Espontaneidad | Música
Quería que lo supieras
Haruichi no se pierde de ningún movimiento. Es la primera vez que ve a Eijun así.
―Parce que te gustó― cuando en realidad Eijun simplemente no sabe cómo responder o corresponder a lo que le ha entregado Haruichi. Si tan solo pudiera volver a respirar con normalidad o calmar los latidos de su corazón, podría intentar decir algo más que―: ¿Eh? ¿Qué? Yo... ¿Eh? ¿Ha-Harucchi? ¿Pero qué...? Tú...
―Esto es lo que siento por ti, Eijun― solo para hacerle explotar el rostro. Las pupilas le bailan y le dan esperanza a Haruichi, quien solo permanece con las manos tras la espalda y le mira sin esperar realmente que le devuelva el beso de hace un momento. ―Quería que lo supieras.
Se aleja hasta que no es más que una pelusa rosada en la vista de Sawamura y este prácticamente babea en el bullpen del campo de Seidou hasta que Ono le saca de su ensimismamiento. ―Deberías ir con él, hm.
―¡No lo alientes, Ono!― con su mejor grito. Se para junto al de primer año y le acerca la mueca al rostro― O mejor sí, así se irá a besuquear por ahí mientras le quito su puesto como pitcher―. Pero Sawamura ya ha echado a correr para alcanzar a Haruichi en dondequiera que haya ido. Corre con la stamina retumbándole en el pecho y el rostro encendido.
Encuentra a Haruichi en las bancas que están fuera del campo después de un rato de correr e intentar preguntar a alguien si lo ha visto, pero antes de poder lanzársele encima puede notar algo extraño: las manos le cubren el rostro y pareciera no dejar de murmurar algo. ―No puede ser, no puede ser, no puede ser...
Intenta no hacer ruido ― Ah―, pero inevitablemente tropieza con sus propios pies y aterriza frente a su mejor amigo. Este brinca del susto al reconocerlo y el gesto se le entinta en rojo cuando pregunta―: ¿Cuánto tiempo llevas aquí, Eijun?― casi sin poder respirar. La voz le sale torcida, como de gelatina, y solo quiere que la tierra se lo trague porque ha reunido toda su fuerza de voluntad y se ha tragado los nervios durante el corto beso en que se confesó como para que ahora venga mostrándole tan patético rostro a su tan idiota platónico. ―No puedo creerlo, no puede ser...― y cubrirse el rostro nuevamente.
― ¡Yo...!― con las palabras atorándosele en la garganta. Haruichi se asoma entre los dedos cuando ve a Sawamura arrodillado frente a él. ― ¡Yo me siento igual, Harucchi!― pero sin atreverse a devolverle el beso. Haruichi sonríe sin darse cuenta.
―Con eso es suficiente...
