar su nerviosismo.

—Todo estaga bien, cagiño —dijo su madre sonriéndole radiante mientras entretenía a Louis—. Tendgas una vagita adecuada paga ti.

—Sin duda —el señor Ollivander miró a su madre riendo —. ¿Palissandro y pelo de veela?

Su madre solo rió.

—Pruebe esta —le tendió una varita larga y oscura — Laurel, pelo de unicornio, 32 centímetros, flexible…

Vic intentó alzar el brazo con entusiasmo, pero ni siquiera había logrado moverse un milímetro cuando Ollivander le arrebató la varita diciendo "No, no, no" "Mejor esta".

—Tome esta, pruébela, vamos…—animó —. Manzano, pluma de fénix, ligeramente elástica.

Vic volvió a intentarlo, Ollivander volvió a quitarle la varita.

—Ahora esta…Secuoya, fibra de corazón de dragón, 25 centímetros, rígida….No, no, no… ¿Qué tal cedro y pelo de unicornio? No, no, pésima idea… ¡Castaño y fibra de corazón de dragón!...

Las varitas siguieron desfilando una tras otra, Vic empezó a formar un puchero de disgusto y ansia ¿Dónde estaba su varita? No recordaba que con Teddy demorara tanto ¿O sí lo hizo?

El señor Ollivander quedó pensativo y después fue alegremente a buscar otra. En el momento en que la vio Vic lo supo, era esa, era la adecuada. El vendedor se la tendió con una amable y misteriosa sonrisa anunciando toda la información sobre la varita.

—Serbal, nervio de corazón de dragón, 30 centímetros, rígida —dijo con orgullo —. Pruébela.

Vic la tomó, sintió un calorcito en los dedos y la varita envió chispas doradas y rojas.

Sus padres aplaudieron, Nike sonrió, Louis rió y ella miró con emoción contenida.

¡Lo tenía! ¡Tenía su varita!

—Fue una cliente bastante difícil pero al final se halló a su pareja ideal —dijo Ollivander sonriendo —. Debemos esperar grandes cosas de usted, Victoire Weasley…cada varita tiene un poderoso núcleo y materiales asombrosos y misteriosos, cada uno con un significado diferente y especial. La varita que la ha elegido será servicial, útil para proteger a los que ama. Su corazón ha hablado.

Victoire salió saltando de la tienda luego de que sus padres pagaran por la varita y el día no pudo ir mejor cuando escuchó su nombre. Al voltear vio a Teddy saludando con una gran sonrisa, estaba al lado de tío Harry. Ese día llevaba el cabello lila, como lo había decidido desde que ingresó a Hogwarts. Su condición de metaformogo le permitía hacer lo que quisiera con su aspecto pero ahora rara vez se cambiaba el look.

A Victoire le encantaba verlo así, le gustaba como era sin importar su cabello o sus ojos, le gustaba su sonrisa y su buen corazón, y pensó mientras Teddy iba hacia ella que si de verdad la varita que le había elegido serviría para proteger a quienes quería, ella protegería a Teddy de todo, incluso de la soledad.

Estaría con él siempre, sin importar lo que sucediera, sin importar que el mundo cayera.

Teddy le sonrió y le cogió de la mano.

Se sonrojó levemente y apretó sus dedos en torno a los de él ignorando el carraspeo medio molesto de su padre y las risas de tío Harry y de su madre, o la expresión burlona de Nike.

En ese momento solo importaba esa silenciosa promesa.

Años después Victoire recordaría aquel día con nostalgia, había sido la primera prueba de su carácter demasiado protector con los que amaba, con sus padres, con sus hermanos, con sus primos, con toda la familia que tenía y con la que formaría con Teddy después.


Serbal: La madera de serbal siempre ha sido muy deseada para las varitas por su reputación de ser más protectora que ninguna otra. Hace que todo tipo de encantos defensivos sean especialmente fuertes y difíciles de romper. Se suele decir que ningún mago o bruja oscura han poseído jamás una varita de serbal. El serbal se lleva mejor con aquellos de mente clara y de corazón puro. Sin embargo, esta reputación no debería engañar a nadie, puesto que estas varitas son iguales que cualquier otra, a menudo incluso mejores, y frecuentemente son mejores que otras en duelos. (Fuente: HarryPotter-Wiki)


Hola!

He tenido escrito esto desde hace meses pero no quería publicar hasta no tener la mayor parte de los one-shot listos, y al final hoy puedo decir que tengo casi todos, solo dos que me faltan terminar, pero al menos tengo la seguridad de que puedo completar el reto y soy feliz con eso :)

Espero les guste.

Besos.

Bella Scullw.