Confesiones del Hombre Morado
Capítulo 1
Sé que ahora mismo teneis muchas preguntas sobre mí. ¿Quién soy?, ¿dónde estoy?, ¿por qué hago esto?. Bueno, tengo que decir que todas esas cosas que quereis saber todavía no van a ver la luz, pero os puedo contar lo que realmente ocurrió. Remontémonos al pasado. Estamos en el año 1983 y estas narraciones son mis memorias que conté hace años, cuando todo esto ocurrió. Empecemos...
Faltan cinco dias para el cumpleaños de mi sobrinito y me enteré hace pocos días que iban a abrir una pizzeria con una zona de juegos. El restaurante se llamaba: ``Fredbear´s Family Dinner´´, y parecía un sitio idóneo para celebrarlo. Tengo que confesar que es como un hijo para mí y el ver a su hermano asustándole, me causa un poco de irritación, ya que es demasiado revoltoso.
A cuatro días del cumpleaños, fui a ver cómo era el establecimiento. Hablé con el monitor y me guió por todos los rincones del restaurante, salvo los que eran para empleados. Ví que todo tenía un ambiente alegre, adecuado para él, pero obsevé algo que me llamó la atención: unos muñecos autómatas. Le pregunté al empleado que qué eran y me dijo que era la atracción del lugar:``Freddy y sus amigos´´. Tenían su encanto, pero me inspiraban temor, ya que, los dejaban moverse libremente por el local (eran de tamaño real y estaban articulados) y se dirigían hacia los niños y algunos adultos, sobre todo para dar información del lugar, aunque a veces, indicaban en voz alta alguna oferta de pizza o de pasteles. Con los niños tienen un tono agradable y con nosotros, los adultos, también, pero a mi se me dirigian con más frecuencia, como si les atrajera. En fin, no sé por qué le doy importancia a un detalle tan insignificante.
Tres días antes de la celebración, le dí una sorpresa al cumpleañero, aunque ya me requería, porque su hermano no paraba de asustarle con máscaras del zorro-animatrónico. Esto último me preocupa, puede que su fiesta de cumpleaños pueda acabar siendo un desastre por culpa del mocoso de su hermano. Cada día me enfurece mas el crío, no para de molestar y de fastidiar a su hermano pequeño. Me recuerda a mi hermano, aunque ya ha madurado, pero el niñato este... Cada vez me harta más tener que soportarle, un día de estos le diré a su padre (o sea, mi hermano) que le imponga límites, no puede estar todos los días dale a molestar. Bueno, basta de hablar del monstruito.A mi sobrino le he comprado varios juguetes: Todos los peluche de Freddy Fazbear y sus amigos, un teléfono con ruedas, un robot que hace galletas y un ventilador, estos últimos tres son de color morado, es mi color favorito, y yo siempre digo que hay que ser muy hombre para vestir de morado. Mi amigo Álvaro lo puede confirmar ya que a él también le encanta ese color. Ya estoy en el establecimiento con el niño y a la media hora me suplica que nos vayamos, ya que los animatrónicos le causaban pavor. Yo le explico que no había que tener miedo de ellos, es más, están ahí para protegerle pero no me hace caso y le llevo a su casa. Al llegar su hermano le metió otro susto de muerte, hasta le hizo llorar, y al ver a mi sobrino llorar, me enfurecí con el criajo y le metí el broncazo de su vida. Este lloró también y se fue con sus padres. Mi hermano me tildó de iracundo por enfadarse con un niño y yo le recalqué su falta de normas. Al final me fui en mi coche, un Jaguar morado, y salí a escape. Me dije a mí mismo: Todo esto va a cambiar...
FIN DEL CAPÍTULO 1
